El mapa urbanístico del modernismo catalán tiene señalados numerosos puntos de la geografía, especialmente en Barcelona, donde los potentados prohombres de finales del siglo XIX y principios del XX tenían sus residencias.
La Ruta del Modernismo de Barcelona es tan amplia que casi siempre obliga al viajero a elegir entre las obras más conocidas como el Parque Güell, la Pedrera, la Casa Batlló, el Palau Güell, o la Sagrada Familia, en pos de otras injustamente tapadas por el velo de la historia como la Torre Bellesguard, Casa Vicens o las obras de Josep Maria Jujol en Sant Joan Despí; o del tirano marketing del siglo XXI.
Pero si hablamos de la mayor extensión modernista del mundo, tenemos que citar sin duda al recinto del Hospital Sant Pau, que durante muchos años vivió ajeno al tránsito diario de la vecina Sagrada Familia, al final de la Avinguda Gaudí que une los dos puntos.
Confundidos, muchos turistas solo reconocen al modernismo en Gaudí, y su sorpresa es mayúscula cuando conocen las obras de otros maestros como Domènech i Montaner o Puig i Cadafalch (por solo citar a otras dos cabezas visibles de una corriente mucho más profunda).
Siguiendo la idea que ya había planteado en el Instituto psiquiátrico Pere Mata de Reus, Lluís Domènech i Montaner compuso un conjunto de edificios cuya armonía no solo es arquitectónica, si no que es totalmente sensorial, intentando crear un remanso de paz para que los pacientes no se sintieran en el cautiverio de una prisión, disfrutando de jardines con árboles frutales. Estos espacios abiertos seguían la corriente de Ciudad Jardín que se había impuesto en Europa, como área de ocio y disfrute.
Vídeo del interior del Hospital Sant Pau
Historia del Hospital Sant Pau
En los albores del siglo XV el Consell del Cent, grupo de ciudadanos que dirigía las venturas de la Ciudad de Barcelona, acordó fusionar los seis hospitales dispersos en la ciudad vieja, y crear el El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en pleno corazón del Raval. El recinto del antiguo hospital lo ocupa actualmente la Biblioteca de Catalunya, además de otros entes, y bien merece la visita, para pasear por sus jardines o conocer la fascinante historia del Anfiteatro anatómico.
La ubicación del nuevo hospital se llevó a cabo en las afueras de Barcelona, más allá del ya de por si lejano solar de la Sagrada Familia, que posteriormente quedaron absorbidos por el rápido crecimiento urbanístico y demográfico de la pujante Barcelona del siglo XX. El espacio ocupa el equivalente a nueve manzanas de l’Eixample, siendo uno de los más grandes de su tipología.
El banquero Pau Gil Serra, acaudalado empresario de Barcelona que promovió la construcción del primer tren minero en Asturias, fue el mecenas de la construcción del Hospital. A su muerte sin descendencia en 1896, dejó escrito que la mitad de su herencia (una vez finiquitada la banca de su propiedad) fuera dedicada a la construcción de un hospital de caridad y atención a los más pobres, al estilo de los que había conocido en París.
Con los tres millones de pesetas de la época, -más una inyección de dinero público y de donaciones privadas cuando el dinero de Pau Gil se acabó- se comenzaron las obras en enero de 1902. La inmensa obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner se ponía en marcha -de la mano de sus colaboradores habituales Eusebi Arnau y la fàbrica Pujol i Bausis-, si bien los trabajos fueron más lentos de lo esperado y hasta treinta años después no se daría como finalizado, aunque solo se levantasen 27 de los 48 pabellones planificados por Domènech i Montaner. Es perceptible como los primeros en construirse contaron con mayor financiación, lo que permitió invertir de forma más visible en la decoración.
A la muerte de Lluís, su hijo Pere Domènec i Roura continuó el proyecto y finalmente en 1930, el nombrado como Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau (Hospital de la Santa Cruz y de San Pablo) se inauguraba finalmente.
La genialidad del Hospital Sant Pau se suele medir solo por la estética de sus fachadas, pero se olvida que muchas de las innovaciones sanitarias e higiénicas en relación con el aislamiento de enfermos para evitar contagios, se aplicaron en España aquí por primera vez. La idea era conseguir un complejo a la vanguardia médica en Europa, pero con la belleza del modernismo catalán.
La escultura del busto de Pau Gil, obra de Eusebio Arnau y Frederic Marès en 1930 pasa a menudo desapercibida, pero gracias a su donación hoy disfrutamos de esta joya del modernismo.
En 1997 Unesco lo incluyó dentro de su catálogo de Patrimonio de la Humanidad, reconociendo no sólo su belleza, si no su aportación a la mejora sanitaria.
Durante algunos años la entrada a Sant Pau era gratis, ya que mientras funcionó como hospital no había restricciones de visita. Tras la reubicación de los pacientes a las nuevas y anexas instalaciones en la parte más alta de la manzana, se llevaron a cabo trabajos de restauración para devolver al recinto el aspecto original. En 2014 el el antiguo Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau abre de nuevo sus puertas con el nombre de Recinto Modernista de Sant Pau. Varios pabellones se han reconvertido para albergar exposiciones sobre su construcción.
Visita al Interior del Hospital de Sant Pau
El edificio de entrada se eleva con una espigada torre cuya base tiene cuatro relojes. Desde la calle ya anticipa la gran belleza arquitectónica que como una alfombra se despliega.
Nada más entrar al jardín central encontramos ochos pabellones a ambos lados. A la izquierda y de forma continuada los femeninos: el Pabellón La Purísima, el Pabellón Virgen del Carmen, el Pabellón Virgen de la Merced y el Pabellón Virgen de Montserrat; mientras que a la derecha los masculinos: el Pabellón San Salvador, el Pabellón San Leopoldo, el Pabellón San Rafael y el Pabellón San Manuel. Muchos nombres están asociados a los benefactores que contribuyeron con su capital para la culminación de las obras.
En el Pabellón de Sant Salvador podemos ver un recorrido fotográfico y virtual de la construcción del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, con especial atención a Lluís Domènech i Montaner. En el mismo espacio la escultura del esqueleto de un dragón (siempre presente en la iconografía modernista) sirve de hilo conductor para presentar las diferentes expresiones estéticas de la corriente.
En el Pabellón de Sant Rafael viajamos en el tiempo hasta la década de los años 20 del siglo pasado para recrear una sala de pacientes de hace cien años, y conocer las condiciones de tratamiento de los enfermos y la medicina que se aplicaba.
Los túneles del subsuelo que también podemos recorrer, servían para comunicar los diferentes espacios del complejo del Hospital Sant Pau sin necesidad de transportar a los pacientes por el exterior.
En medio de los jardines el Pabellón de los Quirófanos, orientado para disponer del máximo de luz solar, y al mismo tiempo aislarse del fuerte calor de los veranos mediterráneos.
Los últimos espacios en visitar son los del Pabellón de la Administración, donde se gestionaba la entrada y alta de los pacientes, y que son a su vez los más profusamente decorados, con cerámica de tonalidades muy vivas y temáticas alusivas a la naturaleza.
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Horarios de visita al Hospital Sant Pau
Durante los meses que van de noviembre a marzo el horario es de 9.30– 16.30 h de lunes a sábado y Domingos y festivos de 9.30 a 14.30 h. Y con la llegada de la primavera y los días más largos, de abril a octubre el hospital abre de 9.30 a 18.30 h. de la tarde de lunes a sábado y el domingo o festivos de 9.30 a 14.30 h.
Información de las visitas guiadas
El conjunto modernista se puede visitar con visita guiada o de forma libre, sea con audioguía (recomendable) o sin ella. La audioguía ofrece información de la construcción del hospital y del proyecto de Domenech i Muntaner, con vídeos y fotografías que ayudan a interpretar mejor los espacios que se recorren.
Las visitas guiadas se llevan a cabo de lunes a viernes en inglés a las 10.30 h y en castellano a las 12 h, mientras que los sábados y domingos las visitas guiadas de cada idioma son: inglés: 10.30 h, francés: 11 h, castellano: 12 h y catalán a las12.30 h. Finalmente los festivos las visitas guiadas son en inglés a las10.30 h, en castellano a las12 y en catalán a las 12.30. Conviene reservar con antelación si queremos asegurarnos lugar en el grupo de visita.
Visita gratis
Sant Pau abre sus puertas gratuitamente los días 12 de febrero, 23 de abril (Por Sant Jordi), el 24 de septiembre, y el primer domingo de cada mes. Es importante saber que los días de entrada gratuita no hay visitas guiadas
Por contra el día de año nuevo, el 6 de enero y el 25 de diciembre el hospital permanece cerrado.
Cómo llegar al Hospital Sant Pau
La parada de metro más cercana es la de la línea L5 Sant Pau – Dos de Maig, pero si nos apetece pasear un poco, la línea morada, con parada en la estación Sagrada Familia, no queda tan lejos y permite acercarnos al Hospital de Sant Pau desde la alameda de la Avenida Gaudí.
Por otro lado los autobuses 19, 20, 45, 47, 50, 51, 92, 117 conectan diferentes partes de Barcelona con el hospital.
Dentro del Hospital Sant Pau se ha habilitado un espacio, dentro de uno de los antiguos edificios (concretamente el Pabellón de San Manuel) para la nueva sede de Casa Asia Barcelona.
Por otro lado el Banco de Sangre, donde acudimos los donantes de sangre también está dentro del Hospital Sant Pau, aunque se accede desde uno de los laterales y no desde la puerta general que da a la Avenida Gaudí.