Después de cuatro días inolvidables en la bella Ciudad de Oporto (Porto, en portugués), el viaje llegaba a su fin, pero no podíamos pasar la oportunidad, por supuesto, de probar los famosos vinos de Oporto y nosotros siempre sabemos reservar lo mejor para el final, ésta vez de la mano de la cordial invitación de las Bodegas Sandeman, renombradas y bien conocidas a nivel mundial por sus inigualables productos de suma calidad.
La Bodega de Sandeman se encuentra del lado de Vila Nova da Gaia, cruzando el Ponte é Luiz I, que une a éste ayuntamiento con el de Oporto y desde donde podemos disfrutar de esplendorosas vistas del Río Duero. Aprovechamos nuestros andares hasta allí para hacer nuestras últimas tomas fotográficas y contemplar la belleza de tal paisaje que invita siempre a volver.
Esas calmas aguas reflejando la vistosidad de las coloridas casas apostadas a la orilla del río, como fieles espectadores de los transeúntes que se regocijan dando un tranquilo paseo por la ribera o colmando las barrigas de manjares portugueses en las terrazas que se hallan estratégicamente bien ubicadas para gozar de semejante postal. Una imagen que sin duda, se queda grabada en la memoria con la promesa de alimentarla cada vez que se pueda y regresar, y enamorarse una y mil veces de Oporto.
Una vez nos llenamos los ojos de Porto y su inigualable encanto, y tras varias paradas queriendo apurar hasta el último minuto contemplando ese paisaje, logramos llegar, ¡por fin!, al otro lado del puente… Sin antes, ¡claro! captar algunas curiosidades, como un inmenso mural en uno de los edificios desde donde inicia el puente, estando del lado de Oporto, y es que si algo pudimos apreciar, es que es una ciudad donde el arte está plasmado en cada espacio, en los ventanales de los restaurantes, en los buzones, en puertas y ventanas, en edificios que parecieran abandonados, pero que alguien tuve el gesto de acariciarlos con vida y colores, y ¡hasta en las piedras!… ¡Magnífico Oporto artístico!
Habíamos decidido ir hasta allí, andando por el “segundo piso” de éste, mismo por donde transita también el metro, por lo que nos hallábamos pues, en la parte más alta de Vila Nova Da Gaia, por tanto decidimos perdernos un poco entre el ambiente local y descubrir la zona por la parte menos turística, ¡cómo nos gusta a nosotros! desde donde peculiarmente, gozamos de las mejores vistas.
Porto relucía majestuoso al otro lado del río, el teleférico hacía su recorrido tranquilo y parecía rozar las letras de SANDEMAN al pasar a su vera, por lo que detectamos de inmediato cuál era nuestro destino y ya saboreábamos ese vino que iba a llenar nuestros paladares de placer.
Aprovechamos que habíamos arribado con antelación para admirar el otro lado de la moneda, Vila Nova da Gaia, dimos un breve recorrido, por éste lado de la ribera, para descubrir la fila de banderas de todas las bodegas de vino de Oporto, que se suceden una a otra y se yerguen a lo largo del paseo, hasta que nuestros ojos se detuvieron en la que nos competía, ahí estaba la nuestra, «SANDEMAN» reluciente y como compañero de postal, el Ponte é Luiz I detrás haciendo plausible la estampa.
Nuestro recorrido comienza con el simpático personaje de El Don de Sandeman (una chica que portaba el atuendo gallarda, pero a la vez graciosamente), quien viste de esa manera: la capa, por ser la utilizada por los estudiantes de la Universidad de Oporto y el sombrero en honor a Jeréz.
Lo que hace la visita un tanto más interesante al descubrir el trasfondo de dicha vestimenta en el logo de la Bodega. Nos cuentan que tal silueta es obra de George Massiot Brown, diseñada en 1928, siendo una de las primeras marcas registradas de la época y acerca del fundador George Sandeman hacia el siglo XVIII, un hombre visionario que supo hallar un nicho de oportunidad en el negocio del vino y logró posicionarse dentro del ámbito, en poco tiempo.
Y, si bien es cierto, como les contábamos, ya nos habíamos familiarizado con la imagen de El Don de Sandeman, ya que se puede descubrir por varios recovecos de la arquitectura de Oporto, más de un muro porta la figura del caballero misterioso que parece observarte desde algún rincón, expectante y a quien sólo se le puede intuir la sombra, generando un extraño efecto magnético que invita a degustar un buen oporto, ya sea para abrir el apetito o para conseguir una buena digestión, gracias a la copa que sostiene en su mano derecha y la que parece ofrecerte con diligencia para unirte al animado grito de ¡Salud!
¡Y sí qué acecha en todas las esquinas! Pudimos constatarlo aún más, al adentrarnos a las bodegas y verlo resguardando con esmero las barricas donde reposan las maravillosas notas sinfónicas del vino de Oporto, esperando con esmero ser las ideales para tocar una obra orquestal majestuosa en boca.
Y, por otro lado, ¡cómo no serlo! con el cuidado que dedica Sandeman en crear las condiciones idóneas para conseguir eso. Vigilan con atención el microclima óptimo del espacio donde se hallan almacenados los vinos, para lograr el envejecimiento justo y adecuado. Nada más entrar, se pueden apreciar las barricas de roble y cubas de diferentes tamaños y formas, cada uno con un tipo de vino distinto, según las condiciones necesarias e ideales para que cada cual pueda dar lo mejor de sí. Esto tarda un mínimo de tres años de envejecimiento para lograr un buen vino de calidad.
Existen distintos tipos de oporto, así como de maduración y reposo. El oporto es un vino que se produce a partir de uvas blancas y tintas, al cual se le corta el proceso de fermentación, ocasionando un vino con mucho cuerpo y azúcar residual, con un máximo de 20 grados alcohólicos. Suelen ser perfectos como aperitivo, digestivo y acompañamiento de postres.
El Porto es un vino elaborado exclusivamente en la región del Douro, ubicada al norte de Portugal a unos 100 km de la ciudad de Porto. Donde, desde 1756 ha sido un referente a nivel mundial, gracias a las condiciones idóneas que posee, debido a su posición geográfica apta para crear las condiciones justas de microclimas mediterráneos, lo que provee de varietales que logran vinos excelsos, intensos y de inmejorable calidad.
Sus espectaculares terrazas con suelo de piedras de “esquisto”, favorecen el cultivo de las viñas con la conservación de la calidez del sol y emanación del mismo por la noche.
Existen más de 100 varietales, pero sólo se utilizan algunas de ellas recomendadas para la elaboración del porto. La más conocida es la tinta “Touriga Nacional”.
El “oporto branco” por ejemplo, se elabora a partir de uvas blancas y envejece en grandes cubas para conservar su frescor y sus vibrantes notas cítricas.
Los Ruby, sin embargo, se hacen con uvas tintas, envejeciendo en grandes cubas, lo que retrasa el proceso de oxidación y envejecimiento, conservando así las características del vino que presenta sabores a frutos rojos y chocolate. Lo que lo hace ideal para servir con hielo o cóctel y como maridaje perfecto de postres elaborados con chocolate y quesos.
Los vinos tawny, con uvas tintas también, se resguardan en barriles más pequeños para que el proceso de oxidación se acelere al tener contacto cercano con el aire a través de la madera. Estos vinos a causa de ello, son de una coloración más suave (ambar) y marcadas notas a frutos secos y especias. La mejor forma de servirlos y disfrutarlos en todo su esplendor, es frescos y con entremeses, fruta fresca o postres.
Los hay también estilo “vintage”, son vinos procedentes de una cosecha especial y única, la que se da en años donde se presentan condiciones excepcionales. Una de ellas es la que se suscitó en el 2011, donde Sandeman y el resto de Bodegas de Vila Nova Da Gaia tuvieron ésta fortuna y peculiaridad. Lo que es un hecho es que habrá que esperar al menos 12 años para poder degustarlo, ya que es el tiempo mínimo de envejecimiento, el cual se lleva a cabo directamente en botella a diferencia de los otros tipos de vinos de Porto, que además de madurarse en barricas o cubas, una vez se embotellan, están listos para consumo. ¡Ni modo! ¡Habrá que volver hasta 2023 para probarlo!
El “vintage”, es un vino que al paso del tiempo desarrolla sedimentos naturales, por lo que es necesario ser decantado. En Sandeman tienen un apartado especial, que se halla bien guardado bajo llave, de vinos que llevan en reposo hasta 50 años.
Lo que debe ser, un regocijo para paladares exigente y conocedores y porqué no, también para los más aficionados y que valoran una buena copa de vino de Porto, como nosotros, que después de tan interesante visita, aplicaremos lo aprendido para paladear y estimar ingentemente la cata de vino de Oporto que nos espera en mesa al término de la visita. ¡No podemos esperar más!
Un par de sendas copas con vino de porto Ruby y vino de porto “branco”, se hayan delante de nosotros y saboreamos de a pequeños sorbos, encontrando notas que hacen un festival sensorial en nuestras bocas. El color comienza a subir por las mejillas, el dulzos delicado se apodera de nuestras pápilas. Es sin duda un placer de dioses, que esperemos tengan oportunidad de revivir, in situ en otra escapada a la inolvidable Oporto.
Nos despedimos de Sandeman con las mejillas rosáceas y con un excelente gusto en los labios, besos de Oporto bien gastados en las copas. Gracias por la invitación al Depto. De Marketing de Sandeman, especialmente a Inês Vaz del Press Officer de Sogrape Vinhos.
Un imperdible sin duda si estás en Porto, ir a Vila Nova Da Gaia y aprender más sobre la cultura del vino de Porto. Que cabe destacar, en Sandeman, su producción no se circunscribe a los vinos de Oporto, sino que también tienen otros productos en su gama, como son: Vinos de Jeréz, Madeira, brandy y vinagre de Jeréz.
Mapa de la ubicación de las Bodegas de vino Sandeman En Oporto
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