El turismo es un fenómeno curioso, a veces nacido de la monumentalidad de los edificios, o de la gastronomía, del pasado rescatado en forma de yacimientos, y otras veces creado ex-profeso a partir de iniciativas ciudadanas que pretenden sacar de la oscuridad sus propias ciudades. Es el caso de Xanenetla, barrio de Puebla, la preciosa ciudad colonial de México.
El nombre de Xanenetla -se pronuncia «shanenetla«- proviene de un tipo de piedra que compone las faldas del cerro, conocida como «Xalnene«. Se trata de una piedra es origen volcánico, empleada para la construcción y mezclada con barro para fabricar ladrillos.
Históricamente Xanenetla es un barrio humilde habitado desde 1551 por alfareros y ladrilleros, esos mismos que se encargaron de construir las casas coloniales del centro de Puebla.
Durante muchos siglos fue un arrabal del centro de Puebla, en el que se trasladó el cementerio que funcionó como tal, especialmente para enterrar a los muertos por la epidemias, hasta 1886. De hecho son muchas las leyendas transmitidas oralmente sobre el misterio de personajes fantasmagóricos.
Se cuenta que durante la Intervención Francesa fueron muchos los habitantes que tomaron partida en la Batalla del 5 de Mayo. Pero durante varias décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado Xanenetla vivió tiempos complicados, con la marginación y la inseguridad como fama difícil de despojarse.
Cansados de la fama de inseguridad de su barrio, en 2009, y hasta 2012, se remangaron para crear un colectivo de vecinos que han conseguido atraer a muralistas y graffiteros llegados desde otras partes de México e incluso el extranjero. Y detrás de ellos han venido los viajeros y curiosos que ya se animan a cruzar el bulevar 5 Mayo, sobre la 4 Norte con dirección a Los Fuertes y dedicar un rato a pasear por Xanenetla.
Xanenetla se ha convertido en un «pueblo mural» vivo, no solo por los colores que decoran sus paredes, si no por la implicación de los vecinos que lo habitan. Tan próximo del Zócalo, la catedral y el mercado del Parían, que podemos llegar andando hasta la ladera de los Fuertes de Loreto y Guadalupe donde se asienta.
Dicha asociación, llamada Colectivo Tomate ha conseguido incluso instituir un Festival, el Ciudad Mural, que sirve para restaurar o sustituir los murales. Su peculiar nombre aludiendo al fruto lo explican ellos mismos:
«El tomate está por todas partes.
Su semilla germina en cualquier tierra.
Su cosecha se expande y trasciende.
Así buscamos que sea nuestro trabajo.»
El proyecto Puebla Ciudad Mural no es su único compromiso con la sociedad y los más desfavorecidos, ya que están involucrados en la defensa de la labor de los médicos, como con «Homenaje a los hombres de blanco» escenificado con murales en los que aparece personal sanitario cuya labor antes, durante y después de la pandemia ha sido vital; o promoviendo la convivencia, el respeto y el diálogo como las únicas banderas posibles.
Ruta de los murales
Más de setenta murales decoran las paredes de las casas, motivo de orgullo para sus dueños. un buen punto de partida puede ser la plazuela de Texcoco, pero en realidad lo mejor es dejarse llevar por las sensaciones visuales que desprenden los motivos de los murales.
Los motivos y temática tratan sobre diferentes aspectos de la vida y el día a día de sus habitantes, con el lema «Quienes fuimos. Quienes somos. Quienes queremos ser», y decorando casas, muros y callejones empedrados de Xanenetla.
Los murales se mimetizan con el barrio y la gente, y los mismos habitantes de Xanenetla componen el lienzo de los murales, ya sea como voluntarios en las jornadas para pintarlos, «embajadores» cuando los viajeros preguntan qué representan cada uno de ellos, o como simples ciudadanos que han comprendido el valor del proyecto mural.
Caminando entre murales podemos disfrutar también de algunos edificios y espacios del barrio como la plazuela Texcoco, la Casa del Fresno, la iglesia de Santa Inés, la Casa de Niños Hogar Franciscano, el Arco de San José y Loreto, el Instituto de Artes Visuales del Estado, el Antiguo puente de Xanenetla, la Ladrillera de la Granja, La Rinconada; el Callejón de “Sal si puedes”, o la Calle de los canteros.
Fernando
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Hermosa crónica viajera y hermoso proyecto comunitario. Tuve la suerte de conocer el bello barrio de Xanenetla en Puebla hace ya algunos años. Gracias
El Giróscopo Viajero
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Gracias Fernando. Tienes razón, el barrio de Xanenetla tiene mucho encanto y merece añadirlo a los lugares para ver en Puebla.
Saludos y de nuevo gracias por leernos!