Entre la cosas que más nos sorprendieron de las Islas Canarias se encuentran su gastronomía y la naturaleza fulgurante y salvaje. Sólo la amabilidad de la gente que puebla estas islas europeas de África merece mayor reverencia. Cordialidad y “savoir vivre” que dicen en francés. En Canarias parecen comprender que la prisa no sirve para nada, porque ya sabemos lo que hay al final de la vida, el vacío. Por eso, quizá, en está tierra volcánica la gente, los que nacieron y los que llegaron después, saben apreciar los placeres de la vida, degustándolos lentamente.
Y para disfrutar de la vida y de la gente, necesitamos un poco de alimento, bebida, buena compañía y mejor conversación. Puede que por ello, los vinos de las Canarias se encuentren entre los mejores de España, pero también entre los más desconocidos. Intentaremos en este artículo explicar este despiste imperdonable.
El vino en Tenerife, calidad, tecnología, sabor y cantidad… pequeña.
Dejamos claro que sólo pudimos conocer y degustar una pequeña cantidad de las bodegas de la isla de Tenerife, ¡sólo de ésta! No obstante, el hecho de que todas fueran buenas y diferentes ya nos indica que el nivel es muy alto. Antes del viaje sabíamos que los vinos blancos eran de calidad, pero desconocíamos por completo los tintos y rosados. ¡Qué descubrimiento!
El último adjetivo del subtítulo explica el porqué del desconocimiento del vino canario en la España peninsular y en el resto del mundo, aunque esto no es del todo cierto. En todo caso, es un hecho que el vino de Canarias no llega habitualmente al resto de España. Las causas son variadas. La primera es que la producción es relativamente escasa y difícilmente puede crecer. La producción suele ser de unos 20 millones de litros de los que se embotellan sólo 8 millones, cuando en La Rioja produce unos 200 millones y La Mancha 2500 millones!! La superficie de cultivo es mucho más pequeña, y muy limitada por la orografía. El territorio insular es limitado y el relieve dificulta la utilización de maquinaria pesada. Las parcelas son pequeñas y fragmentadas, por lo que las bodegas son pequeñas en comparación, otra vez, con las del resto de España, de Francia, Italia, Portugal, EE.UU o Australia. Además en las Canarias existen 10 denominaciones de origen, en Tenerife donde se concentra el grueso de la producción, existen 5 denominaciones (Orotava, Tacoronte-Acentejo, Valle del Guïmar, Ycoden-Daute-Isora y Abona). Todo ello hace que, aunque la producción pueda crecer algo en los años más propensos, el techo de producción esté siempre muy cerca. Este primer límite podría ser un gran hándicap para el vino en Canarias.
El segundo elemento se encuentra en el régimen fiscal especial de Canarias. Si bien, -cosa que a menudo se olvida en las islas-, el IVA es mucho más bajo que en el resto de España (7% del IGIC frente al 21%) cuando se trata de vender productos al resto del país, los trámites aduaneros y fiscales son mayores que para exportar el mismo producto al extranjero y la diferencia de IVA se debe compensar. Esto hace que el transporte y la venta de pequeñas cantidades de vino sea poco viable. La competencia y el gusto ortodoxo del consumidor español para el que a menudo sólo existen Rioja, Ribera del Duero y blancos gallegos hace que sea complicado entrar en un mercado saturado de vino.
La gran inversión y el aumento de la producción en las regiones vitivinícolas de la Rioja y Ribera, junto a las mejoras técnicas que han elevado (pero también homogeneizado) la calidad y los sabores de los vinos, han hecho caer el precio, sobre todo si lo comparamos con otros países como Francia. La bajada del precio coincide con una bajada del consumo en España y con el aumento de la competencia internacional. Hoy, junto a los vinos franceses o italianos, encontramos vinos de calidad en los Estados Unidos, América del sur, Grecia, Portugal, Turquía y Australia. El mercado, pues, se encuentra inundado de vino y los mercados de crecimiento asiáticos suelen decantarse por vinos con status como los franceses o italianos. Desgraciadamente, a pesar de la calidad del vino español, éste no posee ese aura de glamour que sí tiene el de Francia, por ejemplo.
La crisis económica que comenzó en 2006 en EE.UU y se expandió por Europa en 2008 ha acentuado los problemas, haciendo caer más los precios por la abundancia de los stocks y reduciendo sobre todo los ingresos de los consumidores potenciales.
Una última causa sería el cambio de los gustos y de la manera de beber. Ante la cerveza y otras bebidas, el vino no sabe venderse entre las nuevas generaciones en España y los consumidores habituales tienen la suficiente oferta para privilegiar el precio. Así, los vinos canarios siguen siendo desconocidos por el público y sólo unos pocos pueden llegar a saborearlos.
Haciendo del problema una ventaja.
Y sin embargo, hay un último factor que parece contradecir todos los anteriores, ¡todo el vino canario se vende! La producción anual no es suficiente para abastecer el mercado local que importa más de dos tercios de todo el vino consumido en las Islas, unos 50 millones de litros. A pesar de que muchas veces en las Canarias no se valora suficientemente el vino de la región, todo se vende, todo se bebe. Este hecho es una ventaja y una salvaguarda para los productores pero nos impide, en la península, degustar esos magníficos vinos que únicamente se pueden beber en el archipiélago. Quizá los pícaros canarios nos obligan a visitarles para beber esos vinos tan desconocidos y tan buenos.
El vino canario es muy bueno.
El viaje a las Canarias merece la pena ya sólo para probar y descubrir los vinos. Como dijimos, estuvimos únicamente en Tenerife, no queremos pensar lo que se oculta en la Palma, en Gran Canaria, en el Hierro, Lanzarote y la Gomera. A Fuerteventura iremos aunque no haya vino, no se preocupen.
Sólo pudimos visitar seis bodegas y nos fuimos con pena, por no poder degustarlas como se debía. Pero quizá por eso, porque mantuvimos la cabeza firme y no nos dejamos llevar por los efluvios de Baco, pudimos juzgar y aprender mucho. Si algo tenemos que decir de las bodegas es que trabajan duro y trabajan bien. La orientación puede ser diferente, yendo desde las más tradicionales a las más innovadoras, pero todas poseen los conocimientos enológicos e infraestructura tecnológica de punta. Es increíble ver como explotaciones tan pequeñas son capaces de conseguir vinos tan diversos y de tan alta calidad.
Viñas legendarias, tierra volcánica, clima único y trabajo duro.
El vino canario posee unas condiciones únicas y una historia que acompaña al sabor de sus barricas. El viñedo canario es el único del mundo, junto al de Madeira y al de Chile donde el conjunto de las viñas no sufrió el ataque de la filoxera (aunque existen pequeñas zonas residuales en otros lugares, que no fueron afectadas por la plaga por sus especiales condiciones orográficas o climáticas).
Este parásito de la vid arrasó el viñedo europeo a partir de 1863 y provocó que los cepages europeos desapareciesen y que el sector del vino entrase en crisis hasta su recuperación gracias a injertos en viñas provenientes de América y resistentes a este insecto. Hoy las islas Canarias (y Madeira) mantienen cepas sin injertos que han desaparecido en todo el mundo. El viñedo canario por ser prefiloxérico posee una tipicidad única, pero muy variada ya que los cepages europeos implantados han evolucionado con el tiempo.
Además, este sustrato genético se complementa con una tierra de origen volcánico que aporta su propio carácter y con un clima sumamente variado, sobre todo en las islas montañosas como Tenerife.
Esos tres elementos son la base del vino de Tenerife y de las Canarias, pero no servirían de nada sin la inversión en capacitación y tecnología que hace de estas “pequeñas” bodegas centros tecnológicos.
Una ventaja más del vino canario es la apuesta por la reducción del uso de productos químicos no aceptados en la agricultura BIO, y el intento de producir vino ecológico en la medida de lo posible. Una senda que tiene sus riesgos, -pérdida de producción- pero que es un atractivo comercial que añade calidad al producto y valor al vino. Además de proteger nuestra salud, reducir costes y garantizar la sostenibilidad ecológica del territorio.
Por último, los problemas que citábamos al comienzo, -la reducida extensión de las fincas o la imposibilidad de introducir sistemas de vendimia mecanizados-, hacen que la mayor parte de los trabajos en el terreno se hagan a mano. La vendimia a mano permite, por ejemplo, la selección de la uva en la vid y antes del prensado. Todo este trabajo que muchas veces no aparece ni en la etiqueta ni en el precio, marca muchas diferencias en sabores, aromas y calidades.
Gracias a los sistemas de fermentación en frío (que reducen la pérdida de los aromas), a los análisis constantes y al seguimiento diario, antes y después de la recogida de la uva, el vino producido en Tenerife sorprende y enamora. Colores novedosos y variados que alegran al ojo que no puede beber. Aromas complejos, reconocibles fácilmente por paladares no demasiado sutiles como el del que escribe. Y sabores deliciosos, que recuerdan a frutas y que son lo ácidos que tienen que ser.
Los blancos nos encantan casi siempre, así que sólo podemos decir que son generosamente variados y difícilmente jerarquizables. Todos son magníficos. Los tintos, gracias a ese trabajo complejo llegan a parecerse a los mejores reservas de la península pero con frescura y sabor. Y los rosados que habitualmente no nos agradan, esta vez nos deslumbraron, sin más, sin poder definirlos con palabras. Caímos en la trampa, volveremos a Tenerife, a las Canarias, para volver a beberlos, todos.
Canary Wine. Vino de las Islas Canarias.
Canary wine fue el nombre que recibieron los vinos canarios entre los siglos XVI y XVIII. Durante esa época el vino será uno de los principales productos de exportación de las islas, siendo reputado en el resto de los territorios de la corona de España, así como en Gran Bretaña o los recién independizados Estados Unidos de América. En el siglo XIX el sector vinícola entra en decadencia por la competencia de otras zonas, agravada por las numerosas plagas, como las de mildiu.
Como hemos visto, los problemas y ventajas del vino canario hoy son otros. El proyecto Canary Wine intenta recuperar la marca histórica y apuesta por la unificación de las pequeñas denominaciones de origen en una marca común que facilite la visibilidad tanto en el mercado español como en los extranjeros. Las ventajas son evidentes, ya que las bodegas más grandes podrían aumentar su producción con uvas de otras zonas de las islas. Esto tendría que compaginarse con el mantenimiento de las diferencias entre los vinos, protegiendo una variedad que en nuestra opinión es la ventaja más grande del vino canario, sobre todo del tinerfeño. Al mismo tiempo, y dado que existe espacio para todos los productores, mantener, cuidar y defender las bodegas más pequeñas y familiares, debe ser un complemento de esa unión de esfuerzos. La economía de escala tienen ventajas muy importantes, unificación de gestión, campañas promocionales comunes, etc… pero debe permitir también que las pequeñas bodegas tengan acceso a la uva suficiente para mantener su producción.
Conclusión.
Antes de comentar una por una las bodegas que visitamos, queremos concluir diciendo que los problemas del vino canario no son en absoluto problemas, deben ser ventajas a destacar y a explotar. La limitada cosecha se compensa con el hecho de que el vino se vende. El sentido común indica que hoy el crecimiento exponencial no es beneficioso para nadie, ni para el productor ni el consumidor o el producto.
Los vinos canarios son ya magníficos, su calidad será el mejor aliado, una ventaja que ya les ha otorgado numerosos premios cuando han salido de las islas y que les está haciendo ganar prestigio en los EE.UU y Canadá, el que no tienen en España y Europa. Los vinos son ya buenos gracias al trabajo y al esfuerzo de pequeños productores que continuaron negocios familiares, o a quienes llegados más tarde se embarcaron con ideas nuevas e innovación en este viaje del vino. El futuro como siempre estará, -el futuro sostenible y deseable-, en una combinación entre tradición y modernidad, entre ideas extravagantemente nuevas y cuidado constante, entre el mimo del tiempo que destila la uva y la velocidad de las redes sociales.
Una de las ventajas que posee el viñedo canario es que hay espacio para todos los productores. La cooperación y la diferenciación de estrategias entre los productores permite hacer al vino canario más heterogéneo, más lleno de aristas y variables, lo que al final lo hace verdaderamente único e interesante. Las bodegas que buscan los mercados extranjeros son compatibles con las familiares que atraen a los clientes hacia los viñedos más ocultos, con autenticidad y familiaridad. En el futuro próximo, será también vital acercar, gracias a la iniciativa privada, a las nuevas generaciones de amantes del vino. Animarlas a conocer el vino con actividades paralelas, con conferencias y pruebas deportivas, con catas originales y espectáculo. Igual nos encanta la labor pública de ayuntamientos como el de Tegueste o del Cabildo de la isla que apoyan con técnicos y seguimiento agronómico a los productores más pequeños. La suma positiva es siempre infinitamente mejor que la suma cero o la suma negativa, recordémoslo.
Lista de Bodegas visitadas en Tenerife, para conocerlas y degustarlas todas, el orden es puramente alfabético ya que en calidad son todas excelentes:
Bodegas Lagar de Chasna. (D.O Abona).
Situado al sur de Vilaflor, esta bodega familiar situada en las faldas meridionales del Teide se encuentra rodeada por sus viñedos. Una pequeña producción de una de las zonas vinícolas más altas de toda España, con viñedos a más de 1200 metros de altura.
Lagar de Chasna se esfuerza en producir de una forma casi totalmente ecológica, intenta innovar en sabores y popularizar el consumo responsable del vino. Lo hace con vinos blancos y tintos llenos de sabor pero ligeros y atractivos, tanto para los conocedores como para los que que se inician en el mundo del vino. Entre los más recientes e interesantes, que lo son todos, recomendamos la serie de 1242, por la cota a la que se sitúan parte de los viñedos. También malvasías licorosos que se producen con mimo en esta bodega que apuesta por popularizar el vino canario. Su posición estratégica hace que muchos turistas, nacionales y extranjeros puedan visitarla y realizar catas en su coqueta bodega.
Ideas modernas, gestión eficiente y racional, un ejemplo de profesionalidad y de buenas maneras que se refleja en la calidad de todos sus vinos. Gracias a Ernesto y a todo su equipo por la cata que nos permitió conocer la amplia gama de vinos y licores de la marca. Gracias por los quesos, dulces y frutos secos que pudimos descubrir con ellos y gracias sobre todo a la conversación, larga, interesante y animada que compartimos con ellos.
Más información de la Bodega Lagar de Chasna.
Bodegas La Isleta. (D.O Tacoronte Acentejo).
No se puede destacar el cariño ni el amor de los productores de vino de Tenerife, no se puede hacer porque es un característica común a todos. Pero si cabe, en bodegas La Isleta nos sentimos como en familia. Primero la visita de las viñas, en Tegueste, donde pudimos ver todas las variedades de vid que cultivan en pequeñas parcelas cuidadas con mimo exquisito: desde la Negramoll, el Listán, Baboso Negro, Castellana Negra, Malvasía, Listán Blanca, Moscatel, Verdello hasta la Málaga o Malvasía volcánica.
Después una cata maravillosa con sus blancos suaves y deliciosos, un rasgo común a todos los néctares de las islas. Pero después llego la sorpresa con tintos que nos dejaron con la boca y los ojos abiertos de par en par.
Destacamos un tinto barrica de la variedad baboso negro, que fue uno de los tintos que más nos han gustado en muchos años. Un vino al que los reservas de otras zonas no tiene nada que envidiar y eso sabiendo que se trata de un vino joven. Esta bodega aún no ha recibido todos los premios que merece.
Pero después pasamos más de tres horas conversando sobre una y mil cosas con la familia González-Coderch en una tarde inolvidable para nosotros. Eso ya mereció la pena de todo el viaje. Muchas gracias a los señores Adolfo González, Mercedes Coderch y Carlos González por su acogida y compañía. Nos veremos pronto, eso seguro.
Más información de la Bodega La Isleta.
Bodegas Marba. (D.O Tacoronte Acentejo.)
También en Tegueste pero situada en una zona más alta, de nuevo una bodega familiar, pequeña en volumen y numero de trabajadores, inmensa en trabajo, calidad y profesionalidad. El señor Domingo Martín Cruz y su hijo coleccionan los premios y no es por azar.
Sus blancos son frescos y sabrosos, llenos de notas diversas que es necesario probar para explicar. Personalmente, uno de los blancos me supo a plátano, algo que puede sonar heterodoxo, -o debido a una inmersión subliminal de la agricultura canaria- pero que me encantó, muchísimo, pero muchísimo.
El rosado, que habitualmente no aprecio, fue de lo mejor, exquisito ya que no tengo palabras ni conocimientos para definirlo en afinidades enológicas que después nada quieren decir. ¡Pruébenlo por favor!.
Y después los tintos, y gracias a la amabilidad del Ayuntamiento de Tegueste que organizó la visita, pudimos probar el vino Capricho, una añada única que no se ha podido repetir y que dejó huella en nosotros. Visiten una bodega ejemplar donde el resultado se vincula al esfuerzo y el trabajo.
Más información de las Bodegas Marba.
Bodegas Monje. (D.O Tacoronte Acentejo.)
Luis Monge destaca por su ingenio, su voluntad de trabajo y la capacidad para modernizar y crear nuevos proyectos en todo lo relacionado con el vino. Retomando la bodega familiar, ha conseguido que en El Sauzal se hagan muchísimas cosas y, a veces, se produzca vino, como el mismo dice. Una bodega excepcional, arquitectónicamente muy interesante ya que está anclada en la tierra volcánica.
La bodega Monje es además un polo cultural, ya que celebran exposiciones de arte, conferencias, eventos deportivos y, lo más innovador: las noches Wine & Sex. Este concepto inventado por Bodegas Monge ofrece espectáculos que mezclan el cabaret burlesque con la cata de sus magníficos vinos. La idea se exporta tanto como su vino en un ejemplo de branding exitoso, siendo hoy una referencia en el mundo de la innovación enológica.
Este evento que se celebra cuatro veces por año es quizá el más conocido, pero hay que hablar del trail (carrera pedestre de montaña) que se celebra entre la viñas y que acaba en una degustación para los corredores de running. Y junto a ello también las exposiciones de artistas o las conferencias de diversas temáticas, completan un panorama cultural muy destacable.
El único problema es, que todo esto oculta un poco al excelente restaurante que ofrece las delicias canarias y a sus vinos, que compiten en variedad y calidad. Visiten las Bodegas Monje, por cualquiera de los atractivos que tiene, y eso que no hemos hablado del entorno, pues está vez son las faldas norteñas del Teide las que acogen a estas viñas… como siempre en Canarias, podríamos hablar durante horas de cada una de las bodegas, atractivos no les faltan, visítenlas y no arrepentirán. Seguro.
Más información de la Bodega Monje.
Más información sobre los eventos Wine and Sex.
Bodega familiar de Don Pedro.
El señor Pedro, antiguo maestro de Tegueste, es un ejemplo de las bodegas tradicionales que existen en Tenerife. Una bodega familiar que se puede visitar. Ideal para comprobar como se produce hoy de forma tradicional, pero con los avances de nuestro tiempo, un vino que no se embotella, pero que de hacerlo competiría con los de las bodegas antes mencionadas. Vinos frescos y sabrosos al mismo tiempo, tintos y blancos, todos suculentos y delicados.
La conversación del Señor Pedro y la bodega misma, repleta de memoria, historia y de útiles de antaño completa una experiencia que recordamos con mucho agrado. Para más información contactar con la oficina de Turismo de Tegueste.
Más información sobre las bodegas de Tegueste.
Bodegas Viñátigo. (D.O Ycoden-Daute-Isora)
La cantidad de actividades nos impidió visitar con más holgura otra de las excelentes bodegas de Tenerife. Situada en la zona norte de la isla, la bodega de Juan Jesús Méndez es otro ejemplo de innovación, inversión y buen trabajo.
Una bodega incrustada en las laderas de La Guancha, que ha sido pionera en la arquitectura sostenible sin menoscabo a una utilidad y gusto innegable. Pudimos conversar – en Canarias no hacerlo es delito -, con la encargada de marketing Paula García y con el encargado de la bodega, que nos mostraron su amor por el vino y como del esfuerzo y el trabajo nacen caldos exquisitos.
Más información de las Bódegas Viñatigo.
Hemos repetido la palabra numerosas veces pero es que no se nos ocurre otra. Vengan a probar los diversos vinos canarios y nos darán la razón. Amabilidad a raudales que acompañan vinos muy trabajados, muy sinceros y llenos de sabor.
Esperamos que este artículo sirva para popularizarlos a todos. Y esperamos que el ejemplo de trabajo y buenas maneras que vimos en Tenerife sirva de ejemplo para muchas otras empresas y sectores. Que en el mundo de la empresa y, esperamos también, en la res publica, en el Estado y todo lo que es común, comprendamos que el único futuro es la suma positiva. Un proyecto en el que todos cabemos, en el que todos debemos trabajar, producir, consumir y disfrutar de derechos y obligaciones. Que el ejemplo del vino sirva para brindar por un futuro común donde nadie sobra (indicativo voluntario).
Gracias a todos por compartir con nosotros este viaje.
PD: por problemas de tiempo no pudimos visitar todas las bodegas que queríamos, por ejemplo Bodegas El Lomo en Tegueste. No se preocupen, volveremos…
Para más información escríbannos.
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