En Salamanca, ciudad de tapas por excelencia, descubrimos una exquisita alta cocina en miniatura en el Lilicook Gastrobar. No podía ser de otro modo, viajar a Salamanca sin probar su gastronomía, sería un viaje al que le faltaría algo. Durante dos días descubrimos la abrazadora monumentalidad de la ciudad de Salamanca, perdiéndonos por sus callejuelas, plazas y patios secretos, el huerto de Calixto y Melibea, y las orillas del Tormes. Y entre museos y torres que nos mostraron panorámicas únicas de Salamanca, nos detuvimos en terrazas, tabernas y restaurantes para degustar las especialidades gastronómicas salmantinas.
Muy cerca de la Plaza Mayor, en el Gastrobar Lilicook, jóvenes profesionales restauradores nos abrieron las puertas al fantástico mundo de Lilicook, en el que en lugar de liliputienses, nos encontramos con extraordinarias delicias en miniatura que consiguieron que nos chupáramos los dedos.
Original propuesta. Cocina en miniatura en el País de Lilicook
Llama la atención el logotipo de Lilicook Gastrobar, un cocinero de 15 cm (así lo pone en mantelitos, posavasos, etc) con una gran espumadera, nada menos que un liliputiense. Nos damos cuenta en seguida del juego de palabras de “Lilicook” y “Liliput”, en honor a uno de los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Además del pequeño cocinero, hay otros personajes de la historia por la carta. Una original manera de referirse a la cocina en miniatura del Lilicook Gastrobar, que propone platos donde se alían la cocina contemporánea y tradicional, más pequeños de lo que estamos acostumbrados en un restaurante normal, pero yo diría que suficientemente abundantes y sabrosos.
En el restaurante Lilicook Gastrobar hay referencias a los liliputienses, o deberíamos decir mejor “lilicookienses”, en muchos detalles: en la carta, en el enorme número “1728” colgado a la entrada a la derecha – magnífico alarde de diseño contemporáneo – que alude a las 1728 veces más que calcularon los liliputienses que debería pesar un humano con respecto a estos habitantes diminutos. Y es que, a pesar de tener preso a Gulliver tras su naufragio, no querían verlo morir de hambre. Entonces calcularon que un humano necesitaba ingerir 1728 raciones liliputienses. Aunque, parece ser que le hubieran bastado menos raciones para quedar satisfecho,…
Desde luego, una original propuesta que hace alusión a la cocina en miniatura, una tendencia que se encuentra en los últimos años en la gastronomía internacional y nacional y que está teniendo mucho éxito. Aunque pensándolo bien, podríamos pensar que estos platos en miniatura no están tan lejos de las tapas de toda la vida que podemos encontrar por la geografía española.
Eso sí, estamos hablando de una nueva cocina, cuyo origen está en la Nouvelle cuisine francesa, que buscó un nuevo enfoque para la elaboración y presentación de las comidas, en la que los platos son más livianos, acompañados de vegetales poco cocidos y de salsas suaves. La delicadeza la caracteriza, y la capacidad de crear sabores distintos combinándolos.
Lilicook Gastrobar nos ofrece esta alta cocina en miniatura, platos de gran calidad, elaborados de forma compleja y refinada, y con una presentación cuidada y artística.
Local de diseño, moderno y elegante
Además de su buena situación cerca de la Plaza Mayor de Salamanca, el Lilibook Gastrobar posee un local con un diseño original y moderno. Cuando entramos tenemos la sensación de entrar en un bar que no es bar, recuerda quizás a las películas americanas en las que empieza a sonar música en vivo o en una rockola de otra época. Un bar espacioso que invita a sentarse en la barra para tomar un buen vino o un cóctel, o quizás sentarse en los íntimos sillones de escay para conversar entre amigos o en pareja.
Podemos elegir entre simplemente tapear en la barra o en las mesas altas, o sentarnos en mesas bajas más clásicas para comer de menú o a la carta. Pero aún hay más, unas escaleras conducen a una gran sala-comedor donde también se puede comer de menú o a la carta.
Todos los detalles están cuidados en el Lilicook Gastrobar, comenzando por la enorme carta de cafés, cervezas y cóctels que se encuentra en la parte de atrás de la barra, grandes placas iluminadas que hacen doble servicio: de decoración y de carta. De un atractivo poderoso son los espacios secretos de sofás corridos, con una decoración contemporánea: pequeños cuadros y lámparas de diseño. Y una separación de cuadrados metalizados – algunos de los cuales están decorados con figuras geométricas- a través de los que se ve a la gente que está comiendo allí, de modo que están en un espacio íntimo y abierto a la vez. El diseño y la estética están muy conseguidos e invitan al comensal a sentarse en un espacio agradable para degustar distintos manjares.
La cocina del Lilicook Gastrobar: manjares en miniatura
Y eso es lo que son las especialidades del Lilicook Gastrobar: auténticos manjares de cocina en miniatura. Quizás la presencia de El Giróscopo Viajero en el restaurante animó la generosidad de los cocineros profesionales del Lilicook, pero pienso que los comensales que nos rodeaban estaban igualmente entusiasmados con las propuestas de la carta y la degustación de los platos. Lo digo por sus caras de satisfacción.
Era muy difícil escoger entre los diferentes platos propuestos, ya que hasta la carta nos hacía salivar, con ese lenguaje de “Haute cuisine” que muchas veces no sabemos ni qué significa, pero que conjugada con un producto que conocemos nos suena de maravilla y llama la atención de nuestras papilas gustativas.
Una amplia oferta de tapas frías y calientes, entre las que se encuentran ahumados, escabeches, confitados, marinados, frituras, curados,…No me digan que o suenan bien estas palabras entrelazadas: crema de patatas revolconas con torreznos fritos, o carpaccio de bola de ibérico con tomate semimontado …Es que en esta nueva tendencia de alta cocina en miniatura hay que reconocer que saben jugar con las palabras, y eso potencia la atracción del plato, y seguramente su sabor.
En la carta también leímos: ensalada de bellota ibérica con brocheta de langostinos, Minitempura de verduras, hamburguesa de calabacín y langostino, puerro confitado con cacahuete y rebozado cantonés, …platos cuyos productos nos suenan de toda la vida, pero sabemos que están elaborados de forma diferente y casados con otros productos cuyo maridaje jamás habríamos imaginado. Y por exótico, aumenta su poder de atracción en nosotros.
Por otra parte, el cuidado de la presentación es exquisito: los platos presentan formas cilíndricas, alargadas, decoradas con espumas y esferificaciones que hacen del plato una pequeña obra de arte.
Así que nos lanzamos al descubrimiento de algunas de las tapas frías y calientes del Lilicook Gastrobar, que fueron numerosas y que saciaron suficientemente nuestras ansias. De hecho, pensamos que con tres o cuatro de estas especialidades en miniatura, muchos comensales estarán más que servidos cuando vayan al Lilicook Gastrobar.
Además hay que dejar un espacio para los tremendos postres, eso siempre, para así saborearlos y apreciarlos como se merecen. Espuma de arroz con leche y crumble de canela, vasito de espuma de chocolate y frutos rojos, torrija de brioche, espuma de calabaza y petazetas de chocolate,…
La sencillez y elegancia de los platos y postres, a pesar de los adornados nombres que llevan, está no sólo en la forma, sino también en el producto elaborado. En Lilicook Gastrobar estamos ante una cocina de calidad. Sólo tienen que experimentarlo ustedes mismos.
Y vinos de todas partes…y de la comarca
Algo que hacemos los miembros de El Giróscopo Viajero en nuestros viajes es probar los vinos de la comarca o del país que visitamos. Nos gusta explorar nuevos sabores, vinos quizás menos conocidos, pero que acaban siendo un auténtico descubrimiento, como nos ocurrió con los vinos de Tenerife, los vinos de la Gomera, los vinos de Bergerac (Dordoña, Francia), o los vinos del Fronton (Tarn-et-Garonne, Francia)
Por lo que, en Lilibook Gastrobar, solicitamos algún vino de la zona de Salamanca. Y eso que hay que decir que poseen una amplia carta de vinos de la Rioja, Albariño, el Bierzo, Jumilla,…y muchas otras denominaciones de origen más que célebres nacional e internacionalmente.
Nosotros probamos un vino de Toro delicioso, aunque estábamos entre un Rivera del Duero y un vino de la Sierra o de Los Arribes. Como decíamos, nos parece indispensable degustar vinos de la tierra donde estamos para comprenderla mejor.
Lilicook también es vermutería.
Hay que decir que Lilicook es también una vermutería. En realidad sus dueños poseen una vermutería en el centro de Salamanca, un local por el que esperamos pasar la próxima vez, que parece que tiene un gran éxito por la calidad de sus vermús y lo agradable del local, un conocido de los días y las noches de Salamanca.
La carta de la vermutería es amplia, ofrecen también vinos y combinan las bebidas con delicias de pinchos, tapas, conservas gourmet,…de nuevo las especialidades cuidadas que encontramos en el Gastrobar. De hecho, en este también podemos probar vermús, cócteles, combinados y smoothies, y, por supuesto, una amplia variedad de cervezas, entre las que se encuentran las artesanales, tan demandadas actualmente. Así como una carta atractiva de cafés, la guinda del pastel.
Como podemos ver, en Lilicook Gastrobar no han dejado nada al azar. Y lo interesante es que es un lugar que se reinventa cada día, que modifica su carta, introduce novedades, y tiene una amplia presencia en los diferentes eventos y manifestaciones de Salamanca. Un lugar con estas características nos habla de un equipo activo que trabaja con fuerza y pasión.
Creadores del Lilicook Gastrobar
El origen del Lilicook Gastrobar se encuentra en un grupo de amigos, profesionales de la restauración desde prácticamente su formación, jóvenes con ganas que han trabajado intensamente en diferentes campos del sector, acabando en este original proyecto de Lilicook Gastrobar y de Vermutería Lilicook, y del que les hemos contado los ingredientes que tiene para que su éxito esté asegurado.
Marcos, Víctor y David, junto con Manuel, son los artífices y sus proyectos son tan amplios que hasta se extienden a fincas donde se celebran bodas. Quien diría que gente tan joven haya logrado hacer un tan largo camino. Supongo que una buena parte de lo que logran se basa en la pasión y en el trabajo duro que realizan desde hace años. Y he aquí el resultado: el estupendo Lilicook Gastrobar al que les aconsejamos ir cuando se adentren en el corazón de la ciudad monumental de Salamanca.
Agradecimientos
Mil gracias de nuevo a TurismodeSalamanca, por darnos la posibilidad de hacer este viaje de prensa a Salamanca. A María García y Chus Bernal por por su acogida y su amabilidad.
A Lilicook gastrobar por su invitación a degustar su alta cocina en miniatura, bautizada como cocina «liliputiense» por sus creadores: Marcos, Víctor y David. ¡Mil gracias a los tres por la originalidad de vuestra cocina, vuestra profesionalidad, entusiasmo y pasión! ¡También a las manos de Manuel!. Enhorabuena también al arquitecto y desiñador del nuevo establecimiento Lilicook Gastrobar. La próxima vez pararemos por la LiliCook Vermutería.