Los espigueiros de Lindoso. La mayor concentración de hórreos de Portugal

Los espigueiros de Lindoso concentran la mayor cantidad de hórreos de Portugal

Los espigueiros de Lindoso sorprenden a propios y extraños. Y no sólo porque se encuentren en una pintoresca aldea situada en un hermoso enclave a orillas del río Lima, rodeada de montañas. O porque estén en el corazón del único parque nacional de Portugal, el de Peneda-Gerês. Ni porque conformen un hermoso conjunto monumental junto con el magnífico Castillo de Lindoso. La razón es que se trata de la mayor concentración de espigueiros de la Península Ibérica.  Aún mayor que la de los Canastros da Merca en Ourense, con 35 hórreos. Una visita al lugar basta para quedarse con la boca abierta ante tantos graneros de piedra que salpican la inmensa era donde otrora se reunían los vecinos de Lindoso para guardar el grano. Porque eso es lo que significa “espigueiro” en portugués: granero.

Los espigueiros son construcciones típicas del norte de la Península para guardar el grano

Aunque las mejores panorámicas de este festival de espigueiros se ven desde la fortaleza. Así que esta visita es una razón más para descubrir las maravillas del Parque Nacional de Peneda-Gerês. Una de ellas ya se la habíamos dado no hace mucho, cuando les contamos la historia del Castillo de Castro Laboreiro, una bella fortaleza medieval situada en lo alto de la emblemática aldea del mismo nombre, que ofrece espectaculares vistas del Melgaço. Primera parada en el Parque Nacional de Peneda-Gerês.

Acompáñennos ahora en esta introducción a los encantos de los espigueiros de Lindoso. Nada más que por despertar en ustedes el deseo de descubrir uno de los lugares más insólitos de Portugal.

El castillo de Lindoso forma parte de este conjunto monumental

¡Más de medio centenar de espigueiros en Lindoso!

¡Más de medio centenar de espigueiros concentrados en una era!

Eso es, en Lindoso hay nada menos que medio centenar de espigueiros concentrados en una era. Guiados por el castillo nos acercamos al conjunto monumental y vemos los primeros. Y ahí iniciamos nuestro paseo por el dédalo de los espigueiros de Lindoso, deteniéndonos ante estas maravillas de la arquitectura rural portuguesa. Realizados en piedra, nos recuerdan a los hórreos de Carnota y Lira, situados en la Costa da Morte que no hace mucho descubríamos en estas páginas. Pues el trabajo del granito es de oficio admirable por estas tierras. Dichos hórreos gallegos son tan sorprendentes como los espigueiros de Lindoso, pero por otras razones. Pues son los hórreos más largos de la Península Ibérica y quizás del mundo.

Subida a los hórreos de Lindoso, que se encuentran en un promontorio rocoso

Y, al igual que en la región del Minho y del norte de Portugal, forman parte de la arquitectura rural gallega y asturiana. En Galicia, además de conocérseles con el nombre de hórreos, se les llama en gallego “canastros”, “cabaceiros”. Y su función es eminentemente práctica: conservar el cereal al abrigo de la humedad y de los roedores hambrientos, permitiendo una óptima maduración, en este caso, del maíz.

Caminando entre los espigueiros de Lindoso

Pensamos en el espíritu comunitario de los miembros de la aldea de Lindoso, que compartían en esta gran era; cada espigueiro para una familia. En total unos 64 espigueiros construídos entre los siglos XVII y XVIII que se extienden ante la mirada asombrada del castillo. Los miramos detenidamente, definiendo sus partes: vanos verticales para ventilar el hórreo, cubiertas con losas de granito unidas en un ángulo obtuso, pilares simples cortos que se asientan en los afloramientos graníticos, los “tornaratos”, los relieves decorativos, y por fin la cruz que los corona – una forma de sacralización del alimento -.

En esta fotograía se observan los llamados «tornaratos», una de las partes del granero que ahuyenta a los roedores

Lindoso, del latín “Limitosum”. Belleza pintoresca

Desde la era vemos las casas de Lindoso, su iglesia Matríz y el enclave magnífico en que se encuentra esta aldea de montaña. A él se llega por la margen del río Lima, represado en el bonito embalse en un paisaje de prados y huertos. Y el paisaje que rodea la aldea es el del Parque Nacional de Peneda-Gerês, de bosques y vegetación abundante, macizos rocosos imponentes, como Serra Amarela.

El embalse de Lindoso y el paijaje del Parque Nacional de Peneda-Gerês

Quizás en eso las leyendas lleven algo de razón – en su nombre, queremos decir – pues atribuyen su nombre al rey Dom Dinis, al que la belleza del lugar lo llevó a llamarle Lindoso. Si bien, su denominación procede seguramente del latín: de la palabra “Limitosum”, que significa frontera.

La aldea de Lindoso

A parte del castillo de Lindoso al que nos dirigimos ahora, la aldea tiene otros encantos, como el Puente medieval de Santiago, el cruceiro y la capilla del monte de la Madalena, el cruceiro do Largo do Denstro y la Fuente da Tornada. Por no hablar de las muchas rutas de senderismo que parten del pueblo, como la de Moinhos de Parada – donde nos podemos bañar en el Pozo da Gola -; la ruta das Terras da Nóbrega; la rua del Románico de Bravães a San Martinho de Castro. O la ruta de São Miguel de Entre Ambos-os-Rios, y el Trilho Interpretativo da Serra Amarela, entre otras.

Otros de los tesoros situados fuera de la aldea son las pinturas rupestres de Bouça do Colado y de Porto Chão.

Los espigueiros desde el Castillo de Lindoso

El castillo de Lindoso

Cierto es que las vistas más espectaculares de este laberinto de espigueiros nos las regala el Castillo de Lindoso, situado en lo alto de la aldea. Es en realidad una fortaleza declarada Monumento Nacional en 1910. Construida en el siglo XIII, es uno de los conjuntos defensivos más destacadas de Portugal por su posición estratégica, que sirvió durante mucho tiempo en las batallas con el reino de Galicia.

Vistas de los espigueiros de Lindoso desde el castillo

Aunque su Centro de Interpretación está hoy cerrado, subimos a las silenciosas murallas, nos fotografiamos junto a la torre homenaje y, subidas a las almenas, contemplamos las vistas de la Sierra da Peneda y el Valle de Olelas (ya en Galicia, en Entrimo). 

Fotografías de la fortaleza de Lindoso

Pero sobre todo nos entusiasmamos con la panorámica del conjunto monumental de los espigueiros. Imagen que guardamos como una de las más bellas en nuestro viaje por el Parque Nacional de Peneda-Gerês. Y eso que son muchas…

Espigueiros de Soajo

Los espigueiros de Soajo al atardecer. Se encuentran muy cerca de los de Lindoso

Como la de los espigueiros de Soajo, otra aldea cercana a Lindoso, situada en la margen derecha del río Lima, al que vamos a última hora de la tarde. En un gran afloramiento natural de granito se sitúan los 24 espigueiros de piedra del tipo galaico-minhoto, de cuerpo bajo y alargado – siendo el más antiguo de 1782 -. Otra estampa fabulosa con vistas del paisaje en rededor, que nos deja sin palabras.

Al parecer hay otro conjunto de hórreos en la zona, la de Eira do Tapado, aunque de menor dimensión que los espigueiros de Soajo y Lindoso.

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Los espigueiros vistos de cerca

Seguimos de camino a nuestro alojamiento en pleno Parque Nacional de Peneda-Gerês. Las imágenes del primer día llenan ya nuestro cuaderno de viaje de paisajes y conjuntos monumentales extraordinarios. ¿Qué más nos deparará este destino fascinante del norte de Portugal?

¿Y dónde se encuentran los Espigueiros de Lindoso?. Cómo llegar

¡Qué gran sorpresa encontrar tantos hórreos juntos en Portugal!

Lindoso se encuentra en el Alto-Minho, a 21 kilómetros de Ponte da Barca por las carreteras nacionales N203 y N530. Y a tan sólo 15 kilómetros de Lobios por la carretera OU-540. Desde Ourense se tarda en llegar a Lindoso una hora por la AG-31 y la carretera OU-540.

Por otra parte, la aldea de Soajo está a 10 kilómetros de Lindoso por la EM-530.

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