La Moldavia rumana no se asemeja a la agitada Bucarest, es distinta y las carreteras se encargan de explicárnoslo. En uno de los rebordes de los Cárpatos, el que mira hacia el Danubio, se cuelan valles y embalses entre las últimas montañas. Después la llanura moldava llega al río y, por encima de él, hacia el norte, Ucrania; hacia el noreste, Moldavia (el país) y Rusia. Pequeñas ciudades de provincias como Roman, Targu Neamt o Piatra Neamt ofrecen la naturalidad de Rumanía. Sonrisas y ambiente acogedor en ciudades y pueblos donde el Estado debería hacer mucho más y no lo hace. Gentes que sonríen aunque el capitalismo más salvaje sólo les haya afectado de refilón, sin darles siquiera ese consumo exacerbado que es la peor compensación a la perdida del alma. A cambio, la región mantiene esa apertura sorprendente, ese vicio saludable de acoger bien. Los rumanos son lo mejor que tiene Rumanía, sin ninguna duda.
La Rumanía rural es diferente pero ni mucho menos peor. Las carreteras no son buenas, y es un eufemismo, pero el resto de servicios (hoteles, restaurantes, comercios…) están bastante bien y podemos encontrar establecimientos muy modernos y preparados, algo que no es habitual en las zonas rurales de Francia, Alemania o Gran Bretaña. Por supuesto, el viajero debe retirar el lodo que muchos medios de información han vertido sobre el Este de Europa, para ir más allá de las apariencias y ver que Rumanía es un país agradable y acogedor. Hay problemas, algunos muy graves, pero juzgarlos con equidad sin mirar el apellido de las personas es el principio de la justicia.
Nosotros no podremos hablar mal, ya que llegamos a Piatra Neamt y la Moldavia rumana, gracias a la invitación de Eventur y de todas las instituciones y patrocinadores de este encuentro de bloggers rumanos e internacionales. Pero no podemos hablar mal porque, siempre que nos vamos de Rumanía nos vamos con ganas de volver, con la maleta cargada de recuerdos, nuevos amigos y excelentes sensaciones.
PriNeamt y la búsqueda de un nuevo turismo.
El proyecto PriNeamt busca promover la región como destino turístico ecoresponsable. El objetivo es complicado ya que el concepto es discutible, pero las intenciones son voluntaristas y sinceras. El turismo masivo puede ser contraproducente, lo sabe bien el Mediterráneo y todas esas ciudades fantasmas como Venecia. Últimamente Barcelona es un ejemplo de éxito turístico exagerado y, al final, negativo. Moldavia está muy lejos y es desconocida pero tiene un potencial de nicho muy interesante, naturaleza, cultura, gastronomía, deporte, y sobre todo no nos cansaremos de decirlo, su gente.. Pero vayamos por pasos.
La Moldavia Rumana.
La fronteras además de peligrosas, nunca son fiables porque cambian con el paso de los hombres y los siglos. Los diferentes grupos humanos se empecinan en fosilizar un limite indefinido en un instante del pasado, para guerrear y ocultar los verdaderos problemas. No seguiremos esa senda. Así pues la región, Moldavia, es un territorio variable situado en la desembocadura del Danubio, que ha ocupado partes de Rumanía, Moldavia, Ucrania y Rusia. Moldavia fue un principado (Voivodato), formado en la baja Edad Media y tributario/dependiente del Grand Ducado de Lituania, después, de forma diferente, del Imperio Otomano, Austro-húngaro y Ruso.
Tras innumerables repartos y cambios, hoy una parte pertenece a Ucrania, otra a Rusia, una tercera forma la República de Moldavia, -ex república soviética-, y la zona suroeste, la mayor, es rumana.
La región rumana, es una zona agraria con pocas industrias tras la privatización reconversión de los años 90 que siguieron a la caída de la dictadura de Ceaucescu. Sin grandes aglomeraciones, el reducido tamaño de sus ciudades, -si exceptuamos la capital Iasi-, junto a la belleza de su relieve, hace de la región un destino ideal si buscamos naturaleza y actividades al aire libre. Con todo, las principales ciudades, –Piatra Neamt, Targu Neamt, Durau, Roman e Iasi-, cuentan con suficientes atractivos culturales (festivales, museos); gastronómicos, monumentales (castillos, fortalezas, monasterios). No olviden pues, estos nombres.
La naturaleza en la Moldavia rumana.
Ríos, lagos artificiales -creados en los últimos valles de los Cárpatos, gargantas estrechas y montes desconocidos al alcance de cualquiera habituado al senderismo. Todo esto en un radio de menos de 50 km. La visita de los parques Nacionales es posible de muchas maneras. Una vista corta o una ruta de senderismo de los días que decidamos.
En un próximo artículo contamos nuestra ruta de dos días por el Parque Nacional del Monte Ceahlau. Este parque posee un refugio de montaña, en la práctica un pequeño hotel, -que aún estando en reformas es más cómodo que muchos refugios de los Pirineos, por ejemplo-. Cerca de Durau y Piatra Neamt, las vistas de la zona del lago Bicaz, los atardeceres y el mar de nubes con el que nace el día son, muy, muy recomendables.
Cerca de Targu Neamt se hallan algunos de los monasterios más bonitos de la Moldavia rumana. En el cercano Parque Natural de Vanatori Neamt, se ha reintroducido el uro o bisonte europeo. Una reserva natural permite, si se levantan pronto, ver a estos imponentes animales.
Otro de los lugares a no perderse son los alrededores del Lago Bicaz, donde se pueden practicar deportes acuáticos. La cercanía de Piatra Neamt, hace de estos planes otra visita muy interesante.
En la misma Piatra Neamt, un teleférico nos lleva a la cima de una de sus colinas. Desde allí, las vistas completan la nuestra imagen de la zona, valles tranquilos, colinas y montañas juntos a lagos y embalses. En invierno, una estación de esquí substituye a los recorridos en bici o trekking.
Por último no podemos olvidar el Parque Nacional de las gargantas de Bicaz y el lago Rosu, que se encuentran en la frontera occidental de la región ya entrando en Transilvania e internándonos en el corazón de los Cárpatos. Estrechas gargantas, fotos de infarto o deportes de riesgo como el cañoning, a escoger según nuestras aptitudes.
Indispensable.
Arte y cultura.
Arqueología, fortalezas y castillos.
Roman, Piatra Neamt y Targu Neamt cuentan con museos etnográficos, arqueológicos y de pintura que pueden ser un interesante complemento a un viaje donde predomina lo natural.
El museo arqueológico de Piatra Neamt posee una excelente colección de la cultura neolítica de Cucuteni, una de las que dejó más restos en la región. Cerámica y estatuillas que muestran la calidad artística de una cultura que ya estaba sedentarizándose desde el 4500 A.C.
El centro de Piatra Neamt posee algunos edificios de interés, a pesar de que domine una arquitectura de raíz “socialista” muy parecida a los horrores “capitalistas” occidentales de los años 60 y 70.
Cerca, en el pueblecito de Tarpesti, encontraremos la casa museo de Neculai Popa, artista y coleccionista amateur que reunió en su museo una ecléctica colección de objetos folklóricos (trajes, útiles de labranza, monedas, armas) juntos a mascaras de tela y esculturas de piedra y madera. Sus obras de un estilo naïve curioso y bello, sus obras retratan el pasado prerromano con figuras de guerreros dacios de barba abundante. Muy desconocido y muy recomendable.
Mucho más interesantes son los restos de la época del Principado Moldavo, sobre todo los que datan del gobierno de Esteban el Grande, en la segunda mitad del siglo XIV. Por ejemplo la fortaleza de Neamt, que protegió la ciudad de Targu Neamt; o la torre-campanario de Piatra Neamt. Mención aparte merecen la cantidad ingente de iglesias y monasterios construidos después de cada una de sus victorias contra los otomanos mayormente, aunque también contra los polacos y húngaros.
La fortaleza de Neamt fue importante durante está época de guerra contra los otomanos, que sin embargo acabó en forma de acuerdo. La Moldavia del cristianísimo Esteban III se convirtió en un Voivodato, un principado independiente pero vasallo del Imperio Otomano, y así fue durante unos 300 años. Para que veamos que la religión, como el resto de las cosas, no es óbice de nada a no ser que queramos que lo sea. Nosotros, respetando y siendo respetados continuamos nuestro camino por Moldavia.
Monasterios e iglesias ortodoxas.
Sin duda los edificios más sorprendentes de Moldavia son sus monasterios e iglesias. Su formas puntiagudas y techos coloridos junto a la disposición de los edificios, todo ello en un ambiente religioso pero distendido choca con nuestro espíritu racionalista. El contraste, respetando cada uno nuestros principios, es muy curioso. Monjes vestidos de negros hasta los píes, con barbas blancas y una austeridad total se recortan sobre los decorados fondos y los muros policromados donde abunda el oro.
Estos monasterios no son tan conocidos como los de Maramures y Bucovina, pero merecen la visita sin duda. Entre los principales monasterios citaremos el de Neamt, el de Agapia o el de Durau.
Moldavia Moderna.
Piatra Neamt es la sede de un festival de cortometraje y cine de artístico todos los veranos, el Filmul de Piatra. Durante nuestra estancia en Piatra fuimos invitados al evento y lo disfrutamos silenciosamente. Primero degustando una magnífica Ursus (cerveza) con nuestros compañeros bloggers Pedro Oliveira y Víctor Gómez en la sala oscura. Películas rumanas de jóvenes directores que daban otra imagen del país. Una imagen que desgraciadamente no llegará a muchos. Una imagen, no diferente de la de los jóvenes de toda Europa, un reflejo de los problemas que nos afectan a todos.
Después la fiesta continuó en el Cine Dacia en una curiosa electrodance party silenciosa. Para entrar, los organizadores a los que hay que felicitar por su trabajo y aplicación, -todos menores de 30 años-, nos daban unos auriculares. Si queríamos bailar y escuchar la música debíamos ponérnoslos, de lo contrario sólo habría silencio. Era curioso verse “danzar” poseído por sonidos electrónicos y narcóticos en la oscuridad mientras todos los bloggers fotógrafos inmortalizaban un momento de silencio musical. Quizá a todo ello contribuyó nuestro amigo y DJ improvisado, -o tal vez no tanto-, Toma Nicolau, uno de los principales organizadores del encuentro de bloggers, Piatra Neamt IV.
Un hasta luego.
Sin duda habrá nuevos viajes a Rumania, porque lo que más nos ha gustado ha sido la gente que hemos conocido y ese ambiente de grupo que disfrutamos. Cuando se recuerda con nostalgia los trayectos en el autobús, charlando con fotógrafos geniales de los que siempre se aprende algo; cuando recordamos con una ápice de tristeza los techos metálicos de las casas que abrazan las carreteras de Rumanía; cuando, al final, añoramos el fresco viento de la brisa, en una azotea con neones y amigos, entonces, es que el viaje fue fructífero y talló la piel, dejando alguna bonita cicatriz.
Gracias sobre todo a EVENTUR, a Alex Philip y Toma Nicolau por ser amigos además de organizadores (Cezar Dumitru no pudo estar, una lastima, gracias también a él).
Gracias a Andrei Grigoruță y Horia Ioan (por su visita guiada de Piatra Neamt y su compañía en el Monte Ceahlau);
a Adi Zăbavă y Andi Amironoaiei (por sus completas explicaciones);
a George Blaga por conversar y enseñarme en un autobús que surcaba Rumanía;
a Ovidiu Slătinea y Cristian Sutu por sus magníficas estampas;
a Bogdan Nemțanu y Simona Stănescu por compartir las alturas prohibidas y disfrutar de la noche moldava;
a Georgiana Ionescu e Ionela Lungo por posar de forma tan natural;
a Tudor Handaric porque, el volante no tembló en sus manos y el tiempo se curvó, para que llegase al aeropuerto con un minuto de margen. ¡Toma, el café me lo tomé en París, eso sí!
a Ionuț Rusu por ser tan joven y tan bueno. Gran fotógrafo al servicio de todos;
a Alin Pandaru (otro chofer de excepción), Adrian Anghel, Tudor Popa, Tudor Iacob, Marian Ionescu, Cristian China y Horatiu Zanoaga por acompañarnos y ayudarnos en lo que necesitamos;
a Dumitrescu Rareș por su dacia barba y por su humor genial;
a Lavinia Dolea, la mujer que roba la luz del sol, y Silviu Răcheriu, fotógrafo y “Moses”, porque son amigos para siempre;
a Ariel Constantinof por su empatía y simpatía. Más amigos para siempre.
Y al final, un abrazo para los compañeros venidos de todo el mundo, Mike Huxley, Alexandra Kovacova, Samuel Jeffery (cuídate compañero), Audrey Bergner, Anna Lysakowska, Sarah Thomas, y, en especial, a Pedro Oliveira y Víctor Gómez.
De todos aprendí algo.
Hasta pronto.
#prineamt #enjoybucharest
Un recuerdo también a los patrocinadores:
#priNeamt – the 4th edition of the most important event dedicated to promoting in the online environment of a county from Romania. Details about this event on http://goo.gl/Lw8mzy. Organizer: Eventur Bucharest. Powered by Petrom Romania. Main partners: Neamt County Council, City Hall of Piatra Neamț, Blue Air, Roman Plaza Hotel and Aristocratis Pension. With the support of: Ancutei Inn, Central Plaza Hotel, Bistrita Hotel, Auto Moldova, Nenea Iancu Beer House and Filmul de Piatra short-movie festival.
Pedro @travelwithpedro
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Bellísimas palabras, ¡Iñigo! Has retratado a la provincia de Neamt con mucha lealtad y sensibilidad. Sin lugar a dudas, ha sido un viaje estupendo y esa zona de Rumanía ha sido una de las grandes sorpresas del año.
¡Un fuerte abrazo!
Iñigo Pedrueza
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¡Gracias a ti Pedro!. Espero compartir más viajes con tan excelentes viajeros.