Paseo por la ría de Bilbao. Olabeaga y Zorrozaurre, memoria industrial

“Bilbao mira a su ría como si fuera su arteria aorta”. Son palabras de Pío Baroja, que nos recuerda la importancia de la ría en las vidas de los bilbaínos a lo largo de la historia. Nosotros también la miramos e imaginamos cómo la ciudad nació a sus orillas, cómo se desarrolló en su cauce el comercio y las gabarras comenzaron a surcar la Ría del Nervión.

Es así como se llama la querida ría de los habitantes de Bilbao, también conocida como Ría Ibaizabal, desembocadura del río Nervión y de su afluente, el Ibaizabal. Zigzaguea a lo largo de 14 kilómetros desde el barrio de La Peña hasta la Bahía del Arbra, dividiendo a la ciudad en dos zonas comunicadas por trece puentes.

Una vía por la que se transportaba mineral de las minas bilbaínas, mercancías y buques construidos en los astilleros en plena efervescencia de la industria en el Bilbao de mediados del siglo XX. ¡Qué actividad portuaria e industrial se concentraba en barrios como Zorrozaurre y Olabeaga, que se desarrollaron a orillas de la ría. 

Poco queda de aquellas periferias en las que se instalaron las vías de ferrocarril de la margen izquierda y los Astilleros Esukalduna, aquel entorno urbano, zona residual del Ensanche, directamente ligado a la industria. 

Hoy son espacios posindustriales en plena transformación. Forman parte del ‘Nuevo Bilbao’ que nació cuando se desmanteló la industria; y donde había astilleros y muelles portuarios, ahora hay museos y centros de espectáculos. La construcción del Museo Guggenheim y, más tarde, del Palacio Euskalduna, propiciaron la metamorfosis del paisaje urbano de la ciudad, cambiando para siempre la imagen del Bilbao en blanco y negro.

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Pero en esta ocasión no vamos a pasear a orillas de la ría donde se asienta el bello Guggenheim, de todos conocido. Hoy os proponemos un paseo por la margen izquierda, a aquellos barrios fluviales que tuvieron una marcada identidad portuaria en el pasado y que, actualmente, están en plena remodelación. Ellos también contribuirán al cambio de visión que se tiene de Bilbao en el mundo.

Caminamos por el paseo del barrio de Olabeaga que termina en Zorroza, ejemplo de mutación del espacio postindustrial. A lo largo de la ruta, contemplamos la nueva isla de Bilbao: Zorrozaurre, que ofrece un paisaje de decadencia industrial. Asistimos a su metamorfosis: en poco tiempo pasará a ser uno de los sitios más cotizados del ‘Nuevo Bilbao’.

En este paseo donde sale a flote una parte de la memoria industrial, portugaria y marítima de Bilbao.

Un paseo por Olabeaga y Zorrotzaure. Viaje histórico al Bilbao industrial

Olabeaga, la “Noruega” bilbaina

Hace frío en el barrio de Olabeaga – a diferencia de otras zonas del Botxo* -, uno de los barrios más pequeños de Bilbao, situado en un espacio muy estrecho a la sombra de la colina de San Mamés. Apenas le llega el sol en invierno, lo que le valió el sobrenombre de “Noruega” a mitad del siglo XX. Aunque se dice que también se debe a que hasta allí llegaban barcos de bacalao procedentes del país escandinavo, pues el calado no permitía ir más allá. El bar “Noruega”, una taberna tradicional, “de las de siempre”, fue hasta hace poco testigo de aquella historia.

Ecos del pasado que llegan a nosotros en forma de pequeños detalles que, si no se conoce la historia de estos barrios de Bilbao, del pasado comercial e industrial de la ciudad, pasan inadvertidos. 

Los habitantes de Olabeaga ya no tienen la tez pálida por la falta de luz solar. Hoy se confunden con corredores y ciclistas que llegan al barrio para hacer deporte junto a la Ría por el recién estrenado paseo ribereño con baldosa tipo Bilbao y aglomerado rojo para el carril bici. Está conectado con el barrio de Zorroza, situado a sólo 1 kilómetro y medio. Nos confundimos con los paseantes que, como nosotros, caminan en busca de tranquilidad, y se sientan a reposar contemplando la belleza de una ría que refleja en sus aguas su historia.

Las gentes que vivían en este barrio fluvial eran artesanos de obras navales, sirgueras – las mujeres que descargaban los barcos y arrastraban a la sirga las gabarras – y trabajadores de las fábricas. Los marinos de las tripulaciones de los buques que desembarcaban en el muelle de Olabeaga se fundían con ellos.

Hoy los foráneos son paseantes que se entremezclan con los 1200 habitantes de este pequeño barrio limitado a nivel de la ría por el muelle de Alfonso Churruca que converge en el muelle de Olabeaga; y en cotas superiores por dos líneas de ferrocarril y las vías de circulación. Permanece su iglesia y sus calles estrechas y sombrías, viejos edificios herederos del pasado y grandes bloques de viviendas del Desarrollismo que, quizás no puedan competir con los edificios burgueses del Bilbao del Casco Viejo y del Ensanche. Sin embargo, algo tiene el barrio de Olabeaga…cierto aire pintoresco que viene del peso de su historia.

Es inevitable mirar hacia la ría de Bilbao a lo largo de todo el paseo de Olabeaga a Zorroza, surcada hoy por algunas embarcaciones turísticas y traineras. En frente, la llamada isla de Bilbao, donde se asienta la antigua península de Zorrozaurre, que fue una de las zonas industriales más importantes del siglo XX. La relación entre ambos barrios fue siempre más estrecha que la que existe entre Olabeaga y sus vecinos barrios de Basurto o San Mamés. Se trataba de una relación funcional, hoy simbólica.

Zorrozaurre, de península a la isla de Bilbao

Desde la margen izquierda de la ría de Bilbao contemplamos pues curiosos un espacio que se metarfoseó en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. El aumento de la actividad portuaria a mediados del siglo XX tuvo como consecuencia la industrialización del barrio y la construcción del Canal de Deusto. Así fue como se creó la península artificial de Zorrozaurre, que se prolongó hacia el norte a lo largo de dos kilómetros, entre los barrios de Deusto y San Inazio. 

Actualmente, presenciamos su última transfiguración. Convertir la península de Zorrozaurre en la isla de Bilbao en pleno siglo XXI será la culminación del proyecto de regeneración de las dos orillas de la ría que comenzó con la construcción del Museo Guggenheim, el Palacio Euskalduna o la Torre Iberdrola,…transformando el espacio industrial en cultural.

Serán los terrenos más cotizados de Bilbao, donde tendrán la sede importantes empresas y bancos como la BBK, y habrá una zona residencial: edificios modernos que convivirán con edificios históricos. Nos imaginamos un futuro próximo donde la isla de Bilbao esté ligada con el Gran Bilbao por medio numerosos puentes sobre la ría, donde habrá embarcaderos, pantalanes y paseos de madera. Una isla super conectada hasta donde llegará el tranvía.

Ruta arqueológica industrial. La memoria histórica

Pero lo que vemos hoy desde el antiguo muelle de Olabeaga es una zona que atestigua el declive industrial iniciado en Bilbao en los años 80 del siglo XX, un barrio habitado todavía por 500 personas que están presenciando la actual impresionante mutación.

Para acercarnos más a la antigua península de Zorrozaurre atravesamos a la margen derecha de la ría de Bilbao por el Puente Frank Gehry – llamado así en homenaje al arquitecto canadiense que diseñó el Museo Guggenheim -, uno de los primeros puentes que conectarán la isla con tierra firme. 

Una vez allí, se observa el caos de grúas, obras empezadas, edificios antiguos semi-derruidos, antiguas fábricas que nos recuerdan que aquí se concentró la industria que enriqueció a Bilbao. Pero que también contaminó la ría y contribuyó a la idea de ciudad sucia y gris que todavía permanece en el imaginario de sus habitantes y de los foráneos. 

Esta incursión en la isla de Zorrozaurre se convierte en una auténtica ruta arqueológica por un paisaje de decadencia industrial. Sin embargo, en medio de la decrepitud se alzan edificios que conservan la belleza de la arquitectura de otra época: el estilo regionalista neovasco – chalets de familias capitalistas – que conviven con edificios funcionalistas, casas burguesas de pisos. Grandes empresas como Artiach que instalaron factorías en Zorrozaurre: es el caso de la factoría ‘Duquesa María’, un edificio de arquitectura neoclásica. 

O la empresa química ‘Coromina Industrial’, un edificio neotradicoinal o neovasco de Coromina Industrial (1923); o Metaldura Mefesa y Cromodura, edificios industriales quese asociaron al movimiento moderno de mitad del siglo XX. Otros desaparecieron y ya no permanecerán en la memoria del “Bilbao Nuevo”, como el edificio de ‘Toldos Goyaga’, que fabricaba lonas y velas para los grandes astilleros. 

En Zorrozaurre también resisten restos de pequeños talleres y negocios que sustentaron en el pasado industrias de baja intensidad. Y casas humildes a orillas de la Ría que fueron asentamientos portuarios hace 200 o 300 años. Vemos igualmente embarcaderos desde donde salían barcas para pasar de una orilla a otra.

Si regresamos al muelle de Olabeaga, constatamos que los edificios no son tan antiguos: junto a los bloques de edificios obreros quedan viejas construcciones situadas a la entrada del barrio  que funcionaron antaño como oficinas, vestuarios y carpinterías de los Astilleros Euskalduna. Es el caso del edificio donde se encuentra el ‘Restaurante náutico Astillero Euskalduna’, recuperado tras su abandono con el cierre de los astilleros y las inundaciones de Bilbao. Sigue habiendo un buen número de tabernas, como en las que en el siglo pasado paraban los marineros y trabajadores, como es el caso del simbólico Bar Noruega.

La memoria industrial se puede leer todavía en nombres de calles, en topónimos como la Calle Dique – situada junto a los diques de la Compañía Euskalduna – en referencia a un dique seco de 1868. O la Vía Urgozo – paralela a las vías del tren – que recuerda el antiguo depósito que suministraba agua dulce a los barcos – el de la Compañía de remolcadores Ibaizabal, que se puede ver en el paseo -.

Por otra parte, en recuerdo de la concentración de actividades navales y marítimas de ambos barrios, está el antiguo mobiliario portuario y de anclaje marítimo: balizas fluviales, torretas de navegación, bolardos, noráis, farolas,…hitos que simbolizan el pasado que, al igual que los edificios antiguos, confieren a este espacio, a este paseo a orillas de la ría de Bilbao un sentido histórico.

Si bien el gran símbolo de este pasado industrial es la bella Grúa Carola, que luce su vestido rojo frente al Museo Marítimo de Bilbao, al lado del Palacio Euskalduna, que fue sede de los astilleros del mismo nombre – en activo hasta su cierre en 1987 -. Justo antes del inicio del paseo por el barrio de Olabeaga, se encuentra esta grúa imponente, colocada en la cabecera de la Grada Nº1 para mover el casco de los barcos y maquinaria elaborada en los talleres. Su nombre rememora a una joven que cruzaba a diario la ría de Bilbao en bote para ir a trabajar, atravesando las instalaciones de los astilleros Euskalduna. A su paso, los obreros hacían sonar las sirenas.

Lo que antes eran grúas, esqueletos de buques, humos,…hoy son cadenas y barcos recuperados, como la famosa gabarra ‘Athletic’, que forma parte de la colección del Museo Marítimo, una embarcación que transportaba hierro y hoy simboliza los triunfos del equipo de fútbol de la ciudad.

Siempre es un placer redescubrir el Museo Marítimo de Bilbao, una institución que homenajea el pasado marinero e industrial de la ciudad, donde se exponen piezas del antiguo astillero y buques construidos en Euskalduna. Su original forma emula a un buque, y el suelo del interior con aspecto granular, la forma de espina de pescado. Es uno de los lugares favoritos de muchos bilbaínos y turistas que, tras la visita y descubrimiento de la historia, pasean por los muelles, por la ruta de Olabeaga a Zorroza o disfrutan en el restaurante con terraza de las vistas de la ría en la que se refleja el pasado.

Del Bilbao industrial al ‘Nuevo Bilbao’

La rehabilitación de estos barrios postindustriales a orillas de la ría de Bilbao forma parte del proyecto del ‘Nuevo Bilbao’. Atrás queda el Bilbao que basó su boyante economía en una industria metalúrgica que creció junto a la ría gracias a la bonanza de la industria minera del siglo XIX en los barrios de Miribilla y La Arboleda.

Hoy corren por su cauce aguas filtradas y limpias y sus orillas se han renovado. A Olabeaga llegan paseantes y deportistas a diario, reposan en sus bancos y merenderos y los niños se divierten en los juegos infantiles con motivos marinos. En la isla de Zorrozaurre vemos ahora lo que no veremos en unos años. Es ahora un terreno provisional que se está allanando para alzar edificios de lujo, un polideportivo y alguna facultad. Manteniendo, eso sí, un buen número de edificios emblemáticos de la historia de ese Bilbao industrial, del Bilbao gris casi olvidado. 

Cómo llegar al barrio de Olabeaga

El barrio de Olabeaga está asentado en el distrito 13 de Bilbao: Basurto Olabeaga. Se puede llegar hasta allí en metro (parada de San Mamés, salida Sabino Arana) o en autobus (Bilbobus 56, 62, A3) o en tranvía (parada en el Palacio Euskalduna). El paseo de Olabeaga comienza después del Museo Marítimo. Aunque, lo ideal es moverse a pie.

Cómo llegar al barrio de Zorrozaurre

Para llegar al barrio de Zorrozaurre hay que atravesar el Puente Gehry hasta la margen derecha de la ría del Nervión. Una vez en el nuevo paseo fluvial, atravesar por el que es de momento el único puente que une Bilbao con la isla.

Paseo Olabeaga – Zorroza

Distancia: 1,5 km. Carril bici y pasarela peatonal sobre la catenaria del tren que desemboca en la Avenida Montevideo de Zorroza. La vuelta puede hacerse por las vías de circulación que hay en las cotas superiores, con vistas también a la ría.

*”Bocho” (o “Bochito”, más cariñoso) es el apelativo popular para la villa de Bilbao. La explicación es que Bilbao se encuentra situada entre montañas, y el término significa “hoyo hecho en el suelo, cavidad, agujero”.