Después de dejar atrás la isla de Skye nuestro periplo escocés continuaba por las Highlands hacia Fort William, siguiente parada del viaje.
A diferencia del resto de días el tiempo inestable nos pilló durante el trayecto, y ya en la entrada a la ciudad se puso a llover a mares. Nuestra idea inicial era disfrutar de la naturaleza con alguna excursión al Ben Nevis, la montaña más alta de Escocia, con 1.345 metros pero el tiempo en Escocia marca el ritmo y hay que adaptarse.
Fort William
Fort William es la Meca de los bikers, los fanáticos del BTT. Aquí se celebra cada año en junio una de las pruebas del campeonato del mundo UCI Mountain Bike World Cup, con descensos salvajes en los que las mountain bikes se pasan más tiempo flotando que tocando tierra.
La ciudad en si no tiene nada de especial y el turismo acude aquí por otro motivos. Los lugares de interés de Fort William son por supuesto el Ben Nevis para hacer senderismo por la montaña, escalada en hielo en invierno y descenso en mountain bike.
Pero con el tiempo que teníamos las opciones eran esperar a que escampara conociendo la destilería de whisky Ben Nevis, y luego acercarnos al viaducto por donde pasa el tren Jacobite, famoso gracias a la saga de películas de Harry Potter.
Visita a la Destilería de Whisky Ben Nevis
La destilería de Fort William es una de las más prestigiosa de las tierras altas escocesas, además de una de las más antiguas con licencia en Escocia (1825).
Dicen que las aguas puras que bajan del Ben Nevis son la base perfecta para su whisky. A través del vídeo presentado por el gigante Hector McDram nos cuenta la Leyenda del Rocío de Ben Nevis.
Con el capricho de conocer una auténtica destilería de whisky escocés pusimos rumbo al oeste por la carretera A830, pasando por Neptune´s Staircase, las «escaleras de Neptuno», una sucesión de esclusas que permiten salvar la altura a los barcos que van hacia el Loch Lochy y más arriba el lago Ness.
El Tren Jacobita sobre el Viaducto Glenfinnan
Cuando Harry Potter sube al tren camino de la escuela Hogwarts nunca podría haberse imaginado que la escena rodada en el viaducto de Glenfinnan iba a atraer tantos viajeros.
De hecho se ha acondicionado un pequeño aparcamiento ya que es un lugar habitual en las guías de turismo de Fort William. Tras un ligero paseo se llega a los pies del viaducto, y si pasamos por debajo continuando el camino que gira a la izquierda se asciende hasta un mirador que permite fotografiarlo desde una perspectiva más completa. Como desconocíamos la frecuencia del paso del tren jacobita, y una nube de mosquitos enanos (conocidos como midge y de los que ya nos habían alertado) empezaban a danzar sobre nosotros, sacamos las fotos pertinentes y «huimos» hacia el coche, sin poder evitar que algunos se colaran dentro, adheridos como lapas a nuestra ropa.
No lejos, junto a la carretera está el Glenfinnan Monument, una imponente columna que honra a los combatientes jacobitas que lucharon en las continuas guerras contra el dominio inglés. Aunque estaba cerrado y no pudimos subir a lo alto, las últimas horas de luz nos permitieron acercarnos a conocerlo.
Más adelante la carretera lleva hasta la costa, donde está una de las mejores playas de las Highlands, entre Arisaig y Mora, conocidas como la playa de Silver Sands. Nuestra idea era haber llegado en ferry desde el pueblo de Armadale en Skye pero como los ferries estaban llenos tuvimos que dar toda la vuelta.
Con más tiempo de estancia en Fort William se puede optar por conocer las cascadas Steall Waterfall, el Inverlochy Castle, hacer una excursión en barco para tratar de ver focas en el Loch Linnhe, y el West Highland Museum
Al día siguiente nos esperaba Glencoe y una de las excursiones que más nos gustó, la ruta a Lost Valley, el valle escondido entre las Three Sisters.
Alojamiento en Fort William
Sorprende cuando se mira opciones de hoteles y B&B como los precios son realmente altos, de los más caros junto al Lago Ness y la isla de Skye. Además conviene reservar con bastante antelación -y no hablamos de semanas- porque siendo una zona de veraneo para los escoceses, las opciones se acaban rápido y al no existir grandes hoteles con mucha capacidad, podemos correr el riesgo de dormir a más de veinte kilómetros o de gastarnos una buena parte del presupuesto.
Tours y excursiones a Fort William y Glenfinnan