Visita a la Catedral de Toledo, la Dives Toletana

La divisamos entre las callejuelas de Toledo, mientras los paseantes caminan tranquilos, como si no tuvieran a sus espaldas la Dives Toletana

A la Catedral de Toledo la llaman “La Giganta” – así la citaba Blasco Ibáñez en una de sus obras -. Es una auténtica joya de la arquitectura gótica: muchos hablan del opus magnum de este estilo en España. La divisamos entre las callejuelas de Toledo, mientras los paseantes caminan tranquilos, como si no tuvieran a sus espaldas la Dives Toletana – la rica toledana -. O quizás lo saben y la conocen bien, y dejan la sorpresa para los viajeros que se entusiasman con su belleza desde la primera visita. Ella mira como nos acercamos, curiosa, abriéndonos una de sus muchas puertas, invitándonos a un viaje por el Gótico español. Nos avisa de que entremos sin prisa porque en este periplo por sus entrañas, hay muchas paradas en las que tendremos que detenernos para apreciar la belleza de cada espacio, de cada escultura, de cada cuadro,…Y aquellos viajeros leídos comprenderán mejor, se lanzarán a un viaje por gran historia y las pequeñas historias de uno de los tesoros arquitectónicos de España.

Somos conscientes que con esta visita fugaz solo podremos asomarnos a la Catedral de Toledo, pues su interior es como un laberinto en el que hay innumerables espacios, innumerables obras de arte. Por tanto, tomaremos esta visita como un primer viaje a la Catedral Primada de España que nos deslumbrará y no hará más que conseguir atraernos a futuros viajes a Toledo para continuar el recorrido por esta fascinante obra.

Siglos de construcción de la Dives Toletana 

Siglos de construcción de la Catedral de Toledo

La Catedral de Toledo se construyó en piedra blanca de Olihuelas, y aunque hoy el cielo esté cubierto, su blancura está intacta e imaginamos que en los muchos días luminosos de Castilla la luz se reflejará en su fachada y sus torres iluminando la ciudad. Sabemos que su construcción comenzó en 1226 y se terminó en 1493 sobre la mezquita-catedral que había, bajo la influencia de gótico francés del siglo XIII. Siglos de construcción de esta maravilla de cinco naves con crucero y doble girola, que nos hace pensar en las numerosas reformas y en la evolución de una catedral que fue tomando forma a través del tiempo. 

La maravilla gótica se fue haciendo realidad poco a poco, adoptando los elementos más característicos de este estilo. Grandes ventanales con vidrieras sustituyeron a los triforios que se extendían a lo largo de las naves, aunque sobreviven elementos del pasado, como los triforios de la cabecera de influencia mudéjar. La doble girola es una solución que corresponde a una planta de cinco naves, lo cual crea un espacio grandioso, un abovedamiento muy original. De la influencia francesa se puede observar la manera de distribuir la cabecera con doble girola con plantas alternativas de rectángulos y triángulos, dando lugar a capillas de distinto tamaño – al igual que en la Catedral de Notre Dame de París y el Le Mans -.

Detalle del Altar Mayor

La única torre de la Catedral de Toledo es una belleza gótica de 92 metros, con planta cuadrada y una superposición de cuatro cuerpos que rematan con un cuerpo octogonal cubierto de pináculos y arbotantes, y en lo alto una flecha con tres coronas. La fachada principal cuenta con tres puertas, alto típico del gótico, pero la catedral posee más entradas, dos de ellas comunican con el claustro y la del muro sur – algo insólito por su ubicación – es la única que no tiene escalones.

Por otra parte, en la visita a la Catedral de Toledo hay que tener en cuenta la cantidad de obras de arte, tanto la riqueza el conjunto escultórico, de las pinturas de artistas como El Greco, Caravaggio, Rubens o Goya; y también la obra de orfebrería.

Acompáñennos pues a visitar una de las más bellas catedrales de España, una visita corta que no cubrirá todas las maravillas que aquí se encuentran, pero que deja la puerta abierta a futuras visitas que permitirán que descubramos cosas nuevas. Por lo de pronto, les presentamos los tesoros principales de la Dives Toletana. 

La presencia de El Greco y la magnífica pinacoteca de la Catedral de Toledo

«El Expolio» de El Greco atrae todas las miradas

Comenzamos casi sin darnos cuenta nuestro viaje a la Catedral de Toledo porque, aunque estamos en la Sacristía, al fondo nos mira una de las obras de El Greco: El Expolio, realizado en 1579, que estudiamos impresionadas. La imagen de Cristo en rojo está rodeada por una multitud y, al parecer, El Greco se inspiró en iconos bizantinos donde también Cristo está en el centro de la multitud y hay una gran simetría entre los personajes.

Llama la intención esta perfecta composición del conjunto en torno a esta figura principal, así como el contraste entre esta y el conjunto más oscuro de figuras. Si observamos a los demás personajes, cada uno de ellos tiene cierto atractivo, a pesar de su aire sombrío. Realmente El Greco consigue aquello que perseguía: representar a Cristo como hombre y como víctima de la condición humana.

A esta acompañan otra 19 obras de El Greco, un lienzo de Francisco de Goya que se titula “El Beso de Judas” y cuadros de Bellini, Lucas Jordán, Tiziano, Bassano y Velázquez, entre otros. Esta magnífica pinacoteca no es lo único que hace especial esta inesperada introducción a la Catedral de Toledo, sino también los frescos de la bóveda realizados por Claudio Coello. 

Se trata de la primera de las sorpresas de la Catedral primada de Toledo, una perfecta bienvenida y preámbulo de las maravillas que nos esperan a continuación.

La sorpresa del Transparente de la Catedral de Toledo

La sorpresa del Transparente de la Catedral de Toledo

Y al entrar a la verticalidad del espacio de las naves de la catedral, nos topamos de golpe con la maravilla del Transparente iluminado. En ninguna catedral habíamos visto algo igual, bueno solo Bernini talló uno similar sobre el altar de la Cátedra de San Pedro en Roma. Si la belleza del retablo formado por esculturas marmórea jaspes y bronces dorados nos entusiasmó, lo que nos dejó sin palabras fue el hecho de que este altar está iluminado por una ventana oval situada en el techo. De ahí que haya tomado el nombre de Transparente.

Esta solución propia del arte barroco es muy sagaz, ya que consigue que el sol ilumine el sagrario y cree una atmósfera particular que contrasta con la semipenumbra del interior de la catedral. En las otras partes del interior de la Catedral de Toledo, la luz procedente del exterior solo penetra a través de las vidrieras típicas del Gótico. Lo cual hace que el Transparente atraiga todavía más las miradas de todos los visitantes: primero hacia ese óculo y después hacia el altar.

Nos detenemos un buen rato en esta magnífica apertura oval, creación del escultor y pintor Narciso Tomé, perforada en la bóveda de la girola. Y, por si esto fuera poco, todavía decora este orificio con pinturas y esculturas. Una auténtica obra de arte que en la época no se comprendía, pero que en la actualidad es considerada como una obra cumbre del barroco-churrigueresco español. 

Precisamente José Benito de Churriguera, el arquitecto español que vivió a caballo entre el siglo XVII y el siglo XVIII, concibió estas complejas soluciones arquitectónicas en las que dominaba un movimiento marcado, una decoración abigarrada  por encima de lo constructivo. La ornamentación de la apertura de la Catedral de Toledo está compuesta por una mezcla original de pinturas y esculturas que representan la Gloria.

La iluminación procedente de exterior lleva nuestra mirada ahora hacia el retablo iluminado en el Altar Mayor. Una espectacular obra de mármol español y genovés con esculturas de santos que representan la Apoteosis de la Eucaristía. La Luz que entra por la apertura crea un extraordinario efecto dramático.

La maravilla de la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo

La maravilla de la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo

Además del prodigio del Transparente, otra de las sorpresas en nuestra visita a la Catedral de Toledo fue el descubrimiento de la Capilla Mayor. Nos detenemos ante el majestuoso retablo gótico de madera policromía y dorada, obra de Petit Jean. Al parecer, la construcción de esta obra de arte duró seis años (1498-1504) y participaron en este trabajo grandes nombres de la escultura del momento: Sebastián Almonacid, Diego Copín y Felipe de Bigarny. La parte del dorado y del policromado fue obra de Juan de Borgoña y Francisco de Amberes. 

Comenzamos la lectura en la primera de las cinco calles de este retablo compuesto por tres cuerpos, y terminando en las dos más estrechas de los extremos. Recorremos con la mirada la impresionante obra de filigrana en madera dorada del Tabernáculo detrás de la cual hay un ingente trabajo de artesanos. También nos asombran las esculturas pintadas que componen catorce escenas del Nuevo Testamento de una belleza delicada.

Podríamos pasarnos horas sin pestañear admirando esta maravilla. Solo interrumpida si alzamos la mirada a la bellísima bóveda estrellada del ábside.

El espectacular retablo de la Capilla Mayor de la Catedral Primada de Toledo

Este retablo no es la única obra de arte que nos encontramos en la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo. Destacan las rejas que la cierran, una espectacular obra del Renacimiento español, construidas por Francisco de Villalpando en diez años. Y rematadas por un impresionante Crucificado.

Otras obras fantásticas de la Catedral de Toledo

Pasamos por el cuarto del Tesoro, que se encuentra debajo de la torre para admirar una de las maravillas de orfebrería de la Catedral de Toledo: la esplendorosa Custodia Procesional que encargó el Cardenal Cisneros a Enrique de Arfe en 1515. Impresiona esta obra de 2,5 metros de altura, sobre todo saber que fue realizada con el primer oro procedente de América. Una obra compuesta por 5600 piezas unidas por miles de tornillos que contiene 250 estatuillas de plata dorada.

Pasamos después por el Coro que se encuentra frente al Altar Mayor, que según dicen es uno de los más hermosos de las catedrales europeas, cuya sillería alta fue realizada por Alonso Berruguete y por Felipe Bigamy, y la sillería baja labrada por Rodrigo Alemán. En este últimos se representaron escenas de la guerra de Granada y su conquista en 1492. Es evidente el valor histórico de dichas representaciones, ya que se reconocen personajes de la época, armas, tácticas de guerra, ropajes,…Por otra parte, como en muchos otros coros catedralicios, se representan también seres sobrenaturales y escenas eróticas y burlescas. También nos podríamos pasar horas en el coro de la Catedral de Toledo, solamente para intentar hacer una lectura de las escenas y para admirar la magnífica obra de arte de los bajorrelieves realizados en madera de nogal.

Llaman también nuestra atención los dos órganos, el “del arzobispo”, de estilo churriguerismo, y el órgano “del deán”, de estilo neoclásico. Pero quizás lo que atrae más nuestras miradas es la escultura que hay en el centro del coro llama la atención también la expresión de la llamada “Virgen Blanca”, por su sonrisa dulce y la bella imagen de la maternidad que representa. Una magnífica escultura de mármol que presenta algunos restos de policromía, gran obra de estilo gótico realizada en el siglo XIV .

Visita al claustro de la Catedral de Toledo

Magníficos frescos de la Capilla de San Blas situada en el claustro bajo

Continúa nuestra visita a la Catedral de Toledo por el claustro bajo de estilo gótico, con cuatro pandas con bóvedas de crucería. Al parecer en el siglo XV las paredes tenían muros pintados con frescos de Pedro Berruguete y Comontes que el tiempo fue deteriorando, y que terminaron siendo sustituidos por otros.

Una de las capillas a las que se puede acceder desde el claustro es la Capilla de San Blas, una bonita construcción de planta cuadrada que comenzó a realizarse en 1397, que destaca por su bóveda octogonal pintada de azul y estrellas doradas. Que no es lo único que llama nuestra atención, puesto que están los magníficos frescos de las paredes, realizados por los pintores florentinos Gherardo Starnina y Nicolás de Antonio. La influencia italiana es clara, y recuerdan a algunas de las obras de tradición grotesca. Aunque muchas de estas pinturas murales se han ido deteriorando por la humedad, y ahora están siendo restauradas. 

Subimos al claustro alto de la Catedral de Toledo desde donde podemos observar el jardín interior y una parte de la catedral desde el exterior. Es un buen punto para admirar la torre gótica con alguna influencia mudéjar. Su amplia base de planta cuadrada – donde está alojada la capilla del Tesoro – y cuatro cuerpos superpuestos y un quinto cuerpo de menor altura. El ramate de la torre es un cuerpo octogonal con pináculos, arbotantes y el remate de una flecha con tres coronas, elementos típicos de las catedrales góticas.

Toledo desde lo alto de la torre de la Catedral

Toledo desde lo alto de la torre de la Catedral

Subimos a lo alto de la torre de la Catedral, parándonos antes de llegar a la cima, para contemplar las vistas de la plaza del ayuntamiento y los puestos del mercado de Navidad de Toledo. Recuerda a cuando subimos a la Catedral de Sevilla, la magnífica Giralda o a la Catedral de Salamanca. Estos magníficos monumentos siempre ofrecen la posibilidad al viajero tener unas vistas únicas de las ciudades. Por eso en nuestros viajes giroscopios intento subir a los puntos más altos para poder disfrutar de una perspectiva privilegiada. 

Mientras subimos nos cuentan la fantástica historia de la Campana Gorda, fundida en 1753 por Alejandro Gargollo en la Casa de la Campana por orden del Cardenal de Borbón. Se trata de una inmensa campana de 2,29 metros de alto, 9,17 metros de circunferencia y 2,93 metro de diámetro. Es gracioso el dicho referente a la magnitud de la Campana Gorda: “debajo de la campana gorda de la catedral caben siete sastres y un zapatero, también la campana y el campanero”. Pero además de la Campana Gorda, la Catedral de Toledo cuenta con otras campanas: ocho campanas en la primera planta, cinco en la segunda y las matracas superiores. Se trata del conjunto de campanas más grande y pesado de las catedrales de España.

 Pero lo que más impresiona es la historia de la subida de la esta campana que pesa entre 7500 y 14 mil kilos (según diversas fuentes). Al parecer participaron veintidós marineros venidos de Cartagena, tres guardiamarinas y un alférez de fragata. No podemos ni imaginar el esfuerzo de subir esta mole hasta lo alto de la Catedral primada. Cuenta además la tradición que la primera vez que se hizo sonar se oyó a varios kilómetros de distancia y muchos vidrios de ventanas de viviendas en Toledo se rompieron con la vibración. Y poco después se observó una gran grieta que podemos ver todavía hoy en día.

El Alcázar de Toledo visto desde la catedral

Tras subir 248 escalones podemos por fin contemplar la famosa Torre Gorda o Campana de San Eugenio que había sido clausurada entre 1983 y 2011 por motivos de seguridad. Por tanto, nos sentimos privilegiadas por poder ver esta impresionante obra. 

A través de unas rejas contemplamos la ciudad de Toledo, los tejados de las viviendas y allá en lo alto, a 548 metros, el magnífico Alcázar de Toledo, esa fortificación rectangular, otro símbolo de la ciudad.

Bajamos de nuevo los escalones que nos llevaron a la cima de la torre, satisfechas por esta visita a la Catedral de Toledo. Ya en nuestro viaje en tren de vuelta a Madrid, volvemos a contemplar en nuestra cabeza cada una de las obras de arte que acabamos de descubrir. Quisiéramos que esta no fuera la única vez que visitamos la Catedral de Toledo, pues somos conscientes de que todavía nos esperan muchos detalles que pasamos por alto, muchas obras que tienen detrás un trabajo ingente, secretos que esperamos nos guarde la Dives Toletana para nuestra próxima visita. 

Agradecimientos

Misal de 1843, Venecia. Giovanni Herbort. Archivo y Biblioteca Capitulares de la Catedral Primada de Toledo

Agradecemos la amabilidad de Carlos Turrillo del Departamento de Patrimonio S.I. de la Catedral Primada de Toledo por habernos facilitado la entrada a esta joya del patrimonio monumental de la ciudad. Y a María del Prado López por su agradable bienvenida.

Horarios de visita a la Catedral de Toledo

Lunes-Sábado: 10:00-18:00 (cierre a las 18:30)

Domingos: 14:00-18:00

Artículo escrito por María Calvo Santos.

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