Los Pueblos Blancos de Cádiz II: Zahara, Algodonales, Setenil, Olvera, Villaluenga. Viaje al corazón de Andalucía

La singular construcción de Setenil de las Bodegas

Continuamos nuestro viaje por los pueblos blancos del interior de la provincia de Cadiz. Este es el segundo y último capitulo de esta maravillosa Ruta. Aquí descubrimos nuestras experiencias y los secretos que encontramos en Zahara de la Sierra, Setenil de las Bodegas, Algodonales, Olvera y Villaluenga del Rosario.

Para no perderse la primera parte: Los Pueblos Blancos de Cádiz I: Arcos, Bornos, El Bosque y Ubrique. 

Zahara de la Sierra, otro de los pueblos blancos más bellos de España.

Zahara de la Sierra un pueblo que encanta.

A 40 kilómetros al norte de Ubrique, rodeando el parque Natural de la Sierra de Grazalema, nos encontramos con otro pueblo precioso, Zahara de la Sierra. Otro pueblo de frontera entre Castilla y Granada en el que hoy podemos disfrutar de ese mestizaje arquitectónico. Al pie de la sierra del Jaral, destaca por su castillo de origen árabe (siglo XIII) anclado en un risco, su entramado urbano de andalusí, los restos de la ciudad medieval y de las murallas. Desde lo alto del castillo las vistas son espectaculares. Además allí se encuentra uno de los cementerios más bellos de los pueblos blancos, juntos al de Villaluenga del Rosario.

La orografía obligó a los distintos pobladores a escalonar sus viviendas y adaptar las calles a las faldas de la montaña. Varias iglesias y monumentos, como la Torre del Reloj adornan un pueblo preciosos bellos en sí mismo. Desde la Plaza del Ayuntamiento, con la iglesia de Santa María de la Mesa hay unas vistas increíbles del embalse de Zahara-El Gastor.

El mirador de Zahara con vistas al Embalse del Gastor y las callejuelas encaladas del pueblo
Vistas de Zahara de la Sierra y del castillo que domina toda la zona.

La visita del Castillo y la Torre del Homenaje, separadas por una senda que recorre toda la arista de la montaña, es espectacular. Y si hay tiempo disfrutar de la gastronomía local, por ejemplo los quemones de cebolla, las sopas hervías y los borrachos azucarados.

Ruta de la Garganta Verde en el pueblo blanco de Zahara de la Sierra.

Ruta de la Garganta Verde

Hemos mencionado el embalse de Zahara, lo que permite tener una playa fluvial en el interior de Cádiz. Algo muy recomendable si los calores se acercan, un privilegio increíble ya que hay buenas zonas para el baño, la acampada y el disfrute del senderismo. Pero si lo que les gusta son las emociones fuertes, les recomendamos sin dudarlo la ruta y el cañoning de Sendero de la Garganta Verde. Lo primero que tenemos que decir es que se trata de un recorrido de acceso restringido para el que hay que solicitar una autorización o hacerlo con guías. Para solicitar el acceso hay que dirigirse al centro de visitantes de El Bosque: cvelbosque@reservatuvisita.es TLF 956709733.

Para acceder al punto de partida hay que ascender ene ocho unos 4 km al sur de Zahara de la Sierra. Desde el aparcamiento el sendero tiene una longitud de 2,5 km ida y vuelta. Descendemos por una ruta espectacular en mitad de las montañas calizas de Grazalema hasta el cauce del arroyo Bocaleones. No es un recorrido fácil si no se está en buena condiciones físicas. Al final de la ruta nos encontramos con una enorme cavidad horadada durante milenios por el arroyo. Se la conoce como la Cueva de la Ermita. La zona es muy rica en fauna y flora. Entre los animales nos encontramos una gan colonia de buitres leonados. Recordamos que se trata de una zona de acceso restringido.

Descenso de cañoning del Arroyo Bocaleones.

Haciendo barranquismo en la Garganta Verde

Parece que el recorrido termina en la gran Cueva de la Ermita, pero este sólo es el comienzo. Lar rocas se abren en un estrecho cañón por el que discurre el arroyo cuando lleva agua. Es el principio de un recorrido de barraquismo de unos 5 km, bastante duro, sobre todo en verano, por el claro y la falta de agua. Las paredes calizas se elevan cientos de metros y nosotros saltamos a pozas y nos deslizamos por toboganes. Un recorrido impresionante para el que es necesario tener experiencia en cañoning o estar acompañado de profesionales.

Fue tan emocionante que hablaremos de él en otro artículo.

El sonido de las guitarras del luthier Rafa de Valeriano. Taller de artesanía de guitarra tradicional y flamenca en el pueblo blanco de Algodonales

Las guitarras flamencas de Rafa de Valeriano. En la foto su padre Valeriano Bernal

El sonido de las guitarras del luthier Valeriano Bernal resuena en el tiempo en tablaos y escenarios de todo el mundo. Buena parte de los músicos más ilustres del flamenco han apreciado la magia de las manos y del oido de este artesano único. Hoy, sus dignos herederos continúan con la tradición de la elaboración de guitarras tradicionales y flamencas en el taller de su padre, en Algodonales, uno de los Pueblos Blancos de Cádiz. Algodonales se encuentra a 17 km al norte de Zahara de la Sierra, ya de camino a Olvera. 

Uno de sus hijos, Rafa de Valeriano aprendió el oficio, convirtiéndose en uno de los mejores luthiers de España. Lo observamos trabajar en su taller, mientras su hermana Chari – también artesana – nos cuenta todo el proceso de elaboración de las guitarras.

Rafa de Valeriano en su taller de guitarras en el pueblo de Algodonales

En la tienda de la familia de Valeriano, contemplamos admirados las guitarras españolas y flamencas, así como viejos álbumes de fotos de grandes músicos que compartieron pasión con el gran Valeriano Bernal. Ese gran artesano realizó singulares construcciones y fue un gran innovador en la elaboración de guitarras y otros instrumentos en una búsqueda constante de nuevos sonidos. Nos marchamos con los recuerdos de largas veladas musicales en las que participaban grandes de la música no española, sino universal. Nos imaginamos a Paco de Lucía, mientras el maestro artesano Valeriano Bernal escuchaba el sonido magistral que le arrancaba a su guitarra, el más grande.

Chari, la hija de Valeriano Bernal probando el sonido mágino de las guitarras de Rafa de Valeriano

Setenenil de las Bodegas, el pueblo blanco excavado en las rocas. Un paseo por miradores y las calles de cuevas de la Sombra y del Sol

Seguimos hacia el este de la provincia para llegar a Setenil de las Bodegas, situado a 16km de Olvera y a 25km de Algodonales. Este bello pueblo se asentó en un cañón excavado por las aguas del río Guadalporcún, cuyos abrigos de roca han servido desde la Prehistoria como viviendas. Sus espectaculares calles cueva con techos de roca caliza son auténticos túneles bajo los que se cobijan viviendas, tiendas y restaurantes. El visitante boquiabierto sabe que está descubriendo uno de los pueblos más singulares de la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz. 

Setenil de las Bodegas. Boquiabiertos en la Calle Cuevas de la Sombra

Su belleza pintoresca es tal que hasta los nombres de las calles quieren reflejarla. Así las dos principales se llaman “Calle Cuevas del Sol” o “Calle Cuevas de la Sombra”, lo que le da un toque poético a estas inmensas obras arquitectónicas realizadas por la naturaleza y el hombre, mano a mano. Es un espectáculo caminar por la Calle Cuevas de la Sombra y mirar hacia esa enorme bóveda de piedra que parece que descansa sobre impecables casas blancas. Esta se comunica al pasar el puente con la Calle de las Cuevas del Sol que, como su nombre indica, recibe más luz solar, Ambas dejan espacio a numerosas terrazas de restaurantes donde se sientan los visitantes a contemplar esta maravilla geológica.

Calle Cuevas del Sol y Calle Cuevas de la Sombra en Setenil de las Bodegas

La ruta por Setenil de las Bodegas continúa por sus miradores con vistas fantásticas al propio pueblo blanco. Algunas paradas a reseñar son: la antigua casa consistorial, la torre homenaje del antiguo alcázar almohade del siglo XII y la muralla árabe. Asombra atravesar calles cubiertas con enormes bóvedas de roca, como Herrerías con su “Bésame en este rincón” o Mina y Calcetas. Las casas encaladas incrustadas en la roca que recuerdan un poco a las casas cueva de Guadix. El paseo puede finalizar – o tal vez comenzar – en las calles Jabonería y Cabrerizas, con sus numerosas casas trogloditas al cobijo de las rocas. Estas calles fueron escenario perfecto de películas y series de bandoleros, como la mítico “Curro Jiménez”.

Setenil de las Bodegas, otro pueblo blanco de Cádiz cuyas imágenes hablan más que mil palabras. A no ser aquellas del poeta Gerardo Diego: “Setenil de las Bodegas, donde el cielo es de Roca, y el silencio de sueño de piqueta”.

Bellísimo pueblo blanco Setenil de las Bodegas

Panorámicas desde el castillo del bello pueblo blanco de Olvera

Subiendo por las calles de la bella Olvera hacia su castillo

Termina nuestra segunda jornada de ruta por los Pueblos Blancos de Cádiz en la bella Olvera. Desde Olvera hay 100 km a Sevilla o a Jerez. El atardecer es la mejor hora para contemplarla desde las alturas de su castillo a 623 metros de altitud, una fortaleza árabe del siglo XII con su torre del Homenaje y varios torreones que sirvieron de defensa del reino nazarí de Granada. La subida por la calle Calzada hacia lo alto nos lleva por la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación que miramos primero de igual a igual y después desde arriba.

Eso se hace visitando el Castillo de Olvera.  Accedemos al castillo por el Edificio de la “Cilla” – sirvió de cilla o granero en tiempos de los Duques de Osuna – que alberga el Museo la Frontera y los Castillos y la Oficina de Turismo de Olvera. El castillo se encarama en un imponente risco que permite contemplar y avistar decenas de kilómetros a la redonda. De hecho adivinamos los montes de Zahara de la Sierra por donde hicimos la ruta de baranquismo.

La iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación

Ya en la torre del Homenaje una panorámica de 360º pone a nuestros pies uno de los más bellos pueblos blancos de Cádiz, con las casas encaladas apretadas en su casco antiguo – declarado Conjunto Histórico – y vistas de la Sierra de Cádiz. Dejamos que atardezca despacio en esta primavera avanzada. Mientras, nuestra mirada recorre las calles de Olvera, perdiéndose por los caminos que llevan a los olivares hasta alcanzar, en el horizonte, montañas y mares.

Otra perspectiva de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación desde lo alto del Castillo de Olvera
Panorámicas de Olvera desde lo alto de su castillo

En bici por la Vía Verde de la Sierra hasta el Peñón de Zaframagón. Colonias de buitres leonados

La Vía Verde de la Sierra

Precisamente amanecemos en Olvera para iniciar temprano y sin calores una ruta en bici por la Vía Verde de la Sierra. Se trata de otra de las numerosas vías verdes de Andalucía que discurren por antiguas líneas de ferrocarril y que se acondicionaron para uso de ciclistas, paseantes y jinetes.

En España hay más de 2900 km de vias verdes repartidas en 127 itinerarios. Este, concretamente, recorre 36 kilómetros de sendero llano por la antigua línea de tren Jerez-Almargen con terminus en Puerto Serrano, en la provincia de Sevilla. Con otras rutas en bici en mente: la Vía Verde del Hierro, en Almería, y la Vía Verde del Aceite, en Córdoba y Jaen, hacemos un tramo de la Vía Verde de la Sierra. Llegamos aproximadamente a la mitad del recorrido, donde se halla el bello enclave natural del Peñón de Zaframagón.  

En el majestuoso el Peñón de Zaframagón vive una de las mayores colonias nidificantes de buitres leonados de Europa

Precisamente amanecemos en Olvera para iniciar temprano y sin calores una ruta en bici por la Vía Verde de la Sierra. Se trata de otra de las numerosas vías verdes que discurren por antiguas líneas de ferrocarril y que se acondicionaron para uso de ciclistas, paseantes y jinetes. En España hay más de 2900 km de vias verdes repartidas en 127 itinerarios. Este, concretamente, recoge 36 kilómetros de sendero llano por la antigua línea de tren Jerez-Almargen con terminus en Puerto Serrano, en la provincia de Sevilla. Con otras rutas en bici en mente: la Vía Verde del Hierro, en Almería, y la Vía Verde del Aceite, en Córdoba y Jaén, hacemos un tramo de la Vía Verde de la Sierra. Llegamos aproximadamente a la mitad del recorrido, donde se halla el bello enclave natural del Peñón de Zaframagón.

Pedaleamos cruzando el curso de los ríos Guadalete y Guadalporcún, atravesando el paisaje de la Sierra de Cádiz. Puentes y varios túneles nos permiten resguardarnos del sol del mediodía. Hasta que aparece majestuoso el Peñón de Zaframagón, una bella formación rocosa de unos 584 metros donde vive una de las mayores colonias de buitres leonados de Europa con 150 parejas reproductoras. Contemplamos su vuelo de planeadores y este bellísimo enclave natural desde un largo puente que continúa hasta el Centro de Interpretación y Observatorio ornitológico, situado frente a la Reserva Natural del Peñón de Zaframagón. 

El Peñón de Zaframagrón y el Centro de Interpretación y Observatorio ornitológico

Allí aprendemos más sobre los buitres leonados, un ave protegida cuya población ha logrado recuperarse. En España vive el 80% de los buitres de Europa, y Andalucía es la región más poblada. Sólo en la provincia de Cádiz hay 2000 parejas distribuidas entre los Parques Naturales de Los Alcornocales y de Sierra de Grazalema.

La Vía Verde de la Sierra sigue hasta la provincia de Sevilla hasta Coripe. Allí está el espectacular Chaparro de la Vega, declarado Monumento Natural, con una altura de 13 metros y un diámetro de 30 metros. La Vía Verde termina en Puerto Serrano. Dejamos el tramo sevillano para otra ocasión y regresamos sobre nuestros pasos, pedaleando de nuevo hacia Olvera huyendo del intenso sol de mediodía. 

En bici por la Vía Verde de la Sierra
Mapa de la Vía Verde desde Puesto Serrano hasta Olvera
Mapa de la Vía Verde desde Puerto Serrano hasta Olvera

La Paz y belleza del cementerio más bonito de España en el pueblo blanco de Villaluenga del Rosario

La Paz y belleza del cementerio más bonito de España en Villaluenga del Rosario

El descanso merecido lo hacemos en autobús por la carretera que lleva a Villaluenga del Rosario. El recorrido de 56 km requiere casi una hora desde Olvera, pero es un viaje con recompensa. Villaluenga también es tierra del Queso Payoyo – nos llevaremos alguno para degustar en casa -. La carretera es una de las más bellas de este viaje por los Pueblos Blancos de Cádiz.

La ruta está llena de alcornoques centenarios cosechados- por el aprovechamiento tradicional de su corteza para la industria vitivinícola – y por los paisajes serranos a los que nos vamos acercando. Y es que Villaluenga del Rosario es un pueblo blanco encaramado a 858 metros de altitud. Caminar a pleno sol por sus callejuelas empinadas, después de comer se nos hace algo complicado. Buscamos pues la sombra de las casas encaladas hasta llegar a uno de sus más monumentos más curiosos, su plaza de toros octogonal. Es la más antigua de la provincia, data del siglo XVI y se encuentra entre rocas, como todo el pueblo de Villaluenga. Cada vez se usa más para eventos y menos para corridas, algo que preferimos.

Las calles de Villaluenga del Rosario llevan a su singular plaza de toros octogonal

No podemos dejar de subir a uno de sus miradores para contemplar el pueblo desde arriba, aunque el calor aprieta y desearíamos meternos en una de las numerosas cuevas que hay en la zona. No olvidemos que el que vemos es un paisaje kárstico, por tanto auténtico paraíso para los amantes de la espeleología.

El Mirador de Villaluenga del Rosario

Pero en su lugar, buscamos la sombra y la paz en su cementerio que resulta ser uno de los más bonitos de España. Y no es de extrañar, ya que nada más entrar vemos una imagen sublime: la estructura desnuda de la bóveda de una capilla que todavía se mantiene en pie protegiendo las tumbas de los que llevan años fuera de este mundo. Incluido el poeta de Villaluenga del Rosario, Pedro Pérez Clotet que seguramente continúa haciendo odas allá donde esté a la belleza de su pueblo. Este miembro de la Generación del 27 descansa en paz en este cementerio con vistas.

Uno de los cementerios más bonitos de España, el de Villaluenga del Rosario

Recorremos las calles entre nichos floridos curioseando fechas, nombres antiguos y lápidas Art Déco. Aunque nuestra vista se despista subiendo sierra arriba, tocando casi el cielo. O sierra abajo, para contemplar las casas encaladas de Villaluenga del Rosario. Pues su cementerio es un auténtico mirador hacia uno de los más bonitos pueblos blancos de Cádiz.

Es también la situación de este cementerio la que lo hace el más bello de España. Y, claro, la vieja capilla sin bóveda, que mejor está así, como la del cementerio de Cambados en Galicia, que precisamente por esa razón parece todavía más misteriosa. Como la muerte que habita ambos cementerios y que aquí no parece tan terrible. De la Parca nos ponemos a hablar – la que ya se llevó a alguno de los nuestros -, y de los cementerios, a los que acudimos para buscarlos, o para encontrar la paz por la ausencia. Aquí, desde luego, la encontramos.

La belleza del cementerio de Villaluenga del Rosario

Y nos da por pensar que, esta parada final de nuestro viaje por los Pueblos Blancos de Cádiz, no podría ser más adecuada. Más tarde, cuando caiga la tarde y ya algunos de nosotros hayan emprendido su camino, habrá tiempo para despedirnos y celebrar la vida.

Dónde dormir en los Pueblos Blancos de Cádiz

Existen numerosos hoteles, casas rurales y hasta un parador nacional – el de Arcos de la Frontera – para alojarse en los Pueblos Blancos de Cádiz. Nosotros nos alojamos en el Hotel Rural Las truchas, en El Bosque, en pleno centro del mapa. bien situado en el bello entorno del pueblito de El Bosque, con frescas habitaciones con balcón y piscina para refrescarnos a última hora del día. Allí donde realizamos los talleres de queso payoyo y de pan. Y también donde probamos los deliciosos molletes con aceite de oliva, tan típicos de esta zona de Cádiz, ¡todo un descubrimiento culinario!

Ideal para iniciar la ruta por los pueblos blancos, para disfrutar de la tranquilidad y de la naturaleza en la Ruta por el río Majaceite.

Gastronomía de los Pueblos Blancos de Cádiz

En Olvera nos hospedamos en otro hoteles rurales Tugasa, también muy céntrico y perfecto para descubrir la ciudad y los pueblos que la rodean.

Más rutas por los Pueblos Blancos de Cádiz

En estos artículo sólo aparecen algunos de los pueblos blancos que visitamos en este viaje: El Bosque, Algodonales, Setenil de las Bodegas, Olvera y Villaluenga del Rosario. Por la simple razón de que se alargaría mucho, pues hay tanto que ver y qué hacer…

En una segunda parte de nuestro viaje por los Pueblos Blancos de Cádiz pasaremos por Arcos de la Frontera, Bornos, Ubrique y Zahara de la Sierra.

Para otro viaje por los Pueblos Blancos de Cádiz dejaremos Espera, un pueblo con olor a pan y a aceite; Algar, situado en pleno Parque Natural de los Alcornocales, con el espectacular Tajo del Águila; Prado del Rey y las Salinas de Iptuci, las únicas salinas de interior conservadas en la provincia de Cádiz. Villamartín …Benacoaz, su barrio nazarí y la calzada romana de Benaocaz a Ubrique. Grazalema, belleza blanca situada en pleno Parque Nacional, para conocer uno de sus tesoros: el pinsapar, reliquia de la Era Terciaria. O El Gastor, otro de los balcones de los Pueblos Blancos junto con Arcos de la Frontera, por estar situado en la ladera de un tajo.

Más información sobre Cadiz y la Andalucía Insólita en la Guía en pdf que escribimos para Turismo Andaluz.

2 comentarios de “Los Pueblos Blancos de Cádiz II: Zahara, Algodonales, Setenil, Olvera, Villaluenga. Viaje al corazón de Andalucía

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