Begues, la Cittaslow balcón del Mediterráneo

Mirar desde el tranquilo Mur de Begues el extenso panorama que va desde la Mola -la montaña más alta del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac- hasta el aeropuerto de Barcelona, pasando por Barcelona con su skyline, es sin duda un ejercicio de abstracción cargado de paz para los viajeros que salimos de la ciudad buscando la desconexión.

Vistas desde el mirador del Mur en Begues
Vistas desde el mirador del Mur en Begues

Para los habitantes de Begues el mirador del Mur (denominado Muro espacio de silencio) es un privilegio, un momento único de precio incalculable. Por eso quién tiene la suerte, como nosotros hoy, de abarcar con la vista panorámica este espectáculo visual, es un ser afortunado.

Begues (o Begas) nos recuerda a Castelmola en Sicilia, a Bérgamo, o al castillo dos Mourtos en Sintra, enclaves que se cuentan con las manos, y que forman parte de un selecto club de paraísos a veces poco reconocidos dentro y fuera. Situado en las estribaciones del Parque Natural del Garraf, en la comarca del Baix Llobregat de la provincia de Barcelona, Begues bien podría ser un destino turístico para el yoga, o la meta de ciclistas. En suma, Begues podría ser lo que quiera.

La tranquila vida de sus casi siete mil habitantes, que disfrutan de más de 50 km² de municipio de paisaje natural es al mismo tiempo relajada pero muy activa, con una gran cantidad de asociaciones y organizaciones culturales y deportivas. En cierta manera entendemos el ritmo pausado de sus gentes, ajenas al trasiego de sus vecinas Gavá, Castelldefels o Sitges, hijas del Parque Natural del Garraf, que han vivido todas las etapas del turismo. La carretera que asciende hasta los 399 metros de altitud se antoja para algunos una aventura espacial. Pero Begues es un pequeño paraíso al alcance de la mano.

Paisaje de viñedos y cabañas de pastores en Begues
Paisaje de viñedos y cabañas de pastores en Begues

El turista respetuoso debe mimetizarse con la tranquilidad de Begues, como los ornitólogos que acuden a avistar aves, siendo pacientes, y sobre todo adoptando y asimilando sus ritmos. Solo así se disfruta de esta slowcitta. La red de slowcities no es aún amplia en España y son pocos los pueblos o ciudades adheridas o que cumplan con las directrices que permite presumir de una «ciudad lenta». Begues ha trabajado duro para conseguir ese estatus que en Cataluña solo ostentan Begur y Pals en la provincia de Girona y la citada Begues.

Viaje al pasado de Begues

Los testimonios arqueológicos de época prehistórica son abundantes, especialmente del periodo epipaleolítico como han constatado las excavaciones de yacimientos entre los que sin duda destaca la Cova de San Sadurní.

Por Begues pasaba la red de comunicación del camino real que desde Sant Boi, pasaba por Sant Climent, Begues, Olesa y Vilafranca. Probablemente fueron los romanos los primeros en establecer esta ruta de comunicación, pero los únicos rastros son los surcos de carretas que tienen más relación con época medieval o moderna.

Tras la caída del Imperio Romano el avance musulmán alcanzó Barcelona, y el empuje de los francos con batallas como la de Bighash o Bígux (posiblemente atribuible a Begues) en la que murió Guifré El Pilós (Wifredo el Velloso). El no lejano  castillo de Eramprunyà sirvió para sentar esa primera línea de territorio recuperado de los musulmanes, y en el siglo XVI y XVII llegaron población de las regiones occitanas para repoblar una Begues que en siglos precedentes había sufrido igual que el resto de Europa los estragos de la peste.

Sin embargo, Begues siguió siendo un hábitat disperso de masías como la Clota, Can Sadurní o  Mas Traval, dedicadas a la agricultura y a la ganadería (y más tarde a la extracción de sal de llop, un tipo de calcita utilizada en la fabricación de cristal) hasta el siglo XIX.

Sal de Llop en una mina abierta de Begues
Sal de Llop en una mina abierta de Begues

Qué ver y hacer en Begues

Visitar un viñedo y una masía histórica como Can Saturní, conocer los orígenes de la espeleología de Cataluña que se desarrollaron en las simas de Begues, disfrutar de su feria de cerveza artesana, caminar por rutas de arqueología protoindustrial donde encontramos caleros, un pozo de cristal, cabañas de pastores hechas con muros secos (sin argamasa), masías con siglos de historia, miradores como El Mur, o lugares insólitos como la mina de «sal de llop». Todo esto además de la visita a la Cueva de Can Sadurní son razones para pasar más de un día en Begues.

Una ruta por Begues permite al caminante conocer la historia de sus masías, como Can Grau del Coll, Can Vendrell o la citada Can Sadurní entre otras, con un itinerario confeccionado por el ayuntamiento de Begues y que recorre otros lugares como la Creu de Terme; el edificio modernista del Escorxador; La Torra (Fundación privada Col·legi Bosch); El Colmado, edificio histórico de principios del siglo XX hoy en día punto de información de Parque Natural de Garraf; Cal Pere Vell, Sant Cristòfor de la Rectoria, o la Ermita de Santa Eulàlia (del siglo XV, ampliada en el XVII, pero reformada en el XIX).

Masía Can Sadurní

El sonriente Xavi nos espera en Can Sadurní, una vetusta masía que ya aparece mencionada en 1498 con el topónimo de Mas de l’Espluga (Masía de la cueva), referenciando a la cueva que hay colina arriba. La familía Sadurní la habitó de forma continuada siglo tras siglo, hasta que en el siglo XX al perder el apellido por el matrimonio de la hija con los Vendrell, no quiso perder su histórico nombre que aún conserva.

Visita a las bodegas de la Masía Can Sadurní en Begues
Visita a las bodegas de la Masía Can Sadurní en Begues

En Can Sadurní se sigue trabajando duro, y ni los avances técnicos que han permitido automatizar el trabajo de campo, salvan de la dedicación al cuidado de las vides y los frutales que se siguen cultivando. Begues con su calidad horticultura proveía ya en el siglo XVIII la demanda de vino a granel y fruta de Barcelona-incluidos los que daban los melocotoneros de viña, que servían para detectar la presencia del oídio, un hongo que como la filoxera era letal para las vides-. Y al Mercado del Born llegaban las carretas que en jornadas que hoy se cubren en minutos, y otrora en al menos un día entero, permitían cubrir la distancia para llegar a la capital condal.

Xavier no se cansa de contar la historia de sus antepasados. Lo hace con una mezcla de humildad, orgullo y pasión que hace que cada vez que enseña la masía, los viñedos y las cavas, añada un detalle nuevo.

Tocamos los incipientes viñedos, que en este marzo ya comienzan a brotar, y seguimos el itinerario admirando la bella fachada de Can Sadurní con su reloj solar y las piedras que nos hacen repetir con los labios las fechas en las que se fueron construyendo algunas partes de la masía. En el interior, la bodega mantiene el frescor con una temperatura agradable en invierno y verano, fresca sin duda, pero saludable para los vinos y el cava de su marca Montau de Sadurní.

Cueva neolítica de Can Sadurní 

Tapiado su acceso con piedras como otras cuevas cársticas del Garraf -para evitar ser el refugio de los bandoleros y asaltantes de caminos que proliferaron en el siglo XIX-, la cueva de Can Sadurní fue redescubierta por uno de los Vendrell que habitaban la masía, y utilizada como plantación de champiñones, en unas condiciones de humedad perfectas dentro de la cueva. Esta es la razón del encalado de las paredes del techo de la cueva. Los arqueólogos han ido excavando en sucesivas campañas la acumulación de capas históricas que permite actualmente datar en al menos 11.000 años el uso de la cueva. Hay que distinguir entre uso y ocupación ya que el interior de la cueva no servía de morada, si no de refugio ocasional, lugar de enterramientos, de deshecho y de corral de animales.

Cueva neolítica de Can Sadurní en Begues
Cueva neolítica de Can Sadurní en Begues

Los cazadores-recolectores del Epipaleolítico fueron los primeros ocupantes de  Can Sadurní, y ya en el Neolítico, una vez abandonado el nomadismo, se adscribieron a estos lares habitando cabañas de adobe y paja.

En las excavaciones que todavía hoy continúan con campañas que van encontrando nuevo material de gran interés, cabe destacar una pequeña figura de 6.500 años que se apodó L’encantat de Begues. El encantado hallado en 2012 se considera una estatua ofrenda con atributos divinos. Este apodo al ídolo es también un homenaje al apodo que históricamente se les ha dado a los habitantes de Begues, los encantados.

La figura del Encantat de Begues hallada en la cueva de Can Sadurní de Begues
La figura del Encantat de Begues hallada en la cueva de Can Sadurní de Begues

Hasta hoy constituye la representación cerámica humana más antigua de España, hallada en el nivel estratigráfico 11 que corresponde al Neolítico Medio postcardial 1a, y aunque solo se ha conservado en parte permite distinguir un tronco humano y parte de un brazo.

Cerveza Encantada

A raíz del descubrimiento que permite afirmar que la Cova de Can Sadurní es el primer testimonio de una bebida a partir de la fermentación de cereales (salvando las distancias precursora de la cerveza), el ICA (Institut de Cervesa Artesana) fabricó en colaboración con CIPAG (Col·lectiu per la Investigació de la Prehistòria i l’Arqueologia del Garraf-Ordal) la cerveza Encantada. Esta cerveza neolítica de Begues es fruto de la investigación de los ingredientes hallados en el yacimiento arqueológico, a saber, malta de cebada, artemisa, tomillo, frutas del bosque, miel, y dos tipos de levadura.

Ruta por la naturaleza

Desde Can Sadurní emprendemos una ruta denominada El Ferret (en honor al pocero local) que comprende diferentes paradas con interés geológico, etnográfico, natural y faunístico. Sin andar lejos de la masía está uno de los caleros empleados para fragmentar la roca caliza y lograr cal, que posteriormente se empleaba para revestir y aislar las casas, o para uso desinfectante. Para la «cocción» de la roca que se prolongaba durante días se usaba castaño o encinas, estas últimas muy habituales en el entorno de Begues, y de las que pocos especímenes sobrevivieron el uso de leña.

Itinerario El Ferret en Begues
Itinerario El Ferret en Begues

Llegamos al Avenç de Can Sadurní, uno de los que cuantificó el célebre geólogo, espeleólogo, escritor y naturalista Norbert Font i Sagué. Él entre otros estuvieron en el germen de los primeros estudios de las cavidades del karst del Garraf, que por morfología y características geológicas es un territorio único en Cataluña.

Eli, la arqueóloga que nos ha explicado con el cariño de quién excava un yacimiento, los trabajos del yacimiento de la cueva de San Sadurní nos acompaña en este paseo, señalando varias simas y dolinas que conforman el paisaje del altiplano de Begues.

Mirador El Mur

EL Mur es una ventana, o un balcón abierto al Mediterráneo. Llegamos al mirador e hipnotizados caminamos para captar las vistas majestuosas que desde Begues tenemos de una buena parte de la provincia de Barcelona, incluyendo  las figuras recortadas de Monjtuic, el Tibidabo, o el aeropuerto donde como pequeños gorriones aterrizan y parten aviones. El silencio define el Mur, siendo una invitación al relax, la calma y la observación de aves ya que hasta aquí llegan muchas especies escapando del frío del norte.

Vistas del Delta del Llobregat desde Begues
Vistas del Delta del Llobregat desde Begues

El recorrido nos ha abierto el apetito, así que nada mejor que degustar las propuestas gastronómicas del restaurante Arrels que está dentro de la red Sabors de l’Horta del Baix Llobregat.  La fama es merecida porque tanto el bacalao, como el empedrado, o el arroz negro denotan un conocimiento técnico profundo de la gastronomía propio de un chef de la categoría de Orio Ros, y que ponen una guinda a la experiencia de visitar Begues.

Platos del restaurante Arrels en Begues
Platos del restaurante Arrels en Begues

Cómo llegar a Begues

A apenas 31 km de Barcelona (45 minutos), y solo 11 de Gava (15 minutos), la mejor forma de llegar a Begues es en coche. Las opciones de transporte público pasan por el autobús 902 (BaixBus) que desde la avenida del Paral·lel o Plaza Espanya en Barcelona llegan a Begues (Av. Sadurní – Ebre), con paradas en Hospitalet, Cornella, el Prat, Viladecans o Gava.

Dónde comer en Begues

El restaurante Arrels y el restaurante de la masía de Can Sadurní que abre los fines de semana son dos de las mejores opciones para comer en Begues.

Información visita Cueva Can Sadurní

La visita a la cueva es guiada cada primer domingo de mes y cada tercer sábado, siendo necesaria la reserva previa en el mail covasansadurni@gmail.com

Mapa de Begues

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