Visita al Museo Marítimo Ría de Bilbao

Bilbao es uno de los pocos lugares que con nostalgia añora tiempos a priori más complicados. Nos decía hace tiempo Jabier Goitia ingeniero a cargo de la restauración del Puente Colgante de Portugalete, que él echa de menos el pasado bilbaíno de los años 70 y 80. Quizá tiene algo de razón argumentando que ese carácter fabril se ha perdido, pero es innegable que Bilbao ha mejorado, y no sólo para el turismo, si no para los propios habitantes.

Fruto de esa reconversión el paisaje de la ría del Nervión con su trasiego de barcos, con los astilleros repicando, y los contenedores como única alfombra de color sobre la explanada donde hoy se asientan áreas como el Gugenheim, han dado lugar a espacios recuperados para el ciudadano.

Entre esa nueva propuesta arquitectónica y cultural está el Museo Marítimo Ría de Bilbao (Bilboko Itsas Museoa), un homenaje a un pasado reciente que se iba diluyendo de la memoria de las nuevas generaciones, y que con su vivo alegato nos recuerda cuan intensa ha sido la transformación de Bilbao y su arteria principal, la ría. Y es que la ría del Nervión fue la carretera que permitió ya desde la fundación de la villa en el 1300, un desarrollo sin precedentes en la costa del Cantábrico.

Museo Marítimo de Bilbao
Museo Marítimo de Bilbao

Como suele pasar en Bilbao nada anticipa que debajo del Puente Euskalduna pueda esconderse un espacio de 27 mil metros cuadrados. Bilbao siempre ha estado formada por una sucesión de capas, profundos estratos acumulados y que necesitan una prospección cuidada para entender a las gentes que la habitan.

Así surgió allá por el año 1996, aprovechando la ola que inundaba Bilbao de aire fresco, la fundación que impulsó la creación del museo. El emplazamiento no era casual, y en el lugar que había formado parte de los antiguos diques de los astilleros Euskalduna se habilitó el museo. De hecho en el exterior del museo se conservan algunos elementos originales como los diques o la estación de Bombeo.

Inaugurado en 2003, por sus salas han navegado exposiciones que se solapan entre el mar y otros ámbitos -ora culturales, ora sociales- de la historia bilbaína.

La grúa Carola, icono del nuevo Bilbao
La grúa Carola, icono del nuevo Bilbao

La rejuvenecida Carola, la grúa con piel rojizo, -quizá homenajeando la tonalidad del óxido de hierro- sirve de faro para ubicar la entrada al Museo Marítimo. El gran acierto de mantener este gigante hoy inmóvil pero en otro tiempo tejedora de la telaraña económica de Bilbao, es que ya forma parte del skyline de la ría, y por ende de la ciudad.

En la entrada los diques de reparación exhiben algunas de las embarcaciones más representativas que habitaban la ría, como lanchas de prácticos, remolcadores o la célebre gabarra que surca la ría cuando el Athletic gana un trofeo. De hecho la vieja gabarra con el nuevo San Mamés al fondo parece un guiño premeditado a un club que presume de un pasado glorioso y un presente donde de vez en cuando las alegrías vienen y van como la marea de la ría.

Gabarra del Athletic en los diques del Museo Marítimo de Bilbao
Gabarra del Athletic en los diques del Museo Marítimo de Bilbao

De la mano de Jon Ruigómez, Director Museo Marítimo Bilbao vamos a conocer las entrañas de esta «ballena museística» que nos permite conocer muchos aspectos poco conocidos de la ciudad.

Recorriendo el Museo

El museo funciona como un catalejo que recorre la historia de la villa a través de la metamorfosis en primera instancia del hábitat para adaptarlo a la navegabilidad, y casi inmediatamente la transformación social y económica de un Bilbao.

Otro punto de vista antropológico es el de las sirgueras, que desempeñaban el durísimo trabajo de arrastra (o sirgar) las embarcaciones, tirando de sogas a lo largo de la ría. La razón de que fueran ellas quienes durante un tiempo se encargasen de realizarla es su coste menor que el de los hombres y el contexto de las guerras carlistas en el siglo XIX.

Pintura de Sirgueras arrastrando barcos en la Ría de Bilbao
Pintura de Sirgueras arrastrando barcos en la Ría de Bilbao

La visita se articula en torno a tres troncos temáticos, la geografía física de la Ría, el comercio como motor económico de Bilbao gracias a la Ría, y la explosión de la construcción naval.

La labor educativa del museo marítimo ha permitido que sea un referente, atrayendo visitas escolares durante todo el año, y que gracias a los talleres y guiños -como con los dioramas de playmobil– despierta mucho interés en los niños.

Entre las piezas que encontramos en el museo cabe destacar la reproducción de la falúa del Consulado de Bilbao, encargado de gestionar y dirimir los litigios abiertos en las actividades comerciales de la ría. En esta embarcación se desplazaba el Cónsul, figura que además tenía la potestad de hacer cumplir los impuestos aduaneros conocidos como «la Avería» aplicado en los siglos XVI y XVII sobre el comercio con las colonias americanas (Quizá de aquí derive la frase hecha de «Vaya avería» que quiere decir que un desperfecto ha sido tremendamente costoso).

En una de las salas de la planta baja, la escultura Piel de luz, obra de Esther Pizarro exhibida en la exposición de Shanghai 2010 y donada por el ayuntamiento al museo nos desgrana con su cronología luminosa sobre una maqueta, la transformación urbana de Bilbao.

Obra Piel de luz
Obra Piel de luz

En la sala superior hacemos una inmersión en la Ría de Bilbao como elemento dinamizador de la economía local, desde los humildes orígenes de navegación por cabotaje, hasta el comercio con otros puertos de Inglaterra, Países Bajos y el resto de la Liga Hanseática. Pero sin duda, la actividad económica que dio renombre a Bilbao fue la de los astilleros navales. La cercanía de los recursos de hierro en los montes de Bizkaia y la aparición de una industria metalúrgica y siderúrgica, supuso el despegue definitivo. Al calor de estos tiempos de bonanza surgió una burguesía emprendedora que reinvirtió el capital en una apuesta por convertir a Bilbao en uno de los astilleros más importantes de Europa. Prohombres de la ciudad como Eduardo de Aznar y Ramón de la Sota, primos y fundadores de los astilleros Euskalduna son elementales para entender el proceso que de forma paralela dio alas a un florecimiento cultural manifestado en diferentes ramas artísticas.

El Modelismo naval ocupa otro espacio interesante del museo, ya que la fidelidad de las reproducciones de las maquetas -primero ejemplos a menor escala de los futuros barcos y luego objeto de coleccionismo- queda plasmada con piezas que van desde las maquetas de galeones (algunos fabricados en hueso por prisioneros en las cárceles británicas como forma de distraerse) a joyas que con todo el lujo de detalles servían para adornar los despachos de potentados amantes del mar.

Maquetas del Museo Marítimo
Maquetas del Museo Marítimo

El Museo Marítimo también es un ente vivo, y la labor de voluntarios y aprendices de oficios de ebanistería ha permitido poner en marcha un proyecto de taller artesano de barcos, que además de crear reproducciones de barcos, se encarga de la restauración de embarcaciones para ser expuestas en el futuro.

Taller de reparación y reproducción de barcos
Taller de reparación y reproducción de barcos

Gracias al Museo Marítimo Bilbao y a su director Jon Ruigómez por facilitarnos la visita al interesante espacio que conjuga alma bilbaína con arraigo por la historia del «botxo».

Información visita al Museo Marítimo Ría de Bilbao

El Museo se halla en el Muelle Ramón de la Sota, justo debajo del puente de Euskalduna, muy cerca del Palacio Euskalduna y de la rotonda de Sabino Arana con gran Vía.

Visita con niños

Los museos son divertidos y el formato que propone el Museo marítimo para acercar a los más jóvenes a la historia de Bilbao es didáctico y ágil. La gincana pirata o el recorrido a través de los Playmobil al más puro «buscando a Wally» facilita que los niños se entretengan aprendiendo.

Playmobil en el museo marítimo de Bilbao
Playmobil en el museo marítimo de Bilbao

Como llegar

En Bilbao lo normal es moverse a pié pero si llegamos desde fuera, la estación de metro más cercana es la Parada San Mamés, salida Sabino Arana. Los autobuses urbanos Bilbobus 56, 62, A3 paran cerca (Sabino Arana), y el tranvía tiene parada frente al anexo Palacio Euskalduna. Si llegamos en coche entrando por la salida de Sabino Arana de la Autovía A-8,  se puede aparcar en el Parking a cincuenta metros del museo.

Horarios de visita

El museo dispone de horario de invierno: De martes a viernes de 10h a 18h y Sábados, domingos y festivos de 10h. a  20h; y de horario de verano que va de martes a domingo de 10h. de la mañana a 20h. de la tarde. Los lunes el museo cierra sus puertas y los martes durante los meses de septiembre a junio es gratis la entrada

Aplicación móvil

La SmartGuide del museo es una aplicación muy dinámica que nos hace fácil y más amena la visita a través de las salas del Museo Marítimo. Es gratuita y te la puedes descargar en tu móvil.

Mapa donde se señala la ubicación del Museo Marítimo

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