Continuamos nuestro viaje por la isla de São Miguel de Azores, un periplo en coche que comenzó por Sete Cidades y Lagoa do Fogo, dos de los tres macizos volcánicos de la isla. El centro y el oeste, donde están la zona más joven, que se formó con los vulcanismos más recientes. En esta primera parte del viaje que les relatamos en el artículo “Qué ver en São Miguel, la isla verde de las Azores. Noroeste y Centro”, también descubrimos la bella costa norte y noroeste, desde Ribeira Grande hasta Ponta da Ferraria, sembrada de miradores con espectaculares vistas.
Dedicamos el presente artículo a lo que se puede ver y hacer en el sur y noreste de la isla de São Miguel. Comenzando por el volcán y la Lagoa de Furnas, sus miradores, sus calderas de agua hirviente y piscinas de aguas termales. Haremos una ruta por la costa sur, parando en la capital, Ponta Delgada, en Vilafranca do Campo, y en la primera ciudad de la isla, Povoação. Y para terminar, iremos a la zona más antigua de la isla, geológicamente hablando: Nordeste, una ruta por sus acantilados espectaculares, sus bellos miradores y los bosques de Laurisilva.
Este road trip por la más verde de las islas Azores será como una ruta por su historia geológica y vulcanológica, por la geografía de una isla de paisajes variados y fascinantes en la que ¡la tierra todavía ruge por dentro! Necesitamos varios días, al menos dos en Furnas y dos en la capital, Ponta Delgada. Pero hay otras localidades que merecen la pena como Vilafranca do Campo, y más si vamos a hacer alguna excursión en barco para avistar cetáceos, para visitar el Ilhéu da Ilha y hacer submarinismo, visitar Lagoa y hacer una ruta de senderismo hasta Lagoa do Congro. Aquí les proponemos varias cosas que ver y hacer en el sur de São Miguel.
Qué ver en isla de São Miguel
La tierra ruge en Furnas. Qué ver y qué hacer en Furnas.
Las islas Azores nos reciben con el paisaje espectacular de la Lagoa das Furnas, un cráter volcánico lleno de agua color esmeralda. Rodeada de una verde vegetación macaronesia la laguna muestra su colorido y una sorpresa: fumarolas y calderas de aguas hirvientes volcánicas, al lado de las cuales se hacen los cocidos tradicionales. Un buen comienzo para nuestro viaje por la isla de São Miguel. Dedicaremos al menos dos jornadas a la localidad de Furnas, ya que hay mucho que ver: la visita a la laguna, un paseo a pie alrededor de la misma, la interesante visita al Centro de Visitantes. En cuanto a miradores, el Mirador do Pico do Ferro, el mirador de Castelo Branco, un paseo por el pueblo de Furnas, con parada en una tienda para comprar los típicos bolos lêvedos. La visita al Parque Terra Nostra, su extenso jardín botánico del siglo XVIII, y un baño en la piscina de aguas ferruginosas. La visita a la Caldeira das Furnas y sus manantiales de agua caliente sulfurosa, la degustación del té mágico en el Chalet da Tia Mercês. Y, ¡cómo no! relajarnos en las piscinas termales de Poça de Dona Beija. ¡Hay tanto que ver y qué hacer en Furnas!
La Lagoa de Furnas. Rutas alrededor del volcán
La Lagoa de Furnas es el tercer extravolcan de la isla de São Miguel, junto con el de Sete Cidades y el de Lagoa do Fogo, tres visitas imprescindibles en el viaje por las islas Azores. Es el resultado de la inundación de parte de la caldera del Volcán de Furnas. Antes de caminar entre fumarolas, se puede visitar el Centro de Monitorização e Investigação das Furnas, situado en un premiado edificio contemporáneo, donde nos ayudarán a comprender mejor la historia del volcán. Se pueden hacer rutas a pie, en bici o a caballo alrededor de la laguna. De hecho, hay una que comienza y termina en el pueblo: la Ruta de Lagoa das Furnas (PRC06 SMI), que nos lleva a una ermita de estilo neogótico y al Centro de Visitantes que acabamos de citar. Nos llama la atención el color verde de la laguna, que al parecer se debe al enriquecimiento excesivo de nutrientes por la acumulación de materia orgánica en el fondo.
Visita al volcán de Furnas. Caminando entre fumarolas y calderas
Todavía hay actividad volcánica en el volcán de Furnas, por lo que nos acercamos al recinto, tras pagar alrededor de 3€. Caminamos por una pasarela de madera entre fumarolas, sulfaratas y calderas de agua hirviente, donde habitan gatos que duermen sobre la lava del volcán. Un lugar misterioso con sus humos permanentes, extraordinario, que nos recuerda que estamos caminando por un volcán en activo. Allí están los famosos “cozidos das Furnas“ haciéndose. Y al final de la pasarela, la laguna de color verde rodeada por densa vegetación.
El “Cozido das Furnas”
Comer un cocido hecho a fuego lento en el cráter de un volcán, es toda una experiencia. Se introduce en agujeros cubiertos por montículos de lava en la zona de calderas de la Lagoa das Furnas, donde se hace durante 6-8 horas, lo que le da un sabor diferente a un clásico “cocido a la portuguesa”. No estuvimos a las 12 de la mañana, cuando los encargados de los restaurantes vienen a retirar su cocido para llevarlo a sus restaurantes, pero es aconsejable verlo. Eso sí, tras la visita degustamos ¡una gran fuente de cocido hecho en el interior de la tierra!.
Vistas de la Lagoa das Furnas desde el Mirador do Pico do Ferro
Vale la pena subir al Mirador do Pico do Ferro para contemplar las espectaculares vistas del volcán de Furnas desde sus 570 metros de altitud. Situado a sólo 4,8 km de Furnas por la carretera norte EN2-1A, nos ofrece algunas de las panorámicas más bellas de nuestro viaje a las islas Azores. El día azul hace todavía más luminosas las fotografías. Desde aquí se ve claramente que se trata de un volcán, cuya caldera en parte se ha convertido en la Lagoa de Furnas, que se ve en primer plano. Desde otro punto del mirador se ve el enorme cráter y cómo la tierra se plegó en montañas que enmarcan el paisaje cubierto ahora por pastos. Entre ellos, el pueblo de Furnas.
La Lagoa das Furnas desde el Mirador de Castelo Branco
Otra perspectiva de la Lagoa das Furnas nos la ofrece el mirador de Castelo Branco, además de una panorámica preciosa del valle, de los prados donde pastan las vacas y del Atlántico a lo lejos. Nos subimos a esta torre blanca a la que se llega por una bonita carretera de hortensias, la EN1-1A.
El Parque Terra Nostra. Un paseo por el jardín del siglo XVIII y un baño en la piscina termal
Necesitamos al menos otro día en Furnas para visitar esta vez el enorme Parque Terra Nostra, ya que ocupa 12,5 hectáreas con bonitos jardines románticos que recorremos a pesar de las abundantes lluvias. Hacerlo con sol seguro que vale más la pena, y visitar la estupenda colección de camelias, la de nenúfares y plantas ornamentales de todo el mundo. Los amantes de la botánica encontrarán maravillas en estos espectaculares jardines.
Tras la mojadura, nos vino de maravilla el baño en la piscina termal del Parque Terra Nostra que, a pesar de su color marrón – debido a las sales minerales que contiene – nos obsequia con un momento realmente placentero de relax. Es toda una experiencia estar a remojo en estas aguas ferruginosas, a 25º, rodeados de este lujurioso entorno vegetal.
Caldeira de Furnas. Un pueblo sobre un volcán
Es tremendo caminar por un pueblo construido sobre una zona volcánica activa. Nos dirigimos a la Caldeira de Furnas, donde hay 22 manantiales y un río de agua caliente sulfurosa. Nos dan la bienvenida grandes fumarolas y un olor tremendo a sulfuro. Pasamos un buen rato recorriendo las diferentes “caldeiras” de las que brota agua y géiseres de lodos de azufre hirviendo.
Hasta probamos un té verde hecho con este agua, que es como mágico, pues su color se transforma en morado debido precisamente al agua férrica. Lo degustamos en una casa especializada en té y productos de las islas Azores: el Chalet da Tia Mercês.
Un baño relajante en las termas de Furnas. Poça de Dona Beija
Terminamos esta jornada volcánica sumergidos en las aguas de las termas de Poça de Dona Beija, y en un ambiente misterioso entre vapor de agua y el manto de la noche que nos envuelve. Entre una vegetación exuberante vamos de una piscina a otra de las cinco que hay en estas termas con diferentes temperaturas. Un placer si no fuera porque fuera la temperatura es bastante alta. En Islandia apetecían más, la verdad, con aquel clima gélido. Aunque el encanto de las aguas termales de Azores es evidente.
Más información sobre Furnas y sus termas, la Lagoa das Furnas
Pueden leer este artículo que habla largamente sobre Furnas.
Qué ver y qué hacer al sur de la isla de São Miguel
En el sur de São Miguel se encuentran algunas de las poblaciones más importantes de la isla: la capital, Ponta Delgada, Vila Franca do Campo o Povoação. Además de su rico patrimonio, ofrecen la posibilidad de hacer multitud de actividades, sobre todo de turismo activo: coasteering, avistamiento de cetáceos, submarinismo o esnorquel, barranquismo, senderismo,…Acompáñennos en esta ruta cultural, deportiva, gastronómica, en la que vivimos experiencias muy especiales.
Coasteering en São Miguel
Descubrimos los acantilados del sur de São Miguel haciendo turismo activo. Una aventura única, excitante, realizada con profesionales de la isla. El mar está hoy bravo al sur de São Miguel, cerca de Vilafranca do Campo, pero ellos conocen bien los mejores puntos para hacer coasteering. Vestidos con nuestros trajes de neopreno haremos barranquismo y escalaremos los bellos acantilados, saltaremos al mar desde ellos y atravesaremos alguna cueva. Aunque no parece fácil si vemos los acantilados y dada la bravura del mar, seguimos el recorrido y a cada salto, en cada acantilado nos vamos sintiendo más seguros disfrutando enormemente del coasteering. Una forma emocionante de descubrir la isla de São Miguel.
Artículo sobre coasteering en la isla de São Miguel.
Vila Franca do Campo, villa marinera
Teníamos prevista una salida en barco para avistar cetáceos, partiendo del puerto de Vila Franca do Campo, pero la mala mar imposibilitó esta actividad. Así que decidimos visitar la villa marinera situada al este de Ponta Delgada, que posee un rico patrimonio arquitectónico. Fue la primera capital de la isla, aunque un terremoto en 1582 la enterró prácticamente. Vila Franca se conoce por sus invernaderos de piñas, frutales y productos hortícolas, pero también por sus deliciosas quesadas, las “Queijadas da Vila”.
Recorremos el casco antiguo de Vila Franca do Campo, sus magníficas iglesias, como la iglesia matriz, hasta el muelle donde se encuentra el Fuerte del Tagarete, y después la Marina, donde se puede practicar buceo, canoa y vela.
Ilhéu da Vila Franca, un cráter con una piscina natural en su interior
El estado del mar también nos impidió visitar el islote situado a sólo 1 kilómetro de la costa, la parte emergente de un pequeño volcán submarino que tuvo su origen hace 4 mil años. En este cráter se forma una piscina natural paradisíaca de aguas límpidas donde se puede hacer esnorquel y submarinismo. Tendremos que dejar esta visita para la próxima vez, para lo que necesitaremos una jornada. O quizás asistir en embarcación al Red Bull Cliff Diving, una competición de saltos desde los acantilados espectaculares del islote de Vila Franca.
Las deliciosas Queijadas de Vila Franca do Campo
No podíamos irnos de Vila Franca do Campo sin probar las Queijadas da Vila, o “Queijadas da Vila do Morgado” en la misma fábrica donde se fabrican. Unas deliciosas quesadas hechas de queso fresco, huevos y azúcar. Probamos las originales, pero también variantes, como la de alubia y la de coco, ¡pura delicia!.
Ermita de Nuestra Señora de la Paz, un mirador en Vila Franca do Campo
Salimos con buen sabor de boca de Vila Franca do Campo para visitar el mirador donde se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Paz, con su asombrosa escalinata en zig-zag que recuerda a la del Monasterio del Bom Jesús de Braga. ¡Posee 10 niveles de paneles de azulejos y 100 escalones!. Desde lo alto las panorámicas de Vila Franca y del Ilhéu da Vila son magníficas.
Lagoa do Congro, una de las lagunas más antiguas de São Miguel
De Vila Franca nos dirigimos a la Lagoa do Congro, situada a solo 8 km de Vilafranca do Campo. Una laguna distinta a la Lagoa do Fogo, la Lagoa de Furnas o Sete Cidades, que ocupan la cima de un cono volcánico. La Lagoa do Congro se sitúa en una zona llana, en el macizo Agua de Pau, y es menos conocida que las anteriores. Nos atrae la idea de llegar a ella solo por estar más alejada de las rutas turísticas. La única forma de poder verla es hacer una agradable ruta de 2 km y medio que discurre entre una vegetación densa. Así que descendemos por un camino algo accidentado, disfrutando de la tranquilidad, sin apenas cruzarnos con nadie. Dominan distintas tonalidades de verde incluso cuando llegamos a la laguna, abrazada apretadamente por árboles cuyo color parece reflejarse en sus aguas. Nos paramos un rato para disfrutar de la belleza de la Lagoa do Congro, así como del silencio que reina en este lugar y de la conexión con la naturaleza.
La sorpresa de las plantaciones de piña de Azores
Aún tenemos tiempo en esta jornada de visitar las plantaciones de piña de Azores, que nos impresionaron por su forma de cultivo, pero también porque nunca habíamos visto las planta con el fruto y en una plantación pudimos ver su evolución. Por no hablar de lo deliciosas que son las piñas de Azores. Venidas de América, se adaptaron a las mil maravillas al suelo volcánico, tremendamente fértil de Sao Miguel. Sustituyeron los cultivos de cítricos, base de la economía de la isla en el siglo anterior.
A un paso de Ponta Delgada, visitamos la Plantación de Piña Augusto Arruda, y nos resultó sorprendente el sistema de cultivo basado en invernaderos de vidrio encalado y el método de “camas calientes” (mezcla de tierra y materia orgánica vegetal que se descompone) que recrean las condiciones de temperatura y humedad necesarias para el crecimiento de las piñas. De invernadero en invernadero descubrimos las diferente fases de la piña de Azores en un proceso que dura 18 meses. Una de ellas es la “fase de ahumado” que se realiza 4 meses después de la siembra y hace que las plantas florezcan al mismo tiempo. En otro de los invernaderos vimos las plantas con las piñas, cada una de ellas tiene un solo fruto.
Es una planta realmente bella, y la piña de Azores es realmente exquisita. La compramos en el mercado de Ponta Delgada y comerla supone una explosión de sabores.
Lagoa, arquitecturas y sabor a mar
Imágenes de fábricas abandonadas, de barcos en los suelos adoquinados, de casitas de pescadores de colores, de plazas con iglesias con el mismo estilo que vimos por toda la isla,…y el Atlántico que se abre bravo. Son imágenes de Lagoa, una de las villas más antiguas de São Miguel. A su puerto, el de Porto dos Carneiros, llegaron las primeras cabezas de ganado que pacen hoy por toda la isla. Fuera de los circuitos turísticos, nosotros también encontramos allí rincones llenos de encanto, y una buena gastronomía. La visita de Lagoa se puede intercalar con otras actividades.
Ponta Delgada, la bella capital de São Miguel
Ponta Delgada, la capital de la isla de São Miguel, fue nuestro campamento base por unos días, ideal para descubrir la ciudad y algunos lugares del sur, centro y norte. Posee numerosos alojamientos y a las afueras es donde está el aeropuerto, pero quitando el lado práctico, Ponta Delgada es sobre todo una ciudad con mucho encanto. Es manejable, con calles peatonales y fácil de explorar a pie. Aparcar no es sencillo, pero es posible en algunas zonas (frente al mercado, en aparcamientos gratuitos a unos 5 a pie del centro, como al lado del gran centro comercial de la rúa da Juventude; o en aparcamientos de pago que no son demasiado caros, como el parking subterráneo bajo la Avenida Infante Dom Henrique). Su arquitectura es muy bella, parece que estamos en cualquier ciudad del Portugal continental, las calles y plazas con los suelos adoquinados típicos hechos por los “calzeteiros”. Eso sí, los materiales son volcánicos, como corresponde a una isla. Pasear por el casco antiguo, contemplar los bonitos edificios de los siglos XII a XVIII, comprar productos artesanales y gastronómicos en el mercado y en las tiendas, disfrutar de noche del los numerosos cafés y restaurantes, son algunas de las cosas que se pueden hacer en la capital de la isla.
Ponta Delgada está situada en una gran bahía, lo que permite realizar algunas actividades en el propio puerto o salir en barco para hacer excursiones. Nosotros hicimos un curso de submarinismo para principiantes en el puerto y podemos decir que ya allí el fondo marino era bastante rico.
Durante nuestra estancia en la capital de São Miguel visitamos algunos monumentos imprescindibles, como la Torre Sineira, que ofrece panorámicas magníficas desde lo alto. Las fotografías son también magníficas en la Praça do Município, la plaza de la ciudad donde se encuentran las famosas Puertas de Ponta Delgada, emblema de la capital. Siguiendo el paseo marítimo se llega al Fuerte de São Brás, una fortaleza hoy base de la Marina portuguesa.
Dedicamos un buen rato al Mercado da Graça, que nos encantó por su ambiente auténtico, con puestos de comida y productos frescos que nos llevamos a nuestras excursiones y también de souvernir. Como las deliciosas piñas de Azores, otras frutas subtropicales, quesos, bolos lêvedos,…además de plantas, flores y semillas. Este mercado tradicional no es demasiado turístico y se puede disfrutar del ambiente local sin agobios. Allí también se encuentra la famosa tienda “O Rei dos Queijos” donde se pueden encontrar numerosos productos de todas las islas Azores. Aunque hay tiendas por toda la ciudad donde también se pueden adquirir.
Aquellos amantes de la botánica, no pueden perderse el Jardín Botánico José do Canto, donde hay numerosas plantas endémicas de las Azores y del mundo, bonitos edificios: una capilla y un plalacete.
Ponta Delgada puede conocerse en una jornada, pero siendo como fue nuestra base, pudimos descubrirla poco a poco, sin prisas, sobre todo por las mañanas y por las noches.
Qué ver en el Este de São Miguel de Azores. Ruta por la parte más antigua de la isla
Nos vamos ahora a la parte de la isla que emergió primero: el noroeste, donde los paisajes de acantilados, picos, bosques de Laurisilva son espectaculares. Haremos una ruta por los magníficos miradores de norte a sur, visitaremos el Centro do Priolo (camachuelo), un ave endémica de las Azores y viviremos una experiencia única lanzando al mar crías de pardela. Decidimos cambiar de campamento base y escogemos un alojamiento rural en el noreste de São Miguel, que nos permite desplazarnos más fácilmente por esta zona, además de disfrutar del placer de estar en medio del rural de las Azores.
Nordeste. Liberando pardelas atlánticas, aves endémicas de la isla de São Miguel
Una de las experiencias más bonitas y emocionantes de nuestro viaje a Azores fue liberar pardelas atlánticas unos bellísimos acantilados en el nordeste de la isla de São Miguel. Antes pasamos por la localidad de Nordeste, con sus bonitas iglesias y su puente de los ocho arcos. Fue la Sociedad Portuguesa para el Estudio de Aves (SPEA) la que nos invitó a devolver a la naturaleza 11 crías de pardela, heridas o perdidas el día anterior. Ayudados por la población de la isla, voluntarios y miembros de la SPEA localizan estas aves en dificultades, realizando un maravilloso trabajo de protección. El nordeste de la isla de São Miguel es precisamente la principal zona de reproducción de la pardela canaria (Calonectris borealis), “cagarros” en portugués.
A pesar de la lluvia insistente, llegamos a un acantilado y fuimos abriendo las cajas donde se hallaban estos animales, contemplando emocionados como alzaban su primer vuelo.
Visita al Centro Ambiental do Priolo (Camachuelo). Bosques de Laurisilva
Tras la emoción de participar en esta experiencia, la idea era visitar los bosques de Laurisilva que hay en el Nordeste, el bosque originario de las islas de Macaronesia, que también descubrimos en Canarias y Madeira. Es el hábitat del camachuelo o Priolo (en portugués), otra de las aves endémicas de las islas Azores, que están en peligro de extinción. Pero el tiempo lo impidió, por lo que visitamos el Centro Ambiental do Priolo, llevado por la SPEA. Allí aprendimos mucho sobre la biodiversidad de las islas y sobre el camachuelo y los proyectos de conservación que se han llevado a cabo.
Ambas experiencias, la de este centro de interpretación y la de la liberación de pardelas, nos ha dado una perspectiva ecológica necesaria para comprender la isla de São Miguel.
El Parque Natural de Ribeira dos Caldeirões. Rutas y barranquismo
La lluvia fuerte también nos impide hacer toda la ruta por Ribeira dos Caldeirões, pero nos asomamos a su belleza lujuriante, a la flora macaronesia de enormes helechos arbóreos. Contemplamos la espectacular cascada de la entrada y visitamos los molinos, que fueron la excusa para crear esta zona de esparcimiento. Nos cruzamos con los amigos del coasteering que hoy están haciendo barranquismo en Ribeira dos Caldeirões. El Parque Natural también es un buen lugar par contemplar camachuelos, las aves endémicas de las Azores que citamos más arriba.
Visitamos algunos de los cinco molinos de agua del siglo XVI, declarados Bien de Interés Público, transformados en Museo Etnográfico, tiendas de artesanía y casas de turismo rural.
Ruta de los miradores del Nordeste. Panorámicas espectaculares
Necesitamos una jornada para hacer la ruta de los miradores del noreste, visitar Povoação y hacer la ruta de senderismo de Faial da Terra al pueblo abandonado de Sanguinho. Salimos temprano para recorres los miradores y los acantilados del nordeste. Este paisaje de grandes barrancos, de relieve abrupto se nos antoja salvaje, fascinante. Podríamos empezar en el Miradouro do Pelado, pero por falta de tiempo comenzamos por el Faro de la Ponta do Arnel que, visto desde el Miradouro da Vista dos Barcos (Lomba do Moio), impresiona, allá abajo en el extremo del acantilado, con el Atlántico de fondo, unido a una carretera serpenteante que baja al mar. Cerca hay una pequeña aldea de pescadores con los que charlamos un poco. Contemplamos el faro y las vistas panorámicas de la costa nordeste, ¡son impresionantes!. Si se avisa con tiempo al farero, se puede visitar su interior, donde hay una exposición de faroles de las islas Azores.
Continuamos la ruta por el Mirador de la Ponta do Sossego, que posee unos jardines maravillosos en los que habitan cariñosos gatos. Disfrutamos de unos y de otros en un tranquilo paseo. Desde allí se divisa la Fajã do Araújo, la Ponta da Madrugada, la Ponta da Marquesa y la Praia do Lombo Gordo. Muy cerca está la playa de Lombo Gordo.
Siguiente parada: el Mirador de la Ponta da Madrugada, cuyo nombre viene de los bellos amaneceres que se contemplan desde ahí. Rodeado también de jardines y merenderos, anima al viajero a quedarse ahí durante horas. Las vistas desde la Serra da Tronqueira son preciosas.
Povoação, la ciudad más antigua de São Miguel
Seguimos la ruta por el noreste de São Miguel hasta llegar a Povoação, ya en el sur. Es la ciudad más antigua de la isla, rodeada por sus siete cerros y prados verdes, la contemplamos justo antes de llegar desde el Mirador de Pico Longo. Con buen tiempo se puede disfrutar de sus playas; nosotros nos quedamos a comer, a pasear por sus calles y de ahí, a Faial da Terra, donde haremos una ruta al pueblo abandonado de Sanguinho y a la cascada del Santo do Prego (a sólo 8 km por la EN1-1A). Desde aquí hay muchas rutas de senderismo. También se puede visitar la Cascada de Ribeira Quente, situada en una bonita garganta, o la pequeña población de Água Retorta, con un bonito mirador.
Comemos especialidades de la isla y un postre típico: las Fofas de Povoação, un pastel tipo “éclair” relleno de mantequilla. Tras lo cual caminamos por sus calles hasta llegar al puerto, donde está el Monumento a los primeros pobladores. Al parecer, el Museo del Trigo rinde homenaje a antiguos oficios – Povoação era el granero de la isla -.
La aldea abandonada de Sanguinho, el Salto do Prego y la asombrosa ruta donde viven gallos y gatos
De Povoação a Faial para hacer bonita ruta de senderismo: la PR 11 SMI Ribeira do Faial da Terra, que tiene un recorrido circular fácil de 4,26 km ida y vuelta hasta la aldea abandonada de Sanguinho. Ésta se encuentra en un lugar privilegiado que mira al Atlántico y al pueblo de Faial da Terra (a 1,3 kilómetros). Aún así, su aire de abandono y su entorno silencioso nos hace pensar que estamos muy lejos del mundanal ruido. Los moradores de Sanguinho comenzaron a abandonarlo en los años 50 del siglo XX, aunque ahora comienza de nuevo a cobrar vida y hasta hay algunas casas rurales en alquiler. Su encanto es evidente y lo mejor es que para llegar a él se puede hacer una ruta. Comienza en Faial da Terra y un lugar de paso obligado es el Salto do Prego, una espectacular cascada en cuyas aguas uno se puede dar un baño. También se puede ir a otra cascada: el Santo do Cagarrão. En esta ruta hasta el pueblo abandonado de Sanguino descubrimos la densa vegetación de las Azores, bosques de criptomerias y pitosporos. Y también algo insólito: gallos y gatos que salieron a nuestro encuentro. Sorprendidos, no pudimos más que escribir el relato de esta asombrosa ruta donde viven gallos y gatos.
Relato sobre la ruta a la aldea abandonada de Sanguinho
Gastronomía en São Miguel
La gastronomía de São Miguel de Azores nos conquistó tanto como sus paisajes sorprendentes. Degustamos parrilladas de pescado fresco, mariscos (entre los que destacan las lapas, al igual que en Madeira) en restaurantes de la costa, cocina casera en humildes casas de comidas, cocina contemporánea en algunos restaurantes de Ponta Delgada, donde la oferta y la calidad es grande. Entre los platos más sorprendentes de las Azores se encuentra el famoso “Cozido das Furnas”. Otra de las sorpresas de las especialidades culinarias de São Miguel son los bolos lêvedos, panes cuya textura esponjosa y ligero sabor dulce enamoró nuestro paladar. Son originarios de Furnas, donde se encuentran los mayores productores – venden miles en temporada alta -, pero también se encuentran en tiendas, mercados, restaurantes y hoteles de toda la isla. Y, en cuanto a dulces, nos encantaron las Queijadas de Vila Franca do Campo y las “Amélias o queijadas de Dona Amélia”, quesadas de la Isla Terceira.
También los quesos de las Azores son deliciosos, sobre todo los de la isla de São Jorge, pero se encuentra también en la isla de São Miguel, junto con otros quesos. Aunque esperábamos encontrar más frutas exóticas, la piña de São Miguel nos asombró por su delicioso sabor. De hecho, la piña y el maracuyá de la isla tienen Denominación de Origen Protegida. Para terminar, los amantes del té, seguro que disfrutarán mucho en la grande de las islas Azores.
Artículo sobre los bolos lêvedos de las Azores
Otros lugares qué ver en la isla de São Miguel de Azores
Nos despedimos de la más verde de las islas Azores. Es bueno dejar lugares que ver, así tenemos la excusa de regresar. En la isla de São Miguel no hemos podido atravesar los bosques milenarios de Laurisilva, subir a la cima del Pico da Vara (1103), el más alto de la isla. Así como la Serra Devassa (880 m.) atravesando la Lagoa Rasa y la Lagoa das Eguas; o a la Serra da Tronqueira. O visitar algunos pueblos y sitios naturales, como la Caldeira Velha, el Pozo Azul, en Achadinha, o las cascadas del Salto da Farinha o del Santo do Prego. Dejamos también el Miradouro da Tronqueira, con vistas del Pico da Vara, del Pico Verde y de la Sierra de la Tronqueira.
Otras actividades que hacer en São Miguel
Como fuimos en octubre, época de tiempo más cambiante, la mala mar y la lluvia no nos permitieron hacer algunas actividades, como el avistamiento de ballenas y delfines. Ni visitar el Ilhéu da Vila, en Vilafranca do Campo para hacer submarinismo y esnorquel, o un tour en kayak. Y, por lluvias fuertes, no pudimos terminar la ruta de Ribeira dos Caldeirões. Nos quedan aún en el tintero rutas de senderismo como la ruta a Lagoa do Fogo y muchas otras.
¿Cuándo ir a São Miguel? ¿Cuál es la mejor época? ¿Cuánto tiempo ir?
Nosotros fuimos en octubre, en temporada de lluvias, cuando ya no había ferries para ir a las otras islas. La ventaja es que había menos turistas, pero de todos modos, nunca hay demasiados turistas en las islas Azores. El verano es la mejor época para viajar a Azores, ya que el tiempo es más estable. Por otra parte, hay que tener que los ferries para ir a otras islas Azores funcionan de mayo a septiembre.
Es necesario ir al menos una semana o diez días para recorrer la isla tranquilamente, y dos semanas o más para visitar otras islas.
¡Atención a la metereología!
Dependiendo de la época en la que se vaya, si el tiempo es más inestable, es posible que el viajero se pierda algunos parajes y visitas a la isla de São Miguel. La niebla puede impedir la visita a Sete Cidades, Lagoa do Fogo y algunos miradores. Las lluvias abundantes, bonitas rutas de senderismo. Y la mala mar, actividades acuáticas, como nos ocurrió en este viaje, que no pudimos hacer submarinismo ni el paseo en barco para avistar cetáceos. Tampoco pudimos visitar la Caldeira Velha por las lluvias.
Por lo que recomendamos organizar las visitas en función del tiempo que se prevé durante su estancia. Para hacernos una idea del tiempo que hacía en la isla de São Miguel, visitamos las webcams de Visit Azores. Así sabíamos dónde estaba mejor tiempo y si Lagoa do fogo y Sete Cidades estaban cubiertas de nubes.
Mapa de la isla. Itinerario
Más información sobre la isla de São Miguel
Qué ver en São Miguel, la isla verde de las Azores. Noroeste y centro.
Guía turística de las Islas Azores
En www.turismoazores.es tienen más información sobre São Miguel y el resto de las islas Azores.
Dónde dormir en São Miguel de Azores
Nos alojamos en Ponta Delgada, la capital de la isla de São Miguel para ir hacia el sur de la isla. Entre los alojamientos más interesantes se encuentra el Hotel Camões, de 4 estrellas, situado en un edificio histórico, cuya decoración está inspirada en los Descubrimientos. Es un hotel cómodo, refinado y muy céntrico.
También está el Hotel Talisman – Açores, un alojamiento con encanto en pleno centro de la ciudad de Ponta Delgada. Desde su terraza con piscina se puede disfrutar de unas vistas bonitas panorámicas de la capital de la isla de São Miguel.
Y en un alojamiento rural la zona oriental de la isla, Tradicampo Eco Country Houses, un proyecto comprometido con el turismo sostenible. Un campamento base ideal para explorar el Nordeste salvaje, una de las zonas más preservadas de la isla. Se trata de casas rurales acogedoras, casas antiguas restauradas situadas en un bonito escenario natural que mira a los prados verdes y al Atlántico.
Esta última opción de alojamiento en São Miguel nos encanta pues nos permite adentrarnos en zonas rurales y sentir que vivimos allí
Pueden leer nuestro artículo sobre Casa rurales con encanto en Nordeste
Alquilar un coche en São Miguel
Carreteras en la isla de São Miguel
La isla de São Miguel no es demasiado grande: mide 75 km de este a oeste por 14 km de norte a sur. Lo mejor es alquilar un coche y recorrerla, pues sus carreteras están en muy buen estado, y es la mejor forma de moverse por la isla. La carretera EN1-1A rodea toda la isla, y la EN3-1A atraviesa el centro hasta Ribeira Grande, lo cual es más práctico para llegar al norte y noreste de la isla.
Marina
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Muchas gracias por el artículo me ha parecido muy interesante. Salgo a Azores en unos días y me quedo con varias de vuestras recomendaciones 🙂 ¿Dónde estaban esos bosques de laurisilva que no pudistéis visitar? Gracias por adelantado!
El Giróscopo Viajero
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¡De nada, un placer!. Los bosques de Laurisilva están en Nordeste, alrededor del Centro do Priolo: https://www.turismoazores.es/isla-de-sao-miguel/isla-de-sao-miguel-centro-ambiental-del-priolo-sao-miguel-azores/, lugar que vale mucho la pena, por cierto. ¡Disfruten del viaje!
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Jorge
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Gracias, me lo acabo de leer; no hay mucha información que esté bien ordenada y con fotos en castellano, así que se agradece.
El Giróscopo Viajero
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Nos alegra que este artículo y otros que hemos escrito sobre la isla de San Miguel sirvan a la gente que piense en ir por allí de viaje.
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