En lo alto de un espolón rocoso de 130 metros, dominando el río Dordoña, se alzan los majestuosos Jardines colgantes de Marqueyssac, mirador de la Dordoña-Périgord. Un auténtico tesoro del triángulo de oro del llamado Valle de los Castillos y del Périgord Noir. Están situados en el pueblo de Vézac, a 9 kilómetros del magnífico patrimonio de Sarlat y de la belleza de la Roque Gageac. Los Jardines colgantes de Marqueyssac son uno de los lugares más espectaculares de los que visitamos durante nuestro viaje de prensa en la provincia de la Dordoña-Périgord, una joya cercana en el suroeste de Francia, situada en la región de Nueva Aquitania.
Qué ver, qué hacer en la Dordoña-Périgord
Llegamos hasta allí tras varios días descubriendo la riqueza infinita de esta provincia tan al alcance de los viajeros procedentes de España (del País Vasco, por ejemplo), que se iguala en riqueza paisajística y patrimonial a la vecina ciudad de Burdeos, y a las más célebres provincias de la Provenza y la Costa Azul. A veces no es necesario recorrer tanta distancia para descubrir una Francia llena de tesoros que ofrecer. Por eso animamos a los viajeros a ir a otros lugares menos conocidos de este gran país que nos abre las puertas a paisajes espectaculares, pueblos pintorescos y un patrimonio monumental impresionante.
Por nombrar solo unos pocos lugares que visitamos en la provincia de la Dordoña-Périgord que hicieron que la visita valiese la pena están: “Lascaux 4”, la copia de la célebre cuerva de Lascaux, los paisajes de viñedos del País de Bergerac, en el Périgord Purpre, los acantilados calcáreos del valle de l’iIsle, las colinas y bosques de encinas en el Périgod Noir. Por supuesto, castillos y torres que miran este mosaico de paisajes, no olvidemos que la Dordoña es el “País de los 1001 castillos”. Y claro, también algunos de los pueblos más bellos de Francia – solo en la Dordoña-Périgord 10 pueblos poseen esa etiqueta “Plus beaux Villages de France” – como Sarlat, Bergerac o la Roque Gageac.
También en la Dordoña-Périgord nos asombraron los extraordinarios tejados de “lauze” y esas bibliotecas democráticas que son las casas de los libros, enigmas que terminamos dilucidando al final de un fabuloso viaje de descubrimiento de este rincón de Francia.
Los asombrosos Jardines colgantes de Marqueyssac, el mirador de la Dordoña
Los Jardines colgantes de Marqueyssac son un mirador natural que ofrecen espléndidas vistas panorámicas del paisaje del Périgord, de sus castillos y pueblos pintorescos emplazados a orillas del río Dordoña.
Llegamos temprano por la mañana a los Jardines colgantes de Marqueyssac, la luz es espléndida en esta primavera en la que los verdes del valle son más brillantes. Apenas hay visitantes a estas horas, por lo que nos tomamos nuestro tiempo para pasar la jornada en los jardines de Marqueyssac. Aparcamos fácilmente y subimos poco a poco hasta el espolón rocoso donde se alzan los jardines. Primera parada en un mirador desde el que ya podemos contemplar en altura el panorama magnífico donde destacan los castillos de Castelnaud y de Beynac y el río Dordoña surcando el valle.
Tras franquear la entrada a los jardines, en seguida nos topamos con la maravilla: el jardín de la torre, una auténtica joya de la jardinería con su miles de bojes de formas ondulantes, tras los que se abren perspectivas al horizonte. Es difícil describir la sensación que nos produce encontrarnos en medio de un fantástico laberinto de boj, en total 150 mil podados a mano con cuidado y perfección dos veces al año.
La primavera es quizás la época más bella para contemplar el jardín de boj, con varias tonalidades de verdes: el verde claro y brillante de los brotes jóvenes se mezcla con el más oscuro del boj más viejo. Todavía no es época de poda, en mayo comenzarán los jardineros su labor, consiguiendo formas redondeadas perfectas, acentuando los volúmenes. Lo hacen podando los brotes jóvenes en la parte baja y dejándolos crecer en la parte alta.
Estos jardineros trabajan el color. En la vertiente sur de los jardines continúan los verdes en una magnífica paleta mediterránea: romero, tejo, ciprés, encina. Y en la vertiente norte, adopta tonos más oscuros con los robles y los arces.
Los jardines de Marqueyssac se extienden a lo largo de 6 kilómetros y 15 hectáreas de paseos, rincones románticos, desde la torre hasta el mirador, de la gran avenida a las cascadas, de la avenida de los arcos a la de los romeros… un conjunto suspendido en unos acantilados con vistas panorámicas al Valle de Dordoña.
Jardines italianos en Marqueyssac: un viaje en el tiempo
Y pensar que muchos de estos bojes fueron plantados en el siglo XIX…Al parecer, en 1861, Julien de Cerval hereda el lugar y apasionado de los jardines como era, dedica treinta años de su vida a hacer de los Jardines de Marqueyssac los más bellos de la zona. Y eso que su anterior propietario, Bertrand Vernet había hecho llamar en 1692 a uno de los mejores alumnos de Le Nôtre (¡sí, el que diseñó los jardines de Versalles!), un tal Porcher.
Pero con Julien de Cerval adoptaron el estilo que tienen actualmente. A su vuelta de Italia, trae consigo una auténtica pasión por los jardines italianos y por el arte topiario. Además de plantar los bojes, introduce otras especies: cipreses, tejos, pinos, encinas, robles, cyclamen de Nápoles que cubre el jardín de tapices llenos de color de agosto a octubre. También manda construir cabañas de piedra y un jardín de rocalla. En los jardines colgantes de Marqueyssac viajamos en el tiempo a los jardines italianos.
En 1996 comienza el renacimiento de los Jardines de Marqueyssanes con Kléber Rossillon, con la reforma de los bojes, los espacios rediseñados tal y como eran originalmente, la creación de los caminos de las cascadas, la restauración de los tejados del palacio.
Un Castillo del siglo XVIII. Resuelto el enigma de los tejados de la Dordoña-Périgord
Nos reunimos con la guía en el Château de Marqueyssac, un castillo del siglo XVIII, cuya fachada principal mira al valle flanqueada por una torre central con escalera, mientras que la trasera, más íntima, se abre al parque, donde fascinados nos quedamos admirando el tejado. La guía nos explica que fue restaurado recientemente. Es uno de esos tejados tan extraños que descubrimos por primera vez en la provincia de la Dordoña-Périgord, adornando los paisajes del Valle del río Vézère. Tejados casi verticales, con tal pendiente que nos preguntamos cómo hacen para no desmoronarse.
Esta misma mañana estuvimos en un ascensor panorámico contemplando los tejados de Sarlat, fascinados por sus formas estilizadas, por el color de sus tejas, algunos de piedra calcárea, por su perfecta construcción. Durante todo el viaje estuvimos preguntándonos por el misterio que envolvía los tejados de la Dordoña, porqué conseguían mantenerse en pie sin derrumbarse.
Hasta que llegamos al Château de Marqueyssac, y más tarde al Château de Castelnaud, que está enfrente, no se desveló el misterio. Al parecer, según nos cuenta la guía, estos tejados están hechos de “lauze”, una piedra sólida y muy pesada y colocados por un “lauzier”, profesional en vías de extinción. Aunque por fuera parecen piedras colocadas a modo de tejas, en el interior de la edificación se puede ver que estas piedras son en realidad enormes losas, muy pesadas colocadas unas encima de otras con gran precisión, y siguen una línea en pendiente para evitar que el peso. El “lauzier” es el mago que consigue con su paciencia y la precisión de la talla de las piedras, que los tejados típicos del Périgord Noir no se caigan y tengan este aspecto.
Al parecer, el tejado del Château de Marqueyssac fue restaurado a lo largo de cinco años por uno de los pocos “lauziers” que quedan por la región. ¡500 toneladas de tejado en 700 m2!. Desde luego, estos tejados de “lauze” fueron una de las sorpresas que nos esperaban en la Dordoña-Périgord, pero no la única. Nos esperaban los esplendorosos Jardines colgantes de Marqueyssac, una via ferrata que nos convirtió en acróbatas por un día, colgándonos en los fantásticos acantilados de Marqueyssac, y algo más…
Un dinosaurio en los Jardines de Marqueyssac
Esta no iba a ser la última sorpresa con la que nos toparíamos en los jardines de Marqueyssac. Quién podría pensar que nos encontraríamos con ¡un dinosaurio!. Bueno, con el esqueleto de un dinosaurio, un inmenso alosaurio de 7,50 metros de longitud y 2,5 metros de altura. Un ejemplar de unos 150 millones de años, excepcionalmente completo. En seguida lo relacionamos con los sitios prehistóricos que hay por la Dordoña-Périgord. Ante nuestra sorpresa, la guía nos cuenta que se trata de un alosauro que fue descubierto en 2013 en los Estados Unidos, adquirido por Kléber Rossillon. Es uno de los pocos esqueletos de alosaurio que se encontraron hasta el momento y que presentan un magnífico estado de conservación.
De ahí que decidieran exponerlo en el Pabellón de la Naturaleza del Jardín de Marqueyssac justo desde esta primavera de 2017, por lo que estamos ante una primicia. La exposición del dinosaurio es acorde con ese espíritu naturalista del siglo XIX y esa intención didáctica que se persigue en Marqueyssac.
Via ferrata de los Jardines colgantes de Marqueyssac
Otra de las grandes sorpresas que nos esperaban era una invitación a hacer una via ferrata por los acantilados de los Jardines colgantes de Marqueyssac, un recorrido espectacular en un escenario de excepción: el valle de la Dordoña, los impresionantes castillos y el bello pueblo de la Roque Gageac, al fondo.
Recientemente, les contamos nuestra aventura acrobática en acantilados de 220 metros de altura, un itinerario del que pueden hacerse unos metros y decidir si seguir o no. Por unos momentos surgen las dudas, pero la curiosidad por continuar es mayor, y el deseo de no perderse esta aventura. Así que nos lanzamos como arañas al descubrimiento de la via ferrata de Marqueyssac, un recorrido de 45 minutos que para muchos es muy sencillo, ya que está equipado por una línea de vía continua de la que no nos desconectamos en ningún momento. Para nosotros, poco habituados a las sensaciones fuertes, una experiencia emocionante con vistas asombrosas al valle de Dordoña.
Paseo de los acantilados
Tras la emoción de la via ferrata de Marqueyssac, comenzamos la ruta que nos lleva al mirador. Hay dos posibilidades, tomar el paseo de las alturas o el paseo de los acantilados. Optamos por comenzar por el segundo y volver por el primero. Siguiendo esta ruta de casi un kilómetro, vemos en todo momento el fantástico panorama, primero entre bojes, y después entre la vegetación impecable del lugar, sobre todo en esta primavera florida.
Al final del camino, vemos que alguna gente se concentra en el mirador. Nos damos cuenta en seguida de la razón: las vistas panorámicas son sublimes. El río Dordoña, barcos de paseo surcándolo, las tonalidades verdes del paisaje, y el pueblo de la Roque Gageac, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia. Y sí lo es. Se sitúa a los pies de un acantilado y a orillas del río Dordoña, magnífico, con sus casas alineadas y sus tejados típicos del Périgord Noir, de “lauze”, como los que vimos en el castillo y en Sarlat. Además, la Roque Gageac, por su exposición sur, disfruta de un microclima, casi mediterráneo que invita a la visita.
Desde el mirador de los Jardines de Marqueyssac sentimos realmente que estamos en unos jardines colgantes, ya que desde aquí pueden verse bien los acantilados.
Paseo de las alturas
Tras disfrutar del panorama del mirador, volvemos por el paseo que serpentea los jardines por encima del suelo, entre árboles, a lo largo de más de cien metros. En el camino vemos niños jugando en unas áreas de juego y en unas cabañas. Un largo túnel de red entre los árboles parece ser uno de los sitios más demandados. Al parecer, en los Jardines de Marqueyssac hay numerosas actividades infantiles, aunque el laberinto de boj es uno de sus divertimentos favoritos. De todos modos en temporada alta hay animaciones, como talleres sobre la naturaleza, iniciación a la escalada en los acantilados, un taller de torneado de madera, y por supuesto la “via ferrata de las rapaces”, de la que hablamos anteriormente. Y en Semana Santa, la Gran búsqueda de los huevos de Pascua, una diversión muy francesa.
Salón de té y restaurante panorámico
Terminamos nuestro recorrido por los Jardines colgantes de Marqueyssac en el restaurante-salón de té, en el que se sientan algunos visitantes a disfrutar de la bonanza del clima y sobre todo de las increíbles vistas panorámicas del valle. Un buen momento para disfrutar de unas cervezas o de unos helados artesanales.
Fiestas de verano
Antes de irnos, nos cuentan que la primavera es una de las épocas más bonitas para visitar los Jardines de Marqueyssac, por la belleza de los jardines de boj y porque todavía no hay demasiados turistas. Pero, al parecer, el verano reserva al visitante muchas sorpresas, como la celebración de la Fiesta de los Jardines el primer domingo de junio, una exposición de composiciones vegetales efímeras, demostraciones de poda de bojes,…
Pero una de las fiestas más bellas se celebra todos los jueves por la noche de julio y agosto, y el primer sábado de junio: “Marqueyssac a la Luz de las velas”. Los jardines se iluminan con más de 2000 velas, resaltando la belleza del boj los atardeceres de verano. Instantes mágicos de las noches estrelladas en la Dordoña. Puede ser el momento de comenzar un paseo romántico y misterioso, y dejarse atrapar por el encanto del lugar a la luz de las velas. Mientras un cuarteto de cuerda y viento cubre de notas de jazz el valle de Dordoña. Sentimos que son promesas de nuevos viajes, de regreso a la belleza de los Jardines de Marqueyssac.
Breve descripción de los Jardines colgantes de Marqueyssac
Desde que abrieron al público en 1997, los Jardines colgantes de Marqueyssac se han convertido en uno de los lugares preferidos de los viajeros que vienen a visitar la Dordoña-Périgord. La belleza del panorama que ofrece el mirador de los jardines de Marqueyssac es tan bello, que no es de extrañar que le hayan dado 3 estrellas Michelin en 2016. Desde 2014, llevan la etiqueta “Jardin remarquable” (jardín destacable).
Situado en un espolón rocoso a 130 metros de altitud, el parque de 22 hectáreas domina el valle de Dordoña desde sus acantilados calcáreos con vistas excepcionales de sus castillos y de los más bellos pueblos de Francia: Beynac, Castelnaud, Fayrac, la Roque-Gateac,….
Presenta tres recorridos a través de bojes plantados en el siglo XIX para llegar al mirador del río Dordoña, situado a 800 metros del castillo, un balcón a 192 metros de altitud. En total más de 6 km de paseos a través de 150 mil bojes centenarios podados a mano.
Aparcamiento gratuito, aparcamiento para personas con movilidad reducida, espacio cubierto para picnic, se admiten perros con correa. Librería, tienda, restaurante y salón de té abiertos desde Semana Santa hasta el 4 de noviembre.
Tours pour los pueblos de la Dordoña y Tour del Arte Paleolítico en Dordoña
Dónde alojarse en la Dordoña-Périgord
En la Dordoña-Périgord hay alojamientos con encanto muy recomendables, palacios, casas restauradas, …de diferentes estilos, de lo clásico, palacetes, casas rústicas, edificios históricos restaurados, a lo contemporáneo, con diseño minimalista, arquitectura biocálimtica, ligada a la construcción ecológica y responsable.
Alojamientos que se sitúan en un entorno con encanto, en un entorno natural único, como es el de la Dordoña-Périgord, en un casco histórico patrimonio monumental,…Además, los anfitriones de estos B&B, hoteles rurales, casas rurales proponen servicios y experiencias para qeu disfruten al máximo de la región.
Contacto: info@elgiroscopo.es
Cómo llegar a los Jardines colgantes de Marqueyssac
Si llegan por la autopista A20, es la salida Souillac, y por la autopista A89, la salida Sarlat.
Abierto todos los días del año.
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