Viajar es conocer, y ese conocimiento desborda el mismo viaje. En nuestros viajes el aprendizaje es multidireccional y por eso acudimos con sumo placer a presentaciones como la que hemos vivido en el Educational Trip en Cerdeña, para conocer el banco inteligente Olea de Tecnotel.
El proyecto de Tecnotel nace de la necesidad de llenar un hueco, de la visión a la hora de encontrar un espacio no solo físico, si no conceptual en el diseño urbano, con guiños a la arquitectura.
En la era del despegue de la sostenibilidad, proyectos como el de Tecnotel se agradecen, más si cabe cuando nacen de auténticos oasis tecnológicos y empresariales, en los que a falta de incentivos institucionales, la decisión de dar el primer paso viene dada por el empeño de gente valiente.
El Banco inteligente Olea sigue el concepto de Ágora, y por ello la modulabilidad de su «lego» constructivo permite adaptarse para dibujar su silueta, y de cerrar el espacio a modo de lugar de encuentro, como en el antiguo espacio griego.
Hay otros homenajes arquitectónicos menos distinguibles pero que son una loa a Cerdeña, como las formas encogidas pero envolventes de la estructura que recuerdan a los enebros, tenaces en su resistencia a los vientos de Cerdeña, y que hunden sus raíces con fuerza en la tierra. En el caso de Olea sin embargo, el banco no necesita anclajes, lo que permite su colocación, traslado y convivencia con el entorno sin alterarlo.
La sostenibilidad viene dada por el uso de material estructurales sólidos, resistentes y duraderos, reciclables como el acero o el cemento usado, o biodegradables como la madera. Además el uso de energía solar para alimentar los paneles fotovoltaicos
Las ciudades se hacen inteligentes cuando la sociedad que los habita lo es, y estas smart cities viven de ideas novedosas. El banco inteligente es una invitación al mundo Social, a reunir a la gente bajo un mismo techo. En el se puede cargar el teléfono u otros dispositivos con usb, conectarnos a WIFI gratis, proporcionar luz a través de sus LED, o utilizar una aplicación para acceder a información de interés general sobre el entorno que visitamos.
Para los que duden de la resistencia a la intemperie hay que decir que esta concebido para que la exposición al fuerte sol, ya sea el de Dubai; la lluvia de la Irlanda o Escocia más lluviosa, o el viento de Tramuntana o de Trafalgar; no dañen ni muevan un ápice la estructura.
Sobre su uso y colocación se puede esperar mucho, ya que la independencia energética lo convierte en una opción perfecta para playas, pero también para las urbes más modernas, y espacios sostenibles que juegan con la arquitectura para las ciudades inteligentes del futuro.
La flexibilidad y capacidad para mejorar las nuevas versiones del banco, con sistemas acústicos que proporcionan música, geolocalización o incluso videovigilancia, hacen que Olea sea un camaleón con múltiples fines.
«El futuro es hoy» y el banco inteligente Olea ya está aquí gracias a un equipo de arquitectos, ingenieros y sobre todo a la tenaz labor de Marcella Onida y Giovanni Murgia.