Un hotel en la isla de São Miguel de Azores que propone a sus huéspedes un baño en medio de una plantación de piñas, un auténtico homenaje a esta fruta tropical de sabor intenso y cuyo cultivo en invernaderos fue motor de la economía de la isla entre el siglo XIX y XX. El viajero curioso subirá a la Fajã de Baixo, situada a escasos kilómetros de Ponta Delgada, la capital de São Miguel, para alojarse en el Hotel Senhora da Rosa. Porque relajarse en las aguas de esta piscina, templadas por el efecto invernadero, casi sintiendo cómo nacen las piñas, es algo realmente especial. Aunque el Hotel Senhora da Rosa tiene otros atributos que lo convierte en uno de los alojamientos más atractivos y encantadores de la isla de São Miguel.
Su situación, subiendo desde Ponta Delgada por una ladera a la Fajã de Abaixo, donde se encuentra el Centro de Interpretación del Cultivo de la Piña, centro de memoria, y numerosas plantaciones que pueden visitarse. Pero también por su bello edificio histórico rehabilitado, sus espaciosas salas que lucen orgullosas un diseño envidiable y magníficas colecciones de objetos vintage. O sus confortables habitaciones con terraza propia donde la naturaleza de la isla azoriana se retrata en sus paredes, y se extiende a los jardines a través de las luminosas ventanas. Por no hablar de sus espacios wellness, de las cabañas en medio de la vegetación o la gastronomía azoriana que propone su restaurante, aventura y placer para los sentidos a partes iguales.
Estas son algunas de las virtudes de un hotel que consigue que el huésped sienta que está en un viaje de placer y descubrimiento. Alojarse en el Hotel Senhora da Rosa (enlace para las reservas) es el prolegómeno perfecto de lo que nos espera en la isla de São Miguel.
Diseño y elegancia en el Hotel Senhora da Rosa
El Hotel Senhora da Rosa se encuentra a 4 kilómetros de Ponta Delgada, en una antigua quinta del siglo XVIII que invita al descanso y a la tranquilidad en sus 3 hectáreas de terreno ocupadas en parte por vegetación azoriana. El edificio fue restaurado adoptando un aire contemporáneo con espacios amplios y luminosos.
El amplio hall de bienvenida conquista a los amantes del diseño que se debaten entre dirigirse a cualquiera de los rincones acogedores deliciosamente decorados que están frente a la recepción, o al bar inundado de luz natural que convida a un momento relajante.
Se impone un recorrido sin prisa para apreciar los elementos, tanto de mobiliario como decorativos, que componen esta sucesión de espacios intercomunicados: hall, tienda con productos exquisitos y bar. Contemplar las magníficas lámparas de la entrada que no tienen nada que envidiar a las del comedor: ambas, puro diseño y elegancia. Sentarse en los confortables sillones de las improvisadas salitas de la recepción o del bar, simplemente para pasar un rato. O pararse a mirar cada uno de los objetos antiguos de colección que se exponen en la gran estantería abierta que separa el hall del bar.
Continúa este tour del diseño y el buen gusto cuando el huésped se dirige a las habitaciones: lo recibe un cálido espacio que evoca los viajes por el mundo. Una sala abierta en la que sentarse a hojear un mapa, una guía de la isla de São Miguel o a reparar en los bonitos detalles decorativos relacionados con el viaje.
Habitaciones con vistas, jardines y espacios relax
La elegancia se extiende a las espaciosas habitaciones, un total de 33, en las que la naturaleza comienza en las grandes fotografías de las paredes evocadores de paisajes de la isla y continúa en las grandes puertas que nos muestran cuadros donde se funden el cielo y los árboles. Tras las puertas, apacibles terrazas miran privilegiadas a los jardines exteriores y a la piscina. Todo en el Hotel Senhora da Rosa anima al reposo, al disfrute y a la contemplación en medio de un silencio afable.
Aquellos huéspedes que buscan sentirse en medio de la exuberante naturaleza, con todas las comodidades, pueden optar por las Tranquility Garden Lodges, cabañas diseñadas siguiendo la estructura de los antiguos “cafões” de las Azores, unas construcciones donde se almacenaba y secaba el cereal. Un auténtico refugio para los que gustan de este atractivo alojamiento.
El atardecer es un buen momento para relajarse tras una jornada de visitas por Ponta Delgada o por São Miguel. En el contemporáneo edificio que alberga un spa con sauna y baño turco es un placer disfrutar de una experiencia relajante. Entre sauna y baño, se pueden contemplar las estrellas a través de los altos ventanales que hay frente a las tumbonas.
Los huéspedes que opten por quedarse a pasar el día en el Hotel Senhora da Rosa pueden practicar paddle o darse un buen baño en la bonita piscina que mira al hotel, o pasear por el jardín para terminar en el espacio estrella de este alojamiento: la plantación de piñas.
Bañarse rodeado de una plantación de piñas, ¡qué experiencia!
La inesperada plantación de piñas en uno de esos bonitos invernaderos de hierro decorado y cristal que se repiten por diferentes lugares de la isla de São Miguel, deja sorprendido al visitante. Uno se queda sin palabras cuando abre la puerta y se encuentra con una piscina en primer plano y una amplia plantación de piñas que crecen al ritmo del calor y la humedad.
Una fantástica sorpresa que recuerda la historia de esta fruta tan ligada a la isla de São Miguel en el siglo XIX que hasta la primera mitad del siglo XX se exporaban por el mundo. Las naranjas y otros cítricos habían protagonizado el anterior ciclo económico de la isla, cuando una plaga acabó con ellas. Situadas en fajanas (fajãs), llanuras creadas por coladas volcánicas, las plantaciones de piñas encontraron fértiles tierras para desarrollarse. Las “estufas” o invernaderos de vidrio encalado se convirtieron en esos espacios donde recrear un entorno de temperatura y humedad ideal.
Una construcción abierta a los huéspedes en honor a la historia que todavía permanece viva en algunos rincones de la isla. Y poderse sumergir en las aguas de una piscina calentada por el calor acumulado en el invernadero, es una auténtica experiencia. Sobre todo, rodeados de cientos de piñas que muestran ya sus flores rojas, algunos, sus frutos en pleno desarrollo, otros.
Cualquier momento es bueno para escaparse al invernadero de piñas para darse un baño relajante, único, en su piscina. De día, en una jornada lluviosa en la isla de São Miguel, que obliga al visitante a quedarse. O de noche, cuando la única luz azul de la piscina ilumina esta plantación de piñas y hasta parece que las oimos crecer.
Experiencias gastronómicas azorianas
Por la mañana, en los abundantes desayunos servidos en el bonito comedor o en el luminoso porche, una de las protagonistas es la piña, cosechada en el propio invernadero del hotel, en su justo punto de maduración. Uno más de los sabores de las islas Azores que nos propone el Restaurante Magma que, de la mano de su chef João Alves, hace de cada comida una auténtica experiencia gastronómica.
Aquellos que quieran terminar la velada tras la cena en un delicioso lugar, no tienen más que subir a la terraza panorámica situada en lo alto del hotel.
————————-
La curiosidad por vivir la original experiencia de bañarse en una plantación de piñas, lleva al viajero que busca alojamientos con encanto en las islas Azores, al Hotel Senhora da Rosa. Un hotel que invita a descubrir un pedazo de historia de la isla, su gastronomía, su naturaleza, y a disfrutar relajadamente de unas buenas vacaciones.
Cómo reservar su estancia en Señora da Rosa.
Si le ha gustado el hotel y quiere reservar una estancia en el Hotel Boutique Senhora da Rosa puede utilizar en enlace que le dejamos aquí abajo.