Hay tantas Cerdeñas en la misma isla, que cuanto más se descubre un territorio tan intenso, más necesidad de regresar hay. El viajero que descubre por primera vez Cerdeña corre el riesgo de atragantarse al tratar de descubrir una isla en la que uno no para de sorprenderse por muchos viajes que le hayan traído de nuevo.
Todas esas facetas de Cerdeña enamoran, y de ahí que no es casualidad que hayamos regresado en esta ocasión a una zona, el Terralbese Linas, menos expuesta al oleaje del turismo, pero precisamente donde lo auténticamente sardo sigue latiendo con esa alma poderosa que caracteriza a la isla.
TERRALBESE LINAS
El Terralbese Linas es una tierra de ritmos pausados, de paso lento a caballo por la arena, de acariciar imponentes nuragues con más de tres mil años de historia, de charlar con sus gentes compartiendo un vino local, y de paladear hasta agotar cada sublime bocado de sus platos y gastronomía local.
En estos tiempos tan necesitados de reconectar con las raíces se hace imprescindible revalorizar territorios desde dentro hacia fuera. El Terralbese-Linas se encuentra en el suroeste de Cerdeña central, entre la llanura del Campidano, la Costa Verde y el macizo del Monte Linas. Hablamos de la provincia de Oristano, con una costa de playas doradas y lagunas que tras la llanura se eleva hacia colinas y montañas de gran riqueza natural, histórica y mineral.
El proyecto que difunde el territorio agrupa bajo el mismo paraguas nueve poblaciones, cinco de ellas en el Terralbese: Arborea, Marrubiu, San Nicolò D’Arcidano, Terralba, Uras (descubiertas en esta primera exploración); y cuatro más en el Linas: Arbus, Gonnosfanadiga, Guspini, Villacidro (que no tardaremos mucho en disfrutar).
LA BÚSQUEDA DEL LLAMADO TURISMO LENTO
Muchos viajeros han aprendido a bajar una marcha la velocidad de sus escapadas. Asediados por un día a día frenético, cada vez son más los que se deciden por los viajes renombrados como slow travel. Recurrir a un anglicismo con mucha carga de marketing para hablar de lo que debería ser un viaje normal ya dice mucho de los tiempos que nos han tocado vivir. Sin embargo en Cerdeña sobran las palabras y abundan los placeres.
La naturaleza manda en este territorio del sureste de Cerdeña donde el sol reina, el mar sigue aún las directrices de Neptuno, y el dios Eolo cabalga con el maestral doblegando los resilientes árboles.
Pero también sus habitantes han tenido y tienen mucho que decir. La transformación del paisaje a lo largo de la historia, desde la extracción de la apreciada obsidiana para elaborar utensilios eficaces, a la reconversión de los pantanos en campos de cultivo y granjas ganaderas -conocido como bonifica en italiano-, ha sido posible de la mano de sus sacrificados habitantes que han apreciado lo que la naturaleza brinda.
El paseo por la costa del Terralbese invita a la reflexión, sea sobre la grupa de un caballo o con un paseo al atardecer cuando el sol saca el mejor tono dorado de la arena. Envueltos por un mar turquesa del que nos hacemos fans en apenas unos minutos, encontramos barcas de pescadores, torres aragonesas que duermen sin la amenaza de incursiones berberiscas, o refugios de cemento que sobresalen de la arena contando historias de miedo, afrentas y hoy paz.
A diferencia de otros ecosistemas de lujo artificiales, la propuesta del Terralbese Linas hace hincapié en la hospitalidad de sus sabrosos y abundantes platos, en la participación masiva de los festejos locales o en el esfuerzo de sus gentes por mostrar lo que les define.
El esfuerzo informativo del proyecto se toca, huele y bebe con sagre (fiestas) gastronómicas, con museos de gran interés, con proyectos para aprovechar lo tradicional y llevarlo al espectro turístico sostenible, y con una sensibilización hacia sus conciudadanos para que sean sus mejores embajadores.
QUÉ VER Y HACER EN EL TERRALBESE LINAS
La invitación a venir a Cerdeña y en concreto al Terralbese Linas se extiende todo el año. El sol baña con dulzura incluso en primavera y otoño y el turismo de verano y playas se completa con muchas actividades que van desde lo deportivo: kitesurf, ciclismo, rutas a caballo o trekking; a lo histórico con museos únicos; y por supuesto una gastronomía en la que los productos de calidad condimentan recetas seculares.
Los testimonios arqueológicos de época nurágica impregnan el sentimiento sardo de orgullo por su tierra. De los más de siete mil nuraghes datados en Cerdeña, en este territorio encontraremos grandes exponentes que van desde el inmenso de Sa Domu Beccia en Uras, a otros modestos pero enclavados en parajes que nos retrotraen miles de años por su virginidad.
Arborea
Arborea es una mezcla de pasado, presente y futuro. Si hablamos de pasado es obligatorio entender que lo que hoy es el centro histórico y el espacio ordenado de campos de cultivo y granjas ganaderas, fue hace apenas cien años un terreno sin roturar, y áspero para sobrevivir con la presencia de la malaria transmitida por los mosquitos.
En 1928 se fundó Mussolinia di Sardegna, exponente propagandístico del dictador en el auge de la autarquía que buscaba la independencia económica ante la guerra que se asomaba a Europa.
El presente lo conforman las cooperativas agroganaderas que con su producción de verduras, hortalizas o lácteas, suponen el tejido económico que nutre de trabajo al territorio.
Y el futuro es la apuesta por un turismo de calidad, con un dinamismo e impulso para dar a conocer su costa, su patrimonio y por supuesto su naturaleza.
Epicentro de la transformación que supuso la Bonifica, fueron diferentes fases arquitectónicas las que dotaron a esta población de un entramado urbano creado exprofeso. Así encontramos la iglesia del Santissimo Redentore, con las reminiscencias al estilo característico del Veneto, además del ayuntamiento, la casa del presidente de la bonifica, la escuela, el molino hoy sede del museo MUBA, o el silo de grano.
La visita al MUBA (Museo della Bonifica) permite entender toda la transformación del territorio, y valorar sobre todo el diverso y peculiar patrimonio de diferentes estilos arquitectónicos que explican a su vez la historia y el contento de hace un siglo.
Después de la visita cultural y patrimonial nos podemos dirigir a conocer sus playas, extensos arenales que se disfrutan hasta bien entrado el otoño. Las jornadas al sol disfrutando de sus aguas turquesas son apacibles, pudiendo incluso pasear a caballo por la costa gracias a las rutas ofrecidas por el Resort Horse County de Arborea.
Para concienciarnos de la importancia del cuidado de la naturaleza dos apuntes: El primero es pasear por los bosques de pinos que se alzan como una gigantesca marea verde junto a la arena. Plantados para frenar la fuerza del viento maestral cuando castiga el oeste de Cerdeña, han servido desde hace un siglo para que la salinidad no afecte al cultivo de productos en el interior, y del mismo modo reducir la erosión como ya vimos en el istmo de Curlandia en Lituania.
El segundo apunte, visitar el edificio de la Agencia Forestal de Arborea, cuyo pequeño museo está dedicado a la flora y fauna. Gracias a la taxidermia de animales hallados muertos por disparos o muerte natural, podemos conocer diferentes especies de aves, mamíferos e incluso tortugas que habitan mar y tierra.
En el mismo edificio los niños -y sobre todo los adultos- podrán concienciarse del daño que hacen los plásticos al entorno marino, con una exposición que muestra residuos llegados y escupidos por el mar, con procedencias tan lejanas que sacan los colores a cualquier visitante cuando ve que proceden de su país.
Y es que a menudo se olvida que el mar se auto regula, especialmente si no entendemos la presencia de la posidonia en las playas de la costa. La posidonia no es un alga, sino una planta marina con raíces, tallo y hojas, y el efecto de la presión turística, la pesca o las embarcaciones recreativas que las arrancan, es un peligro para la conservación de estos «bosques» submarinos de los que depende la vida de peces, crustáceos, equinodermos, y micro organismos marinos que forman parte de la cadena alimenticia del mundo subacuático.
Este ecosistema rico y complejo absorbe dióxido de carbono, libera oxígeno y almacena carbono, siendo su desempeño vital en la sostenibilidad del fondo marino. Además, por si fuera poco, previenen la erosión de la costa mitigando la fuerza de las olas.
Las bolas esponjosas que se confunden con suciedad en la orilla de la playa cumplen su función en la fertilización y ciclo de vida, y por ello debemos cambiar el chip y ser comprensivos cuando las vemos en el agua o arena.
Laguna de S’Ena Arrubia
En Cerdeña hablar de bottarga es hablar de uno de los productos más apreciados. Convertidos en un bocado gourmet, los huevos del pescaado mugine (mujol o muble en España) se rallan para condimentar pasta o arroces, o simplemente con un poco de aceite de oliva.
La bottarga no es la única delicia sarda del fondo marino que podemos probar, si no que podemos degustarla como nosotros hicimos con las ostras que la cooperativa de pescadores Sant’Andrea Arrubia incorporó en 2022 gracias a un innovador programa financiado por Sardegna Ricerche.
Las aguas de la laguna de S’Ena Arrubia -en sardo significa «arroyo rojo» o «agua roja», en referencia al característico color de las aguas de la laguna- han demostrado ser un hábitat excelente para la ostra japonesa (Crassostrea gigas), rebautizada como «Prendas de Arrubia» («joyas de Arrubia» en dialecto sardo) por los pescadores. Las aguas ricas en plancton de la laguna alimentan el crecimiento de estas ostras que se exportan incluso fuera de Italia.
Por su fuera poco, nuestros ojos -habituados a la fauna submarina-no daban crédito con la presencia de los robustos cangrejos azules (Callinectes sapidus), a los que les hemos hincado el diente en México. La llegada de esta especie invasora en 2017 supuso un reto para los pescadores ya que la voracidad del cangrejo azul lo convierte en un auténtico depredador capaz de destruir redes y exterminar mejillones .
Ante su masivo aumento que provocaba una auténtica crisis para el ecosistema marino, no hubo otra remedio que encontrar una solución y al mismo tiempo oportunidad.
Conscientes de que es prácticamente imposible exterminar el cangrejo azul debido a su ausencia de un depredador capaz de comerlo y a su prodigiosa capacidad de reproducción -las hembras pueden poner hasta dos millones de huevos y se aparean dos veces al año-, la Cooperativa Sant’Andrea ha optado por capturarlo y convertirlo en un manjar que, aún no siendo autóctono, se consume en abundancia como paté y crema.
El paseo en barco por la laguna (protegida por la Convención de Ramsar que difunde y preserva áreas de humedales) permite disfrutar del paraíso ornitológico en el que podemos «cazar» aves con nuestros ojos o cámara de fotos. La idrovora (estación de bombeo) empelada durante la bonifica sobresale con sus formas llenas de simbolismo arquitectónico y político, fruto de un periodo en el que los edificios representaban mucho más que lo aparente.
Si pasas por allí no te pierdas las comidas que organizan junto a la piscifactoría, con suculentos platos preparados bajo demanda por su cocinera Nazi (diminutivo de Nazarena). Incluso es posible que veas su food truck, Il Rifugio del Pescatore, en algún evento del Terralbese.
Marrubiu
El nombre de la población de Marrubiu tiene origen en la planta Marrubium alysson, empleada para diferentes usos medicinales y espantar a los insectos de los cultivos. Su nacimiento en el siglo XIV comienza con la llegada de los habitantes de Zuradili, que tras sufrir una devastadora peste se asentaron aquí.
Alberga uno de los carnavales más famosos de Cerdeña, con un desfile de carrozas alegóricas con temática mitológica y burlesca. Otra de las fiestas de interés es la peregrinación a la iglesia de santa Maria di Zuradili siempre acompañada de folclore y música.
No debemos olvidar que estamos en una tierra de vinos de gran factura, y por ello uno de los mejores lugares para conocer variedades como el vermentino, el cannonau, el bovale entre otras, es las bodegas de Quartumoru, a las afueras de Marrubiu.
Su proyecto familiar es un regalo para todos los sentidos, empezando por unos viñedos preciosos en los que se puede pasear aprendiendo sobre el cultivo, elaboración y variedades de uva. Piero y Lucía tienen una dilatada experiencia en el mundo vitivinícola y han creado un proyecto maravilloso que mezcla tradición e investigación y que podemos conocer con una cata en sus instalaciones.
San Nicolò d’Arcidano
La tranquilidad de san Nicolò d’Arcidano esconde uno de los tesoros del Terralbese Linas. Tierra de uva bovale y Su Muristellu, las raíces de los viñedos se hunden entre restos romanos que esconden la forma de vida y de culto funerario de habitantes que disfrutaron hace dos mil años de los mismos placeres sensoriales que ahora tenemos a nuestra disposición.
Las siluetas de Monte Linas y Monte Arci envuelven San Nicolò di Arcidano, donde su museo etnográfico al abierto nos muestra los utensilios y herramientas con los que se trabajaba el campo, se elaboraba el vino o se hacían de forma artesana cestos, ropa y objetos cotidianos.
Diferentes murales observan nuestro paso mientras caminamos admirando las reproducciones de las tradiciones y la vida mundana.
Terralba
Terralba es la población con mayor número de habitantes de la zona y el trabajo del proloco (oficina de turismo) en la difusión del territorio es encomiable.
Cerca de aquí estuvo una de las colonias fenicias más importantes, Neápolis, que posteriormente romanos y bizantinos ocuparon.
La fisonomía del extenso área de Terralba está marcada por la laguna de Marceddì y el estanque de San Giovanni, un ecosistema protegido que abarca 1.800 hectáreas, albergan más de 5.000 aves que nidifican o migran durante el invierno.
Además del paseo por el centro conociendo la concatedral de San Pietro, un premio sensorial es la visita a Rosehouseblues, un jardín de rosas y huerto urbano, que merece una visita.
Además de cultivar más de 2.500 rosas, son muchas las especies vegetales de todo el mundo que crecen en un entorno en el el arte se mezcla componiendo un espacio maravilloso en el que burros, gallinas y cabras nos reciben con mucha sonoridad.
El pueblo costero de Marceddì que forma parte de Terralba es la puerta de entrada a las playas del suroeste de Cerdeña (Pistis, Torre dei Corsari, Costa Verde y Piscinas). Aquí encontramos varios lugares de gran belleza, empezando por las casas de pescadores del antiguo burgo marino, asomadas a la laguna.
Paseando salimos por un extremo hasta la antigua torre aragonesa, punto de control y aviso de los ataques berberiscos, hoy albergando un sugerente museo en su interior que ofrece unos atardeceres maravillosos. En el otro lado de Marceddí es el jardín de orquídeas salvajes el que maravilla con su explosión floral en primavera.
El pueblo cobra vida en verano, especialmente durante la Sagra della Madonna di Bonaria, una procesión de barcos portando la imagen religiosa.
Como experiencia maravillosa es recomendable el paseo en barco y comida en el barco de Arennera Laguna Experience, con un almuerzo de pescado fresco y marisco regado de buen vino y la simpatía de su equipo.
Uras
El pequeño pueblo de Uras presume de sus ancestros nurágicos que habitaron el territorio dejando su huella en maravillosos yacimientos como Sa Domu Beccia. El enorme complejo nurágico, aún en estudio, se compone de varias estructuras de enormes dimensiones, explicando quizá la importancia que tuvo la extracción de obsidiana en el cercano parque de Monte Arci.
En Uras se disfruta de esas cosas mágicas que uno no se espera, como entrar en la iglesia parroquial barroco de Santa María Magdalena (1664-1682) y encontrarse al coro ensayando con canciones que reverberan en el interior del templo poniendo banda sonora a nuestra visita.
Visitas turísticas
Manuela Fa, guía de campo y naturaleza, y fotógrafa de naturaleza en Cerdeña (Arborea) es una gran embajadora de su tierra. Realiza visitas guiadas personalizadas a los rincones más preciados de la isla, compartiendo historias sobre la historia de los lugares, la biodiversidad y el delicado equilibrio de los ecosistemas.
Si buscas alguien que te enseñe el Terralbese Linas sin duda ella será la mejor guía: Contacto: +39 347 243 6096 • fa.manuela1975@gmail.com Instagram: manuela_fa_
Dónde comer
Esparcidos en todo el territorio del Terralbese Linas encontraremos restaurantes donde comer es el fruto de una cocina y gastronomía tradicional a base de productos de la tierra.
En el restaurante el Gallo Bianco de Arborea disfrutaremos de una una gastronomía transmitida de generación en generación que combina la tradición sarda con los sabores llegados de los colonos venecianos hace ya cien años.
Sin salir de Arborea, La Trattoria Margherita, galardonada con una estrella Michelin tiene una historia ligada a la recuperación de las marismas y a la producción de leche y productos lácteos. Ofrece algunas de las especialidades sardas más famosas, tanto de la tierra como del mar.
En Uras, destacado por la prestigiosa guía italiana Gambero Rosso, el restaurante y pizzería Tziu Mauriliu recibe a comensales llegados desde toda Cerdeña. A base de productores locales, las harinas seleccionadas y una masa mono varietal de trigo duro sardo, tendremos la garantía de comer una pizza deliciosa.
En Terralba dos restaurantes nos servirán para chuparnos los dedos y sentirnos comensales de lujo, el Asino Bianco y el restaurante Via Cavour con un nivel gastronómico digno de mención.
Dónde dormir
Un lugar muy recomendable para dormir es el hotel de 4 estrellas con vistas al mar Horse Country Resort & Spa. Su ubicación junto al mar y envuelto de un frondoso pinar, ofrece acceso directo a la playa, además de la posibilidad de llevar a cabo paseos a caballo en su centro ecuestre, spa con centro de bienestar.
Cómo llegar al Terralbese Linas
Se puede llegar fácilmente a Terralbese Linas desde los principales aeropuertos y puertos de Cerdeña, desde Olbia, Alghero, pero la forma más rápida es desde el aeropuerto de Cagliari, que está a poco más de una hora en coche.
Y si estiras las vacaciones en Cerdeña puedes descubrir rincones como el cercano Sulcis, la Reserva Natural de Asinara, llevar a cabo una cata de productos sardos, una excursión en barco para conocer una de las playas más bonitas del mundo llamada Cala Goloritze-, o escalar montañas para descubrir rincones arqueológicos como el yacimiento de Tíscali.
Agradecimientos
La lista de menciones es infinita en este viaje por las poblaciones del Terralbese Linas. Pero es menester citar a Ivan, Michele y Luca del equipo de Spazio IT, cuya coordinación del itinerario ha sido sublime. También le dedicamos un destacado lugar a Manuela Fa, nuestra cicerone en esta ruta. Pero además nos llevamos un recuerdo imborrable de todas las personas, organizaciones, guías, responsables de museos, bodegas, alojamientos y restaurantes, que nos han dedicado su tiempo en cada una de las poblaciones, porque su pasión e implicación en la preservación del entorno es encomiable. ¡Gracias a todos! Disfrutad del gran tesoro que tenéis.
