Recorremos la Ruta de la Pasa de la Axarquía – considerada la mejor del mundo desde los árabes – a principios de septiembre, todavía el verano asentado en Andalucía. Una ruta por los pueblos blancos de Málaga, por los sorprendentes paisajes de la Axarquía, de costa y serranía, pero también de frutales tropicales que ha resultado ser todo un descubrimiento para nosotros. Y es que la provincia de Málaga es mucho más que la Costa del Sol, y con solo asomarse a su interior, a unos pasos del mar, se abre un mundo de interesantes rutas por descubrir. Por no hablar de la Axarquía costera, que nos regala un paisaje de acantilados y calas sin grandes rascacielos que nos reconcilian con el mar.
Vélez-Málaga, la capital de la Axarquía, es la puerta que separa la costa de Málaga de estos paisajes con un clima privilegiado subtropical que permite el crecimiento de aguacates y mangos. Cultivos tropicales únicos en la Península Ibérica que conviven con los cultivos centenarios de olivos y viñedos.
Recorremos una sucesión de montes que se pierden en el horizonte, de caminos inexpugnables para llegar a viñas que crecen en las laderas, orgullosas de formar parte de esa viticultura heroica que pretende mantenerse viva en este mundo globalizado. Las pasas con Denominación de Origen Málaga son exclusivas de la comarca de la Axarquía y del municipio de Manilva, un producto ancestral que se realiza a partir de uvas moscatel.
Acompáñennos a la Ruta de la Pasa, a los cortijos de paseros que, con el sudor de su frente, hacen prosperar unas uvas que se convierten en deliciosas pasas moscatel en los secaderos de pasa que se todavía perviven en la Axarquía. Una ruta turística que recorre los bonitos pueblos blancos de Almáchar, El Borge, Moclinejo, Benagalbón, Cútar o Comares. También una excusa para descubrir los paisajes, la arquitectura y la gastronomía de esta comarca de la Málaga oriental.
La Pasa Moscatel de Málaga: cultivo ancestral de la Axarquía
La Axarquía posee un clima perfecto para la plantación de frutas tropicales como los mangos y aguacates, por lo que en los últimos años estos árboles cubren una buena parte de los espacios de cultivo, conquistando el terreno que antes ocupaban viñas y olivos. Y no es de extrañar: su rentabilidad es muy alta y genera buenos ingresos para la gente que otrora vivían de la pasa.
De todos modos, muchas familias continúan con los viñedos, y aunque combinen la plantación con frutales tropicales, todavía consideran la comercialización de la uva pasa como una contribución indispensable para su subsistencia. En la actualidad quedan unas 2000 economías familiares en pueblos de la Axarquía como Almáchar, El Borge, Iznate, Moclinejo, Cútar, Cómpeta y Sayalonga que siguen produciendo la Pasa Moscatel de Málaga.
Se espera que la reciente declaración de este cultivo como Patrimonio Agrícola Mundial sirva para protegerlo y mantenerlo, así como los paisajes, tradiciones y gentes de la Axarquía que viven de este. Es todo un reconocimiento a un producto de calidad que se exporta a toda España. De hecho fue el primer producto europeo en entrar dentro de este ranking de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las Pasas Moscatel de Málaga son bastante grandes, de forma redondeada y de color violáceo, casi negro y tienen una calidad excelente ya que se secan de forma natural manteniendo la pruina (unas levaduras presentes en la piel de la uva). Los conocedores dicen que nada tienen que ver con el de las pasas Sultanas o Corinto. Y su sabor es el propio de la uva Moscatel,…las probaremos a lo largo de la Ruta de la Pasa, en los cortijos y en los platos y postres de los restaurantes. ¡Una delicia para el paladar!.
Los secaderos de pasas de uva Moscatel. En un cortijo de la Axarquía
La luz en la Axarquía es magnífica a estas horas de la mañana, dibuja luces y sombras en sus paisajes de montes, y el calor ya no es tan fuerte como en julio y agosto. Estamos ya en el mes de la vendimia, en el que ya todos los viticultores de la Axarquía han terminado de cosechar la uva y ya la secan desde hace días. Subimos por carreteras de tierra que serpentean entre colinas de viñedos en pendiente y cortijos blancos que contemplamos por la ventanilla panorámica. Nos quedamos boquiabiertos por la belleza del paisaje, la tranquilidad y el silencio, tan cerca y tan lejos del movimiento de la Costa del Sol.
Nos dirigimos al cortijo de Manuel y Mari que se encuentra en una ladera con vistas magníficas a plantaciones de viñedos y al azul del Mediterráneo que reluce en el horizonte. Al llegar a nuestro destino, antes de descender a este cortijo andaluz, contemplamos las panorámicas espectaculares de las sierras de la Axarquía, de las que gozaremos a lo largo de nuestra Ruta de la Pasa.
Cortijos como el de Manuel y su familia continúan con la tradición de cultivar uva para convertirla en Pasa Moscatel en los secaderos y prepararla para su venta. Pero tras este empeño de resistir hay un trabajo laborioso que ocupa las jornadas de estos paseros durante todo el año. Entre estas tareas está la realización de los hoyos a brazo, la labor de “romper la tierra” (prepararla para la sequía estival), la poda de formación y la de fructificación, el control de malas hierbas, la vendimia,…
Lo primero que vemos son árboles de mangos; dicen que son muy sabrosos por las horas de sol y por las buenas condiciones climáticas en las que crecen. Y más allá, los viñedos de uva Moscatel arrastran sus ramas por las laderas que rodean el cortijo de Manuel y Mari. Él y su esposa nos dan la bienvenida y nos llevan a visitar las viñas situadas en terrenos alomados con pendientes que no permiten la mecanización, por lo que se hace todo a mano o con ayuda de burros. Nos explican además la importancia que tienen los viñedos en el freno de la erosión por lluvias torrenciales.
No hace mucho que las uvas han sido transportadas hasta los paseros, pequeñas superficies con una inclinación de un 12%, orientados Norte-Sur donde se seca la uva madura para su pasificación. Admirados contemplamos los secaderos donde algunas uvas ya se han deshidratado. En total tendrán que pasar unas dos semanas para convertirse en pasas, y a mitad de este período se les dará la vuelta a los racimos para que se sequen de forma homogénea. Si se le ocurre llover, tendrán que bajar los toldos preparados en el cabecero de los secaderos. El tiempo de secado depende mucho de las condiciones climatológicas, aunque Manuel sabe perfectamente cuándo es el momento óptimo; seca pasas desde niño.
Este trabajo manual solía realizarse en familia, la cual se trasladaba al cortijo para hacer la vendimia de la uva Moscatel y ayudar en las diferentes tareas. Hoy en día va quedando la gente mayor que se niega a abandonar su viñas y secaderos, dejando el futuro de la uva pasa de Málaga en suspenso.
Nos disponemos ahora a picar las pasas desgranando los racimos con unas tijeras de podar. Lo que para nosotros es un juego, para Manuel es un hábito aprendido a través de los años que ya realiza mecánicamente. Imaginamos cómo era antiguamente: familias reunidas para la vendimia y el picado, toda una fiesta alrededor de la gran protagonista: la uva pasa Moscatel de Málaga.
Ruta de la pasa: Almáchar, El Borge y Comares
Nos despedimos de Manuel y de Mari con la sensación de haber aprendido mucho sobre las pasas de la Axarquía. Continuamos ahora con la ruta, siguiente parada: Almáchar, uno de esos bonitos pueblos blancos andaluces con cuestas y casas con balcones y persianas para protegerse del sol. En la cooperativa probamos los vinos Moscatel que saben como las uvas pasas que acabamos de tomar. Sabores que permanecen en nuestro paladar durante la ruta. Es uno de los municipios que gozan de gran fama por su producción de pasas, junto a su vecina El Borge. En Almáchar visitamos la bonita iglesia con su torre mudéjar y el Museo de la Pasa. Este está situado en una casa del pueblo que nos hace pensar en cómo vivía la gente antiguamente, además de exponer una interesante colección de aperos y utensilios antiguos.
Al igual que El Borge, Almáchar está situada en un entorno natural bellísimo, que se extiende desde una loma de 334 metros hasta el pico Vallejo (609 metros). En uno de los muchos cortijos con paseros está el de Manuel que visitamos por la mañana. El Borge se encuentra a 237 metros sobre el nivel del mar, a los pies del Cerro de Cútar y su paisaje también es de lomas abarrancadas y de viñedos y olivares.
El Borge es otra de las capitales de la pasa y también se la conoce por ser un municipio ligado al fenómeno del bandolerismo. De hecho visitaremos el Museo Posada del Bandolero El Bizco de El Borge, uno de los bandoleros más conocidos de otra época, hoy convertido en alojamiento y restaurante. Vale la pena visitarlo, no solo para degustar la deliciosa gastronomía de la Axarquía (ajoblanco, potajes, gazpachuelo, chivo al ajillo,…), sino también por la originalidad del lugar y la exposición de objetos relacionados con el bandolerismo. Pero la localidad de El Borge es conocida también por varias anécdotas, como la del Trabucazo de El Borge, una original forma de declaración de amor que tenían los mozos hasta principios del siglo XX: disparaban sus trabucos cargados de pólvora a los pies de sus amadas. Otra de las anécdotas es el referendum que hubo en el pueblo para decidir si la gente estaba a favor del Neoliberalismo o de la Humanidad. Finalmente fue declarado un pueblo humanista.
Además, en El Borge hay varias festividades populares, entre las que destaca el Día de la Pasa, el Carnaval o las Fiestas de San Gabriel, que es sacado en procesión por las calles por los mozos del pueblo.
Paseando por las callejuelas floreadas del pueblo descubrimos la bonita Fuente de la Vendimia y visitamos la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, declarada Monumento del Patrimonio Histórico Andaluz. Cosntruída en el siglo XVI, mezcla estilo Gótico tardío y renacentista con elementos mudéjares y barrocos.
La Ruta de la Pasa de la Axarquía continúa por Moclinejo, la localidad conocida como la Puerta de la ruta, otro de esos bonitos pueblos blancos situado sobre una loma. No tendremos tiempo de visitarlo en esta ocasión, pero por las fotografías y los comentarios sobre el lugar, también vale la pena.
El pueblo que sí visitamos en nuestro primer día en la Axarquía fue Comares, llamado el “Balcón de la Axarquía” por encontrarse a 740 metros de altitud y dominar una buena parte de las tierras de la comarca. Un paisaje espectacular que abarca las sierras hasta que se pierde la vista en el mar. Una visita tranquila para recorrer su bonito casco antiguo, sus numerosos miradores y su interesante historia. Y también para disfrutar de su vertiginosa tirolina, la más larga de España con anclajes naturales, una experiencia que nos permitió ver el paisaje de la Axarquía desde un punto de vista muy particular.
Pero la visita a Comares y la experiencia de la tirolina merecen un artículo a parte que pronto podrán leer en las páginas de El Giróscopo Viajero.
Nos despedimos de la Ruta de la Pasa con sabor a Moscatel y con ganas de transmitir nuestras experiencias a futuros viajeros. En este viaje hemos descubierto con sorpresa una Axarquía de pueblos blancos, serranía, viticultura heroica, bandoleros, plantaciones de aguacates, mangos, viñas y olivos, de secaderos de pasas, vías ferrata y tirolinas,.. Concluyendo que más allá de la capital y la Costa del Sol, hay una interesantísima Málaga por explorar. No tienen más que llamar a las puertas de la Axarquía para descubrirla.
Excursiones privadas por la Ruta de la Pasa de la Axarquía
Si desean hacer excursiones guiadas privadas por la Ruta de la Pasa de la Axarquía, podemos ponerles en contacto con profesionales. Pueden reservar y tener más información pinchando aquí:
Agradecimientos
Muchas gracias a Turismo de Andalucía por organizar este fantástico viaje de prensa por lugares menos conocidos de la provincia de Málaga, enmarcado dentro de la campaña Andalucía Despierta que ha resultado ser eficaz en los tiempos difíciles que estamos viviendo. Con su trabajo y el nuestro esperamos contribuir a que se valore un turismo diferente, más lento que llegue lugares inexplorados. Un abrazo especialmente a Philipp, a Fátima y a Paulina, grandes profesionales del turismo.
Gracias también a Cipriano y a María de Oletrips, jóvenes profesionales con muchas ganas y excelentes ideas, por llevarnos a descubrir la Axarquía. Pasamos unos días deliciosos aprendiendo y explorando esta otra Málaga. Un agradecimiento especial a Manuel y Mari por abrirnos las puertas de su lagar, sus viñas y secaderos, y contarnos su historia.
Esperamos regresar muy pronto porque la provincia de Málaga tiene mucho que ofrecer.
Artículo escrito por María Calvo Santos.
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Florencia
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La Axarquía es una de las zonas más bonitas de Málaga en cualquier época del año. Gracias por haber hecho una descripción tan evocativa de esta tierra rica en su gente y en sus paisajes.
El Giróscopo Viajero
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La Axarquía fue un gran descubrimiento para nosotros, Florencia. Una zona con paisajes bastante preservados y un rico patrimonio. De esos lugares a los que hay que regresar para seguir explorándolo. ¡Gracias por sus palabras y un saludo!