¡Qué sorpresa encontrar vino de bayas en Finlandia! La cantidad de estos pequeños frutos es tan grande en los bosques de este país, que además de dedicar una parte del verano a recolectar bayas, algunos finlandeses se dedican a hacer vino y licores. A lo largo de nuestros viajes por Finlandia descubrimos ya tres destilerías donde se fabrican diferentes tipos de vinos de bayas y de otras frutas como las manzanas, y ahora también comienzan con la miel. En total, en la actualidad hay 35 destilerías de vino de bayas en Finlandia, la mayoría de las cuales se concentran en la parte centro sur – en Laponia solo hay una -, dedicándose la parte oeste sobre todo a los vinos de manzana y la parte este sobre todo a los vinos de bayas.
Sí, lo sabemos, ¿llamarle vino a algo hecho con bayas? ¿por qué no?. Juramos que si hacemos una degustación a ciegas, en algunos casos no sabríamos si es vino de uva o vino de baya, el sabor es tan similar que podría llevarnos a equivocarnos. Podríamos hablar de una increíble variedad de aromas, de sabores, intensos de estos vinos más o menos secos, más o menos dulces, que nos hacen recordar vinos españoles, franceses, italianos o portugueses.
Lo cierto es que, cuando viajamos a cualquier país, en este caso a Finlandia, es necesario tener la mente abierta a nuevos lugares, tradiciones, formas de ser, pero también a nuevos productos para poder probarlos sin ningún tipo de perjuicios, comparándolos con lo que conocemos, pero no pensando que lo único bueno es lo nuestro. Al fin y al cabo, viajar es eso, abrirnos a otros lugares, ponerlos en la piel de los que allí viven, vivir como ellos. Y nosotros en Finlandia intentamos vivir como finlandeses, la mejor forma de comprender este país escandinavo.
Acompáñennos pues a estas bodegas o Viinitila, a estas destilerías donde se fabrica vino de bayas finlandés cuyos aromas penetrarán en su olfato, cuyos sabores inundarán su gusto, haciéndoles quizás perder los sentidos.
Vino de bayas finlandés en la región del Lago Saimaa: Bodega Ollinmäki
El Lago Saimaa es uno de los grandes de Finlandia, se extiende a lo largo de 400 kilómetros ofreciendo al visitante un paisaje de lagos, bosques e islas. En este panorama espectacular, muy cerca de Mikkeli, se encuentra la Bodega Ollinmäki, que visitamos poco después de desayunar. Un edificio de madera con una bonita torre de planta redonda donde hay un bar con vistas panorámicas. En el interior del edificio está la destilería, que podemos ver a través de unos cristales, pero también una pequeña tienda y un restaurante. En la bodega Ollinmäki se celebran eventos e incluso uno puede alojarse en unas cabañas.
Una degustación de vinos de bayas y de tapas finlandesas nos esperaba para comenzar bien el día. Quizás un poco temprano, pero una buena elección ya que esos aromas y sabores nos quedarán durante toda la jornada. Nos recibe una amable y bellísima mujer como de otro tiempo, de los años 1950, que no sé porqué nos recuerda a algunas mujeres que salen en las películas de Aki Kaurismaki.
Es ella la maestra de ceremonias y hacemos una especie de ritual de degustación de los vinos de bayas finlandeses de la región del Lago Saimaa. Comenzamos por uno de bayas fuerte, que recuerda al coñac, que degustamos después con carne de alce o un pastel salado para realzar su sabor. Con el segundo llega la sorpresa pues es un blanco que no sabríamos distinguir con alguno de los blancos de uva que conocemos. La mujer nos insta a adivinar de qué baya está hecho este vino finlandés, y no conseguimos adivinar, pues es ¡de manzana!. Con Muikku, uno de los pescados famosos de los lagos de Finlandia, sabe todavía mejor. Después llega el turno de un vino rosado, de arándanos, otra agradable sorpresa que inunda nuestro paladar de aromas diferentes. Ideal para degustar con pan tostado y queso. Para terminar, pasamos a los espumosos y a licores fuertes.
Los finlandeses adoran los vinos espumosos
Desde el primer viaje a Finlandia nos dimos cuenta de que los finlandeses adoran los vinos espumosos. En cualquier evento aparecen las botellas frescas de vino espumoso, de cava o de champán para animar la fiesta. En verano es una de las bebidas más vendidas, aunque las cervezas no se quedan atrás – por cierto, en otra ocasión hablaremos de la gran variedad de cervezas artesanas y de las micro cerveceras que hay en el país -. Cuando los días son largos y los atardeceres eternos en Finlandia, la gente sale afuera y aprovecha hasta el último minuto las horas de luz, ya que después llegará la oscuridad la otra parte del año. Así que los finlandeses se reúnen en parques y hacen comidas familiares en sus cabañas o con amigos, donde siempre aparece un vino espumoso. También en los muchos festivales de música de verano aparece esta bebida, como cuando estuvimos en el Festival de Jazz de Pori y una de las estampas era la gente sentada en el césped bebiendo vino espumoso.
Y aunque los precios de este último pueden ser desorbitantes y los del cava procedente de España altos, los de los vinos espumosos no lo son tanto. Pero esos vinos espumosos también se producen en Finlandia, y en todas las bodegas que visitamos ahí estaban, como en la bodega Ollinmäki y por supuesto eran también de bayas – en muchos casos mezclan varios tipos diferentes -, y el resultado no está nada mal. La señora de película nos ofrece un vino espumoso de su bodega y lo cierto es que nos gustó, no nos pareció demasiado dulce, y el sabor de las bayas se notaba, aunque no era fácil adivinar cuál era. Para terminar esta degustación de vinos de bayas finlandeses, le tocó la vez a los licores…otra sorpresa.
Y también los licores finlandeses como el Pontikka
Cuando llegamos en el primer viaje a Finlandia ya oímos hablar de el Pontikka, uno de los licores más conocidos del país, además del vodka. Aunque también hay que decir que probamos ginebras finlandeses que nos entusiasmaron. Y, all parecer también los wiskies fabricados en Finlandia son deliciosos.
El Pontikka es un licor que deriva del fino francés “pontet canet” famoso entre la burguesía finesa del siglo XIX. En la bodega del Lago Saimaa, la Viinitila Ollinmäki, degustamos dos tipos de Pontikka: el normal y el Pontikka de terva. La terva es alquitrán, que en muchos países se puede obtener del petróleo, de la turba, pero en los países nórdicos se obtiene de la madera. Y se utiliza para calafatear los techos y barcos, pero también como aditivo y saborizante en el alcohol y en algunos alimentos. De hecho son microvícidas, es decir, matan los microbios, además de tener un olor muy agradable.
Ahora ese olor de la terva lo asociamos con Finlandia, ya que nos conquistó desde el primer momento: lo olimos en la madera podrida de los bosques finlandeses en las saunas, en algunos jabones y champús, y también lo probamos en varios alimentos. Y ahora siempre que oímos la palabra terva nos lanzamos a conocer el producto. Ya habíamos probado cerveza artesana finlandesa con terva, y en la bodega Ollinmäki la probamos en el Pontikka. Y aunque estaba un poco dulce, nos pareció atrevido y delicioso.
Aunque el licor más rico era el licor de Picea – uno de los tres árboles que vemos en los bosques finlandeses junto con el pino y el abedul -, con un aroma embriagador, no demasiado dulce. Resultó ser una delicia.
Vino de bayas del Archipiélago de Turku. Bodega Tammiluoto, en la isla de Parainen
La visita a la bodega del Lago Saimaa nos recuerda al primer verano en Finlandia, cuando hicimos una ruta por el bonito Archipiélago de Turku, y en la isla de Parainen o Pargas (en sueco) (a 30 kilómetros de Turku) descubrimos el vino de bayas. Atravesamos plantaciones de bayas y de manzanos antes de llegar a la Bodega Tammiluoto (Tammiluodon Viinitila) que se encuentra en un entorno natural único. Es uno de esos lugares como hay muchos en Finlandia que parecen tarjetas postales, con el reflejo de los árboles en las aguas.
Esta bodega de vino de bayas de la isla de Pargas es bastante grande y ofrece bonitos espacios para degustaciones en edificios llenos de encanto. Pero también están destinados a eventos y bodas. La degustación la hacemos en uno de esos edificios con unas enormes ventanales que miran al paisaje idílico de la isla de Parainen. Comenzamos con los vinos de bayas, de los más secos a los más dulces, y también degustamos vinos de otras frutas. Esos sabores resultaron sorprendentes, pues se ponían a la altura de algunos vinos de uva que conocemos.
En el mismo viaje estival por Finlandia visitamos otra de las 35 bodegas de vinos de bayas que hay en Finlandia. En esta ocasión más al norte, a tan solo media hora de Tampere.
Vino de bayas en Tampere. Bodega Rönnvik
En la localidad de Pälkäne, en plena campiña finlandesa descubrimos la Bodega Rönnvik. Una ocasión para conocer la belleza de la región y para conocer también la gastronomía, ya que en esta bodega, como en otras bodegas de Finlandia, se pueden degustar productos locales.
Pero además, esta visita a la Bodega Rönnvik supuso también una oportunidad para admirar el patrimonio arquitectónico finlandés, ya que como las anteriores bodegas, se encuentra en un magnífico edificio de madera pintado de rojo Falun típico de la arquitectura finlandesa construida en el campo en el siglo XVIII.
En la Bodega Rönnivik también probamos una serie de vinos, ya que la variedad es grande: vinos de arándanos rojos, de arándanos negros, y de otras bayas silvestres, así como vino de manzana y alguna sidra. Disfrutamos a partes iguales del recorrido por los paisajes finlandeses, de la bonita arquitectura y de los vinos de bayas. E incluso de una exposición de arte, fenómeno que encontramos en muchos locales finlandeses como restaurantes, cafés, hoteles, sobre todo en verano, que ofrecen al visitante la posibilidad de sentarse a tomar algo, pero también a disfrutar de una exposición de arte.
Producido en Finlandia – Made in Finland
Para terminar, algunas palabras sobre las particularidades que existen en Finlandia con respecto a los productos producidos en el país, y también a su comercialización. Muchos productos fabricados en Finlandia, como estos vinos de bayas, tienen tienen una etiqueta que los distingue como producto “Made in Finland”. Y eso que en el caso del alcohol, las propias bodegas productoras no pueden vender su propio alcohol… Pero hablemos primero de la etiqueta.
Se trata de un cisne blanco con la bandera finlandesa y la frase: “Hyvää Somesta – Gott Från Finland” (“hecho en Finlandia”, de 1993) y Ruokaa Omasta Maasta (“comida de nuestro país”, se añadió en 2012). Y alude a que tanto la materia prima como el trabajo son 100% finlandeses, lo cual es una forma de apoyar el mercado local. Se consideran productos de calidad, cuyo origen es conocido y que resultan de un trabajo de cooperación de los locales en toda la cadena de producción: productores, empresas, empleados, minoristas y consumidores. En la actualidad utilizan esta etiqueta unos 300 productores en Finlandia, dentro de los cuales se encuentran las microempresas artesanales que producen a mano con ingredientes propios.
La etiqueta “Hyvää Suomesta” es una marca apreciada en Finlandia, tanto como la utilizada en los textiles y otros productos artesanos que tienen otra etiqueta, una bandera finlandesa dentro de una llave que reza: “Tehty Suomessa” (“producido en Finlandia”), que ha ayudado a los finlandeses a elegir una alternativa doméstica en la que confían desde hace 50 años. Y que dice que se ha producido en Finlandia y que se emplea en el mismo país, y que está supervisado y gestionado por la Federación de Trabajo de Finlandia, lo cual es una garantía.
Todos estos vinos de bayas de las bodegas que visitamos tenían esta etiqueta.
El difícil camino para comercializar alcohol en las bodegas
La particularidad de Finlandia con respecto a la comercialización y al consumo del alcohol es que este no puede venderse en cualquier lugar. La legislación en torno al alcohol es muy estricta en el país. Hay unas tiendas especializadas donde se vende alcohol, la empresa pública Alko, el único lugar donde se puede vender alcohol de más de 5º. Es ahí donde se pueden comprar los vinos y licores fuertes.
En las bodegas que visitamos no pudimos comprar pues el vino producido por ellos, algo totalmente extraño para nosotros, ya que en la mayoría de los países de Europa las bodegas venden su propio vino. Así que el vino que terminamos llevándonos eran obsequios hechos por los vinateros. Al parecer la legislación va cambiando poco a poco, esperemos que en breve podamos comprar vinos de bayas en Finlandia.
La sorpresa del vino de bayas en Finlandia
Al final del viaje nos quedamos con la sorpresa del vino de bayas en Finlandia, una más de las muchas sorpresas que nos encontramos a lo largo de nuestros periplos por este país escandinavo, que se transforma con las estaciones y que nos hacen regresar una y otra vez.
Sabíamos que Finlandia no es un país donde se cultive la uva, por lo tanto era imposible esperar vinos tal y como los conocemos en el sur de Europa o en otros lugares del mundo. Por eso nos entusiasmamos cuando descubrimos los vinos de bayas, procedentes de unos frutos muy apreciados en Finlandia por ser saludables, y que se utilizan a diario en la gastronomía finlandesa. Y podemos decir que han logrado un gran éxito elaborando estos vinos y licores de bayas. Otra razón más para animar a los viajeros a conocer este país que atrapa.
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Salimos entusiasmados de la bodega o Viinitila Ollinmäki, de la Bodega Tammiluoto y de la Bodega Rönnivik, con unas botellas de vino de bayas en las manos, que más tarde disfrutamos con amigos finlandeses en alguna celebración veraniega. En las fotografías se queda reflejada la satisfacción de haber hecho una pequeña ruta por algunos pedazos de la geografía finlandesa para degustar los vinos y licores de bayas.
Agradecimientos
Gracias a las bodegas Ollinmäki, de la Bodega Tammiluoto y de la Bodega Rönnivik por abrirnos las puertas a sus Viinitila y a los vinos de bayas. Gracias también a Visit Saimaa, a Visit Tampere y a Visit Archipelago por la acogida.
Artículo escrito por María Calvo Santos.
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claudio
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Muy interesante, creo que es de los pocos lugares en que se fabrica vino de manzana. En otros lugares solo sidra.
El Giróscopo Viajero
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Cierto, nosotros tampoco lo habíamos probado en ningún otro lado. ¡Son toda una sorpresa los vinos finlandeses!
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