Vuelo en Paratrike por los cielos de Cantabria

«Cuanto más se eleva un hombre, más pequeño les parece a los que no saben volar»

Friedrich Nietzsche

Volar se puede convertir en una situación emocionante o una tortura, pero para los que aman las nuevas perspectivas, los ángulos insólitos o las visiones que permitan analizar lo que a diario vemos desde el mismo punto de vista, volar es entonces algo inigualable. Quizá por ello cuando este verano se nos ha puesto al alcance ver uno de nuestros lugares preferidos desde el aire, no lo hemos pensado dos veces.

De la mano de Tino, experto piloto de Escampa (Escuela Cántabra de Paramente y Paramotor www.escanpa.com) hemos tenido la posibilidad de surcar los cielos de Cantabria, en uno de los espacios más bonitos de su costa, la bahía de Islares y Oriñón.

Preparando el vuelo
Preparando el vuelo

Tino lleva muchos años enseñando los cielos del norte de España junto a los componentes de Escanpa, con vuelos en parapente y paramotor, ambas modalidades que controlan a la perfección.

En este tramos de costa que baña el Cantábrico es frecuente ver como se lanzan desde la montaña para surcar los cielos hasta su aterrizaje en las campas del Najo, a apenas unas decenas de metros de los acantilados.

Se trata de una zona con unos cuantos atractivos puesto que desde el aire se contempla un hayedo costero único en su especie, además de la colonia de buitres leonados costera más importante de la cornisa cantábrica.

En esta ocasión nuestro compañero Aitor, al que precisamente las alturas le atraen sobremanera, se animó a realizar un vuelo por encima de una costa que conoce perfectamente y en la que suele bucear y pescar.

Preparando el vuelo del Paratrike
Preparando el vuelo del Paratrike

El día era espectacular, con un sol radiante, inmejorable para sacar unas fotos aéreas de la ballena de Oriñon, nombre local que se da al Cabo Cebollero, y observar las aguas cristalinas de la playa y el puerto de Islares

Tras un despegue muy tranquilo nos elevamos por encima de la línea de costa de Islares para acercarnos a la desembocadura de la ría Agüera pasando por encima de los surfistas. Casi rayando el suelo de la playa de Oriñon fuimos ganando altura para acabar a una cota de altura pareja a los denominados Ojos del Diablo, dos oquedades que asemejan unos ojos y que guardan un pasado minero del que ya os hemos hablado en otro post del blog.

Volando sobre la playa de Sonabia
Volando sobre la playa de Sonabia

Desde allí pudimos observar los numeroso buitres que sobrevuelan el mar al acecho de alguna presa renqueante o muerta. Con el motor «dormido» nos empezamos a sentir aves, apreciando el silencio de las alturas, y alternando la cámara de fotos y la Go-Pro con la que grabábamos la experiencia.

Ante nuestros ojos divisábamos la playa de Sonabia, los acantilados de Liendo y la gran mole montañosa de Santoña, todo ello en una panorámica de gran belleza.

Ya de vuelta Tino «animó» el vuelo con una sucesión de giros que nos hicieron sentir como en una lavadora. Con una sonrisa que no cabía en la boca fuimos bajando para sobrevolar los tejados de Islares, justo el día de su festividad principal, San Roque.

Paramotor sobre Islares
Paramotor sobre Islares

Con tristeza fuimos realizando las maniobras de descenso, entrando por una vía entre el bosque que acaba desembocando en el mismo punto de salida del vuelo; para finalmente tomar tierra sin ningún problema.

Os podemos asegurar que cualquiera puede volar, la edad no es excusa porque nos consta que Tino y Escanpa han volado con octogenarios.

Vídeo del Vuelo

Si deseas llevar a cabo un vuelo con Escanpa puedes escribirnos para ponerte en contacto y reservar un vuelo en parapente o paramotor. Te aseguramos que no te arrepentirás.

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