Suiza en otoño. Lucerna y Engelberg

La ciudad de Lucerna, protagonista de nuestro viaje a Suiza en otoño

Suiza en otoño. Lucerna y Engelberg

La belleza de la Suiza central salta a la vista desde que entramos en tren en el país. Sus paisajes alpinos, los lagos que reflejan montañas son el escenario cotidiano de ciudades monumentales como Lucerna. Una villa con un emplazamiento privilegiado, a orillas del Lago de los Cuatro Cantones, con el Monte Pilatus contemplándola desde sus 2132 metros de altitud. Parece que todo se ha colocado allí como si fuera un decorado de ensueño, un plató de cine o un ensoñamiento idealizado.

El magnífico paisaje de Engelberg con el monasterio benedictino en primer plano

Pero no, todo es real, Suiza es real, con sus montañas nevadas, sus prados billantes de verde húmedo, su vacas de postal, el tren atraviesa las colinas y las ordenadas casas. Ese escenario es el privilegio de Lucerna y tantas ciudades suizas.

Como ya hemos avanzado, el tren es el medio de transporte ideal para descubrir y disfrutar de Suiza. De Lucerna sale todos los días un tren muy especial. Se trata del Luzern-Interlaken Express, que nos regala una ruta panorámica por algunos de los lagos más bellos de la Suiza central. Con parada en pueblos de ensueño como Brienz, antes de llegar a Interlaken.

Desde el tren panorámico Luzern-Interlaken Express

Pero eso no es todo, porque además de los atractivos de Lucerna y sus cercanías, desde aquí, dede el centro de Suiza, uno puede llegar en poco más de media hora al encantador pueblo de Engelberg, con sus casas de madera, chalets y granjas bucólicas. Y desde él acceder a una de las cumbres de los Alpes de Uri, el Monte Titlis, con sus 3238 metros, un balcón desde el que asomarse al país helvético.

El monte Titlis es una de las más bellas cumbres de la Suiza Central

Hay pues, mucho que narrar, mucho que contar. Pero empecemos por el principio, por la ciudad de Lucerna en el otoño suizo.

Suiza en otoño

Suiza en otoño. El Lago Trübsee, a los pies del Titlis, Engelberg.

Es ese mismo tren él que nos lleva por los fascinantes paisajes otoñales de Suiza. Un país célebre por sus estampas invernales y sus estaciones de esquí alpinas. Que en verano es un país animado que apenas duerme.

Otra imagen de Suiza en otoño. El pueblo de Engelberg

Pero la gran desconocida es la Suiza otoñal, esa que se tiñe de colores ocres, que contrastan con el azul de sus lagos cristalinos, el verde de sus prados y el blanco de sus cumbres nevadas. Una excelente época para viajar por Suiza, cuando todavía no hace demasiado frío y la animación veraniega permanece.

Lucerna, entre lagos y montañas

Lucerna y el río Reuss desde el Puente de la Capilla

Una estación ideal para conocer Lucerna, una de las ciudades principales de la Suiza central, junto con Berna. Un ambiente otoñal que sentimos nada más salir de su estación de ferrocarril, situada junto al lago. Pues la Feria de otoño, la Lozärner Määs, anima la ciudad con sus atracciones y sus puestos de comida y artesanía.

Qué ver en Lucerna

La Feria de otoño de Lucerna y el edificio “KKL Luzern”, diseñado por Jean Nouvel

Justo antes de entrar a la feria, en la Plaza Europa, llama la atención un edificio de arquitectura contemporánea realizado por el arquitecto francés Jean Nouvel. Se trata del KKL Luzern”, el Centro Cultural y de Convenciones de Lucerna, que alberga una elegante sala de conciertos y el Museo de Bellas Artes, el cuarto más grande de Suiza.

Aunque la principal atracción de Lucerna la encontramos poco después: el célebre Puente de la Capilla, el “Kapellbrücke”, símbolo de la ciudad. Una maravilla de la arquitectura en madera del siglo XIV, el puente cubierto más antiguo de Europa atraviesa en zigzag el río Reuss, conectando el centro histórico con la ciudad nueva.

El Puente de la Capilla de la Lucerna y la Torre del agua, símbolos de la ciudad suiza

 

Un paseo por su interior nos permite ver las pinturas sobre tabla que representan escenas históricas y religiosas, así como asomarnos para contemplar Lucerna desde diferentes perspectivas. En un extremo está la Torre del Agua, otro de los hitos de la ciudad. Se trata de una torre octogonal de más de 34 metros de altura construida en 1300, que en el pasado sirvió de atalaya, archivo y prisión.

Estos monumentos son los más fotografiados de toda Suiza. De hecho, muchas veces es la imagen que representa al país internacionalmente en folletos turísticos.

Otra perspectiva del Puente de la Capilla

Aunque el Puente de la Capilla no es el único puente de madera cubierto de Lucerna, también está el Puente del Molino, “Spreuerbrücke” erigido en el siglo XIV, el único desde donde se podían tirar los restos de salvado de la molienda, de ahí su nombre. En su interior admiramos las 67 pinturas del siglo XVII que representan la Danza Macabra, obra de Kaspar Melinger.

El buen ambiente a orillas del Río Reuss y los bonitos edificios del casco antiguo de Lucerna

Por otro lado, resulta muy curiosa la Presa de la Aguja de 1859 que regula manualmente el nivel del agua del lago Lucerna bajando o subiendo las agujas de madera. Muy cerca está la iglesia de los Jesuitas, la primera gran iglesia barroca de Suiza, que esconde en su interior una bonita bóveda con frescos.

El interior de la Iglesia de los Franciscanos, la primera iglesia barroca de Lucerna

A orillas del río, las animadas terrazas de cafés y restaurantes invitan a disfrutar de un buen rato con vistas al puente. Callejeando por el casco viejo atravesamos conocidas plazas con casas históricas decoradas con bonitos frescos. Es el caso de las plazas: “Weinmarkt” (mercado de vinos) , la “Hirschenplatz” o la Kornmarkt (mercado de harina). En esta última está el edificio del Ayuntamiento, de estilo renacentista, con su espléndida torre del reloj del siglo XIV.

La Torre del Reloj y el ayuntamiento de Lucerna están en la la plaza Kornmarkt (mercado de harina).

Varios días en Lucerna nos permitirán disfrutar de la Ciudad Vieja y de su buen ambiente de terrazas, restaurantes y tiendas muchas de ellas boutiques de lujo. Sorprende la cantidad de turistas procedentes de China y de la India que, en ocasiones paran solamente uno o dos días en Suiza antes de continuar su ruta por Europa.

Frescos de uno de los edificios del casco antiguo de Lucerna
Otro magnífico edificio con frescos

Por otra parte, aunque es menos turística, es recomendable la Ciudad Nueva de Lucerna, el animado barrio de Hirschmatt, situado al sur del Río Reuss. Es un barrio residencial que nos sorprende por su interesante arquitectura, que alberga hoteles, galerías, tiendas y restaurantes. Y también el teatro de la ciudad y la iglesia gótica de los Franciscanos reconocible por sus cúpulas verdes.

Edificios de la Ciudad Nueva de Lucerna

La visita de Lucerna continúa en el Lago de los Cuatro Cantones, que puede disfrutarse tanto a pie como en barco.

Qué hacer en Lucerna

Paseo en el yate panorámico Saphir por el Lago de los Cuatro Cantones

Un paseo en un yate panorámico por el Lago de los Cuatro Cantones

En los dos muelles de la ciudad esperan barcos turísticos para dar un paseo por el Lago de los Cinco Cantones y ver la ciudad de Lucerna desde otro punto de vista. El yate panorámico Saphir hace varias salidas diarias en el muelle de la orilla derecha.

Es una travesía pausada en la que el Monte Pilatus nos muestra su cara esplendorosa por momentos, cuando no se esconde tras la niebla.

El yate panorámico Saphir nos lleva por el Lago de los Cuatro Cantones. El Monte Pilatus en el horizonte

También se divisan las cumbres de los montes Bürgenstock y Rigi. Una hora surcando las aguas de lago de Lucerna y acercándonos a la orilla para ver más de cerca los colores del otoño, viñedos y viviendas con vistas.

Es recomendable sentarse en los bancos exteriores del yate, aunque haga frío, y después tomar algo en el restaurante panorámico.

La Feria de otoño de Lucerna

La Feria de Otoño de Lucerna con la gran noria

Al atardecer, seguimos el paseo del lago hasta el parque Inseli, y las plazas Europaplatz y Bahnhofplatz donde se iluminan ya las luces de la Feria de Otoño de Lucerna, la Lozärner Määs. Un evento familiar casi tan popular como el Carnaval de Lucerna, que se celebra desde hace nada menos que 100 años. comienza a principios de octubre y dura tres semanas.

La gente se divierte en las atracciones del Luna Park, como la gran noria, compra artesanía local y degusta especialidades gastronómicas en las 90 casetas que se extienden a orillas del lago.

Paseo a orillas del Lago de los Cuatro Cantones

La Colegiata de Lucerna con sus altas torres se ve desde muchos lugares de la ciudad

Regresamos al lago por la mañana, que está espléndido a pesar del frescor del día. Un poco antes, pasamos por la Colegiata, el mayor edificio religioso suizo del Renacimiento con sus dos altas torres. Muy cerca, en un parque se halla el sorprendente monumento del León moribundo, magníficamente tallado en la roca de una gruta.

Regresamos al lago para recorrer su orilla izquierda hasta el Museo del Transporte. Así nos lo contemplamos sin prisa y nos detenemos en sus jardines todavía llenos de flores, decorados con bonitas estatuas.

Paseo otoñal a orillas del Lago de los Cuatro Cantones, Lucerna

Es también conocido como Lago de Lucerna y conecta los cantones suizos de Uri, Schwyz, Unterwalden y Lucerna. Aunque podría llamarse “Lago de los Cinco cantones”, ya que el desaparecido cantón de Unterwalden ha sido sustituido por Nidwalden y Obwalden. El Monte Pilatus, cercano, y las otras cimas más lejanas completan un cuadro magnífico.

El Museo suizo del Transporte

El tren cremallera del Pilatus en el Museo suizo del Transporte

Llegamos al Museo suizo del Transporte, uno de los museos más visitados de Suiza. Impresiona recorrer los 20 mil metros cuadrados del Verkhrshaus o Casa del Tráfico, donde se traza de forma fascinante la evolución de los transportes y de la movilidad por carretera, vías férreas, agua, aire y espacio. Es necesaria al menos una mañana para disfrutar algunos de los 3000 objetos, espectáculos multimedia y exposiciones interactivas que propone el museo.

Coches antiguos en el Museo suizo del Transporte de Lucerna

Vagones de tren antiguos, cabinas de teleférico, bicicletas, coches de carreras, avionetas y helicópteros,…en cada sala nos divertimos subiendo a estos vehículos y aprendiendo más sobre ellos durante unas horas. También viajamos al espacio durante un buen rato. Aunque habrá que dejar para la próxima visita el Planetario y la Swiss Chocolate Adventure.

Desde luego, la Verkhrshaus da para mucho más.

El Monte Pilatus, mirador de Lucerna

En la cima del Monte Pilatus. Con visibilidad se ve Lucerna y el Lago de los Cuatro Cantones

Una visita de Lucerna no estaría completa sin subir al Monte Pilatus, el impresionante mirador natural de la ciudad, situado a 2118 metros sobre el nivel del mar. Un cercanías nos conduce hasta la estación de Alphnach donde se coge el tren cremallera más empinado del mundo. En apenas una hora se llega a la cumbre de Pilatus (desde Luzerna), tras atravesar bosques húmedos y paredes rocosas.

La sorpresa del mar de nubes cubriéndolo todo, -del que sobresalen los picos nevados de los Alpes-, nos hace olvidar que hoy no veremos las panorámicas de Lucerna y su lago. Impresiona el silencio y la belleza del panorama, aún más espectacular desde el mirador de Esel, al que se accede por unas escaleras.

La cumbre del Monte Pilatus desde el mirador de Esel

Hasta los cuernos alpinos -enormes trompetas hechas de madera- suenan magníficamente en el Pilatus en un concierto improvisado que dan unos músicos vestidos con el atuendo típico. Un instrumento impresionante de 3,5 metros que en el pasado servía para llamar a las vacas que pastaban en altitud y que hoy tocan más de 1800 músicos en Suiza. Es todo un símbolo del país.

Músicos suizos tocan los típicos cuernos alpinos en la cumbre del Pilatus

Tras la pausa musical emprendemos la «Ruta de las flores”, llamada así porque en primavera y en verano pueden observarse numerosas flores alpinas protegidas. Una hora y media de paseo por un sendero excavado en la ladera de un monte que está cortado a pico en la otra vertiente y que conduce a la cima de Tomlishorn. En días de mejor visibilidad se puede contemplar Lucerna y el Lago de los Cuatro Cantones.

La ruta de las flores para llegar a la cima del: mirador del Tomlishorn

Desde el mirador del Tomlishorn se ve la cumbre del Pilatus, la estación de tren cremallera y del teleférico, el edificio del restaurante y el hotel. Sobresaliendo de entre los algodones de las nubes, todo está a la vez muy lejos y al alcance de la mano.

Es fácil sentirse en la cima del mundo. Ésta es la imagen con la que nos quedamos mientras desandamos el camino de regreso y descendemos en teleférico a la estación intermedia de Fräkmüntegg, donde hay un parque de aventuras. Después continuamos bajando en otro tramo del teleférico hasta la base del teleférico en Kriens, a un par de kilómetros del centro de Lucerna.

El teleférico del Pilatus. El Lago de los Cuatro Cantones al fondo. ©Beat Brechbühl | Lucerne Tourism

Qué hacer cerca de Lucerna

La visita a la ciudad de Lucerna se puede combinar con excursiones por los alrededores, como un viaje en tren por una ruta panorámica, el descubrimiento del Monte Titlis y del pueblo de Engelberg.

Viaje panorámico en el tren Luzern-Interlaken Express

En el tren Luzern-Interlaken Express se atraviesan varios lagos y paisajes de ensueño

Salimos de la estación de tren de Lucerna para subirnos a la línea Luzern-Interlaken Express, una de las más populares de Suiza. Forma parte de la red de trenes panorámicos de Suiza que atraviesan una buena parte de su geografía mostrando paisajes de ensueño.

El nuestro fue fascinante viaje de 1h50 en un tren panorámico que pasa a orillas de cinco lagos: Cuatro Cantones, Alpnach, Sarnen, Lungern y Brienz. Se suceden imágenes de un paisaje de prados, montañas y pueblos idílicos.

El tren panorámico Luzern-Interlaken Express

El primero Sarnen, entre bosques y prados, rodeado de escarpadas cordilleras. Después, Brünig-Hasliberg, el punto culminante de la ruta (1001m.), que nos ofrece un panorama impresionante de los Alpes berneses y sus cascadas. Siguiente parada: Brienz, un pueblo típico suizo de chalets situado en un enclave privilegiado entre montañas y a orillas de un lago. Y la última estación: Interlaken, entre los lagos Brienz y Thun, con vistas panorámicas de las montañas Eiger, Mönch y Jungfrau.

Los trenes panorámicos de Suiza atraviesan paisajes de lagos y montañas

Es fácil imaginar el tren Luzern-Interlaken Express recorriendo estos paisajes en otras estaciones del año, devolviéndonos imágenes diferentes.

Durante el trayecto compartimos vagón con entusiasmados chinos que vienen a Suiza para conocer Lucerna y viajar hasta Interlaken para conocer el paisaje idílico que define este país. Nosotros nos paramos una estación antes para conocer el pueblo de Brienz.

Mapa del Tren Luzern-Interlaken Express

Mapa de la línea panorámica del tren Luzern-Interlaken Express

Brienz, imagen de la Suiza encantadora

En el paseo del lago de Brienz

La luz radiante de esta tarde otoñal resalta las aguas azul turquesa del lago de Brienz, que vemos desde el tren. Algunos viajeros corren al muelle para coger un barco turístico hasta Interlaken. Optamos por quedarnos en el pueblo y pasear por la calle Brunngasse, reconocida como la más bella de Europa. Para después perdernos por las callejuelas de magníficos chalets de madera con vistas a la montaña.

Y más tarde caminar por el largo paseo a orillas del lago Brienz y disfrutar de las vistas desde las hamacas municipales a disposición del visitante. Atardece mientras nuestra mirada se pierde en este remanso de paz.

La calle principal de Brienz

Engelberg y el Monte Titlis desde Lucerna

Dedicamos otro día a la visita de uno de los destinos más populares de Suiza: el Monte Titlis. Para lo que cogemos otro tren panorámico que nos conduce de Lucerna a Engelberg en 43 minutos. Desde la estación, tras un agradable paseo a pie hasta el teleférico Titlis Xpress, nos espera una subida de 25 minutos hasta la estación intermedia del lago Trübsee.

Teleférico al Monte Titlis (Engelberg), que está a 3238 metros de altitud.

Es emocionante ver cómo vamos ganando altitud y divisamos primero el pueblo de Engelberg y más tarde el bonito lago de montaña. El viaje sigue en el Titlis Rotair, el primer teleférico giratorio del mundo que rota a más de 3000 metros sobre el nivel del mar.

El puente colgante más alto de Europa está en el Titlis. ©Engelberg Titlis

Alcanzamos en sólo 5 minutos los 3.238 metros: estamos en el Titlis, una montaña de los Alpes de Uri. Tras atravesar una cueva glaciar que recorre lo recorre a lo largo de 150 metros, nos dirigimos a la escalera que nos lleva al puente colgante más alto de Europa. La niebla nos impide sentir el abismo sobre el que caminamos.

Pero se ven bien las obras de la Torre Titlis que pretenden transformar el actual edificio en una moderna estructura con vistas de 360º sobre el paisaje alpino circundante. Un nuevo restaurante con dos volúmenes formando una cruz que será una figura emblemática reconocible desde la lejanía. También se incluirá una nueva estación de esquí.

Vistas panorámicas desde el monte Titlis. Obras de la nueva torre

Por otra parte, sólo en invierno se puede ir hasta la estación superior en la excitante telesilla glaciar Ice Flyer que sobrevuela el glaciar Titlis.

Así que disfrutamos del privilegio de comer especialidades de la gastronomía suiza a 3.238 metros de altitud. Y nos reservamos para la estación media del Titlis.

Trübsee, la bella estación media del Titlis

El lago Trübsee con el el monte Titlis al fondo. Una postal de Suiza

Descendemos en el Titlis rotair a la estación media de Trübsee, que se encuentra a 1764 metros, donde nos espera una tirolina que sobrevuela el lago de montaña. Tras lo que disfrutamos de una ruta a pie rodeándolo recreándonos en las vistas del paisaje alpino y en la tranquilidad que reina en la meseta del cantón de Obwalden.

Engelberg, el idílico pueblo a los pies del Titlis

Las calles de Engelberg

Descendemos en teleférico de uno de los picos más emblemáticos de la Suiza central hasta Engelberg. Pasamos un rato callejeando por este pueblo idílico hasta el monasterio benedictino del siglo XII. Tiene la particularidad de poseer una quesería en el claustro, donde se muestra el antiguo proceso de elaboración del queso de los monjes. Lo dejaremos para otro día, ya que debemos coger el tren de vuelta a Lucerna.

Despedida de Lucerna

La muralla de Musegg y las torres de Lucerna. Desde lo alto hay vistas de la ciudad

Tenemos la sensación de que nos queda mucho que ver en la ciudad. Así que subimos a las fortificaciones rodearon la ciudad desde 1386: la muralla de Musegg y las torres. Sólo tres de ellas están abiertas al público: la Schirmer, la Zyt y la Männli. La segunda alberga el reloj más antiguo de la ciudad, que da las horas un minuto antes que los demás relojes de Lucerna.

Contemplamos las vistas de la ciudad desde lo alto antes de bajar a la Ciudad Vieja para cenar en un restaurante del centro y disfrutar de las especialidades locales.

Panorámicas de Lucerna y del Monte Pilatus desde la muralla de Lucerna

Gastronomía suiza en los restaurantes de Lucerna

Todavía guardamos en el paladar el recuerdo de la riqueza culinaria suiza de anteriores viajes. Como la fondue de queso Gruyère y Vacherin; la típica moitié-moitié de Gruyères; o la deliciosa crème double. Sin olvidar los célebres chocolates suizos.

La fondue de suiza, una especialidad que se puede comer en Luzerna. Beat Brechbühl

Así que no esperábamos menos en la región de Lucerna. Numerosos restaurantes ofrecen en su carta especialidades suizas como la raclette servida con “Gschwellti” (patatas cocidas sin pelar), o el “Älplermagronen”, un gratinado de macarrones, patatas, queso, nata y cebollas tostadas. Además del Rösti, que es una tortilla de patatas fritas en mantequilla.

Pero lo que nos gustó especialmente fue el “Luzerner Chügelipastete» de Lucerna, una de sus especialidades gastronómicas cuyo origen se remonta al siglo XVIII. Se trata de un gran volován relleno de carne picada (o su versión vegetariana con champiñones), mezclado con una cremosa salsa de nata, y acompañado de pasas al coñac.

El “Luzerner Chügelipastete» es una de las especialidades gastronómicas de Lucerna

Los sabores de la gastronomía suiza son el broche final perfecto a nuestro viaje por la Suiza Central.

INFORMACIONES PRÁCTICAS

Viajeros en Suiza. Lago Trübsee, Engelberg

¿Cuántos días se necesitan para visitar Lucerna?

Luzerna se puede ver bien en un par de días. Pero si incluimos la subida al Pilatus, el viaje en el tren Luzern-Interlaken express y la visita de Engelberg y el Titlis, se necesitan al menos 4 días completos.

Dónde dormir en Lucerna

Lucerna ofrece una amplia gama de alojamientos, muchos de ellos encantadores hoteles situados en pleno casco antiguo. En este viaje nos hospedamos en el hotel boutique más antiguo de Lucerna: el Weiss Kreuz, ubicado a orillas del río Reuss, a un paso del Puente de la Capilla y del ayuntamiento.

Cómo llegar a Lucerna

Para llegar a Lucerna desde España u otro país del mundo, hay que volar al aeropuerto de Zúrich (Zürich flughafen). Una vez allí, se puede alquilar un coche (mejor con antelación) o ir en tren. La estación es fácilmente accesible desde la terminal del aeropuerto.

El trayecto en tren dura 1 hora y 13 minutos.

Vuelos a Suiza con SWISS

Volar a Suiza con Swiss es garantía de calidad

La aerolínea suiza Swiss International Air Lines (SWISS) tiene numerosas conexiones desde Zúrich y Ginebra con más de 110 destinos en el mundo. Facilita el acceso a la Suiza central gracias a los vuelos directos a Zúrich desde varias ciudades de España. Por otra parte, también se puede volar con la aerolínea Edelweiss Air, que también forma parte de SWISS.

Además, volar con SWISS es garantía de calidad y fiabilidad, pues cuenta con una flota de aviones de las más modernas de Europa, tras la cual hay una innovación continua para reducir el impacto ambiental del transporte aéreo.

A ello se suma el hecho de que el viaje es cómodo y la atención al viajero excepcional, el cual tiene la sensación de estar en Suiza nada más embarcar.

Un avión de Swiss Air en el Museo suizo del Transporte de Lucerna.

En tren con el Travel Swiss Pass

El Swiss Travel Pass es un pase muy práctico que facilita la movilidad por todo el país en diferentes tipos de transporte. Ya que ofrece viajes ilimitados en tren, autobús y barco, y algunos trenes panorámicos. Además de algunas excursiones de montaña (Rigi), visitas a museos, descuentos en otras excursiones.
Se puede comprar por 3, 4, 6, 8 o 15 días.

Cómo moverse por Lucerna

Lucerna es una ciudad pequeña, todo se puede hacer andando, a no ser que tenga problemas de movilidad. Los autobuses funcionan bien y el tren les llevará a todos los puntos de interés cercanos a la ciudad.

Zona peatonal en el centro de Lucerna

¿Cómo llegar al Museo del Transporte?.

Caminando durante media hora a orillas del lago de Lucerna. A 8 minutos en tren, 10 minutos en bus y 10 minutos en barco. Entrada: 50% descuento con el Swiss Travel Pass.

¿Cómo llegar al Monte Pilatus?

El teleférico del Monte Pilatus

Se puede llegar en barco o tren hasta la estación de tren cremallera de Alphnach. La vuelta se puede hacer en teleférico por la otra vertiente hasta Kriens, ya casi en Lucerna. O viceversa.

¿Cómo llegar al Titlis?

Engelberg desde el teleférico que sube al Monte Titlis

En tren desde Lucerna hasta Engelberg, donde a tan sólo unos minutos a pie o en bus está el teleférico Titlis Xpress. Éste va hasta la estación intermedia de Trübsee, donde hay que coger el Titlis Rotair hasta la cumbre.

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