México se presta para disfrutar de deportes de aventura y actividad cargadas de adrenalina. Nosotros hemos podido disfrutar de muchas experiencias como el ascenso a volcanes, tirolinas (en México llamadas tirolesas) sobre la jungla, vuelo en globo o carro tirado por caballo sobre raíles de tren de una antigua hacienda de explotación de Henequén.
Una de las diversiones que más nos gustan es el descenso de barrancos (canyoning en inglés), también conocido como cañonismo. Es por ello que en uno de nuestros viajes a México hemos querido probar un destino poco conocido y a mano desde Ciudad de México, las Pozas Azules de Atzala de la Asunción en el estado de Guerrero.
Pozas Azules de Atzala
Nombrar el pueblo mágico de Taxco ya sitúa al oyente. Y es que la fama y belleza de la población del estado de Guerrero le precede. Fue un rico municipio en el que la explotación de minas de plata fomentó una coyuntura económica que atrajo a inversores durante siglos.
Atzala – en náhuatl, quiere decir “en medio de las aguas”- se encuentra a una media hora de Taxco, encajonado en el fondo de uno de los barrancos por los que discurre un caudal de agua. Sus pozas azules se han hecho famosas en los últimos años, pero su existencia es conocida por los lugareños desde hace décadas, ya que han servido de lugar de aprovisionamiento de agua.
El hallazgo de pinturas rupestres en unas de las cuevas de Atzala despertó la atención del INAH, que está registrándolas y estudiándolas para interpretar su origen, posiblemente ligado a la cultura atlautla.
De hecho sus habitantes, conscientes del patrimonio natural y turístico que poseen, han sabido coordinarse para gestionar la llegada de viajeros. Es por ello que nada más llegar nos sorprende la organización para aparcar los coches de forma ordenada y numerada en los terreros de los propios vecinos. De esta manera la colaboración y reparto de los beneficios funciona como una cooperativa.
Recorrido y visita a las pozas
El color turquesa de sus aguas nos recuerda a los fondos del río Soca en Eslovenia que hemos surcado haciendo rafting, o las pasarelas de Alquézar sobre el río Vero en Huesca (España).
Aunque hayamos visto algunas fotografías antes de venir, la verdad es que el lugar sorprende, sobre todo si llegas a primera hora cuando apenas hay visitantes.
Se suele mencionar que son siete las pozas, pero a nosotros nos parecen incluso más. Cada una esculpida con una forma y disposición por el cauce del río. Las cascadas que encontraremos se alternan con pequeñas pozas y con inmensas moles de roca que se han desprendido a lo largo de las eras.
La temperatura de las aguas es fresca, para algunos fría, pero la verdad es que si afuera hace una temperatura agradable no las encontraremos para nada heladas. Además, en nuestro caso, al ir con neopreno, y pese a estar casi dos horas haciendo el descenso de cañones, no tuvimos impresión de que hiciera frío.
Desde la entrada, y siguiendo el recorrido a través de unas pasarelas, se van sucediendo las pozas, cada una con una profundidad diferente – desde 1 a 8 metros-, y en las que podemos nadar, hacer saltos espectaculares y divertidos o simplemente ponernos al sol y disfrutar de los colores verdes y turquesas de sus aguas. Para los que aún no saben nadar o prefieren flotar, existe la posibilidad de rentar chalecos.
Un tramo del recorrido se tiene que hacer con guías oficiales ya que poseen el conocimiento de las zonas peligrosas, la profundidad de las pozas en cada época del año, así como la información sobre la historia y el paisaje que rodean las pozas de Atzala.
Cañonismo
Dado que era la primera vez que hacíamos el recorrido del descenso de cañones consultamos con los guías oficiales sobre en qué parte empezar. Nos comentaron que la mejor opción era ir por carretera río arriba y luego alcanzar por caminos la parte alta de las montañas.
Tras un trayecto por caminos sin asfaltar y tierra llegamos a un punto desde donde iniciamos el descenso campo a través hasta un puente que da inicio al descenso de barrancos. Aquí, la acumulación de tuberías puede resultar antiestética, pero se está trabajando para que en vez de que cada familia tenga su propia tubería de abastecimiento hasta sus casas, se concentren en una red de abastecimiento que sea menos agresiva con el entorno.
De la mano de nuestro guía seguimos el cauce del río, caminando sobre las piedras y deteniéndonos en pozas en las que se acumula agua. La profundidad permite que llevemos algunos saltos espectaculares que podéis ver en el vídeo que hemos montado sobre la actividad.
Disfrutamos del entorno y de las pozas prístinas de color esmeralda, o de las cascadas que nos remojan. El día es caluroso y el fresco de las aguas se agradece. Poco a poco nos vamos acercando a la entrada y acceso de las pozas, por donde entra el público que acude a bañarse. Aquí ya hay más visitantes nadando y saltando, o retratando la inconmensurable belleza de Atzala.
Además del cañonismo, en las pozas azules de Atzala es posible hacer rappel, senderismo o incluso volar con los dos circuitos de tirolesas.
Cómo llegar a las Pozas Azules
Para empezar hay que llegar a Taxco desde nuestro lugar de salida. Nosotros llegamos desde Ciudad de México. Después de atravesar o bordear Taxco hay que continuar unos kilómetros por la la carretera Ixcateopan y seguir hasta encontrarnos un letrero que indica “pozas azules de Atzala”. En este punto el camino es una plataforma de cemento que hace zig zag hasta bajar al fondo del barranco donde se encuentran las pozas.
Como decíamos, en la entrada del pueblo, nos indicarán dónde aparcar, entregando un número. Allí pagaremos la cuota del parking.
Como el pueblo es pequeño, apenas tendremos que caminar unos minutos siguiendo un camino en el que veremos restaurantes para comer, tiendas para abastecernos de agua y botanas, o puestos para comprar recuerdos, como los preciosos árboles de la vida hechos de cuarzo y ámbar.
Si optamos por llegar en autobús o transporte público tenemos que tener paciencia porque la única opción son las combi que salen desde Taxco y que nos dejan en la entrada de las pozas azules de Atzala. Normalmente la última combi sale desde las pozas a las 18h, por lo que si la perdemos solo podremos regresar a Taxco en taxi.
Mapa Pozas Azules de Atzala
Información y horario
Las pozas abren todos los días de 9:00 a 18:00, y la mejor época son los meses entre diciembre y marzo cuando apenas llueve, pudiendo también hacerlo desde noviembre a mayo, pero siendo conscientes de que si ha llovido no podremos disfrutarlas con toda la belleza que tienen
Con el objetivo de preservar la vida de la fauna y flora y no intervenir en la calidad del agua, se prohíbe el uso de cremas de protección solar, bronceadores, jabones y otro tipo de sustancias tóxicas.
Es recomendable evitar los festivos y los fines de semana, ya que mucha gente local acude a las pozas, saturándose el espacio.
Las pozas son ideales para toda la familia y el recorrido por las escaleras y pasarelas no es demasiado exigente. sin embargo si deseamos remontar el cauce del río se hará cada vez más azaroso para personas con poca condición física.
