Descenso de un acantilado de vértigo en el Parque Nacional de Repovesi, Finlandia

Descendiendo el Monte Olhava

Nuestro viaje por tres parques nacionales en Finlandia en verano fueron una sucesión de emociones que nos confirmaron una vez más que este país escandinavo es ideal para hacer turismo activo en cualquier época del año. Tras vivir una jornada excitante de rafting en los Rápidos de Ruunaa y hacer 15 kilómetros de senderismo en el Parque Nacional de Patvinsuo, experimentando ese silencio de los parques nacionales de Finlandia, nos dirigimos al Parque Nacional de Repovesi. Allí nos espera una de las experiencias más emocionantes del viaje: el descenso del espectacular precipicio de Olhanvanvuori, uno de los rincones más bellos de la región de Savonia del sur.

El Parque Nacional de Repovesi ofrece al visitante parajes fascinantes como el acantilado de Olhava, con sus 50 metros de altura. Uno de los destinos favoritos de los amantes de la escalada y del rápel en Finlandia. El acantilado de Olhavaes uno de los acantilados de granito que, junto con los de Mustalamminvuori y Katajavuori se formaron por el movimiento de la corteza terrestre, la Edad de Hielo y la erosión. Todavía pueden verse algunas huellas claras de los glaciares en las rocas.

Llegar en lancha al acantilado de Olhava

Llegar en barca al acantilado de Olhava

Para llegar al acantilado de Olhavanvuori -“olhava” es una antigua palabra saami que significa acantilado o desfiladero-, tenemos que hacer un trayecto en barca por el lago Ruskiasalmi, en pleno Parque Nacional de Repovesi, una oportunidad para disfrutar una vez más de la naturaleza de Finlandia desde un punto de vista diferente. Siempre es un placer surcar las aguas de un lago y contemplar las orillas con cabañas semiocultas donde los finlandeses tienen sus refugios vacacionales. 

Hacemos una parada para intentar apreciar los trazos de las pinturas rupestres en una de las rocas, ya que apenas pueden verse debido a las condiciones climáticas. Al parecer este era un lugar sagrado en otro tiempo para los habitantes de estos bosques.

El trayecto en barca hasta el punto de partida que lleva al acantilado de Olhavanvuori es de unos 15 minutos. Una vez en tierra, seguimos 10 minutos más por un sendero cuesta arriba hasta la cima de la colina.

Olhanvanvuori, un acantilado que quita el aliento

El impresionante acantilado de Olhava

Una vez en la cima comienza el espectáculo. Vale la pena llegar hasta aquí solo para contemplar las magníficas vistas panorámicas. Se pueden ver los bosques de una parte del Parque Nacional de Repovesi, e incluso se puede divisar la torre blanca de Elving. Impresiona mirar hacia abajo y ver el muro de la roca de Olhava: una pared recta que se eleva a 50 metros de la superficie del lago Olhavanlampi. El panorama es tan bello como sobrecogedor. Solo pensar que en unos minutos podemos estar descendiendo este imponente desfiladero, nos deja sin aliento.

El equipo de guías está formado por dos personas: Kauri, que está preparando el equipo de arneses y cuerdas para que comience esta actividad de rápel, y su ayudante, que nos espera abajo por seguridad y para trasladarnos después en bote al punto de partida. Ya que a la roca de Olhavanlampi solo puede accederse desde abajo en bote. 

Se instala un silencio emocionante entre nosotros, mezclado con risas nerviosas. La verdad es que no estoy muy segura de poder descender este espectacular acantilado. Al menos estoy dispuesta a hacerlo y nuestro guía Kauri nos anima diciendo que esta actividad de rápel la hacen hasta los niños pequeños y gente de setenta y pico años. Aún así, cuesta enfrentarse al vértigo y a la emoción de sentirse colgado en un precipicio de 50 metros.

Valientes viajeros giroscópicos descendiendo el acantilado de Olhanvanvuori

Emoción en el descenso del acantilado de Olhava

Supongo que el truco está en no pensar y en no mirar hacia abajo. El problema es que antes de descender ya habíamos visto lo que nos esperaba. Voy de primera y me parece increíble estar ya ahí, los pies contra la pared, en posición de descenso, como si fuese una profesional del rápel. Me recuerda la primera y única vez que hicimos rápel, más bien canyoning en las entrañas del Parque ecológico de Funchal, en Madeira. Allí aprendimos la técnica, menos mal, al menos estamos algo preparados para descender el acantilado de Olhava. Lo que está claro es que, aunque uno sea un primerizo, la emoción es igualmente desbordante. Y en este rincón de Finlandia, con esta altura, todavía lo es más. 

Otro episodio viene a mi mente, en el que también vivimos una emoción parecida: fue en la región de la Dordoña, en Francia, cuando nos convertimos por un día en acróbatas en la via ferrata por los acantilados de los Jardines suspendidos de Marqueyssac. Aunque temo las alturas, debo admitir que me atraen enormemente. En los aviones paso miedo al principio, y luego me fascina mirar como pasan paisajes y ciudades a medida que avanzamos. Y siempre busco los sitios altos para tener las mejores vistas.

En estos momentos tengo que confesar que me tiemblan las manos y las piernas en los primeros metros. Pienso que no podré hacerlo, pero ahí estoy suspendida en el vacío, sujeta solo por unas cuerdas. No miro hacia abajo, no se me ocurre…hasta que al bajar unos metros, Kauri me para y me pide que haga alguna foto y que mire hacia abajo. Le digo que no, que imposible. Desde este punto puedo verlos a ellos ahí arriba observándome expectantes.

Y de pronto algo cambia, me siento segura y me relajo. Entonces es cuando agarro mi cámara y les hago una foto, y luego otra hacia abajo, incluso me paro a mirar: el lago oscuro, la roca en la que está la guía sujetando la cuerda, un árbol que sale disparado de la pared del acantilado. 

Después el descenso es como si fuera más fácil. Kauri hasta me pide que dé esos saltitos que dan los escaladores para bajar más rápido. Lo intento, pero mi técnica no está muy depurada. Así que bajo despacio, pero ya disfrutando. Y eso hace que me sienta todavía más emocionada. 

Vistas de vértigo descendiendo por la Roca Olhava

La consciencia de estar en semejante acantilado me hace sentir bien, hace que este sea un momento especial. Hasta deseo que no se termine cuando veo cada vez más cerca a la otra guía. Llego al suelo y miro satisfecha y exaltada hacia arriba: ¡se ve tan bello desde aquí el acantilado de Olhavanvuori!. Me siento orgullosa y nerviosa al mismo tiempo, con la adrenalina disparada. Solo una cosa puede calmarme: un buen baño en el lago Olhavanlampi. 

Así que mientras comienza el descenso del otro viajero giróscopo, me tiro a las aguas del lago que calman mi excitación. Y de pronto adquiero un punto de visa privilegiado de este pequeño escalador agarrado a las paredes de Olhavanvuori. Y miro a mi alrededor la belleza del Parque Nacional de Repovesi.

Continúa la emoción con mis compañeros de rápel, ahora les toca a ellos vivir esta extraordinaria experiencia. Cuando terminan, nos miramos felices por haber conseguido esta hazaña. Al menos lo es para nosotros. 

Descendiendo las paredes verticales de Olhava

Regresamos en bote hacia el punto donde dejamos la barca que nos llevará  de regreso por las aguas de Repovesi. El anterior sentimiento de temor ha dejado paso a otro de entusiasmo y júbilo. Nos quedamos con las imágenes desde la cima del acantilado de Olhavanvuori, con las maravillosas panorámicas del Parque Nacional de Repovesi. Y con la emoción de haber logrado hacer rápel en la formidable roca de Olhavanvuori.

Cómo llegar a Parque Nacional de Repovesi y al acantilado de Olhavanvuori

El Parque Nacional de Repovesi está al sur de Finlandia, en la región de Savonia del sur, a una hora en coche de Kouvola. Para llegar a Kouvola en tren o en autobus, hay que pasar por Lahti. El trayecto Vantaa-Kouvola en transporte público es de 2h40.

Lo mejor es alquilar un coche para recorrer el Parque Nacional de Repovesi. El punto de partida para llegar al monte Olhava es la estación de tren de Hillosensalmi, 40 km al norte del centro de Kouvola.

Información en el Parque Nacional de Repovesi

Alojarse en el Parque Nacional de Repovesi

Parece inimaginable encontrarse un alojamiento de lujo como la mansión Kirjokiven (el Kirjokiven kartano) en pleno Parque Nacional de Repovesi. Y sin embargo, ahí está, incluso puede verse desde el tren que pasa muy cerca del lago Joutsenlahti, a orillas del cual se encuentra esta magnífica mansión.

Disfrutamos paseando por sus jardines, en su extraordinaria sauna alternando con un baño en el lago Joutsenlahti, y saboreando las delicias de la gastronomía finlandesa en sus salones.

Además ofrece la posibilidad de visitar el Museo del coche de Woikoski y el museo de la factoría Woikoski.

Pueden reservar su alojamiento en Repovesi aquí.

Antes de la «gran hazaña» 😉

Agradecimientos

Gracias a Tiina Hakkarainen por acompañarnos en esta emocionante aventura de rapel por la colina de Olhava. Siempre grandes momentos con esta guía de los parques nacionales de Finlandia.

Gracias a Kari de Sikkailuviikari, sin quien no hubiera sido posible descender este espectacular precipicio de 50 metros en el Parque Nacional de Repovesi. 

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