El Anfiteatro Anatómico Barcelona en la Real Academia Medicina Cataluña

Hay muchas Barcelonas encerradas dentro de la capital condal, especialmente si con paciencia y un poco de tiempo nos dedicamos a tirar de ese hilo que deshace la madeja de la historia. Uno de esos hilos de Ariadna nos ha llevado a descubrir el Anfiteatro Anatómico Barcelona de la Real Academia Medicina Cataluña.

Tantas veces paseando por el Carrer Hospital o Carrer del Carme, cruzando el patio del antiguo Hospital de la Santa Creu, y sin embargo los ojos nunca se habían posado en la entrada de la Real Academia de la Medicina de Cataluña.

Grabado del Teatro anatómico forense de Leiden
Grabado del Teatro anatómico forense de Leiden

A veces injustamente etiquetado como pasado oscuro de Barcelona, la labor académica de la Real Academia de la Medicina es más bien un foco de luz en el delirante claroscuro en el que la ciencia española seguía pugnando contra las viejas maneras de la dupla monarquía-clero. Brillantes médicos, herederos de la razón ciega de Miguel Servet -al que solo la hoguera de la Inquisición pudo callar-, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX su pertinaz vocación permitió que España despertara del letargo científico.

Lo que a ojos de los corrillos de la ciudad era repugnante y pecaminoso o macabro, para los profesores y alumnos de Medicina era un sorprendente ejercicio de aprendizaje. Muchos prohombres y figuras célebres de la Barcelona burguesa, liberal con los negocios y la cultura y conservadora y religiosa con los modos, formaron parte de los miembros numerarios de la Real Academia de Medicina de Barcelona. Entre ellos por ejemplo Bartomeu Robert i Yarzábal, profesor de medicina interna y alcalde de la ciudad.

Entrada a la Real Academia de Medicina de Cataluña
Entrada a la Real Academia de Medicina de Cataluña

Para la Barcelona de la época (hablamos de la segunda mitad del XIX), el morbo de ver un cuerpo inerte, diseccionado y de donde se extraían los órganos era sin duda un contraste de sensaciones. La doble moral provocaba que la crítica de cara al público se transformase en curiosidad para las clases más pudientes, que acudían al anfiteatro para ver la «función» más auténtica.

Era la Barcelona donde el Paralel y el Raval bullían de vida popular, y personajes como Francesc Roca, un experto en montar espectáculos variados de teatro, circo, o pseudociencia ,causaban furor en la barraca que había montado en Nou de la Rambla.  Lo exótico se convierte en fenómeno de masas y las deformaciones generan un interés desorbitado.

Los periódicos de la época se hacen eco de la proliferación de estos nuevos lugares de ocio, publicitando sus «gabinetes de curiosidades», y donde encontramos el Museo del Doctor Soler, el Gabinete Anatómico de la calle de Raurich, el Museo Anatómico, Antropológico y Etnológico en la Rambla de Canaletes, el Museo Alejandro Hartkopff, el Salón Teatro del Circo Barcelonés, el Gran Museo de Figuras de Cera Teatro Romea, o el Museo Anatómico de Figuras de Cera del Teatro Tívoli.

Con una función menos lúdica y mucho más productiva en el anfiteatro de la Real Academia de la Medicina se llevaban a cabo clases para formar a los nuevos médicos. Sin embargo, bien es cierto, que los más pudientes, amparados por el anonimato tras las celosías en lo alto del recinto oval, podían asistir a las disecciones de cuerpos  sin que se les reconociera.

Sala del anfiteatro anatómico de Barcelona
Sala del anfiteatro anatómico de Barcelona

Visita al Anfiteatro Anatómico

A la entrada la escultura de Esculapio, dios de la medicina nos recibe y nos sirve de cicerone para presentar un recorrido por la historia médica de Barcelona.

Sala Gimbernat

Contemplamos uno de los espacios quizá más cinematográficos de Barcelona. No en vano se han grabado series y escenas de películas, aprovechando la conservación de un espacio que parece detenido en el tiempo.

Anfiteatro anatómico de Barcelona
Anfiteatro anatómico de Barcelona

La hoy nombrada como Sala Gimbernat es el espacio elípitico en forma de anfiteatro donde se llevaban a cabo las clases prácticas para ampliar el conocimiento del cuerpo humano y estudiar las enfermedades o causas que provocaban la muerte.

Varias hileras de elegantes sillas de madera tallada cubiertas con terciopelo rojo se alzan como palcos en torno a la mesa central de mármol donde se llevaban a cabo las clases médicas. El agujero del centro servía para canalizar la sangre derramada y por un conducto evacuarlo.

Construida en 1762, el anfiteatro es la sala de disección orientada a la enseñanza más antigua de Europa, y no es difícil imaginar una de esas clases maestras en la que se iban extrayendo los órganos. Además de su valor único como escenario de las disecciones humanas, el edificio es un raro ejemplo de la arquitectura neoclásica de Barcelona, con una planta ovalada, una inmensa cúpula rematando la estancia, y la lámpara de araña que primero iluminaba con velas y luego con electricidad la sala.

Aprovechando el espacio del Antiguo Hospital de la Creu más cercano al Carrer Carme en 1760 se estableció el Colegio de Cirugía de Barcelona que estuvo vigente hasta 1843 cuando fue integrado en la Facultad de Medicina, sita también aquí.  Santiago Ramón y Cajal fue insigne catedrático de Histología de la Universidad de Barcelona desde 1887 a 1892. Posteriormente en 1906, la construcción del Hospital Clínico de Barcelona en la Eixemple implica el traslado de la universidad y por tanto el fin del uso del anfiteatro como clase de prácticas. En 1929 el edificio comenzó a albergar la sede de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya.

Información de visita al Anfiteatro Anatomico

Dirección: Carrer Carme, 47. Raval, Barcelona

Horario: Para la visita es necesario previa reserva online, con visitas guiadas los miércoles y sábados a las 10:30h, 11:30h  y 12:30h.

Gracias a Sternalia por la visita guiada al Anfiteatro anatómico , encargados de la conservación, divulgación y gestión de eventos tanto en la Real Academia de Medicina como en otros lugares históricos de Barcelona.

Mapa de la Real Academia de Medicina

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