Visita a la isla del Lago Bled en Eslovenia

Eslovenia se ha ganado por derecho propio esa asociación con el turismo verde. Meta de urbanitas que se alejan del cemento y la contaminación acústica, sus parques naturales, lagos, cuevas y montañas son un reclamo que gana adeptos año tras año.

Sorprende la facilidad con la que los esbeltos eslovenos marcan un intenso ritmo al andar y subir montañas. Nosotros lo hemos podido constatar siguiendo sus pasos en varias rutas de montaña. Acostumbrados a perderse en este pulmón verde, son conscientes de que poseen uno de los tesoros naturales de Europa, y por ello se preocupan mucho de cuidarlo.

En el regreso a Eslovenia, siempre buscando nuevos destinos para incluir en nuestra guía -o repitiendo conscientemente lugares que nos gustaron la primera vez que viajamos-, hemos vuelto a Bled, esta vez en un febrero no excesivamente frío.

Lago de Bled, destino imprescindible del viaje a Eslovenia
Lago de Bled, destino imprescindible del viaje a Eslovenia

Bled, la Eslovenia idílica

Ajena a la expansión romana por los Balcanes, Bled no cobró importancia como asentamiento hasta que poblaciones eslavas llegaron y se establecieron en el siglo VII. Durante la Edad Media la defensa rocosa de la colina donde se ubica el castillo sirvió para dominar el territorio. Posteriormente, integrados en el XIX en el Imperio austrohúngaro de los Habsburgo, Bled se convirtió en lugar de recreo y relax de la monarquía y la nobleza, aspecto que fomentó la llegada del ferrocarril en 1855. Durante el siglo XX se reafirmó como destino ocioso, gracias al impulso del doctor Arnold Rikli que convirtió a Bled en un destino balneario con aguas termales.

Posiblemente Bled con su lago icónico y su pequeña isla es la fotografía más reproducida de Eslovenia. De hecho es la única isla de Eslovenia, que si bien es cierto no cuenta con una extensa costa, al menos logró disponer de una salida al Adriático. Para muchos viajeros Bled, su lago y su isla son el lugar más bonito de Eslovenia. Con total seguridad es la que se ha proyectado como resumen de Eslovenia, pero para juzgarlo, lo correcto es recorrer con paciencia un país que ni siquiera nosotros que hemos vuelto cinco veces se termina de ver.

Paseo en Pletna hasta la isla del lago Bled
Paseo en Pletna hasta la isla del lago Bled

Su accesibilidad, a menos de 45 minutos de la bella capital eslovena de Ljubljana lo han convertido en un recurso fácil de excursión de ida y vuelta en el mismo día. Sin embargo el lago de Bled se presta con sus cambios de luz al amanecer y al anochecer, o en diferentes épocas del año, a detenerse un par de días para relajarnos en un paraje envidiable. Las tonalidades cambian con los haces de luz, y el gris o azulón puede derivar en un verde turquesa cuando la luz atraviesa las nubes, o cuando el cielo espanta la niebla.

Mapa del lago de Bled en Eslovenia
Mapa del lago de Bled en Eslovenia

Situado en los Alpes Julianos al noroeste de Eslovenia, donde limita con el Parque Nacional de Triglav, el lago Bled (en esloveno Blejsko jezero) tiene un origen mixto, glacial y tectónico. Su superficie es modesta, sobre todo si lo comparamos con el lago Bohinj, con 2.120 metros de largo y 1.380 de ancho, con una profundidad máxima de apenas 30 metros. Rodeado de montañas y bosques, en un extremo encontramos el castillo medieval de Bled encaramado en lo alto de una roca.

En invierno la población de Bled permanece hibernada, con muchas establecimientos cerrados y un ritmo sosegado que invita a elegir estas fechas para evitar el intenso verano. Es cierto que nos será imposible osar bañarnos en sus aguas, pero a cambio podremos disfrutar de estampas igualmente sorprendentes si la nieve dibuja una alfombra blanca. En otoño serán los juegos cromáticos de los bosques que rodean el lago de Bled los que nos conquisten, y en primavera el intenso verde de las «hojas nuevas» hará de marco para el cuadro de nuestra postal perfecta.

Pletna con la isla de Bled al fondo
Pletna con la isla de Bled al fondo

Sentados en una de las colinas panorámicas podemos grabar en nuestros ojos como si fuera un timelapse el ir y venir de las pletnas. El esfuerzo físico y la pericia de la maniobra para llegar desde los embarcaderos a la isla debe entenderse como algo loable, y sin duda una declaración de intenciones en la apuesta por el turismo sostenible en Eslovenia. De hecho en el lago no están permitidas, salvo contadas excepciones, las barcas a motor.

Detalle del remo de una Pletna en el lago Bled
Detalle del remo de una Pletna en el lago Bled

En las aguas del lago la llegada del buen tiempo anima a bañarse. Hay unas zonas especialmente habilitadas, y salvo que indiquen lo contrario, podemos refrescarnos en la mayoría de su superficie. Otro argumento para acudir en Julio a Bled es el Festival Bled Days and Bled Night, con conciertos, fuegos artificiales y un espectáculo visual muy curioso gracias a las cáscaras de huevo con velas flotando en el lago. En total se depositan 15 mil velas que durante el año fabrica el artesano Andrej Vidic con las cáscaras de los huevos que la pastelería Zima deshecha al preparar los pasteles de crema de Bled.

Hay dos embarcaderos para llegar a la isla, uno en un muelle junto a los jardines del pueblo de Bled, y otro en el otro extremo del lago, más cercano a la isla, y que habitualmente es el que está operativo en los meses de temporada baja. Para llegar simplemente tenemos que seguir un agradable paseo de unos veinte minutos siguiendo la orilla del lago, y dejando atrás algunas villas suntuosas del siglo XIX. Uno de esos edificios es Vila Bled, que fue la residencia de verano del presidente de la extinta Yugoslavia Tito. A orillas del lago Bled, Vila Bled es hoy un hotel de lujo.

Vila Bled, antigua residencia de verano del presidente de Yugoslavia Tito
Vila Bled, antigua residencia de verano del presidente de Yugoslavia Tito

A bordo de la Pletna

Estas peculiares embarcaciones sirven de transporte turístico para llegar a la isla de Bled. El nombre Pletna deriva de un vocablo bávaro, Plätten, que equivaldría a  «bote de fondo plano». Aunque es probable que ya se usaran antes, los primeros testimonios avalan que a finales del siglo XVI ya se empleaban para moverse de un lado a otro del lago. El tamaño suele ser similar, con hasta veinte pasajeros, distribuidos por peso a ambos lados de la pletna, ya que el cuerpo plano podría hacer que volcásemos. Su suelen cubrir con coloridos toldos para proteger de la lluvia o el sol, y aún se confeccionan trabajando la madera a mano. Las licencias de los remeros están asignadas de forma limitada y es una profesión secular desde 1740 cuando la emperatriz del imperio austro-húngaro María Teresa, otorgó a 22 familias locales el privilegio para transportar a los peregrinos a la la isla Bled.

Al ser temporada baja las pletnas no parten hasta que se llenan, de modo que pacientemente nos sentamos a admirar el lago. Ya con un grupo formado el remero se impulsa con maestría y sin prisa pero sin pausa nos conduce desde el embarcadero hasta la pequeña isla del lago.

Isla Bled

La Pletna se acerca lentamente a la isla –Blejski otok– permitiendo que disfrutemos del remanso del lago y su paisaje sublime. Ya desembarcados en el pequeño muelle, una escalera con 99 peldaños asciende hasta la explanada donde se yergue la iglesia.

La escalera que sube en la isla de Bled hasta la iglesia
La escalera que sube en la isla de Bled hasta la iglesia

El templo original fue construida en el siglo XV, aunque reformada dos siglos después con el estilo actual. Está dedicada a la Asunción de María (Cerkev Marijinega vnebovzetja). El acceso a la iglesia así como a la torre del campanario es de pago, pudiéndose adquirir las entradas en el kiosko de taquilla junto a la tienda cafetería. En el interior los techos conservan frescos góticos de la segunda mitad del siglo XV en la zona del prebisterio y la mayor parte de la decoración es barroca. La «gran atracción» es tocar la campana y pedir un deseo. Además de la iglesia hay un pequeño museo diocesano con piezas de arte religioso.

Iglesia de la Isla del lago Bled
Iglesia de la Isla del lago Bled

Aquí se celebran varias bodas y es posible que coincidamos con el festejo. Las excursiones dejan alrededor de 45 minutos a los grupos para que disfruten de la visita a la isla, teniendo tiempo de subir a lo alto de la torre de 52 metros. Al ser de dimensiones mínimas, podemos dar una vuelta completa por el camino que rodea la isla.

Leyenda de la Campana de los Deseos

Los lagos siempre suelen estar rodeados de leyendas, y el de Bled no se salva de ellos. La Leyenda de la Campana de los deseos situada en el campanario de la isla cuenta que la viuda Poliksena, al morir su marido asesinado por unos ladrones, fundió todas sus joyas para hacer una campaña que sonase en su honor. Al transportarla a la isla un temporal provocó el hundimiento del barco. Desahuciada fue a Roma para entrar en un convento como monja de clausura. Ya muerta, el Papa, conmovido por la historia ordenó enviar una para honrar su memoria. Reproduciendo la leyenda, cada año hay un evento en el que buceadores sacan del fondo del lago una réplica.

Castillo de Bled

El Castillo de Bled mira desde lo alto de un acantilado el lago de Bled. Quizá contagiado por los prósperos tiempos de paz actuales, recuerda su pasado como fortaleza medieval cuando presumía de su inexpugnabilidad. Ya sea en coche o en una agradable subida, se accede a su entrada, donde el foso ya no disuade al turismo. El castillo ofrece excelentes vistas del lago, pero además los espacios palaciegos están animados hoy con comercios y una de las imprentas más antiguas de Europa.

El castillo del lago Bled sobre la roca
El castillo del lago Bled sobre la roca

Hay varios caminos por debajo del castillo, con buenas vistas del lago y que son recomendables si queremos ahorrar la entrada al castillo.

La vuelta al lago se culmina en una hora y media, y en menos tiempo si la hacemos con bicicletas de alquiler. Otras opciones son kayak o piraguas para movernos por el lago.

En el interior podemos encontrar un museo donde se exponen armaduras, armas, mobiliario antiguo, joyas que pertenecieron a los primeros eslavos asentados en la ciudad y hasta una antigua bañera, un restaurante con precios un «poco» desorbitados, la antigua capilla gótica del siglo XVI que alberga pinturas del emperador Enrique II y su esposa Kunigunda, la bodega del castillo donde se puede degustar vinos de la región y varias tiendas entre las que se encuentran la herrería o la antigua imprenta.

Las mejores vistas del Lago Bled – Miradores

Dos de los mejores lugares gratis para sacar fotos del lago con la perspectiva de la altura son los puntos panorámicos de Ojstrica y Mala Osojnica. Desde allí podemos obtener una vista preciosa de la isla al atardecer, en el momento de la hora mágica cuando el sol acaricia con sus rayos diagonales toda la extensión del lago.

Ojstrica es uno de los más famosos porque además de las vistas, hay un banco estrategicamente situado para la composición perfecta de una foto mirando el lago.  Se accede por un camino a la izquierda del Camping Bled. Mala Osojnica está en una altura algo más elevada y por eso se tarda unos 45 minutos en subir andando, pero por esa misma razón no sube tanta gente y está más tranquilo.

La otra opción es llevar a cabo la visita al castillo que desde su altura tiene unas vistas prodigiosas del lago, si bien la isla queda al final. Más cercano está la terraza del Café Belvedere (Kavarna Belvedere) donde se agradece descansar mirando al lago mientras probamos un delicioso postre típico llamado kremna rezina.

Kremna Rezina – Postre típico de Bled

Para completar el día no perdemos la oportunidad de deleitarnos con el reputado pastel de crema típico de Bled, kremna rezina o kremšnita ‘Cremeschnitte’, un clásico cuya receta «oficial» fue creada en 1953 por Ištvan Lukačević, el ex gerente de la pastelería del Hotel Park.

Cómo llegar al lago de Bled

Desde Liubliana hay autobuses hasta Bled, con horarios que varían en función de la estación del año. Fuera de los meses del verano hay menos frecuencia y conviene calcular bien la ida y la vuelta para volver a la capital. Dependiendo del tráfico puede durar unos 75 minutos

También hay tren que conecta Liubliana con Bled, o mejor dicho con Lesce a unos 5 km el lago (una hora de duración) o la otra estación, Bled Jezero pero que implica un cambio de tren en Jesenice. Hay autobuses que funcionan entre ambos puntos, por lo que podemos estudiar los horarios para cotejarlo como opción para llegar a Bled.

Tours y excursiones a Bled

 

Excursiones desde Bled

Si estamos haciendo ruta por Eslovenia podemos tener en cuenta propuestas como el rafting en las alucinantes aguas turquesas del río Soca, sorprendernos con el inmenso lago de Bohinj, o dedicar un par de días a hacer trekking por ruta histórica del Camino de la Paz para conocer la línea de trincheras de la batalla del Isonzo en la Primera Guerra Mundial. Otros dos lugares del oeste de Eslovenia merecen mucho la pena. Por un lado las gargantas de Vintgar -muy cerca de Bled, 11 km- y por el otro las gargantas de Tolmin. Ambas tienen un camino de pasarelas que nos descubre los torrentes de agua que erosionan la característica piedra karstica de Eslovenia. En el otro extremo del país está Ptuj, la población más antigua y donde en febrero se celebran uno de los carnavales más pintorescos de Europa, con los Kurent como protagonistas. Eso por no mencionar dos de las cuevas más aosmbrosas de Europa, la de Postojna y la de Skocjan.

Alojamiento en Beld

En Bled hay diferentes opciones de alojamiento, especialmente hoteles, bed and breakfast o «sobes» (alquiler de habitaciones), además de algún camping. Conviene tener presente que es una de las zonas más turísticas de Eslovenia y por ello los precios son más altos. Además en verano la disponibilidad escasea ante la gran cantidad de viajeros que vienen a pasar las vacaciones al lago.



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Mapa del lago de Bled

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