Joan Bennàssar, el artista que amaba el Mediterráneo

Hace un año conocíamos a Joan Bennàssar junto a una de las torres de enfilación que orgullosamente definen la costa de Can Picafort, en el nordeste de la isla de Mallorca.

En esa ocasión el artista, uno de los máximos exponentes del arte contemporáneo, nos explicaba a periodistas y jueces del CICA, Concurso Internacional de Cervezas, lo que le había llevado a crear algunas de las esculturas que teníamos frente a nosotros, el proyecto de arte a cielo abierto La nueva Ítaca del Mediterráneo.

Esculturas de Joan Bennàssar en Can Picafort
Esculturas de Joan Bennàssar en Can Picafort

La cena con él fue tan amena que nos emplazamos a regresar al año siguiente y conocer su taller, deseo cumplido gracias a la disposición de Joan, y a la facilidad para cumplir deseos de nuestra ya amiga Lorena Vaca, genio que no necesita de lámparas, y cuya profesionalidad en la gestión de eventos es imposible de medir ni comparar.

De modo que, un año después ¡Henos aquí de nuevo en Can Picafort!  Tomamos rumbo hacia Pollensa, donde se encuentra la casa y taller de Joan Bennàssar, deseosos por traspasar el umbral que no todos los artistas permiten cruzar.

Nos recibe hospitalario. Y nos consta que siempre tiene la atención exquisita por bandera. En el jardín muchas de sus esculturas nos escudriñan. Perecen faunos tímidos que se creen invisibles tras la vegetación, y que lejos de asustarse nos dejan aproximarnos y palparlos. Son personajes de esa Ítaca particular creada por Bennàssar, donde es difícil distinguir si fueron creados para el deleite del autor, o se han parido porque son el reflejo de la necesidad que tiene por conocerse a sí mismo. «Excitándome con nuevos proyectos o ideas me muestro más creativo», nos cuenta mientras vamos preparando la entrevista.

Esculturas en la casa taller de Joan Bennàssar
Esculturas en la casa taller de Joan Bennàssar

Vista desde el cielo, la casa taller de Joan Bennàssar podría parecer un Mediterráneo de tonos verdes, mecido por el viento como las olas del mar, y en el que sus obras habitan las costas e islas como pueblos tan iguales como diferentes.

Su patria es su gente, su morada, su familia, sus obras, sus recuerdos.  Bennàssar es un artista transversal, fiel reflejo de su persona y su forma de concebir el arte y la humanidad.

Joan Bennàssar conserva en sus ojos vivaces y su movimiento eléctrico una energía con una estela que intentamos seguir por su casa y taller. Parece un niño que no quiere dejar de jugar, descubrir y aprender; incapaz de, como dice el refranero, «crear fama y echarse a dormir». Lo suyo es crear, interpretar, prestarse, dialogar, y así desde la comprensión e interpelación con el medio, dar motivos al pincel y el cincel para ofrecerse como lenguajes de comunicación.

Joan Bennàssar firmando sus libros
Joan Bennàssar firmando sus libros

ENTREVISTA

– Bennàssar, su apellido procede del nombre personal árabe Ben Nasr, “hijo de Naser”, nombre derivado de árabe –nars-, “victoria”. Fueron los moriscos mallorquines quienes lo trajeron a la isla de Mallorca, que, como Sicilia, son hijas de la misma madre, el Mare Nostrum.

Joan Bennàssar: Mallorca en los últimos siglos tiene una marcada raíz catalana. Cuando Jaume I – según dicen después de una cena de jóvenes pasados de vino-, animó a los nobles a ocupar las islas para acabar con las rapiñas que los árabes hacían de los barcos de la corona de Aragón en su comercio por el Mediterráneo, comenzó una relación cultural y lingüística indisoluble. Pero no olvidemos que Mallorca antes de ello formaba parte de Al Andalus, y por los testimonios poéticos era un pequeño paraíso.

Curiosamente, en el libro En El último Azul de Carmen Riera aparece un niño llamado Bennàsser de ascendencia mora-judía que es el primero en lanzar piedras a los judios conversos apresados por la inquisición.

A mi me pasa que cuando viajo a México, a Estados Unidos muchos conocidos me toman por judío. En Mallorca encontramos muchos topónimos que nos recuerdan ese pasado vinculado a los musulmanes.

– Reproducir su Ítaca particular en sus obras ¿es un ejercicio de nostalgia o una oda al recuerdo de la herencia clásica de las civilizaciones mediterráneas?

Joan Bennàssar: Ítaca es una oda al hombre responsable de sus actos. Ítaca es un viaje que todo humano debe realizar para conocerse, no solo en bondad, sino en sabiduría. Tenemos la suerte de haber nacido, es muy fácil crear vida animal, somos fruto del deseo, pero el sentimiento de responsabilidad es lo que nos hace humanos. Somos particulares y sólo el respeto hacia uno mismo y el trato con el otro puede llevarnos a una convivencia igualitaria.

La vida primero es un reto propio y luego encontramos su sentido en el progreso común. Ítaca es el recuerdo del hogar, de un mar y de una manera de sentir y pensar. Yo creo mucho en Europa y el sentido global de la vida, si me preguntan de dónde provengo , yo siento que pertenezco al Mediterráneo, entendido como una persona con cultura de isla y de mar, en el sentido de saber navegar, de cambio, de viento, de jugar, de reordenar la ruta, pero cosmopolita de alguna manera porque me siento producto de la mixtura.

El primer cosmopolitismo que hubo fue el Mediterráneo, los romanos continuaron la cultura de los griegos, el islam y Bizancio. Con un pensamiento de sumar y no solo riqueza porque Mallorca era una sociedad de supervivientes, que aprovechaban lo que llegaba del mar y lo poco que daba la tierra. Mi Ítaca es por tanto responsabilidad individual, futuro colectivo y mente abierta ante la diversidad humana que existe.

– Pero entonces ¿hay mucho de nostalgia en tu Ítaca?  Lo digo a tenor de que la figura del sabio está desapareciendo en una sociedad de mayor aprecio por los estético, lo frugal y lo novedoso.

Joan Bennàssar: Cierto, la sabiduría produce un cierto rechazo social. Indudablemente y de forma reiterada la historia ha renegado de lo presente. La juventud tiene derecho a cometer sus propios errores. Hay que entenderlo, todos hemos sido jóvenes. Pero ahora bien, la búsqueda de lo que llamaríamos ¨Buen Gobierno¨ debería ser objeto de una lucha más activa por nuestra parte.

Es muy fácil controlar a las masas. Antes era la voz del capitán pero la voz tiene su límite, y las redes hoy diluyen los límites. no están delimitados y ante una situación como esa, una sociedad poco formada y con planes de estudio no muy exigentes. En ocasiones se fuerza a estudiar para no crear más parados, y con calificaciones hechas para estudiantes que no quieren estudiar, bajas el nivel de todo el conjunto.

Estamos creando una nueva pirámide en el control del mundo, veremos en qué punto queda la distribución de la riqueza o el pensamiento en la sociedad. El más fuerte es el que tiene más medios, ya sean técnicos o en valores intangibles que le dan velocidad a la inteligencia si acceden a mejor educación, etc… pero ante eso, sin la ética para gestionarlos, corremos un serio peligro. Si incentivamos la infantilización de la sociedad o fomentamos la crítica destructiva al disidente, estaremos empobreciendo la sociedad.

Por otro lado tampoco deberíamos perder demasiado tiempo con el pasado, porque el pasado lo reescribe cada uno en función de sus intereses. Es una versión de la realidad. Y la actualidad que vemos y vivimos la interpreta cada uno como quiere. Creo que mi generación se salió del embrollo que era el franquismo. Hemos acotado el fascismo y el comunismo y España se puso a otro nivel si atendemos a las relaciones internacionales y a la calidad de nuestra democracia.

El "ecosistema" siempre vivo en el que Joan Bennasar crea.
El «ecosistema» siempre vivo en el que Joan Bennasar crea.

– Pero esa objetividad y ese consenso se han puesto en tela de juicio, incluyendo aspectos que contaban con un amplio pacto social ¿no?

Joan Bennàssar: El mundo en este momento está viviendo una época complicada, vivimos en un filo y podemos caer a un lado o al otro lado con idéntica facilidad. El entendimiento y la nobleza que eran sinónimos de un futuro global pierde el horizonte humano, y la guerra vuelve a ser próxima y real. Por eso mi «canto» del libro La nueva Ítaca del Mediterráneo me pareció oportuno hacerlo ahora.

Libro Nueva Ítaca del Mediterráneo de Joan Bennassar
Libro Nueva Ítaca del Mediterráneo de Joan Bennàssar

Para mí tanto el poema de Ítaca, como la Ilíada o la Odisea, nos conducen a concebir el viaje como método de aprendizaje, a ser extranjero en todos los lugares sin serlo en ninguno. A ansiar las ganas de saber y conocimiento, a penetrar en definitiva en las contradicciones humanas que encarna la misma figura de Ulises. Todo este juego de azares y fortuna es muy bueno para crecer, y sin embargo actualmente este pensamiento complejo se está viviendo de otra manera, son momentos de líderes populistas, y por ello era el momento de construir y soñar con esta nueva Ítaca.

Es un proyecto que para mí es paradigmático y está expuesto al aire libre en un pequeño paraíso. Es algo que había pensado pero no había soñado. Mirando hacia atrás ,-han sido seis años para concluirlo- pienso que ha sido fácil porque he conseguido poner de acuerdo a mucha gente, que han visto mi implicación y entendido el mensaje . Siento el calor del mensaje en la gente , va irradiando de forma continua.

– De hecho las esculturas de tu Ítaca han sido como una ola que en vez de morir en la orilla sigue generando una onda que puede llegar a cualquier lugar del Mediterráneo con el que por paisaje y cultura se pueda sentir identificado.

Joan Bennàssar: Sí, de hecho, aunque la obra esté montada, la Ítaca del Mediterráneo tiene un recorrido que pretende ser redundante y abierto a la participación e interpretación de la gente que observa y convive con las esculturas, especialmente de las nuevas generaciones, que deben analizar y detectar los peligros que hoy existen en la sociedad.

Yo he mezclado de alguna manera el proyecto de Ítaca con el de Raons Humanes , las muestras de estos últimos tiempos, porque los problemas del futuro que ya es presente son la inteligencia artificial, la globalización y el cambio climático. Bajo mi punto de vista Ítaca abre otro frente a combatir: las actitudes fundamentalista del Bien y el Mal, en la que ser disidente desde el pensamiento se concibe como un sacrilegio.

La verdad está en muchos lugares. Si algo deberíamos haber aprendido de la historia y antiguas religiones es que las verdades totémicas son un cuento.

Taller de Joan Bennassar
Taller de Joan Bennassar

– Y sin embargo son el pan de cada día….

Joan Bennàssar: Sí porque es fácil creer sin dudar. En el mundo rural. se decía algo que a menudo repetía mi madre. Haz tu las partes que yo elijo, es el sentido igualitario del payés, del vivir con los pies anclados a la tierra.

– Parece que ni las administraciones mismas están por la labor de mirarse al espejo y reconocer que somos lo que somos gracias a la base fe la Antigua Grecia, Cartago, Roma, los bereberes, los egipcios…. ¿Por qué esa persecución y manía por borrar los pasos que vamos dando?

Joan Bennàssar: Está sobradamente probado que Mallorca y las Baleares eran lugar de control, comercio y avituallamiento. En las islas hemos tenido todas las invasiones foráneas de las culturas mediterráneas, pero es que además hemos sido receptores de emigrantes que durante la Primera y Segunda Guerra Mundial huían de la barbarie, y después las económicas y festivas, que son las actuales para cubrir las vacantes laborales necesarias y satisfacer la demanda turística de franceses, alemanes o ingleses. Y ahora mismo con la llegada de capital e inversionistas , la última muy cerca de mi pueblo en Formentor de manos de gente como Bill Gates o la cadena de hoteles y resorts de Four Seasions.

Cuadro de Joan Bennàssar
Cuadro de Joan Bennàssar

Creo que lo que distingue a los mallorquines es ese sentir fenicio y ser fruto de una superposición de civilizaciones amontonadas unas encima de las otras que aprendieron a convivir. Y esa manera de convivir fue el comercio. Resumiendo en saber lo que puedes ganar o perder en el intercambio, a veces jugar al perder para ganar. Siento la personalidad del balear más sólida de lo que a primera vista podría aparentar . Cuando se vive cerca del mar aprendes que los buenos navegantes saben esperar y aguardar los vientos favorables y que las rutas son variables si uno quiere amarrar en el puerto deseado.

Los mallorquines aunque a veces renegamos de nuestra isla nos sentimos orgullosos de ella. Los visitantes añaden un plus de universalidad y trabajo, en algunos aspectos los vecinos siempre son un estorbó, provengan de donde provengan. Hemos aprendido a negociar como una sociedad muy abierta, la diferencia es que ahora en vez de salir a pescar fuera de Mallorca se viene a pescar a casa y esto da algunas ventajas. Y hay mucho pescado y mucho tiburón.

La isla marca el límite y la muralla, y este factor puede tener sus connotaciones negativas si no eres capaz de visualizar horizontes novedosos pero al mismo tiempo te protege y da seguridad cuando sabes definir tus objetivos.

– Esa es la base de la tradición y forma de ser mallorquina ¿no? acorde a ese disposición de las poblaciones tierra adentro, como una trinchera que protege de las razzias. Y que en definitiva se percibe cuando se llega de fuera.

Joan Bennàssar: Yo creo que esa base se percibe y que el bienestar económico de los últimos años ha ocasionado que haya figuras particulares muy exitosas, como deportistas de diferentes vertientes como el tenis, el ciclismo el motociclismo. El bienestar ha traído juntó a la ambición, seguridad. La economía y la cultura están muy ligadas. Cualquier civilización y sociedad cuando ha sabido aunar poder, dinero e inteligencia ha conseguido conjugar los proyectos más carismáticos . Y es algo que creo que está pasando en Mallorca. Hay un florecimiento cultural y galerías de arte en los barrios de Palma, y de oferta de élite.

Desde el momento que se puso de moda tomar el sol y hay más tiempo para el ocio, hay más espacio para el gasto, por ende son elementos importantes para la cultura y la economía.

– ¿Ha viajado mucho por el Mediterráneo? Sicilia, Cerdeña, Malta, algunas islas griegas?

Joan Bennàssar: En Malta, casi toda Italia, el sur de Francia, Sicilia, la costa de Turquía, Chipre, … en ocasiones en barco y en otras disfrutando de ciudades como Estambul que me maravillaron. Pero me siento un mediterráneo cultural, amo su arte y su filosofía .

Yo me reconozco cómo parte de esa historia del Mediterráneo en la que tenemos un pasado común, el pirata otomano Dragut es figura central de las fiestas de mi pueblo, famosos son los ataques en los pueblos de la costa de la isla, secuestraban a las mujeres para negociar su rescate, y se refugiaban en la isla de Sa Dragonera.

Me sentí parte del Mediterráneo en el año 1970 en Londres el día del Boxing Day visitando una exposición de restos arqueológicos de Pompeya. Yo no había visto ninguna muestra de estas magnitudes y si algo marca hoy mis esculturas y mi manera de trabajar lo humano fue a partir de la visión de estos cuerpos atrapados por los lavas del volcán.

Charlando con joan Bennassar en su casa taller
Charlando con joan Bennassar en su casa taller

– Uno de los aspectos que caracteriza tu trabajo es el segundo uso de materiales desechados.

Joan Bennàssar: Ahora que se habla de economía circular yo hago esculturas sin tirar nada y con utensilios muy poco costosos. En su día jugué a hacer bronces, pero me parece que es un material de ricos porque su fabricación es de por sí muy costosa. En cambio jugar con tierras naturales, y las maneras del hacer primitivo le da otro sentido, respira otra humanidad, más arraigada en lo natural. Y en Ítaca, el uso de estos materiales sencillos y «pobres» ha sido vehicular, demostrando al mismo tiempo un acierto por la durabilidad que ofrecen expuestos a la intemperie, porque no sobran ni estorban en el entorno y ligadas al hoy son en parte del ayer.

– La sostenibilidad en el arte es algo a reclamar y poner en valor ¿no?

Joan Bennàssar: Ser respetuoso y jugar con materiales que son reciclables es importante. En mi día a día es algo normal, por ejemplo de las carretillas que se me estropean yo las reciclo para hacer caras de figuras. Lo mismo con las tejas rotas o trozos cerámicos que las acoplo con imaginación a mis obras.

– En realidad no es nada nuevo. Gaudí, Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner, Bassegoada o Gallissà acudían a la fábrica de Pujol i Bausis de Esplugues de Llobregat para hacerse con trozos de cerámica rota que aprovechaban en sus trabajos.

Joan Bennàssar: Exacto. Yo hago lo mismo. Si algún día hacen una radiografía a mis esculturas encontrarán restos de cosas que he reaprovechado, con restos de cemento, con macetas y platos de barro.

– Usted esculpe, pinta, dibuja y escribe. Pura herencia humanista. Leyendo sobre su recorrido vital y artístico, parece que la leche materna que le ha amamantado ha sido las continuas ganas de probar, aprender, viajar, experimentar…

Joan Bennàssar: Yo creo que la vida tiene sentido si sabemos que hacer con ella. Somos humanos cuándo buscamos darle un sentido y mi generación pertenece a un gran momento de la historia, que por fortuna ha sido creativa frente a otros de derrumbe. Somos producto de la posguerra, dos Guerras Mundiales y una guerra fratricida en España. Y la segunda mitad del siglo XX ha sido el momento más esplendoroso de Europa en el que pueblos han podido reconciliarse y reconocerse.

En este contexto yo he podido ser libre, he tenido suerte y he podido llegar a ser lo que soñé de niño. Además me he podido ganar la vida en momentos difíciles y viviendo con pocos jefes, lo que te proporciona mucha libertad. Adoro el oficio de pintor- escultor, trabajar y pensar con las manos y aunque me gusta mucho viajar y leer me cuesta restarle tiempo. Necesito meter mano a mi trabajo, no me gusta ordenar, me gusta estar presente. No pongo un reloj para controlar el horario , yo digo que trabajo las 24 horas, fundamentalmente de 9 de la mañana a 9 de la noche.

– Remite mucho a la Ítaca de los mitos y héroes griegos y romanos. Sin embargo los protagonistas de sus obras parecen más hombres y mujeres comunes, con sus miedos, tristezas y alegrías, tan universales como individuales.

Joan Bennàssar: Como artista yo tengo mil padres. En el primer ARCO que fui en los años 80 cierta persona me dijo sobre las influencias en mis obras «Tú tienes mil padres, pero recuerda que el que no tiene padres en arte es un Hijo de Puta”.

Afortunadamente tengo mucho pasado y me gustan muchos estilos, y hay cosas de muchos maestros que me fascinan, desde la libertad creativa de Picasso que era un artista bien dotado para las artes. Su forma de pintar era su manera de pensar, un lenguaje en el que las pinceladas hablaban a las delicadas miniaturas asiáticas . Yo encontré también en la pintura un arte para pensar y expresarme. Para mí, es la habilidad de la mano la que plasma la fuerza y da sentido a mi pensar, como si fuera un columpio cuya inercia del primer impulso intuye y alimenta el siguiente movimiento.

Intento que en el estudio siempre pasen estas cosas. Yo juego con muchos cuadros al mismo tiempo. Y esos cuadros me van llevando a nuevas maneras de hacer y temáticas. Difícilmente uno termina sus obras como le gustaría, y los cuadros mientras rueden por el estudio pueden sufrir nuevos retoques. Ahora dedico las mañanas a las esculturas y las tardes a las pinturas. Y mientras por las mañanas esculpo voy reflexionando sobre las obras de la tarde, y viceversa, de manera que me sirve para refrescar la mirada y añadir nuevas cosas. Lo que quiero es no tenerlo todo controlado, no saber a dónde me dirijo desde el inicio, hablar con la obra, dialogar, amoldarme como en un partido de tenis y ganar, en este caso el rival sería mi desconocimiento o apatía. En otros términos es un acto de amor, fruto de una caricia, que genera otra caricia.

– Una musa que va cambiando de posición.

Joan Bennàssar: Sí, ese juego en el que se mezclan deseo, conocimiento, necesidad y sentirte querido, apasionante y mágico por cierto. Al fin y al cabo el hombre es egoísta y temeroso. Y ambiciona crecer, ser querido y darse a entender. Yo creo que cuanto mejor y más potente es la gente de mi alrededor, más aprendo yo. El conocimiento se entremezcla en ese contexto, si alguien interactúa con una persona inteligente, termina volviéndose inteligente.

– Pollensa y Mallorca fueron en aquel periodo el centro del laberinto del Minotauro en el que se refugió. Sigue viendo a la isla como un refugio, o cada vez hay más invasores bárbaros?

Joan Bennàssar: El regreso a Mallorca fue por casualidad. Llevaba muchos años en Barcelona y necesitaba otros aires, había tenido otro hijo y la idea de irme a un destino como New York me pareció muy complicada. A causa de la enfermedad de mi padre regresamos a Mallorca en primera instancia por necesidad, y luego respondió al deseo de cuidar a mi madre. Y luego la isla me sorprendió.

Pinceles y pinturas en la casa taller de Joan Bennàssar
Pinceles y pinturas en la casa taller de Joan Bennàssar

– Si a Ulises regresar a Ítaca le pareció reencontrarse con un hogar cambiado. ¿Qué deberíamos pensar de estos tiempos en los que el arte, el urbanismo, la comunicación o el lenguaje cambian mucho más rápido…Usted siente nostalgia de los lugares que no reconoce al regresar, como Barcelona por ejemplo?

Joan Bennàssar: Cuando yo llegué por primera vez a Barcelona en el 69 la primera casa que tuve fue en Gran de Gracia, y recuerdo la ciudad muy gris. Luego viví en Madrona Piera en Hospitalet e iba a la universidad cruzando un descampado en una zona donde construyeron el mini estadio. Desde los Juegos Olímpicos Barcelona ha cambiado mucho, igual que España y Europa y son el reflejo del desarrollo económico que hemos vivido.

En los últimos años lo político ha sido muy pesado y la ciudad se ha hecho poco atractiva para los debates de la inteligencia, que han sido sustituidos por el debate a pie de calle y de reivindicaciones muy radicalizadas y poco globales.

Siento que mentalmente la ciudad está perdiendo el ritmo de liderazgo frente a otras ciudades como Valencia o Málaga, que se están convirtiendo en nuevos polos del Mediterráneo español. Incluso, volviendo a la época en la que Madrid se apropió del motor del polo artístico con Arco, Barcelona que antes, a finales de los 70 había montado alguna feria llegó a no repetirla al no querer incentivar que galeristas de otros lugares vinieran a Barcelona a vender. Y fue un error que a la larga derivó en el cierre de galerías , localismo y deriva de la oferta artística en la ciudad condal.

¿El artista es más libre cuando no tiene recursos para vivir, o cuando consigue vivir de su arte y logra expresarse sin las preocupaciones económicas que le angustian?

Joan Bennàssar: Yo a los veintidós años ya tenía dos hijos y la estructura familiar que conservo pese a haber vivido en Reino Unido es la mediterránea, basada en la familia. Y como decía Camus, entre la Revolución y mi madre, primero mi madre. Por tanto he tenido que espabilarme, con cierta perspectiva y partiendo que a los 18 años andaba metido en políticas de la izquierda totalitaria, diría que he perdido años de mi juventud. Mi mentalidad hippy la tuve a los 15/17 años y creo que las ganas de pintar me ayudaron a recuperar frescura y libertad.

– Muchos artistas han vivido severas etapas de marginalidad artística, por no decir social, o de precariedad económica. Usted parece más una ola atlántica por su perseverancia y la resiliencia para llegar al reconocimiento actual.

Joan Bennàssar: Tengo un sentido positivo de la vida, soy no ingenuo pero sí bastante idealista, en el sentido de creer que el trabajo bien hecho y la búsqueda de la excelencia al final facilita que se te reconozca. Los méritos en el arte no tienen un patrón para ser juzgados, ni un límite cómo ocurre en el deporte. Ser resiliente y no perder la fe, en definitiva creer en lo que haces ayuda a superar adversidades y marca carácter . Y después he tenido la suerte, que siempre es necesaria, de que a la gente le ha gustado mi trabajo. De hecho yo tengo muchos coleccionistas que repiten, como el consumidor que es fiel a un vino o a una cerveza.

Yo estuve con la Galería Maeght, en la que estaban Miró, Tapies o Chillida, pero a finales de los años 90 el mundo de las galerías había cogido más fuerza que el propio mundo de los artistas, y para mí repensar los valores y mis sentimientos respectos al significado del arte chocaba con su comercio, igual demasiado marcado por la frivolidad. Eran los tiempos de ARCO, que era una la feria más popular, pero que vivió de la ficción de que podría convertirse en un escenario de talla mundial. Y la realidad es que vivió de los gobiernos autónomos y nacionales, porque para que una feria sea fuerte tiene que haber importantes compradores locales y un planteamiento diferencial de la oferta artística.

En ese contexto preferí dedicar tiempo a trabajar y volví a Mallorca, primero por temas familiares pero luego para reencontrarme con la isla y crear una visión marcadamente mediterránea y observar el mundo desde mi atalaya y los frutos de ese trabajo han tenido su recompensa pues continuó con ganas de entrar cada mañana en el estudio, no he perdido la frescura y ansío sorprenderme . Cuando hablo de la fortuna y de la libertad con que me he permitido ejercer mi profesión, diría que ahora soy incluso más libre y sin tantos complejos.

Para mi trabajar es una suma de deseo, obligación, placer, mala leche y ganas de triunfar, entendida como respeto al cliente. Estoy agradecido cuando veo valorado mi trabajo y satisfecho de que estén dispuestos a pagar por mis obras, que son parte de mis sueños y neuras. Ante ellos muestro un absoluto respeto.

– En su Odisea vital particular, usted bebió del marxismo como filosofía política, y las controversias en aquellos años 70 entre clases e ideas le llevaron a terminar en cierta manera asqueado de la concepción burguesa del arte. Y del mismo galerismo ¿no?

Joan Bennàssar: En España somos muy pasionales y en el mundo político hay mucho extremismo e infantilismo, cuando voy intuyendo que estoy atrapado en pensamientos o actitudes que no me gustan, diré, que aprendí a apartarme a tiempo ya que es difícil construir cuando debes resaltar las diferencias. El atraso político y cultural que tuvo España en el pasado nos acompleja, ello aún se nota en ciertos aspectos.

En el plano musical, el éxito de lo hispano ha sido agarrarse a su identidad, pasado, idioma, mezclándolo con la pasión y el sentimiento y la repercusión que tiene a nivel de premios y reconocimiento es fruto de ello. Los Grammy latinos son el reconocimiento a un pasado sin complejos mezclados con ambición y juventud.

En el territorio del arte visual no se han jugado bien las cartas. Se ha primado la visión norteamericana de mirar y vender otra manera de entender la vida, happy live, happenings y mucha escenificación.. hoy es fácil crear opinión previa y condicionar a la masa para que determinada expresión humana sea considerada arte.

De todas formas el mundo del arte y de los galeristas se mueve allí donde hay dinero, y ahora es Oriente Medio el que tiene esa capacidad de puja estratosférica por el arte de moda. El mundo artístico está más desorientado de lo que parece y las galerías y museos se mueven no en función de la calidad de las obras, si no en relación a modas y al poder del dinero con objetos que solo adquieren sentido cuando son parte del espectáculo .

– Pero no crees que la defensa de lo nacional, lo territorial o lo local, solo porque es nuestro, tiene el peligro de caer en lo identitario y empoderado solo porque es «nuestro».

Joan Bennàssar: Yo me refiero cuando hablo de lo español, o de maestros en el arte del siglo XX a Picasso, Dalí, Miró, Tapies, Chillida. En el caso de Chillida Leku no se reabrió el espacio gracias al Gobierno Vasco o al Español, si no gracias a unos galeristas suizos. No sabemos dar continuidad a lo que tenemos.

La función del estado es proteger y potenciar lo propio. Los ingleses lo vendieron muy bien, los italianos con la Transvanguardia en los 80, y qué decir de los alemanes o de los estadounidenses con sus maneras de unir el arte a la libertad. Ellos han sido localistas y han marcado el ritmo a seguir para influir y vender lo propio. En el mundo del arte los museos buscan el aplauso entre los colegas de otros museos, y las propuestas son de historicistas del arte, tratados de semiótica, papel escrito.

Y no deja de ser cierto que la sociedad se ha cansado de ver imágenes, porque la imagen ha ganado todas las batallas en la comunicación del siglo XX frente a la palabra. Y las maneras de conseguir imágenes son ya muy fáciles con las cámaras de los móviles. Todos somos artistas en plasmar la realidad que nos envuelve. Pero si tú práctica artística tiene que ver con los valores humanos, estar dispuesto al trabajo pausado, contradictorio para intuir futuro, la pintura , las manualidades tienen sentido. Lo nuevo solo se atrapa con silencio , esfuerzo, perseverancia y pasión . Si no se invierte en ciencia no se obtienen buenos resultados científicos, y si no mimas e invierte tiempo en el alma no tendrás buenos artistas.

Para terminar, ¿Qué siente cuando, lejos de sentir que agrede su arte, un niño se sienta junto a las esculturas de Can Picafort y mira la inmensidad del mar?

Joan Bennàssar: Lo primero que pienso es que suerte he tenido. Al final qué fácil. Y es curioso porque al verlas allí fuera siento que ya no son mías, que solo me pertenecen en parte.

El sentimiento que me produce es orgullo, si bien saco mi parte crítica ya que uno no siempre culmina la obra como le hubiese gustado. El lugar donde están y el comportamiento que la gene tiene con ellas es quizá lo que más me satisface. Cuando yo noto que forman parte del lugar y las hacen suyas, lo gozo y me siento halagado, pero también siento responsabilidad conmigo mismo.

A mi me gusta que la gente interactúe con las esculturas de Ítaca. Yo no creo en las divinidades, pero me gusta el juego mitológico , creo en el comportamiento de la gente, y tengo la suerte de que pese a estar al aire libre la gente las respeta. He notado mucho intercambio con ellas. Fíjate que el otro día Google Maps me envío un aviso de que el último mes habían tenido 200.000 visualizaciones. O también me han llegado comentarios de gente que vive cerca de las esculturas y se siente orgullosa de ellas.

He buscado a la gente con mis obras, y hace tiempo que abandoné el elitismo artístico. Uno debe ser elitista por exigencia propia, no puedes dejar de mirar lejos y de buscar la excelencia en el trabajo que es donde inviertes mas tiempo. “ El mundo hay que fabricárselo uno mismo, como dice Ana María Matute, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad “.

1 comentario de “Joan Bennàssar, el artista que amaba el Mediterráneo

  1. Que gran muchacho y buen entrevistador.!!
    Muchas gracias por tu apoyo y calor.!!!
    Tienes otro amigo.
    Mil abrazos
    Joan Bennàssar

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