Visita al Museo del Modernismo de Barcelona – MMBCN

Barcelona ha sabido explotar uno de los elementos arquitectónicos que la define más, ensalzando el Modernismo hasta cotas que sólo en un pequeño número de destinos pueden asociar un binomio tan perfecto.

Vidriera modernista
Vidriera modernista

La vocación del Museo del Modernismo es la de lograr transportar al espectador a un viaje retrospectivo a las diferentes expresiones del Modernismo. Dichas expresiones vienen plasmadas en ejemplos virtuosos sembrados por la geografía catalana, sea en Reus, como el Institut Pere Mata y su centro histórico; o en los incontables edificios emblemas de la corriente en Barcelona como la Sagrada Familia,  la Pedrera, la casa Batllo,  el Palau Güell, la Casa de las Punxes, la Torre Bellesguard, o en las afueras como la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló, la Ruta modernista por Sant Joan Despí, los museos de Can Tinturé y la Rajoleta en Esplugues de Llobregat; o el Capricho de Gaudí en Comillas (Cantabria).

Al mismo tiempo, el Gaudí Exhibition Center junto a la catedral, es un buen acercamiento a la figura del icono, pero lejos de menospreciar al maestro, el Modernismo es un universo muy amplio, donde como vasos comunicantes arquitectura, pintura, escultura, o diseño de mobiliario, forjados y vidrio se nutren de forma recíproca.

Entre tanto despliegue de formas, el Museo del Modernismo de Barcelona (MMBCN) es la aproximación especializada y profunda al origen de la corriente a través de una selección de algunos de los maestros en las diferentes vertientes. No olvidemos que el Modernismo abarca mucho más que la arquitectura, y que la pintura, ebanistería, forjado y escultura, son otras de las ramas de la disciplina que se perfeccionaron gracias a maestros en cada una de esas líneas.

Habría sin duda que agradecer la poco reconocida -en su momento- labor del matrimonio de anticuarios Fernando Pinós y Maria Guirao, que allá por los 70, en contracorriente con las modas estéticas, se empeñaron en recopilar y salvaguardar un patrimonio en peligro. En 2010 su esfuerzo perenne permitió la apertura del Museu del Modernisme, reconocido hoy como el más importante en su materia.

Salas en el interior del Museo del Modernismo de Barcelona
Salas en el interior del Museo del Modernismo de Barcelona

El museo se ubica en el corazón de la Eixample, fruto de la genialidad cuadriculada de Ildefons Cerdà, que con su plan magistral de ordenación urbanística dibujó los cimientos de centenares de edificios modernistas en Barcelona. En el número 48 de la Calle Balmes, nos apostamos frente a la fachada de una de las casas obra del arquitecto Enric Sagnier i Vilavecchia, para conocer cómo se forjó el Modernismo.

Que el museo esté en el interior de uno de los «sueños» de Sagnier -uno de los insignes representantes del Modernismo y a su vez el más prolífico- es una oda al continente y el contenido. El edificio de 1902-1904 es testigo, voz y documento para entender por qué el Modernismo triunfó en una época en la que la burguesía catalana casi competía en ostentación por demostrar al resto de su clase acomodada, una morada más lujosa y selecta. El Modernismo bebe sin duda de la vanidad, se sabe aprovechar para consolidarse en tiempos de bonanza, y sobrevivir con su fisonomía a tiempos peores o al ocaso de sus mecenas.

Mirando el edificio de Sagnier antes de comenzar la visita, jugamos a «leer la piedra», comprendiendo el contraste del blanco y el estuco rojo, la presencia agradecida y habitual de los elementos florales que se antojan ramas sosteniendo los balcones.

Visita al Museo – La Colección

La vasta colección de piezas gira entorno a retrospectivas y exposiciones que permiten mover del almacén a las salas el gran número de piezas que posee el museo. Lo que vemos recorriendo sus salas es ni más ni menos que los objetos, muebles, enseres y decoración que un día engalanaron las paredes de casas pudientes de Barcelona.

Uno de los méritos del Museu del Modernisme es el intenso trabajo de montaje de las exposiciones temporales, cuya presentación da lugar a prestigiosas retrospectivas como la de Santiago Rusiñol y su ‘Jardins d’Espanya’.

En la planta superior, dividida en tres salas:  Sala Busquets (centrada en la labor del taller Busquets, auténtica saga familiar de trabajo en madera), la Sala Homar y la Sala Gaudí; se exponen muebles y objetos de decoración originales, cuyos exquisitos acabados nos permiten apreciar el nivel versus exigencia de los artistas y sus clientes. Estas piezas ocuparon en su día espacios de los propietarios de insignes moradas como Casa Batlló, la Casa Lleó Morera, o la Casa Fargas. La mezcla de motivos tradicionales e influencias incluso de corte exótico o japonés suponen una simbiosis que permite estudiar los gustos y tendencias contemporáneos al Modernismo, presente en el mobiliario del taller de Gaspar Homar. También en Busquets y el taller Vidal se aprecia esta influencia.

Detalle del mobiliario modernista
Detalle del mobiliario modernista

En la denominada Sala Gaudí, se analiza el trabajo ergonómico de Gaudí, que no dejaba hueco para el azar, y donde las formas jugaban un papel importante en lo estético y en lo funcional.

En la sala inferior el espacio expositivo se centra en la pintura y escultura modernista, en ocasiones sumamente desconocida incluso para los más conocedores del Modernismo, pero que halló en los hábiles dedos de maestros un altavoz de expresión pictórica incluso más potente que las formas de la arquitectura.

Obra de Pere Borrell del Caso. Niñas riendo, 1880
Obra de Pere Borrell del Caso. Niñas riendo, 1880

La visión más realista de los Urgell, Mir,  Martí Alsina, Borrell, Graner, Galofré, Barrau o Llaverias, evoca la geografía urbana y natural de Cataluña, mientras que Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Félix Mestres, Joan Cardona y Antoni Utrillo describen el ocio burgués de la Belle Èpoque, poblada de personajes variopintos. Frente a ellos Gaspar Camps, Joan Brull o Alexandre de Riquer se aproximan al Modernismo desde los matices Art Nouveau de clara influencia Europea.

El verano, una de “Las Cuatro Estaciones”. de Gaspar Camps i Junyent
El verano, una de “Las Cuatro Estaciones”. de Gaspar Camps i Junyent

El conjunto de “Las Cuatro Estaciones”  de Gaspar Camps i Junyent magnetiza y atrapa al pasar delante de los cuatro lienzos que como un carrusel estacional nos evocan el invierno, primavera, verano y otoño. Nos recuerda mucho a la obra Hermenegildo Anglada Camarasa y la del austriaco Gustav Klimt, por la expresividad de las musas.

Gracias sinceras a Gema Losa, directora del Museu del Modernisme y a Beatriz Maeztu, Historiadora del Arte y técnica del museo, que nos hizo viajar con su conocimiento por el cosmos modernista. Felicidades por el cuidado y esmerado trabajo que permite contextualizar el Modernismo.

Donde está el Museo del Modernismo de Barcelona – Mapa para llegar

El Museo se halla en el número 48 de la calle Balmes, muy cerca de Gran Vía. Las líneas de metro de Universitat (roja o morada) o de Passeig de Gracia (morada) son las mejores opciones para llegar cerca del museo.

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