Reina un silencio inmemorial en las viñas de la isla de Pico, aquí en medio del Atlántico, en el centro de las islas Azores, a sólo unas horas de Norteamérica y de Europa. Un silencio solitario sólo roto por la bravura del mar próximo y por la omnipresencia de la “Montanha”, el impresionante volcán de Pico que nos mira desde sus 2351 metros, la cumbre más alta de las islas Azores. Contemplamos fascinados las viñas de la isla de Pico, que crecen bravas protegidas en sus “currais” de piedra volcánica, que asoman de entre las hendiduras de las rocas, acariciadas por el sol, ajenas a los atlánticos.
Parece mentira que en esta isla volcán innhóspita, de tierra incultivable hayan podido crecer uvas de gran calidad que producen los célebres vinos de las Azores. Era un reto al que enfrentaron los primeros pobladores de la isla de Pico desde 1427, quienes encontraron diestramente la manera de cultivar viñas en inmensas extensiones de roca volcánica, protegiéndolas de las inclemencias del Atlántico.
Como por arte de magia, los habitantes de la isla de Pico consiguieron que estos viñedos prosperasen produciendo un vino codiciado por nobles y zares en el siglo XVI. Con un sistema infalible y el sudor de su frente crearon un paisaje vinícola único de muros de piedra y miles de parcelas rectangulares contiguos que se extienden en nada menos que ¡¡987 hectáreas!! en la costa norte, sur y oeste de la isla de Pico. Concretamente en los sitios históricos de Lajido da Criação Velha y Lajido de Santa Luzia. Los fantásticos “currais” y un entramado de muros de piedra volcánica que ¡¡podría dar dos veces la vuelta al Ecuador!!. Además de una arquitectura tradicional ligada al cultivo del vino. Todo ello conforma un paisaje de una belleza singular y cautivadora que fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial en 2004.
La interesante solución de los “currais” en el paisaje de las viñas de la isla de Pico
Todavía en la actualidad se siguen plantando vides en los “currais”, que conforman el paisaje de las viñas de Pico en cuadrículas sorprendentes. Se trata de parcelas restangulares con sus muros de piedra volcánica suelta que los habitantes de Pico construyeron hace siglos para proteger las viñas de los vientos y las nieblas procedentes del mar. Un sistema sencillo con un resultado absolutamente acertado que propició la producción del Vino de la isla de Pico. Aunque también influyeron otros factores importantes, como el microclima cálido y seco de la zona, y las características de la roca volcánica, que retiene el calor, convirtiendo los “currais” en auténticos invernaderos. También hay que hablar de la riqueza en nutrientes del suelo volcánico. En relación a esto último, hay que recordar que la isla de Pico es la más joven de las islas Azores – su origen se remonta a unos 300 mil años -, lo cual explica que exista una fina capa de humus sobre la roca volcánica.
Acercándonos a los “currais” de Pico, podemos imaginar las duras condiciones de trabajo a las que debieron enfrentarse los primeros pobladores de la isla, ya que tenían que construir los “currais” y muros, además de cultivar y mantener las viñas y cosechar la uva artesanalmente.
Los “currais” se multiplicaron en el siglo XIX, ya que la producción de vino era muy grande: entre 12 y 15 mil barricas por año, lo que propició la exportación del vino de Pico a diferentes lugares del mundo: Rusia, Alemania, Inglaterra, Brasil,…desde el puerto de Horta, en la vecina isla de Faial.
Con las plaga de la Filoxera que afectó a todo el continente europeo, los cultivos se diezmaron en Macaronesia – a pesar de que estas tierras atlánticas fueron las grandes resistentes – y pasaron a producirse sólo 100 barricas, lo que hizo que se abandonara el cultivo de la viña. También influyó la desertización – con pérdida de suelo y disminución de precipitaciones – .Por eso hoy vemos todavía muchos “currais” abandonados.
Fue gracias a la creación de la Cooperativa Vitivinícola de Pico en 1951 que se intentó recuperar este cultivo ancestral en “currais”, salvando así el vino de Pico. Más tarde, en 1982, se creó el Museo del Vino y la Fiesta de la Vendimia, que contribuyeron a la revitalización de la cultura del vino en la isla de Pico. Pero sobre todo, fue la ley de 1986 de protección de la arquitectura tradicional ligada al cultivo de las viñas y las bodegas. Y, por supuesto, la declaración por la UNESCO en 2004 del Paisaje Cultural de la Viña de Pico como Patrimonio Mundial, lo que afianzó la cultura del vino de Pico y lo dotó de valor histórico y cultural. Asistimos en nuestro viaje a la segunda más grande de las islas Azores, al resultado de años de trabajo, recuperación de “currais”, creación de bodegas, que han relanzado el vino de Pico en el mundo.
Ruta por las Viñas de Criação Velha – PR05 PIC
Nada mejor que hacer la ruta por las Viñas de Criação Velha, localidad de la isla de Pico, el Sendero PR05 PIC, para apreciar este paisaje, tener una idea clara de la magnitud de los viñedos de Pico. Además de ver de cerca los “currais” y el duro trabajo hecho sobre la roca volcánica y los campos de lava. Y, sobre todo, contemplar el milagro del crecimiento de las uvas en este entorno inhóspito y aparentemente indomable.
Una ruta que se adentra en el área de Paisaje Protegido del Cultivo de la Vid que nos llevó por la carretera que une la pedanía de Candelaria y el lugar de Areia Larga, en el municipio de Madalena. Y que, en un momento dado, nos abrió las puertas a los “currais” y de sus muros protectores, acercándonos a las magníficas viñas a las que parece que les cuesta crecer entre la roca volcánica y que dan el excelente vino de Pico.
Comenzamos el recorrido por las Viñas de Criação Velha en Porto do Calhau y caminamos por la carretera solitaria que mira al mar en casi todo momento en un paisaje dominado por el oscuro de la roca volcánica y la escasa vegetación que en ella se desarrolla. Un paisaje en el que los protagonistas son los “currais” de viña que en la primera parte del recorrido son una muestra más humilde de lo que nos espera más adelante. Nos impresiona saber que solamente se ha recuperado un mínimo porcentaje (10%) de “currais” en la isla, y que todavía queda mucho por hacer. Podemos corroborarlo contemplando muchos de ellos abandonados, ocultos bajo un manto de vegetación.
En seguida vemos un “poço de maré”, uno de los elementos arquitectónicos típicos de las Viñas de Pico, que eran pozos para abastecer de agua a los habitantes de la isla. Pasamos por una zona elevada que aprovechamos para apreciar la vista de las viñas, así como de los islotes de Madalena.
Las vides en pleno octubre ya han dado su fruto, la vendimia ha pasado, y ahora tienen los colores del otoño. Asoman de entre las piedras y nos preguntamos cómo pueden crecer en estas condiciones, y sin embargo es así.
En el camino, siguiendo la ruta de Criação Velha, nos tropezamos con construcciones en ruinas, otras restauradas para convertirse en alojamientos con encanto e historia.
Arquitectura ligada al Paisaje de Viñas de Pico. Pozos de mareas y “rola pipas”
En realidad existe una interesantísima arquitectura ligada al Paisaje de las viñas de Pico, cuyos ejemplos se pueden ver en este Sendero PR05 PIC, pero también por diferentes lugares de la isla. Se trata de almacenes, solares, bodegas, quintas y hasta iglesias, conventos y puertos que pueden visitarse. También los llamados pozos de mareas, que abastecían a la población de agua.
En nuestra ruta nos encontramos con un pozo de marea (“poços de maré”), inteligentes obras que poseen un gran valor cultural. En una isla donde no existen fuentes ni ríos, se idearon los pozos de mareas, numerosos a lo largo de toda la costa. Se trata de pozos poseen una profundidad tal que permiten captar el agua dulce que fluctua sobre la de agua salada por su menor densidad. Estos acuíferos de agua dulce suelen formarse en zonas costeras constituídas por materiales geológicos permeables, como los volcánicos, a través de los cuales se infliltra el agua de lluvia. Con la marea llena el nivel del agua del pozo sube, y desciende con la marea baja, de ahí su nombre. Los pozos de marea se encuentran junto a solares o casas solariegas en la entrada principal de las casas solariegas, pero también los hay comunitarias.
Otros testimonios de la actividad vinícola de la isla de Pico son las “rilheiras” o surcos dejados por las ruedas de carro que transportaban barriles y uvas. Y también los “rola-pipas” o rampas excavada en los puertitos para hacer rodar barricas que se transportaban en barcos hacia Faial. A lo largo de nuestro viaje en la isla de Pico, vimos varios de estos testimonios singulares, así como bonitas ermitas de los siglos XVI o XVII que se encontraban en núcleos costeros con sus puertos, “rola-pipas” y pozos de marea. Y, por supuesto, sus bodegas.
En esta ruta se puede hacer una pequeña parada en un bar que mira al mar, el Laja das Rosas Lounge & bar, junto a las piscinas de Criação Velha – una de las muchas zonas balnearias que hay por toda la isla de Pico -.
Lajido da Criação Velha, corazón del Paisaje del Cultivo de la Viña de Pico
Llegamos al corazón del Paisaje de las Viñas de Pico: el Lajido da Criação Velha, un espectacular geositio de extensos campos de lava de tipo pahoehoe – conocidas localmente como “lajidos” -, en la que encontramos numerosas formas y estructuras típicas de este vulcanismo efusivo. Es aquí donde se concentra un número impresionante de “currais” que atravesamos por cañadas.
En nuestro recorrido, el Volcán de Pico se esconde a ratos entre las nubes -, un juego que practica a diario -, pero imaginamos que no se cansa de mirar esta hazaña realizada por los habitantes de las Azores.
Nosotros repartimos las miradas entre el majestuoso volcán, las viñas dentro de sus “currais”, las huellas de la lava, y el molino rojo que nos espera a lo lejos. Se trata del Molino do Frade (Moinho do Frade), un fantástico mirador que nos ofrece las mejores panorámicas de los currais de viña y de la Montanha de Pico, pero también de la vecina isla de Faial y los islotes de Madalena – restos de un volcán submarino -.
Seguimos la ruta de Criação Velha volviendo a la carretera, caminando junto al mar hasta llegar al recomendable restaurante Ancoradouro, en el Puerto de Areia Larga, en la localidad de Madalena, capital de la isla de Pico.
Información Sendero Vinhas Criação Velha – PR05 PIC
Tipo: Linear
Dificultad: fácil
Distancia: 6,9 km
Duración: 2 horas
El futuro de las viñas de la isla de Pico
En la actualidad se sigue cultivando vides en los currais y se están recuperando algunas viñas, especialmente en la zona de Criação Velha. Ya que ciertas bodegas están interesadas en producir vinos de Pico de alta calidad, que mantienen técnicas agrícolas tradicionales.
La declaración de la UNESCO de las viñas de Pico como Patrimonio Mundial y las leyes regionales como Paisaje Protegido, animaron a muchos propietarios y viticultores a revitalizar viñedos abandonados, utilizando materiales adecuados y protegiendo las estructuras arquitectónicas asociadas a las viñas. Y, por supuesto, utilizando técnicas agrícolas tradicionales.
Sin embargo, precisamente son estas técnicas y el propio sistema de “currais”, que implican un duro trabajo en la viña, lo que desanima a muchos a seguir este camino de la viticultura heroica.
Hemos seguido de cerca algunos interesantes proyectos de mantenimiento y recuperación del paisaje de viñedos, como el de Azores Wine Company, con castas autóctonas de las Azores – como la Terrantez do Pico, casi extinta, o Arinto de Azores-. Que ha dado lugar a vinos de Pico de alta calidad que hemos degustado con sumo placer. Además, la bodega se complementa a la perfección con un interesante proyecto de restauración y hostelería.
Esperemos que muchos otros se animen a seguir esta vía y contribuir a convertir el Paisaje de viñedos en un centro de desarrolo económico de la isla de Pico y de las Azores.
El Museo del Vino de Pico y degustación de vinos en la Azores Wine Company
Aconsejamos completar la ruta por el Paisaje de Viñas de la isla de Pico, con una visita al Museo del Vino de Pico que se encuentra a las afueras de Madalena. Allí también se pueden ver “currais” y viñedos, así como un interesante histórico sobre el vino en un antiguo convento carmelita. La bonita visita tiene el plus de ver espectaculares dragos, algunos centenarios.
Y, ¡cómo no!, visitar el impresionante y premiado edificio de la Azores Wine Company, situado en pleno Paisaje de Cultivo de Viñas en Bandeiras, Madalena. Un lugar ideal para degustar extraordinarios vinos de Pico y especialidades culinarias azorianas.
Cómo llegar al Lajido de Criaçao Velha
Lo ideal es hacer la ruta de senderismo que les recomendamos más arriba. Para llegar al punto de partida, Candelaria, se puede llegar en coche desde Madalena por la ER1. Está a 9,3 kilómetros de distancia, unos 12 minutos.
Reservar Ruta por los viñedos de la isla de Pico
Aquí pueden reservar una ruta guiada por el paisaje de viñedos de la isla de Pico.
Camilo Darias
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Espectacular! Excelente reportaje del viaje y el paisaje cultural del vino en la isla. Quisiera saber si tienes más datos de cómo se administra esta producción, si funciona de manera privada absolutamente o existen interacciones en este ámbito con administraciones públicas o locales. Gracias de antemano.
Mucho gusto,
Camilo Darias,
arquitecto.
Doctorando en Historia de la Univesidade de Évora , Portugal
El Giróscopo Viajero
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Estamos encantados de que le haya gustado el reportaje. El paisaje cultural de la Viñas de la isla de Pico es único. No tenemos datos concretos de cómo se administra esta producción, pero tanto en el Museo del Vino de Pico como en la Azores Wine Company le proporcionarán una información fiable al respecto. ¡Un cordial saludo!.
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