Comenzamos nuestro viaje a Andalucía desde Málaga a Ronda, atravesando la Sierra de las Nieves, un paraje natural de cumbres y colinas que se recortan en el paisaje, imponiéndose apenas salimos de la capital. Una sierra a medio camino entre dos conocidas urbes que nos aleja del bullicio de la gran ciudad en un abrir y cerrar de ojos, llevándonos al silencio de la serranía sembrada de olivares y pueblos blancos que aparecen aquí y allá.
Atrás se quedan los días en los que descubrimos esa ciudad genial que es Málaga, que nos ha seducido sin remedio, no solo por la riqueza de su patrimonio, por sus innumerables museos, por su sabrosa gastronomía, sino también por ser una ciudad abierta, llena de vida y actividad, una ciudad llena de luz que mira al Mediterráneo.
Esa luz de septiembre, todavía intensa, que iluminará esta fascinante ruta por una Andalucía en muchas paradas una Andalucía menos explorada, ensombrecida por la célebre Costa del Sol y por las maravillas de la Giralda de Sevilla, la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba. Una ruta por la Granada de Guadix y el Altiplano, donde nos sorprendimos con las cuevas habitadas de Guadix, el desierto de Gorafe, tierra de Colorados y badlands, y con el Parque Natural de la Sierra de Castril. Descubriendo en un viaje por el interior de Almería, su desierto de Tabernas, sus escenarios de cine y sus cuevas disfrutamos con la cocina de la Alpujarra con Gastroconciencia, y hasta los camellos de Almería nos contaron su historia. El periplo culminó en Jaen, en un apasionante viaje al Tiempo de los Íberos, donde encontramos joyas entre campos de olivos y aceites de oliva Virgen, como el Castillo de Burgalimar, y donde nos convencimos definitivamente que la cocina de Andalucía conquista al viajero para hacerlo volver.
Pero regresamos al inicio de este viaje que comenzó en un recorrido por la provincia de Málaga, donde pasaremos por la conocida Nerja, una de las paradas en la ruta turística por la Costa del Sol. Pero que también nos llevará al interior, al corazón de la Sierra de Málaga para hacer la magnífica ruta de vértigo que es el Caminito del Rey. Y hoy para llegar a una de las ciudades más bellas y célebres de Málaga: Ronda, con su espectacular Puente Nuevo y su bello patrimonio.
Qué ver en Ronda, Málaga
De Málaga a Ronda. La sorpresa de la Sierra de las Nieves
Para llegar a Ronda desde Málaga nos dan las rutas más rápidas recorriendo 100 kilómetros en 1 hora y pico, pero optamos por seguir la A-366, una autovía más recta, pero que añade a nuestro trayecto media hora más. Lo hacemos porque disponemos de tiempo y nos gusta descubrir vías alternativas donde imaginamos que puede haber lugares interesantes que nos perderíamos si fuéramos por carreteras más transitadas. En este caso, vemos en el mapa que entre Málaga y Ronda está la Sierra de las Nieves, declarada Reserva de la Biosfera y Parque Natural, y una carretera de pequeños pueblos por descubrir…Razones más que suficientes para elegir esta ruta.
Atravesamos una terrible tormenta que cubría la ciudad de Málaga en este final de verano por carreteras solitarias en medio de paisajes escarpados, hasta que comenzamos a divisar lo montes rojizos y las sierras blancas del Parque Natural de la Sierra de las Nieves, bosques de pínsapos – un abeto mediterráneo, reliquia de la era glaciar, que solo se encuentra aquí -. Desde un mirador contemplamos este entorno magnífico. Allá a lo lejos, pequeños pueblos blancos nos llaman desde el silencio estival de sus calles para que los visitemos. Ya sabemos que a la vuelta de Ronda, pararemos en alguno de ellos, como Alozaina, Yunquera o El Burgo. La Sierra de las Nieves y sus pueblos, una sorpresa en el camino entre Málaga y Ronda, a cuya belleza solo nos asomamos, pero que nos invita a quedarnos.
Continuamos nuestro camino hacia la depresión de Ronda, donde se halla la ciudad de la que tanto hemos oido hablar por su belleza monumental y por estar situada al borde de un abismo. La Sierra de las Nieves la abraza por el este y por el oeste la conocida Sierra de Grazalema. Pero la belleza de Ronda no se limita únicamente a su entorno natural…
Ronda, la bella al borde del abismo
Ya habíamos visto Ronda en fotografías desde el cielo que nos habían impresionado por su espectacularidad, ya que la ciudad malagueña se asienta sobre una meseta situada a 723 metros de altitud herida por una profunda garganta de 100 metros que excavó el río Guadalevín, es el llamado Tajo de Ronda. Y a ese precipicio se asoman los edificios de su casco antiguo. La verticalidad de vértigo es salvada por el Puente Nuevo que es el símbolo y la imagen de Ronda.
Con esta instantánea en la cabeza que la convierte en una de las bellas de Andalucía, llegamos a Ronda. Atravesamos el casco antiguo hasta que llegamos al paseo que recorre el Tajo de Ronda. Las vistas son fabulosas desde cualquier punto, ya que se puede contemplar la ciudad sobre estas enormes rocas y de frente el valle y las sierras abrazadoras al fondo. Vale la pena caminar por este paseo tranquilamente porque a cada paso hay una fotografía. Se trata del Paseo de los Ingleses, situado sobre los acantilados de Ronda. Al principio hay un mirador con un templete situado en un saliente desde donde las vistas son todavía más espectaculares. Es el Mirador de los Románticos.
Un camino zigzaguea hacia el río Guadalevín componiendo una ruta desde la cual, cuanto más se baja, más impresionantes deben verse las paredes rocosas sobre las que se asienta Ronda. Muchas personas caminan por este sendero y también vemos algunos atrevidos escaladores encaramados en la roca.
Nos metemos en el patio blanco con flores de un palacete desde donde las vistas panorámicas son impresionantes…
El Puente Nuevo de Ronda
Siguiendo el paseo de arriba nos vamos acercando al emblema de la ciudad de Ronda: su grandioso Puente Nuevo, que impresiona por su altura: nada menos que 98 metros de una construcción de sillares de piedra que se sacaron de la garganta del Tajo, y que se considera una auténtica obra maestra de la ingeniería. En la historia queda el primer intento, otro puente que se realizó años antes, en tan solo 8, pero que terminó derrumbándose – por falta de apoyos y el mal cierre del arco -. El Puente Nuevo necesitó 40 años para construirse, desde 1751 a 1793. Desde este punto de vista se puede ver perfectamente la magnitud de esta inmensa obra: un arco central de medio punto apoyado en otro más pequeño, que es por donde transcurre el río. Y las dependencias del Puente Nuevo que fueron prisión en otros tiempos a cuyos lados se abren otros dos arcos de medio punto sobre la que se encuentra la calle.
El Puente Nuevo une la zona antigua y la zona nueva de Ronda, antes lo hacía el Puente Viejo, considerado de época árabe, que comunicaba la ciudad con el barrio del mercadillo, pero quedó destrozado tras la conquista cristiana a finales del siglo XV – hoy está restaurado -. Este puede contemplarse una vez sobre el Puente Nuevo, desde el Mirador de Aldehuela que ofrece unas vistas son realmente espectaculares: las casas blancas colgantes al borde del precipicio, que van descendiendo hasta el Puente Viejo, el río Guadalevín al fondo de esas magníficas rocas, y la sierra que rodea ronda sobre la que pasan nubes pasajeras que hacen más bella aún la panorámica. Esta será una de las imágenes que nos llevaremos de la bellísima Ronda.
Pero hay otro punto de vista desde el que se obtiene otra perspectiva del Puente Nuevo sobre el que acabamos de estar. Se accede a través de un callejón con arco, donde hay un bonito jardín y un mirador situado en una terraza. Lo cierto es que el Puente Viejo se ve magnífico desde aquí, otra perspectiva de una de las obras más bellas de la ciudad de Ronda.
Un paseo por el casco antiguo de Ronda
Tras admirar una de las joyas de Ronda, su impresionante Puente Nuevo, comenzamos un recorrido por el casco antiguo que evidencia la riqueza del patrimonio monumental de la ciudad fruto de los diferentes pueblos que se instalaron allí. La herencia romana está presente en el yacimiento arqueológico de la ciudad iberoromana de Acinipo, a 22 km de Ronda. El legado árabe est grande: las murallas y las puertas, los Baños Árabes, la mina, la Casa del Gigante, el Palacio de Mondragón, el Alminar de San Sebastián,… Del Gótico, el Renacimiento y el Barroco, numerosas iglesias y conventos, y el Arco de Felipe V, el Puente Nuevo,…Hasta el Modernismo está presente en Ronda en numerosos edificios. Así que la ciudad nos invita al paseo, a descubrirla despacio…
Nos detenemos en el Palacio de Mondragón, una magnífica obra de época musulmana, que se modificó en época cristiana. Aunque no tenemos tiempo de disfrutar del museo de la ciudad de Ronda que alberga el Palacio de Mondragón, admiramos el espléndido patio de triple arquería de ladrillo y columnas de mármol, y una cornisa decorada con ricos azulejos. Es de admirar también un segundo patio de estilo tardo gótico con galería, y el pequeño el bonito jardín con fuente y un estanque que ofrece unas fantásticas vistas a los acantilados de Ronda.
Atravesando callejuelas con casonas y palacetes llegamos a la bonita y tranquila Plaza del ayuntamiento, donde destaca la iglesia de Santa María la Mayor, ubicada muy próxima a los restos de una basílica paleocristiana del siglo V d.C., y más tarde la mezquita mayor de la Medina – de la que queda el arco del Mirhab y un pedazo de muro -. Es una bonita iglesia de estilo gótico, con elementos renacentistas y góticos. Al otro lado, la Casa Consistorial, un edificio del siglo XVIII con tres plantas que fue cuartel de milicias, que destaca por las numerosas arquerías.
Nos llama la atención una placa de azulejos dedicada a los viajeros románticos, en homenaje a los viajeros extranjeros que descubrieron Ronda en pleno Romanticismo en el siglo XIX. Doré, Blanchard, Lewis, Gautier, Merimée,…tienen una visión idealizada de Ronda con sus bandoleros, sus majas y sus toreros, un lugar insólito donde se pueden vivir experiencias arriesgadas por los caminos.
Nos dirigimos al Puente Viejo de Ronda, pasando al lado del Arco de Felipe V, una puerta que sustituyó a la viaja puerta árabe a mediados del siglo XVIII. Las vistas del barrio popular del Padre Jesús donde nos alojaremos son magníficas. Allí está la iglesia que lleva el mismo nombre, construida en el siglo XVI, situada frente a la conocida Fuente de los Ocho Caños.
Seguiríamos caminando horas descubriendo Ronda, perdiéndonos en sus callejuelas, admirando sus monumentos, contemplando las vistas de la serranía desde sus privilegiados miradores,… en este paseo de descubrimiento hemos saboreado una ciudad llena de historia que no ha hecho más que darnos ganas de regresar. Y todavía nos queda la noche de Ronda, sus calles y monumentos iluminados, sus tascas populares y sus restaurantes donde saborear la gastronomía andaluza. Pero antes de vivir la noche de Ronda, unos momentos de relax…
Relax en las Aguas de Ronda. Emulando los Baños Árabes
En este viaje nos hemos quedado sin ver la maravilla de los Baños Árabes de Ronda (s. XIII-XIV d.C.), de los mejores conservados de la Península Ibérica, situados en el antiguo Arrabal islámico de la ciudad – hoy conocido como Barrio de San Miguel -, construidos junto al Arroyo de las Culebras donde se abastecían de agua. Poseían tres zonas de baño con bóvedas de cañón y arcos de herradura sobre columnas de ladrillo y piedra; y se ha mantenido el sistema hidráulico de la época.
Sin embargo, emularemos las sensaciones de disfrutar de unos baños árabes en Aguas de Ronda, con sus cinco piscinas de diferentes temperaturas, un baño turco, un hammam tradicional árabe,…recordando la importancia social que tenían aquella época estas aguas. Las arcadas y los mosaicos nos permiten viajar en el tiempo. El ambiente es íntimo, los baños iluminados por una luz suave que ayudan a relajarse en las aguas templadas, el silencio completa el cuadro.
La noche de Ronda. De restaurantes y tapeo
Lo cierto es que tras estos momentos de relajación, podríamos irnos a nuestro alojamiento tranquilamente. Pero todavía nos queda conocer un pedacito de la noche de Ronda, ciudad que se ve hermosa con las luces que se van encendiendo e iluminando las callejuelas, los monumentos, el Puente Nuevo,…realzando su belleza.
El Restaurante Abades es un caserón señorial situado en el Tajo de Ronda con vistas privilegiadas a la serranía, un restaurante elegante donde degustaremos algunas especialidades andaluzas, una propuesta gastronómica de alta cocina que nos dejará un delicioso gusto en el paladar. Completa estas delicias gastronómicas un vino de Ronda que pedimos deseosos de degustar los caldos locales, como siempre hacemos en nuestros viajes. Nos deleitamos con un vino tinto de la Serranía de Ronda, Denominación de Origen Sierras de Málaga. Para apuntar en nuestra lista de vinos…
Esta fue la segunda parada gastronómica del día. La primera en el célebre Restaurante Pedro Romero, situado en pleno centro de Ronda, incluido en la ruta de los restaurantes rondeños desde 1971, donde degustamos una cocina tradicional en medio de una decoración dedicada al toreo.
Aunque ya nos habíamos asomado a la gastronomía andaluza en una ruta de tapas por Cádiz y otra ruta de tapas por Huelva, en este viaje por Andalucía que se inauguró en Málaga, continúa en Ronda y seguirá por Guadix, Almería y Jaen, confirmaremos que la gastronomía andaluza es de una gran riqueza por su historia, variedad y sabores. Nos ha conquistado tanto como la belleza del patrimonio monumental y paisajístico.
Bien podríamos haber pasado la noche de tapas, comenzando por el Bar Casa Moreno “el Lechuguita”, un clásico de Ronda. Uno de esos bares de tapas que nos gusta descubrir y al que María, nuestra guía – que conoce lo bueno de la ciudad – nos llevó para que disfrutáramos del ambiente popular y de sus tapas deliciosas. Todo tiene encanto en “el Lechuguita”: la barra repleta de pinchos, la gente apelotonada, la decoración,…Fundado en 1966, “el Lechuguita” se llama así por su famosa tapa de cogollos de lechuga aderezada con una rica salsa. Una tapa que probamos y que nos encantó, además de las otras, que además cuestan menos de 1€. A pesar de lo abarrotado que estaba – por algo será…- nos atendieron rápidamente y con mucha amabilidad. Una dirección que anotaremos cuando regresemos a Ronda.
Alojamiento con encanto en el Barrio del Padre Jesús
Para rematar bien el día nos alojamos en un hotel encantador situado en el popular Barrio del Padre Jesús en el que domina el blanco de las casas típicas andaluzas. En el Hotel Enfrente Arte durmió Madonna y gente mucho más modesta, viajeros como nosotros. Pero lo que conquista es que se encuentra en un edificio antiguo pero con diseño contemporáneo y una decoración original, de lo más colorida. Apenas tuvimos tiempo de disfrutar de la fantástica piscina con terrazas y vistas a la serranía de Ronda. Pero el desayuno preparado por Pablo es espectacular: con pan recién hecho, bollos y pasteles, fruta, quesos, zumos y mil manjares más. La decoración del café llama también la atención con un seiscientos empotrado en la pared o unos tambores de lavadora haciendo las veces de lámpara. Desde luego, un alojamiento encantador al que volveríamos sin dudarlo.
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Tras el copioso desayuno, termina nuestra visitar a Ronda, que contemplamos desde un mirador: sus magníficas murallas abrazando esta ciudad milenaria situada en un promontorio, que nos ha conquistado aunque solo la hayamos visitado por unas horas. Hay tanto que ver en esta villa partida por un profundo desfiladero y unida por su altísimo Puente Nuevo, en sus vegas y serranías donde resisten los abetos pinsapos, que debería ser un destino para quedarse allí y descubrir todas las actividades y maravillas de una comarca poco conocida. Un lugar al que se llega por intrincadas carreteras y que necesita tiempo para desentrañarse y saborearse.
Agradecimientos
Muchas gracias a Turismo Costa de Sol y a María Piédrola por organizarnos este viaje por estos rincones de Málaga.
Artículo escrito por María Calvo Santos.
Cómo llegar a Ronda
Para llegar a Ronda desde Málaga nosotros elegimos seguir la autovía A-366 (además de la A-357 al principio), por la que se tarda 1 hora y 39 minutos. Ya que así pudimos pasar por la Sierra de las Nieves y algunos bonitos pueblos blancos.
La ruta habitual es por las autovías A-357 y A367, y se tarda en llegar de Málaga a Ronda 1 hora y 17 minutos aproximadamente.
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