Entrevista al profesor Arístides Mínguez

Hemos querido hacer una entrevista desglosada en dos partes a Arístides Mínguez, profesor de Latín en el IES de Patiño (Murcia), cara amable y visible de la denuncia del olvido definitivo al que lleva la eliminación del latín y el griego en los institutos.

Arístides Mínguez en el Teatro romano de Cartagena
Arístides Mínguez en el Teatro romano de Cartagena

Por un lado ha aceptado nuestra invitación a charlar con él de temas generales, como si pudiésemos oníricamente, trasladarnos al ágora de Atenas que justo pisamos un año antes de la hecatombe (del griego hekatón, «cien», y, boũs, «buey», sacrificio religioso de cien bueyes) de la pandemia. Por otro lado, le hemos transportado a nuestra querida Sicilia, con unas preguntas sobre su viaje a nuestra amada isla, en una charla para nuestra web siciliana.

Arístides es un rebelde con causa. De su empeño destila una fuerza que a veces echamos de menos en algunos educadores, la vocación. Hablar con Arístides nos sirve para homenajear a tantos profesores y maestros que desde el colegio, instituto y universidad nos han acompañado, guiado y hasta influido en la sed de conocimiento. Profesores que tuve, como Jose Luis con sus clases de filosofía en el patio al aire libre, o de Historia con Begoña entendiendo la importancia de La Ley de Ferrocarriles en 1855, o de José María Portillo (Txema) que argumentaba hasta con los radicales que le quemaban el coche en los tiempos de la amenaza de ETA, sobre las constituciones liberales del XIX en Europa.

Arístides Mínguez, es profesor de Latín en el IES de Patiño. Además de trabajar incansablemente picando piedra como profesor, forma parte de la Asociación de Profesores de Lenguas Clásicas (Amuprolag) a los que se les ocurrió hacer un vídeo, ‘Gracias Grecia’ hablando de la desaparición del Griego de los institutos.

El vídeo se hizo viral y desde entonces se ha convertido sin buscarlo en una pica de lanza de la defensa de los estudios clásicos en el programa docente. La Asociación de Profesores de Lenguas Clásicas (Amuprolag) ha sido premiada de diferentes maneras por la difusión y promoción de los estudios clásicos. Ministros de Asuntos de Exteriores y de Cultura les han recibido, e incluso Arístides fue invitado a ir a la isla de Quíos, tierra natal de Homero, donde fue nombrado Ciudadano Honorario.

Tal y como afirma Arístides, fue un paisano suyo, Arturo Pérez Reverte, quién gracias a la difusión del vídeo de «Gracias Grecia» le proporcionó un altavoz para al menos dar visibilidad al drama de la desaparición del latín y el griego en la enseñanza.

ENTREVISTA

¿Por qué olvidamos tan pronto maestro?

Arístides: En primer lugar, muchas gracias por pensar en mí para esta entrevista. Es un honor, amén de un deber, compartir mi pasión y mi deuda con el Mundo Clásico con vuestros lectores.

En cuanto a tu pregunta, mi familia es de raíces muy humildes, criada en la huerta profunda que circunda la ciudad de Murcia, sin posibilidad de acceder a la cultura (la mayoría eran analfabetos), pero con una educación sobria y recia como los troncos de naranjo. Ellos me inculcaron que era de bien nacidos ser agradecidos. A mí Grecia, aparte del nombre, que heredé de mi padre, me dio todo cuanto soy, así como la manera que tengo de encarar la vida. Grecia y su vástago Roma. Por lo tanto, como bien nacido que me enseñaron a ser, mi gratitud hacia ellas es infinita, lo cual no quiere decir que no conozca y condene sus sombras.

El problema es que el conjunto de la sociedad, tal vez porque no les inculcaron lo de ser bien nacidos y agradecidos, se han descubierto como una panda de ingratos, que sacrifican en el altar del utilitarismo inmediato, desechable y superficial lo que ha venido sirviendo de cimientos para la civilización occidental desde tiempos inmemoriales: Egipto, Grecia, Roma, el cristianismo y el islamismo, todo para ser patéticos clones de la pseudocultura yanqui. Traicionan sus raíces sin remordimientos para parecerse a los soplagaitas que ven en sus series o juegos y convertirse en animales consumistas sin criterio, juicio ni pilares que los conecten con sus ancestros.

Arístides Mínguez
Arístides Mínguez

¿Cómo nace y toma forma la asociación Amuprolag?

Arístides: AMUPROLAG (Asociación Murciana de Profesores de latín y Griego) nace de un acto de rebeldía de media docena de grillados y profesores de latín y griego, que, hartos de escuchar la matraca de que el latín, el griego o la cultura clásica eran lenguas muertas y no servían para nada, decidieron dar la batalla, primero en nuestros centros y luego en la sociedad, para desterrar estos tópicos y descubrir que latín y griego están mucho más presentes en nuestro entorno de lo que la gente piensa: los médicos usan a diario unas 25000 palabras de origen griego en homenaje a los padres de la medicina, Hipócrates y Galeno (análisis, psiquiatra, pandemia, oncólogo, quimioterapia,…), muchos de los elementos de la Tabla Periódica le deben sus nombres al latín o al griego (mercurio, paladio, plutonio, bromo, cloro,…),los signos del zodíaco se llaman así por los romanos (cáncer, leo, virgo, libra,…), los planetas (Marte, Venus, Luna, Plutón, …) y así un largo etcétera. El problema es que la sociedad se ha dejado robar la educación: desde la LOGSE socialista cada ley educativa ha sido nefasta, hasta dejarnos asolados y convertidos en una civilización mayoritariamente semianalfabeta, minada de faltas ortográficas y con escasa comprensión lectora, amén de un penosos bagaje cultural.

Cuando te pusiste junto al colega de profesión Alfredo López en manos de la dirección y la edición del director murciano Pedro Pruneda, pensabas que vuestra ola podría convertirse en un tsunami al estilo del que asoló las islas griegas en época minoica?

Arístides: Para nada. El vídeo “Gracias, Grecia” se nos ocurrió tras ver en Sagunto, en unas jornadas organizadas por la Domus Baebia, una Ítaca para los amantes de la Cultura Clásica, el documental de Pedro Olalla “¿Por qué Grecia?”. Quedé impactado por el lirismo de esta película y hablé con Alfredo López, que entonces era compañero en el Ingeniero de la Cierva, para hacer algo parecido con nuestros alumnos. Juntos elaboramos el guión. Los dioses pusieron en nuestro camino a Pedro Pruneda, joven realizador murciano, con una sensibilidad y visión del cine especial, que hizo magia con su cámara y con el montaje posterior. Convirtió un mero trabajo de estudiantes de instituto en un reportaje que conmovió a un país entero y cuyos ecos llegaron hasta América y Oceanía, doquiera se hubiera asentado la colonia griega.

Se estrenó en la Universidad de Murcia el 12 del XII del 2012 dentro del programa “Yo conozco mi herencia”, que quería volver a sacar a la luz los autores grecolatinos. Fue recibido con mucho cariño, pero no nos podíamos ni imaginar la enorme repercusión que tuvo. Dos meses después se vio en You Tube unas 200.000 veces en un sólo día, nos escribieron de todas partes del mundo e, incluso, nos llamó la Embajada Helena en España, así como radios y televisiones de allí.

A menudo se establece un binomio injusto entre Historia y losa educativa difícil de que sea empática con la enseñanza. Algo falso por supuesto, ya que la Historia es perfectamente compatible con el horizonte tecnológico, de hecho tú lo defines como un «aliado estratégico». ¿Cómo podemos casar y soldar esa horquilla?

Arístides: Muy sencillo: poniendo a trabajar codo a codo a historiadores y filólogos con ingenieros informáticos, realizadores y guionistas cinematográficos, diseñadores de juegos de ordenador. La historia, el Arte, el Mito son una sementera maravillosa de narraciones, un maná para creadores polifacéticos que quieran beber de sus fuentes y volverlos a la vida usando las nuevas tecnologías, pero con una base sólida y una documentación respetuosa con ellas.

Al final, los griegos a su manera en la Helade, y más tarde los romanos, eran los que tenían más clara la idea de unificar pueblos, y dar la ciudadanía más allá del origen de las tribus, el apellido o el lugar de nacimiento…

Arístides: Bueno, no podemos olvidar que los helenos se movían sobre todo por motivos comerciales y que tuvieron durísimos enfrentamientos contra otras polis griegas rivales u otras naciones mercantiles, que se lo pregunten, si no, a los troyanos o a los cartagineses, con los que batallaron encarnizadamente por el dominio del Mediterráneo.
Roma fue una potencia militar, que construyó su imperio, uno de los mayores en la antigüedad, a fuerza de gladios y pila de sus formidables legiones. Por ejemplo, según Plutarco en la conquista de las Galias llevada a cabo por Julio César en 8 años murieron 3.000.000 de galos y otro 1.000.000 fue vendido como esclavo. Con toda la seguridad estas cifras son una de tantas exageraciones que encontramos en los historiadores clásicos, pero nos pueden ayudar a hacernos una idea.

Sí es cierto que, con el paso del tiempo, se fue extendiendo una especie de globalización y muchos antiguos bárbaros fueron integrados a la ciudadanía romana, hasta el extremo de que el emperador Caracalla en el 212 hizo ciudadanos de pleno derecho a todos los habitantes libres del imperio, unos 15 millones de personas. Para aumentar la recaudación fiscal, también hay que decirlo.

Perdimos la batalla con el tribalismo del nacionalismo del XIX, que aún arrastramos con demostraciones comarcales, regionales o nacionales por todos lados, desde León hasta los Balcanes, pasando por México. Enterramos las viejas y útiles enseñanzas del pasado clásico, y de aquellos barros….

Arístides: Es complejo: no podemos olvidar que después de derrotar contra todo pronóstico a los medos de Jerjes en el 479 a.C. Atenas y Esparta, junto con sus respectivos aliados, se enzarzaron en la Guerra del Peloponeso, que sangró la Hélade entera. Que cerca de un siglo después las guerras intestinas entre griegos allanaron el camino para que Filipo, al que consideraban semi bárbaro por ser de Macedonia, se hiciera señor absoluto de Grecia y que su hijo Alejandro extendiera el imperio macedonio hasta el Indo y el Nilo.

El ser humano está condenado irremisiblemente a no aprender de su historia y a repetir como nuevo Sísifo sus eternos errores. Cicerón quiso advertirnos en su De Oratore, pero nunca hemos aprendido:

Historia vero testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetustatis
En verdad la historia es testigo de los tiempos, luz de la verdad, maestra de vida, mensajera de la antigüedad,
Cicero, De Oratore, II, 36

Edificio del Philippeion en el yacimiento de Olimpia - Grecia
Edificio del Philippeion en el yacimiento de Olimpia – Grecia

Podríamos decir que perpetuamos la gran mascarada, el theátron griego…Y todo ello para esconder que el poder al final lo atesoran los mismos, cambiando inteligentemente de disfraz….

Arístides: No lo sé. El theatron fue un invento de los atenienses, concretamente del tirano Pisístrato (543 a.C.) quien, con la ayuda del dramaturgo Tespis, estableció los primeros certámenes dramáticos buscando por un lado atraerse el favor del pueblo ateniense y, por otro, educarlo según los cánones de las reformas políticas que pretendía imponer. En una sociedad mayoritariamente iletrada el teatro se convirtió en una poderosa arma de educación. La democracia y el teatro fueron consustanciales con la ciudad de Atenas y, en tal sentido, consta que este último ejerció un papel de verdadero laboratorio político para los ciudadanos de las polis durante el siglo V antes de Cristo. Solón, Clístenes y Pericles, que asentaron los cimientos de la Democracia ateniense, fueron conscientes del enorme poder de este arte y lo favorecieron todo lo que pudieron. No es de extrañar que con ellos se viviera la edad de oro de la literatura ateniense con trágicos como Esquilo, Sófocles o Eurípides y cómicos cuales Aristófanes.

Pericles estaba convencido de que el ciudadano de Atenas podía ser educado políticamente mediante el teatro, y fue él precisamente quien ilusionó al pueblo con los ideales de coparticipación en la toma de decisiones y la corresponsabilidad en las mismas, sembrando en ellos los principios en los que se basaba la naciente Democracia: los conceptos de «igualdad ante la ley» (isonomía) y de «libertad de expresión» (parresía, isegoria). Conceptos y actitudes aprendidos en los edificios teatrales que los ciudadanos podían aplicar luego en la Asamblea o Ekklesía en beneficio de la ciudadanía.

Es verdad que desde la perspectiva moderna la democracia ateniense puede parecer imperfecta e inmadura. Pero paradójicamente y aun con sus limitaciones, la antigua democracia ateniense no habría considerado «democrática» a ninguna de nuestras democracias modernas. En tanto que «gobierno del pueblo», la democracia ateniense no aceptaría que decenas de millones de ciudadanos elijan a solo unos pocos representantes y deleguen en ellos las mayores decisiones políticas. Para los griegos, la auténtica forma de gobierno era una democracia directa y no representativa, en la que cada ciudadano (bien es verdad que excluidas las mujeres) participaba directamente en la toma de decisiones en la Asamblea, o se constituían en miembros de un jurado popular o actuaban incluso como presidentes del «consejo de ministros».

A este respecto recomiendo encarecidamente el libro del helenista Pedro Olalla, “Grecia en el aire”, para ver qué de democracia tenemos en lo que así llamamos hoy y cuestionarnos que esto es más bien una oligarquía, no lo que los atenienses llamaban democracia.ad de expresión» (parresía, isegoria).

Arístidides Mínguez, Amigo de "lo griego".
Arístidides Mínguez, Amigo de «lo griego».

Llamar lenguas muertas a la base de lo que hablamos es estúpido. Es como escupir hacia arriba.

Arístides: A los que llaman lenguas muertas al latín y al griego no me recato en llamarlos alfalfabetos: sus neuronas parecen alimentarse sólo a base de alfalfa. Si no saben que todos los días de la semana están consagrados a un dios romano (Lunes de Lunae dies), lo mismo que los meses (Iunius consagrado a Iuno, diosa del matrimonio), por qué en la tabla periódica a la plata se la representa como Ag (de Argentum), por qué todas las especies animales y vegetales tienen un nombre científico en latín (perro: canis lupus); si son incapaces de ver el griego en vocablos como tecnología, análisis, química, megas, pediatra,…; sin están tan ciegos para ver que muchas marcas de la publicidad beben del latín (Clío, Quorum, academia, ateneo, Protos,…), simplemente me da pena su ignorancia. Tal vez los que estén muertos sea sus neuronas, su curiosidad, su conciencia de dónde venimos y su deuda con nuestros ancestros. Me parece un acto de ingratitud, aparte de supina ignorancia, llamar muertas a las lenguas clásicas.

En España aún no somos conscientes del patrimonio monumental y cultural de griegos y romanos. Incluso los italianos se sorprenden cuando vienen de viaje. ¿Podemos-mejor dicho pueden desde la administración- hacer algo más para dar relevancia a ese sedimento aún vivo de cultura material?

Arístides: Me temo que gran parte de la administración, formada por políticos extraídos de una sociedad inane y materialista, que en su mayoría ha consentido que se les robe la educación, que se destierren las humanidades y todo aquello que no cause beneficio inmediato y efímero, desprecian o desconocen el apabullante patrimonio histórico y cultural que tenemos, los inmensos beneficios que se pueden extraer de una explotación cuidada y respetuosa con el mismo, amén de conseguir una sociedad más educada o empática. Pero, visto la catadura de los actuales próceres, su peor enemigo es una sociedad cultivada y con criterio.

Es desolador observar tantos monumentos y yacimientos arrasados, desprotegidos, infravalorados. Cada vez tengo más claro que las élites calvinistas europeas quieren que España sea su chiringuito y su puticlub, por lo que apuestan por un turismo de sol y playa, abrevaderos de borrachos y descuidan el viajero que se mueve por intereses culturales: por seguir las huellas del Quijote, la ruta de la Celestina, los pasos de Goya. Es una de nuestras maldiciones seculares ese desprecio a la cultura: como botón de muestra baste saber que ignoramos dónde está sepultado Velázquez, que no podemos honrar la sepultura de Cervantes ni los teatros donde triunfara Lope de Vega.

Es curioso como en una uno o dos generaciones hemos pasado de reverenciar al mundo clásico a casi verlo como algo atrasado. Incluso es mezquino el comportamiento hacia países que lo han pasado tan mal como Grecia.

Arístides: Creo haber dicho antes que en mi familia huertana me inculcaron que era de bien nacidos ser agradecidos. Por lo que he visto en mis 54 años de vida este precepto se ha perdido y en la sociedad triunfan los mezquinos, los ingratos, los insolidarios, pilares del ultraliberalismo económico y político.

Grecia ha cometido mil pecados en los últimos tiempos (los mismos que España: corrupción, nepotismo,…), pero la manera en la que la maldita Troika ha castigado al pueblo griego con recortes intolerables en cualquier nación civilizada ha sido indignante. Millones de jóvenes han emigrado a otros países para poder tener una vida digna: a ellos también los quieren convertir en el chiringuito de la Europa rica, tras desmantelar sus servicios públicos y precarizar empleos y demás.

Ante tamaña injusticia quisimos rodar nuestro vídeo “Gracias, Grecia”: un humilde gesto de gratitud y justicia a una cultura madre de mucho de lo que somos hoy.

Arístides Mínguez

Debemos tanto a Grecia, a los griegos….sobre todo con esa imagen tan negativa de ellos. Nosotros, que lo hemos podido trotar, nos hemos sentido como en casa. ¿Por qué el español quiere distanciarse tanto de lo que huele a «clásico»?

Arístides: Quien haya sido bendecido visitando Grecia. no como un turista cazador de autorretratos y souvenirs, se habrá dado cuenta de que es el más español de los países de nuestro entorno: por su gastronomía, por su luz y, sobre todo, por la hospitalidad de sus gentes. Por algo en griego existe el vocablo filoxenía (amor al extranjero, al huésped), que, por desgracia, no lo hay en español, pero sí su antítesis: xenofobia (odio al extranjero).

Lo de distanciarse de lo clásico ya lo he respondido antes. Creo que gran parte de la culpa de la mala imagen que tienen los países del sur la tienen los países calvinistas del norte y los partidos neoliberales sureños que dicen comulgar con sus ideas, pero se convierten en sementeras de corrupción, nepotismo, transfuguismo y demás vicios.

El Erasmus es una gran herramienta para poner en contacto a la gente de diferentes lugares, y que absorban más de lo que se dice en casa (entendiendo la familia, el país, los amigos del barrio…). ¿Debería ser casi obligatorio?

Arístides: Uno de los mayores timos que nos han colado a la actual sociedad es lo del bilingüismo en la educación española (yo lo llamo jilipollalingüismo): por ejemplo, en mi centro se supone que profesores (con al menos el B2) dan clases de matemáticas en inglés. Pues bien, los zagales les piden al profesor, por favor, que primero les explique en español y ya luego, si sobra tiempo, en inglés. No se enteran. Mi hijo menor hizo la ESO trilingüe (español, francés, inglés): no paró de protestar. No se enteraba de las materias que daban en otras lenguas y tuvo que estudiarlas en los manuales en español de su hermano (que iba varios cursos por delante). O sea, es una estafa.

Si de veras se quiere una sociedad bilingüe, empiecen a emitir los programas infantiles y películas en inglés, subtituladas (como hacen en Portugal y Grecia, en las que el nivel del conocimiento de inglés es mayor que aquí) y creen un programa Erasmus también en enseñanza media en el que todos los alumnos españoles sean becados para pasar una temporada en un país europeo y empaparse de su lengua y cultura. Así se crea Europa desde las raíces.

Yo fui parte del experimento de uno de los primeros institutos del País Vasco donde se puso en marcha la Logse, pasando de BUP y COU a un nuevo modelo. Me pilló a caballo entre dos aguas, pero al menos pude estudiar Latín, aunque me robaron Griego. Cómo es posible que la educación se haya convertido en un arma arrojadiza, un despojo en mano de miserables como diría nuestro querido Pérez Reverte.

Arístides: Uf, ésa es una pregunta muy compleja. Si me permites, voy a colgar aquí un artículo que escribí en su momento en Zenda y que el propio Arturo Pérez-Reverte hizo viral. Creo que ahí respondo a tus preguntas. https://www.zendalibros.com/teneis-la-educacion-mereceis/

Los profesores a veces tenéis las manos atadas con programas y planificaciones en los que casi se secuestra parte de la Historia para centrarse en aspectos insulsos o interesados. ¿Lográis de alguna manera romper esas cadenas de esclavos «ilotas» y acercar la Historia Clásica a los alumnos?

Arístides: Llevo 31 años en la enseñanza pública. Con mis alumnos he hecho viajes de estudios (con contenidos artísticos o literarios obligatorios, bien preparados), obras de teatro, vídeos de divulgación, jornadas grecolatinas. Con desolación observo que desde hace un lustro o así los estudiantes que me llegan muestran un desinterés total por estas materias (he tenido que suspender algún viaje de estudios por falta de interesados: les va más irse de botellón que recorrer las calles de Roma). Han desprestigiado tanto la enseñanza, sobre todo de Humanidades, que me llegan chicos abúlicos, con escaso interés por mi campo de trabajo. Y, cuando alguno se sale de la media, es como una fiesta mayor. No los culpo: como he dicho antes, hemos consentido que les roben la educación y la cultura del esfuerzo.

Aún así, sé que soy uno de los últimos en las Termóplilas, no de los 300 (que se llevarán la gloria), sino de los 700 beocios o tespios que cayeron con ellos y a los que nadie honra; caeré con dignidad e intentaré seguir evangelizando a mis alumnos con el mundo clásico, aunque muchos se pongan dormir en clase o a jugar con el móvil a la mínima que me despiste.

A Grecia y a Roma les debo cuanto soy. Por la gratitud de la que hablaba antes he de seguir batiéndome por ellas, aunque sepa que los bárbaros ya nos han ganado las espaldas y que posiblemente con nosotros mueran los estudios clásicos también, ante la indiferencia general.

Te pediría que le explicases a un joven por qué debe aprender más sobre las lenguas clásicas, pero quizá el guante habría que lanzárselo, -y puede que en forma de bota- a los gobernantes, responsables de educación y padres, no?

Arístides: Deja que sea don Arturo Pérez-Reverte quien conteste por mí: Carta a María, por Arturo Pérez-Reverte.

Tienes catorce años y preguntas cosas para las que no tengo respuesta. Entre otras razones, porque nunca hay respuestas para todo. Y además, he pasado la vida echando la pota mientras oía a demasiados apóstoles de vía estrecha, visionarios y sinvergüenzas que decían tener la verdad sentada en el hombro. Yo sólo puedo escribirte que no hay varitas mágicas, ni ábrete sésamos. Esos son cuentos chinos. De lo que sí estoy seguro es de que no hay mejor vacuna que el conocimiento. Me refiero a la cultura, en el sentido amplio y generoso del término: no soluciona casi nada, pero ayuda a comprender, a asumir, sin caer en el embrutecimiento, o en la resignación. Con ello quiero sugerirte que leas, que viajes, y que mires.

Fíjate bien. Eres el último eslabón de una cadena maravillosa que tiene diez mil años de historia. De una cultura originalmente mediterránea que arranca de la Biblia, Egipto y la Grecia clásica, que luego se hace romana y fertiliza al Occidente que hoy llamamos Europa. Una cultura que se mezcla con otras a medida que se extiende, que se impregna de Islam hasta florecer en la latinidad cristiana medieval y el Renacimiento, y luego viaja a América en naves españolas para retornar enriquecida por ese nuevo y vigoroso mestizaje, antes de volverse Ilustración, o Fiesta de las Ideas, y Ochocentismo de revoluciones y esperanzas. 0 sea, que no naciste ayer.

Para conocerte, para comprender, lee al menos lo básico. Estudia la Mitología, y también a Homero, y a Virgilio, y las historias del mundo antiguo que sentó las bases políticas e intelectuales de éste. Conoce al menos el alfabeto griego y un vocabulario básico. Estudia latín si puedes, aunque sólo sea un año o dos, para tener la base, la madre del universo en que te mueves. Da igual que te gusten las ciencias: ten presente – como siempre recuerda Pepe Perona, mi amigo el maestro de Gramática -, que Newton escribió en latín sus Principia Mathematica, y que hasta Descartes toda la ciencia europea se escribió en esa lengua. Debes hablar inglés y francés por lo menos, chapurrear un poco de italiano, y que el estudio del gallego, del euskera, del catalán, que tal vez sean tus hermosas y necesarias lenguas maternas, no te impida nunca dominar a la perfección ese eficaz y bellísimo instrumento al que aquí llamamos castellano y en todo el mundo, América incluida, conocen como español. Para ello, lee como mínimo a Quevedo y a Cervantes, échale un vistazo al teatro y la poesía del Siglo de Oro, conoce a Moratín, que era madrileño, a Galdós, que era canario, a Valle-Inclán, que era gallego, a Pío Baroja, que era vasco. Rastrea sus textos y encontrarás etimologías, aportaciones de todas las lenguas españolas además de las clásicas y semíticas. Con algunos de ellos también aprenderás fácilmente Historia, y eso te llevará a Polibio, Herodoto, Suetonio, Tácito, Muntaner, Moncada, Bernal Díaz del Castillo, Gibbon, Menéndez Pidal, Elliot, Fernández Álvarez, Kamen y a tantos otros. Ponlos a todos en buena compañía con Dante, Shakespeare, Voltaire, Dickens, Stendhal, Dostoievski, Tolstoi, Melville, Mann. No olvides el Nuevo Testamento, y recuerda que en el principio fue la Biblia, y que toda la Historia de la Filosofía no es, en cierto modo, sino notas a pie de página a las obras de Platón y Aristóteles.

Viaja, y hazlo con esos libros en la intención, en la memoria y en la mochila. Verás qué pocos fanatismos e ignorancias de pueblo y cabra de campanario sobreviven a una visita paciente a El Escorial, a una mañana en el museo del Prado, a un paseo por los barrios viejos de Sevilla, a una cerveza bajo el acueducto de Segovia. Llégate a la Costa de la Muerte y mira morir el sol como lo veían los antiguos celtas del Finis Terrae. Tapea en el casco viejo de San Sebastián mientras consideras la posibilidad de que parte del castellano pudo nacer del intento vasco por hablar latín. Observa desde las ruinas romanas de Tarragona el mar por el que vinieron las legiones y los dioses, intuye en Extremadura por qué sus hombres se fueron a conquistar América, sigue al Cid desde la catedral de Burgos a las murallas de Valencia, a los moriscos y sefardíes en su triste y dilatado exilio. En Granada, Córdoba, Melilla, convéncete de que el moro de la patera nunca será extranjero para ti. Y sitúa todo eso en un marco general, que también es tuyo, visitando el Coliseo de Roma, la catedral de Estrasburgo, Lisboa, el Vaticano, el monte San Michel. Tómate un café en Viena y en París, mira los museos de Londres, descubre una etimología almogávar en el bazar de Estambul o una palabra hispana en un restaurante de Nueva York, lee a Borges en la Recoleta de Buenos Aires, sube a las pirámides de Egipto y a las mejicanas de Teotihuacán. Si haces todo eso o al menos sueñas con hacerlo, conocerás la única patria que de verdad vale la pena.

Aún así, ¿Qué le dirías a las nuevas generaciones?

Arístides: Que en los Clásicos está todo lo que una persona necesita para vivir una vida plena, que en ellos están las preguntas y respuestas que nos harán sentir que hemos vivido y no sólo transitado en forma de una sombra consumista y vacua por ella. Que amar, odiar, llorar, reír, rebelarse ante las injusticias de los hombres o los dioses como hicieron los clásicos te llena las alforjas del alma. Llevar tus Ítacas siempre contigo te ayuda a recorrer los laberintos de la vida. Honrar a nuestros ancestros devolviéndoles la vida a los que otros consideran piedras arrumbadas o tochos de columnas es una experiencia que te iguala a los dioses. Descubrir vestigios clásicos en El Señor de los Anillos, Juego de Tronos o las novelas de Percy Jackson o Harry Potter y saber que sin Homero, Herodoto, Apuleyo y otros, ésos no habrían existido te hace mirar a nuestros antepasados con ojos empañados de gratitud y emoción.

Gracias!!

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