La navaja suiza es una de las protagonistas en este país de lagos, montañas y ciudades con historia. Quién no ha oído hablar alguna vez de las navajas suizas, prácticas, funcionales, que nacieron para que el ejército suizo tuviera una herramienta de uso múltiple en caso de necesidad, ¡y qué útiles resultaron ser!
En nuestro viaje de prensa por Suiza nos tenían reservada una sorpresa que no esperábamos, que nos hizo sonreír y pasar un momento de lo más divertido. Sabíamos que probaríamos el famoso chocolate suizo o el queso suizo, la fondieu, la raclette. Pero no contábamos con las navajas suizas, y con ellas nos topamos en la ciudad de Ginebra, donde tiene su sede una de las empresas fundadoras de las navajas suizas: Victorinox.
Visitamos la ciudad de Ginebra durante dos intensos días, recorrimos el casco antiguo, subimos a lo alto de la catedral para contemplar las vistas panorámicas de una de las ciudades más importantes de Suiza; nos embarcamos en un crucero por el lago Lemán un día lluvioso gracias a lo cual el famoso jet d’eau nos mostró los colores del arco iris; y descubrimos una Ginebra moderna, en ebullición en el Quartier des Bains, un antiguo barrio popular e industrial en plena reconversión, donde ahora se concentran museos y galerías de arte, como el MAMCO (Museo de Arte Moderno y Contemporáneo). Y también probamos los chocolates suizos en pequeñas empresas artesanales, la fondieu de queso Gruyère y Vacherin acompañada de vino suizo del cantón, degustamos algunos de los productos locales en los Grandes Almacenes Manor, y gastronomía suiza en modernos restaurantes del Quartier des Bains.
Pero, además de esta completa visita por Ginebra, nuestras guías Lucie y Julie nos condujeron a una de las empresas fundadoras de las navajas suizas: Victorinox para que pudiésemos ¡fabricar nuestra propia navaja suiza!
Breve historia de las navajas suizas. Victorinox y Wenger
Todo comenzó en un pueblo de Suiza: Ibach-Schwyz, cuando Karl Elsener abre un taller de cuchillería en 1884, para crear más tarde, en 1891, la Asociación de Maestros Suizos Fabricantes de Cuchillería, gracias a lo cual comienza a suministrar al ejército suizo de las llamadas “navajas del soldado” sin saber que estaba creando una herramienta revolucionaria. La “navaja del soldado” tenía mango de madera e incorporaba una cuchilla, un destornillador para el fusil, un abrelatas y un sacabocados o alicate. Más tarde, agregó otra cuchilla y un sacacorchos gracias a un resorte especial.
Otro de los fabricantes era Wenger, que se había hecho con la segunda industria cuchillera de Suiza, instalada en el Jura. Ambas empresas se dividieron el mercado, aunque en 2005, Victorinox acabó adquiriendo Wenger.
La revolución continuó en 1921, con la invención del acero inoxidable, material con el que se fabricarían las navajas Victorinox a partir de ese momento. La marca procede de la combinación del nombre de su madre, Victoria, y de “inox”. Tiene un diseño reconocible con el emblema de la cruz blanca y el escudo sobre fondo granate, además del sello de Victorinox en la hoja de la navaja.
Una década después, Elsener introduce la automatización, con la instalación de la primera planta templadora eléctrica del mundo, lo que dará calidad extrema y uniformidad a las navajas. Tras la Segunda Guerra Mundial empezó a ser conocida en el mundo, los soldados de EEUU se las llevaban de souvenirs. El negocio se fue ampliando con el tiempo, internacionalizándose e ingresando en otros mercados: los relojes, el equipaje,…
Actualmente, las navajas Victorinox siguen siendo la herramienta ideal del ejército suizo. Son multifuncionales, resistentes y de calidad.
Montando una navaja suiza en Ginebra
Victorinox no es solamente una empresa de navajas suizas, como acabamos de decir también ofrece otros productos, como cuchillería, ropa, equipaje, relojes, perfumes,…y por lo que vimos, el colmo de la sofisticación. Lo cierto es que todas las tiendas y boutiques por las que pasamos en Ginebra eran de lo más sofisticadas, incluidas por supuesto, las lujosas tiendas de los famosos relojes suizos.
Abajo en la parte dedicada a las navajas pudimos contemplar diseños de navajas suizas de todos los tipos, desde las más tradicionales a algunas de lo más originales inspirándose en cápsulas de café, por ejemplo. Y algunas hasta tienen USB.
El encargado de la tienda nos esperaba delante de un pequeño taller de navajas suizas con una pequeña lámpara, y todas las piezas preparadas para poder empezar el proceso de montaje de la navaja. Primero nos explicó un poco la historia de Victorinox, y nos sorprendió cuando nos dijo que el proceso de fabricación es supervisado por unas 100 personas que controlan la calidad de las navajas.
Poco después nos condujo al taller de montaje. Me tocó a mí en suerte poder montar una navaja suiza. Emocionada, me puse manos a la obra, mirando el esquema de ensamblaje escrito en un papel y atendiendo a las explicaciones del encargado, que me dejaba hacer, pero también me daba muchas pistas. Me concentré lo más que pude, quería que saliera todo perfecto en el país de la precisión.
Hay que ir ensamblándolas con cuidado y atención: el destornillador, el cuchillo, las pinzas, las tijeras,…, y poco a poco vas viendo cómo la navaja va tomando forma. Al final, se cubren las partes ensambladas con una cubierta con la marca.
Tras la tensión de esos minutos que pasaron sin que me enterase, tanta era la concentración, llegó el momento de la satisfacción por el trabajo hecho: montar una navaja suiza, nada menos. Ahora ya tengo por fin mi navaja suiza que llevaré a mis excursiones por el monte o en mis viajes en coche, seguro que me será muy útil.
Todavía tenía la sonrisa más tarde cuando subí a la catedral de Ginebra y posé con mi navaja suiza grabada con mi nombre y la fecha de este fantástico e inolvidable viaje por Suiza.
Agradecimientos
Gracias a la Oficina de Turismo de Suiza en España, por ofrecernos la oportunidad de visitar este país lleno de sorpresas. Gracias especialmente a Elena Affeltranger Media Manager en Suiza Turismo, que organizó un viaje de ensueño para El Giróscopo Viajero.
Gracias a Lucie Gerber y Julie Cuenod de Geneva Tourism que nos acompañaron por la ciuad de Ginebra durante dos días, con las que aprendimos mucho sobre Ginebra y Suiza y pasamos muy buenos momentos.
FRANCISCO JAVIER SUAREZ SANCHEZ
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Magnífico. Bien organizado y muy completo. Comparto el uso de mi navaja que cuelga en mi llavero. Felicidades y gracias por el relato. Saludos
El Giróscopo Viajero
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Muchas gracias Francisco Javier. Disfruté mucho tanto montando la navaja suiza como escribiendo este relato. Y sigo contenta con mi navaja suiza que es super útil. Un cordial saludo.
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