Eslovaquia ha dejado de ser esa «rara avis» ubicada entre el triangulo de Austria, república Checa y Hungría, para convertirse en un destino turístico creciente que al mismo tiempo puede presumir de conservar un halo de autenticidad.
Su capital Bratislava se aposenta en la orilla del Danubio, hospitalaria, joven y dinámica. Por si fuera poco, su ubicación al oeste de Eslovaquia permite extender el viaje hasta Viena o hasta Brno o incluso Praga.
Naturaleza en estado puro
Eslovaquia es junto a Eslovenia uno de esos países que pueden presumir por encima de todo de su naturaleza. El pulmón verde de las montañas Tatras es el sector más alto de los Cárpatos y ofrece experiencias apasionantes para los amantes del trekking y el aire libre.
Bajo la tierra palpita un corazón oculto invaluable. El subsuelo eslovaco esconde decenas de inmensas cuevas y grutas peculiares, a cada cual más curiosa.
Reconocimiento Unesco
Además de las joyas naturales designadas Patrimonio de la Humanidad por Unesco, Eslovaquia conserva con arraigo patrimonio cultural y arquitectónico. Pueblos con encanto como Banská Štiavnica permiten viajar a la Edad Media, y otros como Banska Bystrica son un compendio de siglos de historia en un territorio que funcionaba como una encrucijada de pueblos, lenguas y cultura.
En nuestra guía de turismo de Eslovaquia puede encontrar información para preparar su viaje. No dude en escribirnos para conocer más sobre un país que sorprende nada más llegar.