Ya salían los primeros guisantes, con sus vainas temerosas, cubiertas aún por tímidas flores blancas. Salían en occidente y las dejamos, abandonamos nuestro reducto para cruzar el Mediterráneo de punta a punta.
Del enloquecido oeste del continente, donde la gente malgasta bienestar y esfuerzos en marcar diferencias nos fuimos hacia los confines de Europa. Los que besan el oriente más próximo y nos unen con el resto de Asía. Europa, el mundo, ya no tienen más límites que los de la estratosfera, pero seguimos abonados a los prejuicios y las ideas más simples. Muchos siguen creyendo en un progreso imposible. Quizá por todo eso, visitar Rumanía, es, como en tiempos fue viajar a Madrid, a Praga, Portugal, Brasil, Barcelona o Francia, un ejercicio necesario y primordial. Para romper los conceptos más sólidos y más falsos, para acabar con las fronteras de la mente, para convencernos que, hechos de la misma pasta, tenemos los mismos derechos y la obligación certera de ponernos de acuerdo.
Viajamos a Rumania invitados por Enjoy Bucharest que desea dar otra imagen de la capital rumana, para atraer el turismo y dar a conocer las los atractivos turísticos de Rumanía. Agradecemos su iniciativa ya que nos permite conocer, reencontrarnos con una región del continente y un país, desconocido, injustamente olvidado. Sus monumentos, su historia compartida, -con sus vecinos en ese melting pot, ese crisol tan maltratado que son los Balcanes-; la naturaleza salvaje y abrupta que se descubre internándose en Transilvania, Maramures o el Banato; su gastronomía exquisita; la música, mezcla otra vez de sabores distintos. Y la fiesta, siempre activa y animada, pacífica pero intensa. Todo llama al descubrimiento, a barrer los prejuicios y lanzarse a conocer Rumania, porque el país protege todavía lo mejor que tiene, su hospitalidad y generosidad. Sus gentes acogen con aprecio, sobre todo a los españoles, algo que en Iberia deberíamos recordar más de una vez.
Crucé los Pirineos y, desde Barcelona, una de las bisagras entre España y Francia, volamos con compañeros de Portugal (la otra bisagra ibérica) y del Reino Unido, otro país, otra necesaria unión. Cruzamos mientras escribo, el Mediterráneo, ese bello charco africano, y asiático y también europeo. Los aires de la mitteleuropa ya son mis aires. Vuelo hacia oriente como no hubieran soñado los antiguos. Vuelo con sus alas, sus sueños y espero, alguna de sus virtudes. Los defectos sé que nunca podré expulsarlos, pero lo intento.
El viaje está abierto y Rumanía es el jalón que vamos a desentrañar. El viaje marcará con sus aristas el recuerdo, el mismo que barnizaremos de inventos y realidades, de malas y buenas sensaciones, experiencias. Así es y así será, pero nunca lo sabremos de antemano. El viaje está abierto y es como la ida, ignoto, desconocido. A mi lado, aún sobre los cielos se traba dura pelea entre alfiles blancos y torres negras. Batalla incruenta donde siempre los peones tienen la última palabra de una guerra sin vencidos, una suma positiva posible donde todos ganan. Jugadores de ajedrez camino de Bucarest.
Las luces de Otopeni, el aeropuerto de Bucarest, iluminan la primera noche rumana y, mientras, veo, en la sonrisa del emigrante, el cariño del reencuentro, el optimismo de un futuro mejor. Sé que en Rumanía la gente no es, ni mejor ni peor que la del resto del mundo, compartimos todo lo malo, pero también la esperanza. Que sea presagio y que sea comienzo.
Abril 2015
Enjoy Bucharest Romanian Digital Travel Conference.
Este artículo será el primero de una serie en la que retrataremos a nuestra guisa lo que fue esta semana en Bucarest. Tengo, por tanto, que agradecer el esfuerzo, el trabajo y el cariño de todo el equipo de Enjoy Bucharest, sin el que no hubiera sido posible este nuevo gran viaje. Gracias pues a Cezar Dumitru organizador y contador de Historia, Alex Filip y Toma Nicolau cicerones excelentes que nos guiaron por el día y por la noche de Bucarest.
Al gran equipo de fotógrafos que han renovado con su entusiasmo el placer de hacer una foto: Alin Popescu y su sonrisa permanente, Dragos Asaftei no menos sonriente, Victor Arsene eficaz y brillante, Alex Damian y Andrei Zdetovetchi, todos soberbios. ¡Hasta la próxima amigos!
Gracias, por supuesto a la “Spanish Mafia” a la que ha sido un honor pertenecer: Sara Amata, Fran Soler, Iosu López, Víctor Gómez e Inma Gregorio, a cada cual más divertido y brillante.
Muchas gracias a la conexión lusobrasileira: Yara Coelho y Marcela Fae; a Duncan Rhodes de Gran Barcelona / Uk; a mi colega francesa Lucie Aidart; a Marysia Maciocha la danzarina polaca que hace mejores fotos. Con todos he reído y aprendido.
Gracias a Andra Nicula y Raluca Muresan por su trabajo en Enjoy Bucharest y por su amabilidad, compañía e interés en nuestros proyectos. Colaboraremos y nos volveremos a ver, seguro.
Saludos finalmente para Marissa Anwar, Tabitha Bethelmy, Stefania van Lieshout, Sharron Livingston, DJ Yabis, Raphael Alexander Zoren, Prince Erick, Petrus Lungo, al resto de bloggers invitados que olvido aquí y a los demás amigos rumanos que han hecho todo esto posible.
Por último, mi agradecimiento a los patrocinadores, La Oficina de Turismo de Bucarest, el Ayuntamiento de Bucarest, el Hotel Intercontinental, Blue Air, Telekom Romania, La Shoteria, The Harbour, Journey Pub&More, Stejarii Country Club, Hanul Manuc, CDI y Dent Estet, que han financiado el evento y nuestros viajes.
Página oficial de Enjoy Bucharest 2015.