Huele a abedul en casa de Aini y Pekka, en Rovaniemi, ese aroma que sentimos en otras saunas a lo largo de nuestro periplo por Finlandia. Automáticamente me siento como en casa, es un olor que ya se instaló en nuestros sentidos desde que comenzamos a experimentar las saunas en este país escandinavo.
Seguimos esta fragancia hasta el sótano del Koti de Aini y Pekka. Koti en finlandés significa “casa”, a través de las palabras ya quieren hacer sentir a los huéspedes como en su hogar. Con nosotros ya lo han conseguido con su bienvenida, sus sonrisas y su hospitalidad, y después a través de ese ligero vaho de abedul que se cuela por los intersticios de la casa de madera de nuestros anfitriones, una casa tradicional de Finlandia, con esos espacios calurosos, esa decoración de antaño que te abraza al entrar.
Nos descalzamos dejando las botas con los demás zapatos, y sintiendo ya el calor del suelo de madera; las casas en Finlandia están tan calientes siempre. Dicen que apenas pasan frío en invierno, el sistema de calefacción es perfecto, y después están las saunas…
Bajamos pues al sótano buscando esa sauna que poseen todas las casas en Finlandia. Para 5,3 millones de habitantes hay nada menos que 3,3 millones de saunas que están en los hogares, hoteles, centros deportivos, oficinas, barcos,…¡hasta en el Parlamento finlandés ¡no es increíble!, ya que los diputados debaten a veces dentro de ella. Las saunas siempre fueron también centros de debate.
Ya habíamos probado saunas en España y otros lugares, pero siempre ligadas a un concepto de belleza y bienestar, a un spa o una piscina, pero nunca ligado a una tradición.
Tuvimos que venir a Finlandia para saber realmente lo que significa la sauna para los finlandeses, para percibirla de un modo diferente a como lo hacíamos antes. Y puedo deciros que el haberla compartido con ellos, el hecho de conocerla y experimentarla ha hecho que comprendamos mejor a este país nórdico.
Siguiendo el aroma del abedul
Seguimos a Aini al sótano y nos da la bienvenida a su sauna familiar, ¡todo un honor para nosotros!, y nos explica los pasos a seguir en este extraordinario ritual. Extraordinario porque es algo raro, inhabitual, excepcional para nosotros.
Al abrir la sala que precede a la sauna ya sentimos los efluvios de abedul. Aini nos muestra un cuenco con un aceite esencial de hojas de abedul hecho por ella, nos lo acerca para que sintamos su aroma, mmmmmm, delicioso. Tendremos que ponérnoslo al final del rito, poco, suavemente, sin exagerar, ya que es muy fuerte.
En el peinador también están nuestras toallas sobre un banco, un guante que hace las veces de esponja y unos pequeños jabones redondos, hechos también por Aini. Parece que nuestra amable guía dedica una parte de su tiempo a experimentar con lo que la naturaleza ofrece a los finlandeses.
Finlandia está llena de abedules y pinos, inmensos bosques que cubren una buena parte del país. Como nos decía Santa Claus esta mañana, en Finlandia te encuentras bosques y lagos, bosques y lagos,…y así a lo largo y ancho de este país nórdico.
Y los finlandeses viven integrados en la naturaleza, o quizás es la propia naturaleza la que penetra en sus ciudades, en sus pueblos, en sus casas, llegando a sus cocinas y a sus saunas. Los habitantes de este inmenso país buscan siempre la naturaleza, los fines de semana se van a los Parques Nacionales a pasear, a buscar bayas o setas – dos de las más importantes actividades que practica casi todo el mundo por aquí -, o a hacer deporte: andar en bici, o los mil y un deportes de nieve que poseen, ya que su vida está muy ligada al largo invierno. También salen en barco por los lagos o por los archipiélagos. Su contacto con la naturaleza es constante, y si no son los propios bosques los que penetran en pueblos y ciudades. Nos sorprendió mucho la cantidad de espacios verdes que tienen.
Sabiendo eso, comprendemos mejor ese gusto que tiene Aini y muchos otros finlandeses por elaborar productos a partir de los frutos de la naturaleza. Los jabones que nos da como obsequio también huelen a abedul, y encima contienen algo que los hace exfoliantes. Ni que Aini supiera mi gusto por estos jabones naturales. Además para mí es totalmente nuevo esta fragancia de abedul.
La sauna forma parte de la vida de los finlandeses
“Primero construye tu sauna y luego tu hogar”, reza un antiguo proverbio finlandés, lo cual explica la importancia de la sauna para los finlandeses. Este simple baño de aire caliente forma parte de su tradición, de sus vidas, es algo que hacen a diario, lo necesitan, lo buscan. En el pasado, la sauna proporcionaba alivio para el cuerpo dolorido por el trabajo. Era además uno de los centros de los grandes acontecimientos de la vida de un finlandés: rituales de purificación en el matrimonio, defunciones, nacimientos,…
Cada finlandés tiene una sauna en su casa, la mayoría eléctrica (de 80º a 105º C, la más segura y fácil de calentar), aunque también está la tradicional de humo, la Smoke sauna (entre 70º y 130º C), sobre todo en las casas de campo. En todas ellas se utiliza leña de abedul u otras maderas. Me imagino los edificios de las ciudades, cada piso con su sauna. Es tan extraño y tan increíble, lo cierto es que sabía que en Finlandia era importante la sauna, pero no me había parado a pensar detenidamente que en casa hay una sauna.
Entramos desnudos a la sauna, así es como reza la tradición y es un verdadero placer hacerlo así – aunque en la sauna pública la gente llevaba bañador -. En principio los hombres y las mujeres están separados en las saunas, excepto en las familiares. De todos modos ya hay muchas públicas mixtas, como en la que estuvimos en Tampere. En los hoteles suelen también sudar por separado hombres y mujeres.
Imagino que el hecho de ver desnudos a los miembros de tu familia desde niño hace que la percepción del cuerpo sea más natural, lo cual es muy positivo.
Por otra parte, la sauna es un espacio básicamente social, aunque también se utiliza en solitario. Pero muchos finlandeses buscan las saunas públicas, como nuestra primera sauna en Finlandia, una que está en Tampere al lado de un lago. Allí se reúnen todos los días habitantes de esta interesante ciudad del sur de Finlandia, apenas hay turistas, aunque también. Y se sientan apretaditos, piel con piel, en esa sauna de altas temperaturas, porque comenzar por una sauna a la que van los habitantes de un lugar es empezar por todo lo alto. Allí ponían la sauna a temperaturas de 80º, además también había algún que otro ruso y parece que a ellos también les van estas temperaturas. Por lo que allí estábamos recocidos, primero en el banco de abajo, pero ya más tarde subiendo al segundo, y el colmo de la adicción, ya en nuestro estreno en una sauna finlandesa, en el tercer piso.
Echaban agua sobre las piedras y el vapor subía quemándonos los labios y las orejas. Aguantábamos valientes, para no huir como cobardes desde el primer momento, pero al final salíamos afuera y otra maravilla nos esperaba entre sauna y sauna: un buen chapuzón en aguas de 9º en el lago, calientes (nos dicen) para otoño, ya que en invierno bajan a 0º o a temperaturas negativas. Magnífica experiencia estar en una sauna hasta que no puedes más y después salir al aire frío del atardecer, y luego de la noche, para bajar por unas escaleras a las frías aguas del lago.
En algún momento parecíamos autómatas, yendo y viniendo de la sauna al lago, del lago a la sauna, buscando ese fuerte contraste de temperatura que buscan los finlandeses, notar cómo te circula la sangre en el cuerpo, cómo te late con fuerza el corazón en la espalda, como se estimulan las venitas del tejido de la piel.
La sauna como espacio social, como lugar de reunión. En las saunas públicas se reúnen amigos o desconocidos, la gente charla o simplemente busca el contacto con los otros, formar parte de un ritual que une de alguna manera, ese calor, esa sensación de ahogo, ese alivio y relax.
En las saunas familiares se reúne toda la familia. Todavía no hemos probado una de estas, pero por lo que nos cuenta la gente que conocimos en Finlandia, es un hábito que adoptan desde la infancia, los niños reunidos con sus padres y sus mayores, varias generaciones juntas en un mismo espacio, compartiendo ese calor, esos aromas que supongo les quedan grabados para siempre y de los que no podrán despegarse nunca.
Los beneficios de la sauna
Estar en una sauna es como recibir un agradable abrazo que ayuda a relajar los músculos y a depurar el organismo. Y eso es gracias a las altas temperaturas que se alcanzan altas temperaturas – se puede llegar hasta 100º -, y porque la humedad es baja – entre 20 y 30% -. Con la sauna la piel se purifica.
El baño en aguas heladas es beneficioso, ya que se crea un choque térmico para el organismo, pero es tan fuerte que en realidad lo fortalece. Y después de la sauna el cuerpo recalentado aprovecha al máximo este contraste térmico. El metabolismo se acelera intentando calentarse, y el sistema inmunitario se refuerza. Además, la sangre mejora su circulación.
Pero la sauna y los baños en aguas heladas son también beneficiosos para la mente, nos regenera y reduce el estrés. Y la sensación de bienestar y paz es increíble.
Los diferentes pasos del ritual de la sauna
El ceremonial que conlleva la sauna no es para tomárselo a la ligera, mejor seguir los pasos tal y como lo hacen los finlandeses, no podría ser de otro modo si realmente queremos fundirnos con la población local; eso es lo que perseguimos siempre en nuestros viajes giroscópicos. Aini nos explica que primero hay que ducharse, nos da uno de sus jabones exfoliantes. La escuchamos atentamente, ya al lado de la sauna, cuando nos explica que en el primer pase podemos meter los pies en un balde de agua con hojas de abedul, ya que el abedul tiene muchas propiedades benéficas para el cuerpo. Ya las siguientes veces que vayamos a la sauna, mejor no volver a repetir este baño de pies, ya que es bastante fuerte y es suficiente.
Entre sauna y sauna, darse una ducha de agua fría si se quiere y salir al exterior a tomar el fresco. Normalmente la gente se baña en agua helada, nosotros también lo hicimos con la ducha, pero si hay un lago o un río cerca, mejor. También hay que tomar mucha agua, ya que con la sauna se pierden muchos líquidos a través de la transpiración. Aini nos tenía preparada una jarra de agua ¡con jugo de abedul!, increíble, el abedul es omnipresente, su poder benéfico debe ser formidable.
A la sauna cuantas veces se quiera, siempre teniendo cuidado de salir de ella cuando el calor nos agobie. Nosotros lo haremos en esta ocasión cuatro veces. En la última, nos llevamos un manojo de ramas de abedul que se moja en agua y se sacude el cuerpo con él, o sacudimos al vecino. Después de esta tunda, ya no necesita uno enjabonarse, termina la sauna con una ducha, a poder ser de agua fría. De nuevo el abedul y sus beneficios. Y para terminar el ritual, untarse con el aceite esencial de este fantástico árbol.
Löyly, el espíritu de la sauna también huele a abedul
En ese espacio reducido con bancos de madera, a media luz, sudamos en silencio, metidos en nuestros pensamientos o en nuestra propia tregua. Uno de nosotros toma el cucharón de vez en cuando para verter agua sobre las piedras calientes, que en casa de Aini y Pekka son de granito, volcánicas y otros muchos tipos. De las piedras que hay sobre la estufa sale humo y un sonido de agua hirviendo. De pronto nos inunda una ola de calor que quema nuestros labios, un vapor que intentamos respirar intensamente, ya que es Löyly, el espíritu de la sauna. Aini nos había avisado que es benéfico aspirar este vapor, así lo hacemos en varias ocasiones. El aroma de abedul también nos recorre por dentro.
Continúa el ritual de la sauna en la cocina
Desprendiendo aroma a abedul, subimos con Aini y Pekka, que nos reciben con una gran carcajada al ver nuestras caras de felicidad y de relajación. Dichosos, reímos con ellos. Nos ofrecen sentarnos a su mesa, cuidadosamente preparada, en la que nos espera un banquete de algunos de los productos más auténticos de la gastronomía finlandesa. Zumo de arándanos azules, ensalada de pescado ahumado que prepara Pekka – nos explica el proceso de preparación, aunque creo que tendríamos que pasar más tiempo en Finlandia para aprender más -, una tarta salada con setas y un té de hojas de arándanos.
Los arándanos también están presentes en la gastronomía finlandesa, ya que la gente sale a buscarlos a los bosques en primavera y verano, que están llenos de arándanos de diferentes tipos. Y sus beneficios para la salud son múltiples por su riqueza en antioxidantes y su capacidad antibacteriana y antienvejecimiento. Nos lo explica Aini, apasionada del tema, que trabaja en un proyecto de la Unión Europea para desarrollar los productos que contengan las bondades que ofrece la naturaleza.
A lo largo de nuestro viaje por Finlandia probamos los arándanos de todos los tipos, en los desayunos para acompañar el yogur con cereales, en forma de mermelada, para acompañar comidas… Y también los probamos en el Parque Nacional de…, recolectándolos directamente acompañados de nuestra guía Tiina.
Disfrutamos de la mesa y de la buena conversación de Aini y Pekka, en ese B&B en el que seguro se sentirán maravillosamente sus huéspedes. Debemos irnos y posponemos la charla para otra ocasión, cuando volvamos quizás al largo invierno nórdico o a vivir la Midsummer.
Ya en ese confortable tren que nos lleva camino a descubrir la capital de Finlandia, Helsinki, sigo sintiéndome como si todavía estuviera en esa sauna familiar, mi cuerpo desprende ese aroma a abedul, me acerco a la piel para sentirlo intensamente, y me gusta el olor, me gusta la sensación que me queda después de haber estado en una sauna. Me gusta tanto que me pregunto porqué no existe en otros países como el mío, porqué no se exportan las cosas buenas de unos y otros. También me digo que algún día tendré una sauna, quizás frente a las aguas heladas de algún mar, e invitaré a mis amigos y a mi familia para compartir buenos momentos, y todos saldremos de la sauna oliendo a abedul.
Agradecimientos
Gracias a Visit Rovaniemi, a Salla Tauriainen por la estupenda organización de nuestra visita a Rovaniemi. Y a Annukka Jarkko, que nos acompañó a conocer a Santa Claus, y con la que compartimos estupendas conversaciones ente delicias de la gastronomía finlandesa en el restaurante Rakas, que pertenece al increíble hotel Arctic Treehouse. Una maravilla del diseño escandinavo.
Gracias a Aini y a Pekka del B&B Kotitie por abrirnos las puertas de su casa, invitarnos a su sauna con aroma de abedul y compartir con nosotros su mesa. Esperamos poder colaborar con ustedes durante mucho tiempo y que la gente que lea El Giróscopo Viajero, desee viajar a Finlandia y visitar la casa de Aini y Pekka en Rovaniemi.
Gracias también a Jaana Sirkiä, de Arctic Lifestyle y a Priscila Fernandez de GoandBe, por ofrecernos la posibilidad de divertirnos y conocer otro pedacito de Finlandia! Muy pronto escribiremos sobre las interesantes actividades que proponen.
Gracias a Olga Javits y Visit Tampere por permitirnos conocer una verdadera sauna finlandesa, en Rauhaniemi
Por supuesto, gracias a las empresas de transporte que nos llevaron a Finlandia. A VR-yhteisellamatkalla en cuyos trenes recorrimos las venas del país, y nos mostró paisajes de lagos y bosques de ruska, con escala en Rovaniemi, Lahti, Tampere, Turku, Helsinki, Joensuu y Jyväskylä. Y a Viking line, con la que surcamos el mar Báltico, de Estocolmo a las islas Aland, y de las Aland a Turku por el maravilloso Archipiélago de Turku. Y a Finnair que nos enseñó Finlandia desde el cielo.
Alojamiento con encanto en Rovaniemi
Si desean alojarse en un B&B con encanto en Rovaniemi, Tampere o en cualquier otro lugar de Finlandia, y probar los beneficios de la sauna, relacionarse con la población local y saborear la gastronomía finlandesa, escríbannos:
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