Visita a los museos Pérgamo y Neues en la sorprendente isla de los museos, Berlín

En nuestro viaje a Berlín dejamos que nuestros pasos nos lleven a un lugar insólito: la Isla de los Museos (Museumsinsel). O tal vez debería decir las ruedas de nuestra bicicleta, ya que ese fue el medio que nos condujo a través de la histórica ciudad de Berlín a lo largo de diez largos y agotadores días. Lo cierto es que el recorrer una ciudad en bici tiene algo de extraño y de mágico a la vez, los lugares pasan rápido y vamos atrapándolos cuando pasamos por ellos. De esa manera Berlín fue metiéndose en nosotros, casi sin darnos cuenta, y al final del viaje teníamos las maletas cargadas de trocitos de ciudad con todas las historias que lleva dentro. Todavía estamos sacándolas con cuidado, recordándolas y volviéndolas a vivir. El trabajo se nos antoja delicado y emocionante.

La Isla de los Museos (Museumsinsel) de Berlín, el río Spree, la catedral
La Isla de los Museos (Museumsinsel) de Berlín, el río Spree, la catedral

Entrar en la Isla de los Museos (Museumsinsel) es realmente extraño. Casi no nos damos cuenta de que estamos de pronto en una isla en pleno corazón de Berlín (spreeinsel). Pero es cierto, el río Spree nos rodea totalmente, y de improviso la magia opera: nos adentramos en la historia de distintas civilizaciones y simultáneamente en la historia de una ciudad herida. Somos conscientes de que nos esperan unas horas en las que concentraremos demasiados siglos, una historia demasiado pesada para pararnos en ella tan sólo rozándola. Al menos tenemos conciencia de ello.

El polvo de la historia cubre la Isla de los Museos de Berlín (Museumsinsel)

El hecho de visitar Berlín en bici nos permite dar una vuelta rápida por una buena parte de la Isla de los Museos (Museumsinsel), que se corresponde con la parte septentrional de la isla, la zona sur es conocida como Isla de los Pescadores. Atrapamos en un visionado en travelling la idea de ciudad de arte y ciencia que tuvo el rey Federico Guillermo IV de Prusia a mediados del siglo XIX, quien quería dar a conocer al pueblo las manifestaciones y colecciones artísticas de las familias nobles prusianas.

Poco a poco ese barrio de “arte y ciencia” vio nacer cinco de los museos más importantes de Berlín: el Museo Antiguo de Berlín (Altes Museum), el Museo Nuevo (Neues Museum), la Galería Nacional Antigua (Alte Nationalgalerie), el Kaiser-Fiedrich-Museum o Museo Bode y el Museo Pérgamo (Pergamon Museum). La catedral de Berlín se alza majestuosa cerca del Jardín del Placer (Lustgarden). Así como el Museo de Historia de Alemania, en el Arsenal (Deutsches Historisches Museum im Zeughaus).

La Galería Nacional Antigua (Alte Nationalgalerie)
La Galería Nacional Antigua (Alte Nationalgalerie)

Las colecciones históricas y el arte en general empezaron a ser accesibles al público por primera vez a partir de 1830. La Ilustración, con sus magníficos ideales educativos y culturales penetró en esta extraordinaria Isla de los Museos (Museumsinsel), Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999.

Hace un par de días vimos la Isla de los Museos (Museumsinsel) cuando caía la tarde sobre Berlín, las luces encendiéndose poco a poco, dibujando una ciudad envuelta en el misterio de la historia. Los museos cerrados, los paseantes dirigiéndose a otros barrios más animados, la Isla de los Museos (Museumsinsel) mostrando de pronto el polvo de la memoria. Montados en nuestras bicis buscamos ávidos reminiscencias de aquella noche fatal que anunciaba una de las más grandes tragedias de la historia.

Imaginábamos que tardaríamos mucho en encontrar el lugar exacto, como si las huellas de la memoria hubieran sido borradas por el tiempo. Pero fue rápido precisamente porque lo buscábamos, eso sí casi invisible a otras miradas, pero pidiendo a gritos ser visto y recordado.

El hombre es el peor enemigo del hombre. En la Isla de los Museos de Berlín
El hombre es el peor enemigo del hombre. En la Isla de los Museos de Berlín

Tenía que ser en una gran plaza, para ser visto y utilizar el poder siniestro para mostrar al pueblo que si se aplasta la cultura se desvanece la humanidad. Fue la Plaza de la Ópera (Opernplatz) la elegida el 10 de mayo de 1933 para realizar una quema de libros por asociaciones de estudiantes alemanas, profesores y miembros del partido nazi en una acción contra el espíritu no alemán con la que se pretendía perseguir sistemáticamente a escritores judíos, marxistas, pacifistas y opositores al régimen nazi.

Apenas una placa en el suelo, delante de la biblioteca… recuerda esta noche de autos. Imaginamos los 25 mil libros ardiendo en el fuego del odio, la inhumanidad y la incultura. Y pensar que 40 mil personas se reunieron en la plaza de la Ópera (Opernplatz) para escuchar a Joseph Goebbels clamar contra la cultura. Allí se quemaron Marx, Hemingway, Brecht, Thomas Mann y Hellen Keller, pensadores de la justicia social. Todavía podemos ver las cenizas esparcidas, volando por la ciudad de Berlín.

Placa que recuerda la quema de libros de 1933.
Placa que recuerda la quema de libros de 1933.

La belleza de los monumentos de la Isla de los Museos (Museumsinsel) no puede borrar las trazas de una historia cruel que todavía se repite en otros lugares del mundo. Marx tenía razón, menos mal que sus libros permanecieron bien guardados en muchas bibliotecas.

También somos conscientes de que los museos que recorremos ahora con nuestras miradas montados en la bicicleta del recuerdo, todavía curan actualmente las heridas de una de las grandes guerras que tocó a una buena parte de nuestro mundo. Muchos de ellos, gravemente destruidos, se recuperaron poco a poco a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, como la ciudad de Berlín y sus habitantes, como muchos ciudadanos del mundo tocados por la II Guerra Mundial.

La Torre de televisión (Fernsehturm) de Berlín puede verse desde la columnata de la Galería Nacional Antigua (Alte Nationalgalerie), y nos habla también de otro período de la historia de Alemania y del mundo. Monumento faro de la RDA se construyó junto al Muro de Berlín intentando vencer en aquella larga Guerra Fría de la cultura. Actualmente sigue siendo la torre de la televisión y uno de los monumentos más representativos de Berlín, recordándonos la historia que pesa sobre esta ciudad.

El Museo Pérgamo (Pergamon Museum)

Pergamonmuseum
Pergamonmuseum

Ojalá pudiéramos ver todos los museos de Berlín que nos permite el pase ofrecido por Visit Berlin a El Girósocopo Viajero. Pero necesitamos el tiempo para dedicarle a esta ciudad llena de historia, por lo que sólo podemos centrarnos en dos museos de Berlín: el Museo Pérgamo y el Museo Neues. El Museo Pérgamo (Pergamonmuseum) esconde en sus entrañas magníficas joyas de la Antigüedad que no podíamos dejar de descubrir. Aunque el museo más visitado de Berlín está en obras, podemos intuir la grandiosidad de este imponente museo que alberga en realidad tres museos al mismo tiempo: la colección antigua (Antikesammlung), con las salas de arquitectura y un ala dedicada a esculturas; el Museo de Oriente Próximo (Vorderasiatische Museum) y el Museo de Arte Islámico (Museum für islamische Kunst).

Sólo sentimos no tener acceso al magnífico Altar de Pérgamo, esa increíble obra arquitectónica cuya rehabilitación se prevé que esté terminada en 2019, otra excusa más para regresar a Berlín. Viendo en fotografías el Altar de Pérgamo, casi sentimos el entusiasmo que sentiríamos si estuviéramos a sus pies. Pero hay otra obra arquitectónica que nos hace olvidar el Altar de Pérgamo en seguida: la espléndida Puerta de Istar, en el ala sur del Pergamonmuseum, en el Museo del Antiguo oriente Próximo. Una de las ocho puertas monumentales – de 14 metros de altura y 10 de ancho – de la muralla interior de Babilonia. A través de esa puerta se accedía al templo de Marduk, donde se realizaban las fiestas del Año Nuevo.

La magnífica Puerta de Ishtar
La magnífica Puerta de Ishtar

Esa puerta construida en el año 575 a. C. por Nabucodonosor II, realizada con adobe y cerámica vidriada de color azul. Recuerdo cuando estudiaba en Arte la Puerta de Ishtar y me llamaba poderosamente la atención ese bello color azul del lapislázuli mezclado con los dorados de los leones, los toros, los dragones y los seres mitológicos. Me imaginaba pequeña ante esta puerta, ante la grandiosidad de las ocho puertas de Babilonia.

Ahora camino por la vía procesional y me detengo a admirar esos seres que la decoran, quisiera tocar los restos de la monumentalidad de la ciudad más grande de Mesopotamia. Me imagino caminando por el que era el inicio de la famosa Avenida de las Procesiones que recorría la parte monumental de Babilonia, un kilómetro de longitud de una vía pavimentada con piedras rojas y amarillas. A pesar de que el Museo Pergamon está lleno de gente, me siento en silencio en la vía procesional que lleva a la Puerta de Ishtar y aprecio el esmalte azul de los toros, leones, seres mitológicos y flores que decoran los muros. Me parece de una belleza increíble.

Los frisos de lapislázuli de la avenida procesional de Ishtar
Los frisos de lapislázuli de la avenida procesional de Ishtar

No podemos creernos que estemos antes la que fue considerada una de las Siete Maravillas del mundo Antiguo. Ya no están las dos esfinges que estaban emplazadas dentro del arco de la Puerta de Istar, pero tampoco la puerta está en Babilonia. Es extraño encontrarla dentro de los muros de un museo en Alemania. Excavaciones arqueológicas a principios del siglo XX la trajeron a Berlín, y su reconstrucción en los años 30 nos permite admirar en la actualidad el esplendor del Imperio Neobabilónico. Quizás algún día también podamos ver la puerta posterior, mucho más grande que la Puerta de Ishtar, que está almacenada en el museo por falta de espacio. Y quizás podamos verla algún día en Irak, que sigue reclamando una de las maravillas de la antigua Babilonia.

En la avenida procesional de la Puerta de Ishtar, Pergamonmuseum, Berlín
En la avenida procesional de la Puerta de Ishtar, Pergamonmuseum, Berlín

Continuamos por las salas del Museo Pergamon (Pergamonmuseum) admirando las obras de arte que acoge, como es el caso del Pabellón de Trajano, construido entre los años 100 y 129 d.C., la balaustrada con la impresionante cabeza del emperador Trajano, la columna de la esquina del templo con capitel corintio y el frontón y acroteras capitel jónico. Nos llama poderosamente la atención el mosaico que hay en el suelo, que se encuentra en perfecto estado de conservación.

Pasamos de nuevo por la avenida procesional desde la Puerta de Ishtar y llegamos a una sala de bajo relieves que nos deja estupefactos. En primer lugar porque nos topamos de repente con una estela que estudiábamos en las clases de arte de la Universidad. Parece mentira que estemos tan cerca de esa magnífica obra, de esa civilización que en otros tiempos fue tan grande. Nos sentimos pequeños de repente.

En segundo lugar nos deja admirados la cantidad de obras que hay en estas salas dedicadas a Mesopotamia, y sobre todo la perfección y el buen estado en que se encuentran. Son tan bellas que nos perdemos en este laberinto de obras de arte parándonos a admirar cada recoveco de los relieves, pensando en el trabajo del artista, en las relaciones de poder de esos períodos de la historia de la humanidad.

Relieves mesopotámicos.
Relieves mesopotámicos.

Reflexionando sobre la función de los museos, sobre el tiempo en los viajes

De paso reflexionamos sobre la función de un museo. Siempre que visitamos un museo, nos sentimos abrumados con la cantidad de obras de arte que encierra, la enormidad del tiempo y de la historia que pretende meterse en poco espacio. Supongo que hay que pararse en algunas salas, sentarse a admirar las obras, a pensarlas, a relacionarlas con los conocimientos que tenemos. Es imposible ver todo lo que abarca el Louvre, el Museo del Prado, el Pergamon,…Tendríamos que hacer mil y un viajes para poder verlos poco a poco. Y si no es posible, seleccionar aquello que más nos gustaría ver, en lo que querríamos pararnos, en las secciones y salas de las que no podamos pasar. De otro modo, es imposible.

¿Cómo ver todo lo que nos ofrece este grandioso museo?
¿Cómo ver todo lo que nos ofrece este grandioso museo?

A veces me frustra la idea de no poder verlo todo en los museos, maravillarme ante cada obra. Me pasa lo mismo con los libros o con los lugares, quisiera leerlos casi todos, viajar a cada rincón del mundo, impregnándome de la cultura, conversando con la gente, conviviendo con ellos. Porque viajar para mí es sobre todo eso: fundirme con los lugares y con las gentes que los habitan. De otro modo no es un viaje. Pero para ello se necesita tiempo, entonces en cada viaje intento que sea así aunque parando el tiempo, menos cantidad de cosas pero dedicándoles más horas. Es la mejor forma de disfrutarlas.

No importa si nos pasamos la mañana en unas bodegas de Tenerife conversando con los bodegueros y escuchando los secretos del magnífico vino canario, aún a sabiendas de que hay muchos lugares maravillosos en Tenerife que nos esperan. O si nos alargamos en la visita a las terrazas de Madrid y nos embarcamos en un vuelo sin tiempo por los tejados de la ciudad. O si decidimos pasar una buena parte de la tarde en el Museo del Prado o en el Museo Neues de Berlín. Sabemos que no podemos acapararlo todo y que en los viajes lo mejor es parar el tiempo…

Continúa la visita por el Museo Pérgamo de Berlín

Así lo decidimos en nuestra visita al Museo Pergamon (Pergamonmuseum). Tenemos una mañana para asomarnos a él y al Museo Neues, y somos conscientes de que nos quedarán muchas salas por ver, demasiadas obras por admirar. Menos mal que en los periplos de El Giróscopo Viajero siempre intentamos regresar a los lugares para verlos con otra mirada y para reencontrarnos con esas gentes que nos cruzamos.

En el Pergamonmuseum admirando las obras mesopotámicas
En el Pergamonmuseum admirando las obras mesopotámicas

Continuamos nuestra visita por el Museo Pérgamo (Pergamonmuseum) y entramos en la sala de la Civilización de Mesopotamia, la recordamos por nuestros estudios y nos hacía ilusión ver la Puerta de Ishtar y las piezas de la colección de arte del Oriente Próximo. Nos perdemos en el tiempo de las regiones de Mesopotamia, Siria y Anatolia, en esos magníficos relieves y bajorrelieves, esculturas y los toros alados con sus cinco patas. En la época asiria esas escenas militares o de caza de la época de Assurnasirpal, los animales fantásticos que mezcla atributos humanos y de animales. Recorremos los bajorrelieves en el que el rey Asurnasirpal seguido de un genio alado son protagonistas.

Me interesan esos personajes estáticos, rigidos que siguen esas convenciones sumerias del cuerpo de piernas y rostro de perfil y torso de frente. Obras que siguen modelos arcaicos, figuras que parecen prácticamente iguales, impersonales pero que consiguen captar nuestra atención, nuestras miradas siguen sus rasgos similares en relieves y bajorrelieves, pero que no nos cansamos de admirar.

En la sala de la antigua Mesopotamia
En la sala de la antigua Mesopotamia

Me hipnotizan las escenas de caza, a pesar de que odie esas prácticas, hombres venciendo a leones en relieves que aparecían en el Palacio de Korsabad, en el Palacio de Nínive, como la famosa escena de “La Leona Herida” tan realista. También está la copia del Código Hammurabi (la original se encuentra en el Louvre, en París) y el toro alado (Lamassu) propio de las entradas de los palacios asirios. Pasamos a una sala admirando los relieves murales asirios.

Antes de dejar el Museo Pergamon recorremos rápidamente las salas del Mundo Árabe y nos quedamos sin palabras ante el esplendor que se desprende de las alfombras, de las joyas y de los objetos manufacturados,…su poder de atracción es tal que quieren retenernos cuando pasamos con prisa por ellas. Sentimos esa presencia de la historia que contienen, y de las pequeñas historias que nos contarían.

Se nos agota el tiempo en el Pergamonmuseum, pero no nos vamos sin antes paramos ante la soberbia fachada del palacio de Qusair Mushatta, parte de la original, inmensa con sus 33 metros de largo y 5 de alto. Esta construcción del período Omeya (s. VIII) erigida en Jordania nos deja sin palabras.

El Neues Museum: fusión perfecta de arquitectura antigua y contemporánea

Entrada al Neues Museum, Nefertiti mirándonos
Entrada al Neues Museum, Nefertiti mirándonos

Salimos del Museo Pergamo y como si no pudiéramos salir de esta sorprendente Isla de los Museos (Museumsinsel), como si algo nos atrapase, continuamos hipnotizados hacia el Museo Neues que está al lado del Pergamonmuseum. Los ojos de Nefertiti nos hechizan desde una inmensa fotografía colgada entre las columnas del Neues. Entramos rápidamente no sin antes admirar los espléndidos edificios que nos rodean: la Galería Nacional Antigua (Alte Nationalgalerie), el propio Neues,…

Aunque con la visita a las colecciones de Egipto y de la Prehistoria nos quedaríamos más que satisfechos, el Neues Museum nos regala además una arquitectura espléndida. Construido a mediados del siglo XIX a partir de diseños de Friedrich August Stüler, sufrió durante la Segunda Guerra numerosos bombardeos que dejaron una buena parte del edificio en ruinas. En su reconstrucción se respetó pues el volumen original, recuperándose de alguna forma lo que fue en el pasado y se crearon nuevos espacios. El Museo Neues es una inteligente y fascinante combinación de arquitectura contemporánea y arquitectura del pasado que alberga espléndidas piezas de arte de grandes civilizaciones.

En la arquitectura del Neues Museum la fusión pasado y presente roza la perfección
En la arquitectura del Neues Museum la fusión pasado y presente roza la perfección

Lógicamente el Neues Museum ganó el Premio Mies van der Rohe 2011 por esta interesantísima reconstrucción del arquitecto David Chipperfield en colaboración con Julian Harrap. Su logro fue extraordinario, ya que en lugar de ocultar las diferencias entre las partes antiguas y las nuevas, decidieron destacarlas y fusionar pasado y presente creando una interesantísima arquitectura a capas. Implicando conservación y nueva construcción, llevaron a cabo con éxito una obra de gran complejidad e importancia histórica.

Nos quedamos maravillados ya desde la nueva entrada del museo, donde se materializa esta perfecta fusión de pasado y presente. Este majestuoso hall de ladrillo posee una escalera que repite la original. No disponemos de demasiado tiempo, y para ver un museo es mejor hacerlo con tranquilidad, por lo que decidimos centrarnos en la colección del Museo de Egipto y en la arquitectura del edificio, que no nos deja indiferentes (la colección de papiros y el Museo de Prehistoria e Historia Temprana quedarán para otra ocasión).

Viaje al Antiguo Egipto

En el Neues Museum, la colección del antiguo egipto
En el Neues Museum, la colección del antiguo egipto

Ya conocíamos las colecciones del antiguo Egipto expuestas en el Museo Louvre de París, pero nunca nos cansamos de admirar las magníficas construcciones, las esculturas y las estelas del arte egipcio. Y sabemos que en el Museo Neues hay maravillas, y que desde su reapertura toda la colección egipcia está en un único emplazamiento.

Entramos en salas en semi-penumbra donde hay esculturas egipcias y soberbias estelas que destacan gracias a una iluminación perfecta. Podemos recorrer cada línea de cincel, apreciar la expresión hierática de las figuras, los colores,…La mayoría de las figuras faraónicas se encuentran en perfecto estado. La belleza de los rostros es tal que nos quedamos fascinados contemplándolos.

En un momento determinado pasamos por un patio con doble planta y es hora de fijarnos en la soberbia arquitectura del Museo Neues: desde arriba vemos sarcófagos egipcios y en la planta donde nos encontramos vemos a través de los huecos escenas murales de templos griegos. Es fascinante esta mezcla de estilos y de civilizaciones en un mismo edificio. Los frescos de las paredes y los materiales utilizados por los nuevos arquitectos se combinan increíblemente bien.

En otra de las salas del antiguo Egipto en el Neues Museum se aprecia la fusión pasado y presente en la arquitectura
En otra de las salas del antiguo Egipto en el Neues Museum se aprecia la fusión pasado y presente en la arquitectura

Parece ser que las nuevas salas del Neues Museum están construidas con algunos elementos de hormigón prefabricado donde se mezcla hormigón blanco y mármol de Sajonia. Otras zonas, como el patio egipcio, el ábside del patio griego, el domo sur o el ala norte, están construidos de ladrillos hecho a mano.

Pasamos de una sala a otra que arquitectónicamente no tienen nada que ver: una sala subterránea con arcadas de medio punto que está en semi-penumbra, un altísimo patio super iluminado, con un magnífico friso con esculturas en alto relieve,…los visitantes van de una a otra cada vez más sorprendidos.

Nerfertiti: la gran protagonista del Neues Museum

Fachada del Neues Museum
Fachada del Neues Museum

Cuando estudiaba Arte, aquellas sesiones intensas de arte egipcio, no pensaba que años después descubriría el busto de la reina Nefertiti, esa obra fascinante y misteriosa que sigue despertando pasiones en la actualidad.

Llegamos a la sala donde se encuentra aquella que gobernó al lado de Akhenaton, y de repente recordamos una escena similar en el Museo del Louvre de París: la gente entusiasmada rodeando el cuadro de la Gioconda. Casi prefiero huir de estas muchedumbres, ya que casi no puede apreciarse la obra. Pero en el caso de Nefertiti, a pesar de que la gente da vueltas a su alrededor fascinada, el silencio es patente, los clics de las cámaras fotográficas no se oyen, puesto que está prohibido fotografiar a la inolvidable reina de Egipto.

Entonces nos acercamos con sigilo a ella, con cierto temor a lo que podamos encontrarnos. No sabemos si la seducción seguirá operando como antaño. Busco mi espacio entre la muchedumbre y desde la primera mirada, me siento presa de esta figura legendaria, nos deja deslumbrados. En un primer momento con su mirar enigmático que va a la par con su sonrisa perseverante. No se puede comprender el uno sin la otra. Ambos te siguen a todas partes mientras rodeas el magnífico busto. En un segundo momento, la belleza de cada rasgo de su rostro: la nariz afilada, la barbilla, incluso esas ojeras que la acercan a la realidad, así como la expresión de su boca. Después está ese cuello largo, el tocado. Nefertiti es pura belleza, y su fuerza nos hechiza sin que veamos el tiempo pasar.

Magnífica Nefertiti.
Magnífica Nefertiti.

Me quedaría horas mirando a Nefertiti, ese busto policromado, tallado delicadamente en piedra caliza que estuvo sepultado durante 3400 años en el Valle de Amarna y descubierta por el arqueólogo Ludwig Borchardt en 1012. La misma Nefertiti que encandiló al káiser Guillermo II y que hoy sigue haciéndolo con todos nosotros.

Continuamos todavía por algunas salas más, pensando que nada nos va a fascinar tanto como Nefertiti. Pero entramos todavía en una sala donde hay una mastaba magníficamente conservada: la Mastaba de Merib, procedente de Gizeh (IV dinastía egipcia), con sus relieves espléndidos. Recorremos cada rincón admirando los jeroglíficos, imaginando la historia que nos cuentan. Los visitantes también buscan comprender y se sientan fascinados antes estos restos extremadamente bien conservados del Antiguo Egipto.

Detalles de la magnífica mastaba de Merib, en el Neues Museum
Detalles de la magnífica mastaba de Merib, en el Neues Museum

Se nos agota el tiempo, por lo que poco a poco salimos del Neues Museum algo apresurados, pasando por otras magníficas salas que contienen más tesoros. La sensación de haber dejado la visita de la Isla de los Museos a medias es palpable, nos esperan las otras grandes joyas de la isla. También dejamos muchas salas del Museo Pérgamo y del Neues sin visitar, lo cual nos abre una nueva puerta para volver. Pero igualmente salimos entusiasmados por haber admirado obras magníficas de grandes civilizaciones de la Antigüedad, y también por el hecho de haber visto materializado ese “fin de la Guerra Fría” al haber entrado en la nueva época de la Isla de los Museos de Berlín, que cuenta de nuevo con sus cinco joyas arquitectónicas. Frente al Neues Museum nuestras bicis nos esperan para llevarnos de nuevo de viaje por un Berlín lleno de historia.

En el Neues Museum
En el Neues Museum

Visita al Museo Pergamo

10€ adulto. Hay un abono (Museum Card) de museos para 3 días (19€) o una entrada combinada de un día con la que se pueden visitar todos los museos de la isla (12€).

-Abierto de martes-domingo, 10-18h. Jueves de 16h-22h entrada libre que no incluye las exposiciones temporales.

-Se recomienda el uso de las audio-guías (gratuitas).

Museo en reformas desde 2013, la sala del famoso Altar de Pérgamo estará cerrada hasta 2019. Permanece abierta el ala sur del museo: Puerta de Ishtar, Avenida de las Procesiones, Puerta del mercado de Mileto, Museo de Arte Islámico.

Estelas mesopotámicas en el Pergamonmuseum, Berlín
Estelas mesopotámicas en el Pergamonmuseum, Berlín

Visita al Neues Museum

12€. El Neues Museum no se encuentra entre los museos de la Museum Card.

-Abierto de lunes-domingo, 10-18h. Jueves de 10h-20h (última admisión: 1 hora antes del cierre).

ENTRADAS PARA EL MUSEO PÉRGAMO Y PARA EL NEUES MUSEUM:

Agradecimientos

Nuestro viaje a Berlín se debió en gran parte a la organización de Julia Rautenberg de Visit Berlín, el ente de promoción de la ciudad. Agradecemos enormemente la posibilidad que nos han brindado de conocer tantos aspectos de la misma.

Muchas gracias igualmente a Marcus Farr Jefe de Prensa del Kulturforum de Berlín por todas las gestiones realizadas para las visitas a museos y exposiciones.

3 comentarios de “Visita a los museos Pérgamo y Neues en la sorprendente isla de los museos, Berlín

  1. María de los GRAJAL Moyano

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    Una maravilla, no digo nada extraordinario, este comentario será el que más gente ha escrito, nunca pensé que lo vería … Tengo setenta y ocho años y todavía tengo curiosidad ojalá me dure mucho… Gracias.

  2. Pingback: Berlín en bici. Fotogramas del pasado (parte II) -

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