El estado de Chiapas tiene en el imaginario colectivo y universal un cariño especial. Junto a Oaxaca es probablemente -o por lo menos para el que escribe- uno de los estados más interesantes del ya de por sí fascinante México.
Las lagunas de Montebello, las ruinas de la ciudad maya de Palenque, el pueblo mágico de San Juan Chamula, la Selva Lacandona o la viva y colorida San Cristóbal de las Casas, son un imán geográfico y antropológico para todo viajero que realmente quiera palpar el sincretismo entre las culturas prehispánicas y su fusión tras la llegada de los colonizadores. Nuestro recorrido por Chiapas nos llevó a otro de los lugares icónicos, el Parque Nacional del Cañón del Sumidero.
Parque Nacional del Cañón del Sumidero
Las paredes calizas de las gargantas por donde cruza el río Sumidero se formaron progresivamente hace unos 136 millones de años. La formación geológica de las piedra se hizo en parte por la fosilización de coral, evidenciando que la región de Chiapas se encontraba bajo aguas no muy profundas. La acción de placas tectónicas alzó las crestas 70 millones de años atrás, y la acción erosiva del cauce del río forjó el cañón cuando hace 15 millones de años el mar retrocedió.
Tanto para las poblaciones indígenas como para los conquistadores españoles y los viajeros que cruzaron Chiapas en el siglo XIX para llegar a Palenque, el Cañón del Sumidero asombraba por su espectacularidad. De hecho lo encontramos plasmado en el escudo de Chiapas que los españoles dibujaron en 1535.
Leyenda del Cañón del Sumidero
La leyenda dice que gran parte de una de las tribus chiapanecas se arrojó desde lo alto del Cañón del Sumidero, prefiriendo el suicidio a someterse a los conquistadores y a la expedición de Diego de Mazariegos. Tras dos años de hostigamiento de los españoles, apoyados por tlaxcaltecas, una comunidad que aún resistía quedó sitiada en el Peñón de Tepetchía en 1534. Sabedores de que les esperaba la muerte o la esclavitud prefirieron arrojarse al cañón. Siempre según la tradición oral, todavía transmitida hoy en día, Mazariegos «valoró» la elección heroica, y perdonó a los supervivientes la vida, fundando Chiapa de los Indios, el actual Chiapa de Corzo. Los estudios históricos parecen desmentir ese supuesto suicidio colectivo, pero el arraigo de la historia es tal que como un cuento bíblico ha quedado impregnado.
Excursión en barco por el Cañón del Sumidero
El cañón del Sumidero es uno de los parajes naturales más visitados de México. Las excursiones al cañón suelen partir de uno de los cuatro embarcaderos en Chiapa de Corzo: Embarcadero del malecón, embarcadero en la Unidad Deportiva; embarcadero Cahuaré y embarcadero Belisario Domínguez.
Equipados con flotadores salvavidas la lancha realiza la primera parte del tramo del río Grijalva a gran velocidad hasta llegar al Sabinal. La fauna y flora del del Cañón del Sumidero es rica en diferentes especies como monos araña , buitres negros, el zopilote rey, cocodrilos y otros más difíciles de divisar como los ocelotes, venados de cola blanca, jaguarundis, el roedor tepezcuintle y otras especies amenazadas. Para el avistamiento de aves el cañón es un oasis, ya que desde el barco observamos frecuentemente garzas blancas, pelícanos, cormoranes y otras especies que sobrevuelan el desfiladero.
Por desgracia la presencia humana se hace evidente con la condensación de plásticos flotando en meandros del río, formando una triste realidad del hábitat del cañón. El significado de Sumidero se antoja en estos momentos más real que nunca, haciéndonos dudar de si el único animal que sobra en estos parajes es el ser humano.
El guía de la excursión conoce perfectamente los rincones donde los cocodrilos reposan durmiendo con un ojo atento, escondidos entre cañas absorbiendo calor. Algunas formaciones rocosas han recibido apodos curiosos como el caballito de mar o la “ermita”.
Laderas casi verticales de mil metros de altura obligan a estirar los cuellos. En estas condiciones ni los árboles consiguen echar raíces en los abruptos acantilados, que por contra se convierten en abismos perfectos para que las cascadas viertan sus aguas en el río. El torrente de su cauce, la forma de la roca desde donde se precipitan, o la vegetación que prolifera como un manto junto a la cascada han fomentado su personificación o prosopopeya, con nombres como el caballito de mar, el árbol de Navidad, el escudo de Chiapas o la calavera sonriente.
El Escudo
Pronto se atisba el «escudo», reproducido en el emblema del estado de Chiapas, y cuya ilusión óptica solapando las dos orillas del cañón del Sumidero parece anticipar que ambas orillas se funde.
Santuario de la Cueva de los Colores
El barco continúa el recorrido hasta llegar al santuario de la Cueva de los Colores. En el interior de una cueva se colocó una pequeña estatua de la virgen de Guadalupe. El 12 de diciembre, al igual que en en todo México, una peregrinación de barcas y lancheros acude en devoción a la cueva. Las paredes de de la cueva tienen tonos rojizos, asemejando las bóvedas pintadas de las iglesias de estilo colonial de México.
El Árbol de Navidad
Una colonia de zopilotes nos observa sin inmutarse desde la blanca terraza de una de las riberas del río. Sin duda esperan presas más asequibles, y solo cuando el vuelo de otros buitres señala posible carroña, agitan sus alas con mayor premura. Poco después alcanzamos una de las paradas más esperadas del Cañón del Sumidero, el árbol de Navidad, formado por una cascada que recrea desde la copa, las diferentes ramas del perfil del clásico abeto navideño. El barquero nos acerca tanto que las gotas del rocío caen desde el «árbol de Navidad» sobre nuestras cabezas.
El recorrido llega normalmente hasta los límites del embalse de la Presa Chicoasén. Su nombre oficial es Manuel Moreno Torres-ingeniero de la presa-, una de las mayores obras de ingeniería hidráulica de México. La presa hidroeléctrica construida en 1980, retiene las aguas del río Grijalva, uno de los más largos de Mesoámerica (más de 600 km de longitud), y cuyo cauce pasa por Guatemala y los estados mexicanos de Chiapas y Tabasco antes de verter sus aguas en el Golfo de México. La altura de la presa, 261 metros, la convierte en la más alta de América.
Información visita al Cañón del Sumidero
El recorrido fluvial al Cañón del Sumidero otorga la gratuidad -mediante un brazalete que se debe mostrar- para disfrutar de los miradores y por la maravilla natural desde lo alto. Son cinco los miradores: La Ceiba, La Coyota, El Roblar, El Tepehuaje y Los Chiapa que localmente se conoce como Atalaya, y que ofrecen diferentes ángulos y perspectivas para admirar el cañón.
Siendo uno de los principales atractivos de Chiapas, conviene madrugar para llevar a cabo la excursión en barco, y evitar así las colas que se forman en los embarcaderos.
Horarios visitas en barco
El horario de los embarcadero hacia el cañón del Sumidero es de Lunes a Domingos de 8:00 de la mañana a 16:30 de la tarde. Las excursiones duran aproximadamente dos horas.
Los miradores abren todos los días (solo cierran los martes de temporada alta): de 8:00 a 17:00 h. Para acceder a los miradores debemos dirigirnos desde Tuxtla Gutiérrez y a unos 6 km encontraremos la caseta de cobro CONANP. Este recorrido se conoce como la calzada al Sumidero, y tiene una longitud de unos 20km desde las afueras de Tuxla hasta el último de los miradores. Otro de los miradores, al que no se puede acceder desde esta carretera es el denominado «mirador de manos que imploran», cerca de la presa y junto al Parque Ecoturístico. Desde allí se puede ver la gran masa de agua con la isla de la Soledad en medio.
Excursiones en barco en el Cañón del Sumidero
Hay salidas de excursiones desde San Cristóbal de las Casas y Tuxla que incluyen el transporte en furgoneta y el paseo en barco por el Cañón del Sumidero.