En Sanlúcar de Barrameda los atardeceres son bellísimos a orillas del Guadalquivir. El sol muy redondo baja despacio pintando de colores rosados el cielo. Como si las salinas de Sanlúcar se reflejasen en él. Desde la playa que mira a Doñana son todo un espectáculo: recuerdan a las de la Caleta de Cádiz, e incluso a aquellos atardeceres eternos que contemplamos en otras latitudes, las eternas puestas de sol de Finlandia. Será por las tres mil horas de luz de las que disfruta Sanlúcar de Barrameda, o porque sus costas se consideraban en la Antigüedad el fin del mundo, allí por donde el sol se acuesta.
La luz de Sanlúcar iluminó los días del reciente viaje “Andalucía despierta”, una luz tan necesaria en estos tiempos difíciles. Una luz que se refleja en las casas blancas de la ciudad, que tan bien se ven desde la torre del fuerte de Santiago. Tan poderosa en las salinas y en los paisajes de playas, dunas y marismas del Parque Nacional de Doñana. Una luz que caracteriza las tierras de Andalucía, que también vimos en Sevilla, Málaga, en Cádiz desde la Torre Tavira, o en los pueblos blancos de Málaga y de Cádiz.
Pero no fue lo único que llamó nuestra atención de esta ciudad de Andalucía, también su patrimonio monumental: las casonas, palacios y museos. Y es que Sanlúcar de Barrameda es una ciudad de historia: por solo citar un ejemplo, fue puerto del que partió la Expedición de Magallanes-El Cano en el primer viaje de circunnavegación a la tierra. A lo que hay que añadir sus tesoros paisajísticos: las Marismas de Bonanza con las salinas y el Parque Nacional de Doñana, al alcance de la mano con tan solo cruzar en barco el Guadalquivir. La calidad de su gastronomía, asociada a las costas y a los huertos, que degustamos en restaurantes y tabernas con encanto. Y, por supuesto, los vinos de Sanlúcar, la tremenda industria bodeguera y las Catedrales del vino.
Mucho de lo que disfrutar en esta magnífica ciudad de la provincia de Cádiz famosa por sus carreras de caballos en la playa que no pudimos presenciar en este año aciago. Sin embargo, nos llevamos momentos y fotografías de un viaje que ha contribuido al despertar de Andalucía, a pesar de todo…
Qué ver en Sanlúcar de Barrameda
Vinos de Sanlúcar de Barrameda. Bodegas Barbadillo.
Descubrimos Sanlúcar de Barrameda en primer lugar a través de sus aromas y sus sabores, los de sus vinos, a los que nos abren las puertas las centenarias Bodegas Barbadillo. Rodeando sus edificios caemos en la cuenta de la dimensión de este lugar: en total 16 bodegas repartidas en casi 75 mil metros cuadrados. En unas magníficas instalaciones que incluyen el Museo de la Manzanilla, una tienda y las bodegas, nos embarcamos en un interesante viaje al mundo del vino para descubrir denominaciones de origen a las que no estamos acostumbrados: Jerez-Xeres-Sherry, Brandy de Jerez, Vinagre de Jerez, Vinos de la Tierra de Cádiz y D.O. Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. Atravesamos bodegas con miles de botas llenas de un vino elaborado de forma tradicional, unos barriles de roble que se reutilizan sin cesar albergando caldos de varias generaciones, lo cual les da un toque especial. Nos paramos en cada rincón de las Bodegas Barbadillo para que el guía nos explique la historia y el proceso de elaboración de los vinos Manzanilla (el blanco seco más célebre de Sanlúcar) y los olorosos. Nos descubre el sistema de soleras y criaderas que se nos antoja arte de magia. Contemplamos las botas o barricas superpuestas: en el nivel superior están las más nuevas y en el inferior las más viejas (soleras). Impresiona saber que los vinos más nuevos se van mezclando con los viejos, por lo que en cada vino hay siempre algo del anterior.
Nos invade un intenso aroma a levaduras y a brisa marina – que también ayuda en la elaboración – cuando entramos en la bodega de vinos de crianza biológica. Allí nos explican qué es el “velo de flor”, aquello que propicia el milagro del vino. Se trata de un velo blanco polvoriento que cubre la superficie del vino de las barricas de crianza, con poca graduación alcohólica que están en contacto con el aire. Esta multiplicación de levaduras poco deseables es un accidente “buscado” en vinos de crianza biológica que los transforman y enriquecen. Los suelos blancos de “albariza” (roca blanda con restos de fitoplancton, que da suelos de gran calidad) del Marco de Jerez y la adaptación a ésta de la uva palomino, juegan un papel fundamental en la crianza biológica. Los vinos resultantes son fuertes, sabrosos.
Terminamos la visita a las Bodegas Barbadillo entre botas de vino y aromas de uva sentados a la mesa par degustar los vinos de Sanlúcar creados en estas catedrales. Joven Castillo de San Diego, Semidulce Maestrante, Manzanilla Solear y Oloroso dulce Eva, un festín de aromas y sabores.
Vinos Barbadillo y tortas Inés Rosales. “El Viaje de Inés y Eva”
En este viaje vinícola se unen las emblemáticas Tortas de Aceite Inés Rosales (que cumplen 110 años) en una propuesta gastronómica que surgió precisamente con motivo del 500 aniversario de la Primera Circunnavegación. “Cuenta la leyenda que dos mujeres emprendieron un largo viaje por separado y que el destino las unió para crear aromas y sabores inolvidables”. Eva e Inés. Eva Cream, un vino de Jerez entre Oloroso y Pedro Ximénez que, al parecer, formó parte del aprovisionamiento del barco de Magallanes. E Inés, con dos paquetes de Tortas de Aceite especiales, uno con naranja y otro con canela, en recuerdo de las especias que fueron uno de los motivos de la expedición.
Todos estamos de acuerdo en que el maridaje del Eva Cream con las tortas de Inés Rosales es espectacular, y nos despedimos contentos con nuestros estuches especiales, y sobre todo por haber conocido Sanlúcar de Barrameda a través de los sabores de su tierra y de sus productos estrella.
Gastronomía de Sanlúcar. Sabores del mar y de la tierra
Y no sólo de la tierra…también del mar, ya que nuestra primera jornada en Sanlúcar inaugura lo que será un fantástico viaje gastronómico por la ciudad, el cual nos reafirmará en nuestra idea de la riqueza de la cocina andaluza. Ya lo habíamos comprobado en la ruta gastronómica por los sabores de Sevilla, las tapas de Cádiz y de Huelva, así como en los viajes a Almería y la cocina de la Alpujarra, el descubrimiento del AOVE en Jaen o la cocina granadina en Guadix.
Sanlúcar es célebre en Andalucía por su gastronomía y su amplia oferta hostelera: desde despacho de vinos tradicionales, pasando por bares de tapas, hasta restaurantes. Desde el barrio marinero de Bajo de Guia, hasta el Barrio Bajo y el Barrio Alto. En todos estos lugares se puede disfrutar del sabor de pescados, mariscos y platos marineros: las famosas tortillitas de camarón, los langostinos y otros mariscos, el pescaíto frito (tapaculos, chovas,.), las papas aliñás,…Las deliciosas patatas de Sanlúcar también están presente, así como otros productos de los huertos que gozan de un microclima ideal.
Nuestro periplo gastronómico por Sanlúcar de Barrameda nos llevó a locales inolvidables como la taberna tradicional Er Guerrita, con el encanto y los platos deliciosos de antaño. Y los restaurantes El Mirador de Doñana y El Poma, frente al Guadalquivir, con sus coquinas al ajillo, sus frituras y el Tocinillo de Cielo; y Puerta de la Victoria, en pleno centro de Sanlúcar, que aúna lo tradicional y lo contemporáneo.
Sanlúcar también es naturaleza. El Parque Nacional de Doñana
Del viaje gastronómico al viaje por la naturaleza de Sanlúcar: no solo por el Guadalquivir y las playas, sino también por la joya natural de Doñana. Un espacio natural que comprende un Parque Nacional y un Parque Natural, declarado Reserva de la Biosfera. Recorreremos parte del Parque Natural en bici, a través de las salinas de Sanlúcar, y cruzaremos el Guadalquivir en barco para maravillarnos con el mosaico de paisajes que posee el Parque Nacional – compartido con las provincias de Huelva y de Sevilla -.
Montados en el vehículo panorámico del Parque, comienza el viaje. Primero un recorrido por la playa infinita de Doñana que tiene muchos nombres y corre paralela al Guadalquivir. Vemos pescadores solitarios y rastros de zorros y jabalís que se afanaron en busca de tejinas y coquinas recientemente. Toca ahora otro de los paisajes de Doñana, las dunas en las que descubrimos conmovidos copas de pinos enterrados. Y es que las dunas son móviles y los árboles van muriendo aplastados por la acción del viento. Triste, pero la contrapartida es ver la cantidad de vida que hay en Doñana, fauna y flora variada: caballos de la mesta, vacas mostrencas, palomas torcaces, corzos,…que viven y sobreviven en libertad.
Nos sorprende de repente otro cambio radical de paisaje: le toca a la inmensa llanura de marismas (¡30 mil hectáreas de marisma!). Éstas cambian de cara según la época del año, ahora están secas y muestra un manto verde rojizo con salicornias. También está la Vera, una estrecha franja, transición entre la marisma y los Cotos. Por este último pasean los animales buscando la sombra de los matorrales. A última hora de la tarde, muy pronto, se escuchará la berrea del ciervo.
Regresamos de este viaje mágico por Doñana por los senderos por los que pasa la gente que va al Rocío una vez al año, entusiasmados por habernos sentido exploradores en semejante tesoro natural.
Ruta en bici por las Salinas de Sanlúcar
Pero la aventura por Doñana no se termina aquí. Todavía nos lanzamos en nuestras bicicletas al descubrimiento de las salinas de Sanlúcar de Barrameda, situadas cerca de la desembocadura del Guadalquivir, en pleno Parque Natural. Un paseo por caminos entre las salinas de agua rosada, con el viento cálido de frente sobre nuestros rostros, que contiene pedacitos de sal que parece que se nos adhieren a la piel. Hay una ruta señalizada de 13,3 kilómetros que discurre en paralelo al río Guadalquivir, aunque nosotros solo haremos un pequeño tramo. Conocidas como las Salinas de Bonanza, forman parte de la historia de Sanlúcar de Barrameda, puesto que la Casa Medina Sidonia se encargó de su explotación y exportación en torno a los siglos XIV y XV. En la actualidad se ha visto reducido el número de salinas artesanales y algunas antiguas salinas se adaptaron permitiendo el asentamiento de poblaciones de aves.
Descansamos en algún tramo para intentar captar en fotografías los flamencos, garzas imperiales, canasteras, águilas pescadoras y espátulas,…Algunos amantes de las aves pasan horas camuflados observándolas, mientras el tiempo se detiene en el Parque Natural de Doñana. No debemos de ser los suficientemente discretos, puesto que los flamencos escapan a nuestras incursiones. Aún así conseguimos algunas de las instantáneas más bellas de este viaje por Andalucía, y nos quedamos con ganas de hacer la ruta completa por las Salinas de Bonanza, en busca de los vestigios del pasado salinero de Sanlúcar, de las montañas de sal reflejadas en las aguas y de las aves que tienen aquí su hábitat.
Sanlúcar de Barrameda y la Primera Vuelta al Mundo
Nos coincide la visita a Sanlúcar de Barrameda en una fecha señalada: los 500 años de la Expedición Magallanes-Elcano que partió de Sevilla y del puerto de Sanlúcar en 1519. 5 naos con 250 hombres que consiguieron la hazaña de encontrar la ruta a las Islas de las Especias por el oeste y de dar la primera vuelta al mundo. Un hecho histórico que cambiaría de forma revolucionaria la forma de mirar el planeta, así como la geopolítica, la ciencia y la navegación. Se realizaron varios descubrimientos, ente los que destacan: el Estrecho de Magallanes, con la comunicación del Atlántico y el Pacífico, y se demostró que la tierra era redonda.
Fue a Sanlúcar de Barrameda donde llegó la Nao Victoria con los supervivientes en 1522. Y no es de extrañar que fuese punto de partida y de llegada – junto con Sevilla – por ser un enclave geográfico privilegiado en la desembocadura del río Guadalquivir y del Golfo de Cádiz. Sanlúcar, el puerto hispalense acostumbrado a un tráfico marítimo cotidiano desde la Antigüedad, del que salieron y al que llegaron numerosas exploraciones oceánicas entre los siglos XV y XVI, cuando se pasó de la Edad Media a la Moderna.
Para nosotros ha sido el año Magallanes-ElCano con la visita al Museo Naval de Madrid, donde se conmemoró en enero este acontecimiento, y a Sevilla, donde visitamos la réplica de la Nao Victoria y asistimos a una visita teatralizada de la expedición. Y en Sanlúcar haremos una Ruta Magallanes-Elcano por algunos de los lugares más emblemáticos.
Paseo por la Sanlúcar de Magallanes y Elcano
Durante estos días en Sanlúcar ya habíamos visto algunos monumentos conmemorativos de la primera vuelta al mundo y la Expedición Magallanes-Elcano. Como el monumento de la “Legua Cero” erigido en el barrio marinero de Bajo de Guía que señala el lugar de salida de la I Circunnavegación, un reloj con una banda equinoccial de hierro. O la placa de cerámica que hay en la playa de La Calzada-Las Piletas. La ruta comienza en el paseo marítimo y sube hasta el casco antiguo de Sanlúcar para culminar en lo alto del Castillo de Santiago. En la bonita Fábrica de Hielo, que posee una magnífica fachada de azulejos, – actual Centro de Visitantes de Doñana -, visitamos una réplica de la Nao Victoria, el único navío que regresó del viaje, y una exposición de la expedición.
Pasamos después por el Barrio Bajo de Sanlúcar, atravesando las calles animadas con sus terrazas, sus bonitos palacios y casonas, y pasamos por otro de los paneles de azulejos conmemorativos en el antiguo ayuntamiento. Y ya entre el Barrio Bajo y el Alto, paramos en la galería de las Covachas con sus diez arcos, construida en la muralla de los jardines del Palacio Ducal en los años 1470. Contemplamos el Retablo de la calle Escuelas, relieves del escultor Jesús Guerrero que rinden homenaje a la I Vuelta al Mundo. Y tras pasar por los jardines del Palacio de los Duques de Montpensier, paramos en el Barrio Alto en la Iglesia de La O, que aúna varios estilos (Gótico, Mudéjar y Barroco), templo al que se rindió la tripulación cuando regresó de dar la Vuelta al Mundo.
Y llegamos al Castillo de Santiago, bastión de Sanlúcar en las luchas nobiliarias de la segunda mitad del siglo XV por el II Duque de Medina Sidonia, situado en la Barranca dominando el Guadalquivir. Atravesamos el magnífico patio de armas con la muralla con torrecillas circulares para entrar en el interior del castillo donde hay una exposición sobre la expedición de Magallanes y Elcano, que en su momento pasaron por el Castillo de Santiago. Descubrimos la bella Puerta de la Sirena con doble cola que evoca el poder ducal, antes de subir a la torre homenaje y contemplar Sanlúcar desde las alturas.
El mirador de Sanlúcar. Vistas desde el Castillo de Santiago
Desde lo alto de la Torre del Homenaje del Castillo de Santiago contemplamos las casas blancas de Sanlúcar de Barrameda, una ciudad con historia a nuestros pies. La luz de verano se refleja intensamente en este blanco a mediodía, y durante unos momentos no sabemos si estamos en Sanlúcar o en Cádiz. Ya que esta estampa recuerda a la que se ve desde lo alto de la Torre Tavira: Cádiz blanca con sus torres vigía y el mar plateado al fondo. Aunque en Sanlúcar no hay torres vigía, y nuestra mirada tropieza rápidamente con el río Guadalquivir y el paisaje de Doñana. Esta misma tarde, en nuestra visita a Cádiz, volveremos a recordar las panorámicas de Sanlúcar desde el Castillo de Santiago, y de nuevo las dos imágenes se superpondrán.
Atardecer en Sanlúcar de Barrameda
La visita a Sanlúcar de Barrameda llega a su fin, y antes de disfrutar una vez más de su gastronomía exquisita en uno de los restaurantes de la ciudad gaditana, nos dirigimos a la playa de La Calzada-Las Piletas para despedirnos de la mejor manera. En esta magnífica playa urbana de 2 kilómetros donde tendría que haber tenido lugar la célebre Carrera de Caballos de Sanlúcar, van llegando caminantes solitarios para despedir el día. El espectáculo está comenzando: el sol gigantesco comienza a descender por el cielo de Sanlúcar tiñéndolo de rojo y amarillo intensos. Y las aguas del Guadalquivir se tornan doradas, mientras las siluetas sorprendidas se recortan en las imágenes de este atardecer espectacular. Momentos más tarde, cuando ya disfrutamos de las tortillitas de camarón, de los pescados y mariscos y de los vinos de Sanlúcar, todavía el cielo tiene algunas pinceladas rosadas. Prolegómeno de una noche estrellada y un día nuevo que llegará con fuerza en esta Andalucía que despierta.
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Informaciones prácticas
Dónde comer en Sanlúcar de Barrameda
Hay muchos establecimientos hosteleros en Sanlúcar, pero no hemos podido ir a todos. Estamos seguros de que hay muchos más que valen la pena además de los que proponemos aquí:
Taberna Er Guerrita. En el Barrio Bajo de Sanlúcar, tiene el encanto de las tabernas de siempre, a la que acude gente del barrio. Cocina casera. Sala contemporánea para degustar vinos que contrasta graciosamente con el estilo de la tarberna.
Restaurante El Mirador de Doñana, situado en Bajo de Guia, frente a Doñana, un mirador al parque con platos marineros deliciosos.
Restaurante El Poma, tapeo de marisco y pescado mirando al Guadalquivir.
Restaurante Puerta de la Victoria., establecimiento con solera situado en el Barrio histórico de la Victoria, donde degustar la rica gastronomía de Sanlúcar.
Dónde dormir en Sanlúcar de Barrameda
Hotel Macía Doñana. Hotel****, con vistas al Guadalquivir. Buen restaurante.
Visitas a bodegas en Sanlúcar de Barrameda
En Sanlúcar hay numerosas bodegas en las que degustar los vinos de la zona y conocer su historia. En la próxima visita, esperamos conocer más. De momento, les dejamos nuestra experiencia en las Bodegas Barbadillo.
Visita a las Bodegas de Barbadillo
Calle Luis de Eguilaz, 11, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz.
Horario: 10:00-15:00 (de lunes a sábado). Domingos de agosto: 11:00-14:00.
Visitas guiadas en español e inglés.
Entrada libre al Museo de la Manzanilla y Tienda Barbadillo.
Cómo llegar a Sanlúcar de Barrameda
Recorremos la hora y cuarto en coche que se necesita para llegar a Sanlúcar de Barrameda desde el Aeropuerto de Sevilla, unos 110 kilómetros por la A-4, la AP-4 y la A-471. Una ruta interesante para tener una primera visión de los paisajes y plantaciones de latifundio de esta zona de Cádiz.
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Agradecimientos
Agradecemos sinceramente a Turismo Andaluz por incluirnos en este proyecto «Andalucía Despierta » para relanzar el turismo en estos tiempos complicados. Esperamos poner nuestro granito de arena para animar a los viajeros a descubrir y valorar lo mucho que tiene que ofrecer Andalucía.
Gracias Un abrazo especialmente a Paulina y a Phillip, por su inestimable trabajo, inmensos profesionales del turismo.
Ha sido un placer ser acompañados por la estupenda guía Lola Peón, y haber conocido y compartido este viaje con grandes compañeros: Rocío y Ángel, de Kidsandchic; Víctor, de Machbel; Andrea de Lápiz Nómada; Pepelu de Gastronomía y Moda; Miguel, de Miguelitosworld; Jonatan, de Pinapli.
Artículo escrito por María Calvo Santos.
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