El bolo lêvedo, una especialidad de la cocina de las islas Azores que conquista el paladar de los que visitan este rincón de Macaronesia. Los descubrimos en la isla de São Miguel. Al igual que sus paisajes volcánicos esplendorosos, cubiertos de bosques frondosos, de prados verdes por la lluvia, de lagunas, también nos enamoraron sus delicias gastronómicas. Su pescado fresco a la brasa, su ‘Cocido das Furnas’ cocinado a fuego lento en el interior del cráter de un volcán activo, sus sabrosas piñas,…y sus bolos lêvedos, unos pequeños panes esponjosos ligeramente dulces hechos de harina, huevos, leche, mantequilla y azúcar. Una delicia que cuando la probamos supimos en seguida que iría a formar parte de los platos que nos llevamos a casa tras nuestros viajes.
Es uno de los placeres de descubrir nuevos mundos. Probar algún plato, algún producto típico, alguna especialidad que revoluciona nuestros sentidos, que nos seduce por su sabor, su aroma, su textura,…Y, como sabemos que será difícil encontrarlo en otro lugar, pretendemos aprender la receta y hacerlo nuestro de algún modo. Así nos llevamos a casa las papas arrugás y el escaldón de Canarias, las filloas de Galicia, el pão de queijo de Brasil y las pataconas y las arepas de Colombia, el pan de centeno de Finlandia,…Cierto, somos fans del pan de diferentes países: de momento solo sabemos hacer el pan de queso brasileño y las arenas colombianas,…aunque nos cuesta igualar el delicioso pan finlandés. Y ahora tendremos que intentarlo con el bolo lêvedo de las Azores. Mientras tanto solo podemos disfrutar de los últimos bolos lêvedos que nos cabían en la maleta. Era demasiada la tentación…(también había espacio para un par de piñas azorianas).
Orígenes del bolo lêvedo de las Azores. Isla de São Miguel
Con el sabor todavía en nuestro paladar del bolo lêvedo, recordamos los lugares de la isla de São Miguel donde los probamos por primera vez, y sentimos curiosidad por conocer su historia. El bolo lêvedo tiene su origen en la localidad de Furnas, uno de los primeros lugares que conocimos en nuestro viaje a Azores. Un espacio natural cautivador que se corresponde con uno de los volcanes más jóvenes de la isla de San Miguel. Una parte de su caldera está ocupada por la magnífica Lagoa das Furnas, una laguna cuya vista es espectacular desde el Mirador do Pico do Ferro. En el interior de la caldera están las fumarolas, tanto las de la Lagoa das Furnas, como las de Ribeira Quente. En las primeras vimos cómo se hacen los cocidos a fuego lento dentro del cráter. Y disfrutamos del calor y de los beneficios de las aguas termales en el Parque Terra Nostra y en la Poça de Dona Beija.
Por si fuera poco, en Furnas también descubrimos esta delicia de los bolos lêvedos cuyo origen está ligado a esta localidad, donde los habitantes los cocinaban en sus casas. En Furnas se encuentran algunos de los mayores productores de bolos lêvedos: Glória Moniz, Rosa Quental o Bolos do Vale. Su comercialización se inicia precisamente en el hotel Terra Nostra inaugurado en 1935, que los ofrecía en el desayuno. Todavía hoy, llegan al hotel recién hechos procedentes de la panadería de Maria Glória Moniz quien los hace desde 1989. Esta heredó la receta de una tal Maria do Carmo de la familia Panelas, que los hacía exquisitos. Pero fue en los años 70 del siglo XX cuando comenzaron a comercializarse por Rosa Quental, que los vendía al principio en una taberna que tenía el marido en Furnas, y después en la panadería que abrió. Así que, en la actualidad, los bolos lêvedos se venden en toda la isla de São Miguel e incluso se llevan a otros lados de Portugal. La panadería de Rosa Quental vende unos 500 bolos lêvedos en el continente, y unos 1500 en la isla, número que aumenta en temporada alta ¡hasta 10 mil se venden en agosto!, ya que se ha hecho famoso entre los turistas.
También encontramos bolos lêvedos en algunos de los hoteles por los que pasamos, como el magnífico y contemporáneo Pedras do Mar, en restaurantes por toda la isla de São Miguel, que los ofrecen para acompañar la comida o en bocadillos. ¡Desde luego los bocadillos de bolo lêvedo son deliciosos!, nosotros probamos uno de pescado y era una auténtica delicia. Se encuentran también en tiendas de pueblo, panaderías, supermercados y, por supuesto, en el Mercado de Ponta Delgada, capital de São Miguel. Durante nuestro viaje parábamos en las tiendas de los pueblos para comprar algo de fruta, alguna piña azoriana o queso típico de la isla de Pico (¡otra delicia de la gastronomía de Azores!). Y allí estaban los bolos lêvedos fresquitos, de diferentes tamaños, llamándonos desde el mostrador. Los comprábamos para acompañar nuestras cenas y desayunos. Calentitos, untados con mantequilla o con Aceite de Oliva están deliciosos.
Precisamente, en una casa rural en la que nos alojamos durante nuestra estancia en el noreste de la isla de São Miguel, nos tenían preparados unos bolos lêvedos frescos, además de otra sorpresa: las amélias o queijadas de Dona Amélia (unas quesadas de la isla Terceira). ¡Qué maravilla desayunar estas delicias mirando el mar y los prados verdes de esta zona de la isla! Lo cierto es que adoramos los alojamientos rurales y los proyectos de turismo rural ecológicos e inteligentes como el de las casas rurales de Tradicampo Eco Country Houses. Se trata de una pequeña empresa familiar que defiende este tipo de turismo más comprometido con el medio ambiente, promoviendo el conocimiento profundo, sosegado del entorno natural y del patrimonio cultural de las Azores.
Su dueño, Ricardo Peixoto nos ilustró con su sabiduría, mostrándonos rutas, sitios naturales, restaurantes, especialidades típicas, …para disfrutar de San Miguel de Azores, pero sobre todo del nordeste, la zona más preservada de la isla. Aquí tuvimos nuestro campamento base durante unos días, y tanto al comienzo como al final de jornadas intensas de visitas fantásticas degustábamos los panes lêvedos. Por lo que supimos después, también se conocían antiguamente los bolos lêvedos en la comarca de Nordeste, aunque al parecer se elaboran con harina más gruesa. También los probamos en Povoação, en el sureste, y resultaron ser francamente apetitosos. De hecho, aquí también hay buenos productores de bolos lêvedos: Luís Alberto Quental Pacheco, Receita da Vida, Lúcia Maria de Melo Cabral Botelho y Maria Eduarda Pimentel Pacheco Costa.
Así nos quedó ese gusto en el paladar, y cuando regresemos con nuestras fotografías y nuestra imaginación a las Azores, volverá el recuerdo de ese sabor. Identificaremos la isla de São Miguel con la piña, las queijadas – otra especialidad de la gastronomía de las Azores – y el bolo lêvedo…porque viajar también es descubrir los sabores de una tierra.
Regreso a las islas Azores
Cuando regresamos a casa, regresamos a los lugares en donde estuvimos a través de esos sabores. Por eso esas nuevas recetas se funden a nuestra cocina cotidiana. Aprendemos a hacerlas con la gente que conocimos y de pronto ya forman parte de nuestro día a día. Así es como si estuviéramos en todos esos lugares otra vez. De pronto viajar se vuelve fácil.
Regresamos a las islas Azores, a la isla de São Miguel, comiendo sus bolos lêvedos, contemplamos sus faros y sus acantilados espectaculares, la belleza azul de sus lagunas, el verde de los prados donde viven las vacas azorianas, el también verde de los únicos campos de té de Europa. Sentimos la furia del Atlántico, el calor de loss volcanes rugientes,…La ligereza, el dulzor, la suavidad del sabroso bolo lêvedo nos trae de nuevo estas imágenes.
Ya pensamos en próximos viajes a las otras islas Azores: Santa María, Terceira, Graciosa, São Jorge, Pico, Faial, Flores y Corvo para regresar al sabor de los bolos lêvedos.
Receta del Bolo lêvedo
Ingredientes:
500-550 g de harina (tipo 65)
125 g de azúcar
125 g de mantequilla
15-20 g de levadura de panadería
2 huevos
200 ml de leche entera templada
Una cucharadita de sal
Preparación:
Tamizar la harina con el azúcar y hacer un hoyo en el medio añadiendo la levadura disuelta en leche tibia. Envolver bien, luego agregar la mantequilla derretida, los huevos y la sal. Amasar hasta obtener una buena consistencia (que se despegue de las manos y de la superficie), luego hacer una bola, espolvorearla con harina y taparla con un paño. Dejarla fermentar hasta que doble de volumen (cerca de 2 horas).
A continuación, formar pequeñas bolas del tamaño de una naranja, haciéndolas rodar con las manos en la superficie. Extender un paño de cocina limpio (es preferible de lino), espolvorearlo con abundante harina y disponer en él las bolas de masa, dejando unos 5 cm entre cada una. Volver a espolvorear con harina y tapar con otro paño limpio. Dejar fermentar de nuevo hasta que aumenten de volumen y que notemos que la masa está más leve (entre una y dos horas). Por algo se llaman bolos lêvedos («levedar» en portugués significa «fermentar»).
Calentar una sartén antiadherente a fuego lento, poner unas cuantas bolas y cocinar a fuego lento, volteándolas a mitad de la cocción, hasta que estén dorados por los dos lados. Retirar para un cesto y taparlo con un paño.
Artículo escrito por María Calvo Santos.
Agradecimientos
Muchas gracias a Visit Azores por el apoyo en este magníficio viaje de prensa a la isla de São Miguel de Azores.
Gracias a Ricardo Peixoto de Tradicampo Ecocountry houses, por su amabilidad, sabiduría, por ser un gran embajador de las Azores. Gracias por enseñarnos tanto en tan poco tiempo y por hacer nuestras sus fantásticas casas.
Más información sobre las islas Azores
Para más información visiten nuestra guía sobre las Islas Azores.
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