El pueblo abandonado de Vathia en la península de Mani

¡Oh, Soledad! Si contigo debo vivir,
Que no sea en el desordenado sufrir
De turbias y sombrías moradas…

John Keats (Extracto de su poema A la Soledad)

John Keats murió en Roma (en la casa junto a la escalinata de Plaza España), pero su alma bien podría reposar entre la soledad de Vathia. El poeta británico vivió su breve existencia admirando la Grecia clásica, como demuestra sus versos más famosos de Oda a una urna griega.

En nuestro viaje por el Peloponeso una buena recomendación de nuestros anfitriones en la casa rural de la península de Mani, en el sureste de Laconia. nos llevó a parar en el pueblo abandonado de Vathia.

Casa Torre del pueblo de Vathia en el Peloponeso
Casa Torre del pueblo de Vathia en el Peloponeso

Dicen que Mani es el salvaje Oeste de Grecia, donde las duras condiciones de vida llevaron a mucha población a emigrar, gran parte a los Estados Unidos. Sus gentes son duras, y a veces cuesta traspasar esa coraza ante los bárbaros que llegamos con prisas a agitar su paz. En Mani hay que bajar las revoluciones y empaparse de ese arte de vivir la vida a sorbos lentos.

Pueblo abandonado de Vathia

Vathia es posiblemente el mejor pueblo para admirar la arquitectura tradicional de la península de Mani, fundamentada en el uso y aprovechamiento de la piedra local. Los habitantes construyeron sus casas como torres, no solo para defenderse de lo externo, si no recelosos de sus propios vecinos. En realidad, la tradición oral recuerda los enfrentamientos entre dos clanes rivales de Vathia, que causaron episodios violentos de venganzas familiares durante un par de generaciones en el siglo XVIII. Tras la segunda guerra mundial Vathia vivió años de extrema dificultad económica, y la diáspora griega en Estados Unidos acogió a muchos de sus habitantes que dejaron el pueblo.

Huellas vivas del pasado habitado del pueblo de Vathia
Huellas vivas del pasado habitado del pueblo de Vathia

En 1979 toda la población de la aldea era de 11 residentes, en su mayoría mujeres pobres de edad avanzada, rodeadas de ruinas. La electricidad llegó allí en 1980 cuando la Junta de Turismo de Grecia hizo un esfuerzo para restaurar las torres con el fin de explotarlas para el alojamiento de vacaciones, pero este esfuerzo no se hizo realidad, ya que solo algunas de ellas están habitadas hoy.

En las colinas y laderas de las montañas alrededor de Vatheia, hay grupos de casas abandonadas, torres y capillas conocidas como la perichora o palaiochora , que significa alrededores, pero que sirve para denominar a estructuras megalíticas.

En la península de Mani hay diferentes pueblos similares a Vathia, pero su localización en la colina, con vistas al mar, su absoluto silencio y la cercanía de la carretera que va hacia el Cabo Tenaro en el sur, hacen que sea el predilecto para los fotógrafos. Este ejemplo icónico de la arquitectura del sur de Mani (denominada Maniotas haciendo referencia a su población),se desarrolló durante los siglos XVIII y XIX. En su mayor parte, los Maniots vivían en aldeas fortificadas (y «torres de casas») donde defendían sus tierras contra los ejércitos de Guillermo II Villehardouin, príncipe de Acaya en el siglo XIII; y más tarde contra los del Imperio Otomano. Vathia se menciona por primera vez en 1571, durante una misión diplomática veneciana, como «casale di Vathia».

Molino para el grano en una de las casas del pueblo de Vathia
Molino para el grano en una de las casas del pueblo de Vathia

Como descendientes de los antiguos dorios, los Maniots siempre han sido conocidos como guerreros feroces; en realidad, los turcos nunca han ocupado Mani. Como su tierra estaba bastante aislada y apenas accesible, desarrollaron una identidad cultural orgullosa y algo hosca. Detrás de esa fachada se consigue con un poco de paciencia, estrechar lazos y conocer la historia de sus gentes.

Torres que se caen como castillos de naipes en Vathia
Torres que se caen como castillos de naipes en Vathia

Caminamos por sus empedradas calles, asomando la cabeza entra casas en ruinas cuyas paredes han cedido al paso del tiempo. La ausencia de puertas hace que podamos entrar en otras y constatar como en algunos casos parecen haberse abandonado con la esperanza de volver algún día. Platos sobre las mesas, muebles austeros que han sobrevivido a los saqueos, y alguna silla frente al espejo donde quizá se evaporaron los últimos ancianos que vieron partir a los jóvenes buscando un futuro menos duro.

Paisaje del pueblo abandonado de Vathia
Paisaje del pueblo abandonado de Vathia

Hay algo indescriptible e indescifrable en el aire de sus calles. La hierba crecida trata de ganar terreno pero la piedra de Vathia parece la cáscara resbaladiza sobre la que no crece nada. Ese aspecto inerte se alimenta de muros y torres precarias que se desparraman como si el furioso sol pudiera derretirlos. Solo las abejas parecen haber repoblado las casas, furiosas si se les viola su intimidad. En una de las casas cajas de cerveza llenas y cubiertas de polvo se amontonan extrañamente sin que nadie las haya abierto. Son Estrella Damm de la fábrica de Barcelona, con etiquetas vetustas, «añejándose» como el mismo pueblo. Es lo que tiene la globalización, el Mediterráneo siempre fue una autopista hermanando gente.

Cómo llegar a Vathia

Desde Kalamata simplemente hay que seguir la carretera que discurre por la costa hasta  Areopoli , y después de media hora y unos aproximadamente 30 kilómetros llegamos a divisar la inconfundible figura de las torres de Vathia. Dos lugares recomendables para conocer son las cuevas de Diros y la ruta caminando hacia el faro del cabo Tenaro.

MAPA DEL PUEBLO ABANDONADO DE VATHIA

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