La Vereda de la Estrella es una de las más espectaculares rutas para internarse en el Parque Nacional de Sierra Nevada de Granada. Se construyó en 1890 a media ladera por el valle del Genil para transportar mineral (plata y cobre) en carros de caballo desde las numerosas minas que se encuentran a lo largo del recorrido. Su paisaje se metamorfosea a lo largo de las estaciones, consiguiendo que en cada época hagamos una ruta diferente. En otoño, las tonalidades ocres, amarillas, rojizas con que los castaños, robles y hayas pintan el paisaje, atrae a senderistas en busca de la belleza otoñal. Meses después, ocurre otra metamorfosis: los árboles se desnudan de sus hojas y las nieves visten de blanco una vereda silenciosa que también nos invita al paseo. Una larga temporada invernal en la que amantes del esquí y de la nieve llegan a Sierra Nevada. 

Hay que esperar a que los días crezcan y el aumento de las temperaturas produzca el deshielo que llena de agua el río Genil, al tiempo que los árboles y las especies de flora endémica comienzan a brotar. La primavera en el Parque Nacional de Sierra Nevada también trae los amores de los pájaros que se afanan en construir sus nidos. 

Es un cálido día primaveral en el que partimos para hacer una parte de la Vereda de la Estrella hasta vislumbrar las cumbres de Sierra Nevada: la Alcazaba y el Mulhacén.

Güejar Sierra

Alcanzamos los 1000 metros cuando llegamos a Güejar Sierra, un pueblo blanco típico  de Andalucía situado en un entorno espectacular, con vistas al pico más alto de la Península Ibérica: el Mulhacén, con 3482 metros. Para llegar a la Vereda de la Estrella hay que atravesar el pueblo en coche y después seguir a lo largo de 6 kilómetros por una carretera serpenteante que nos ofrece unas vistas magníficas del entorno natural.

Como a mitad de camino hay obras, sólo recorremos 2,8 km hasta el Restaurante Maitena, donde dejamos el coche. Por lo que tenemos que recorrer 3 kilómetros antes de comenzar la ruta de la Vereda de la Estrella. Lo vemos como una buena ocasión para atravesar los túneles por los que pasaba el Tranvía de la Sierra, una línea de ferrocarril de vía estrecha que llegaba hasta el Barranco de San Juan, comienzo de la ruta. Pero sobre todo una ocasión para acercarnos al río Genil, cuyo caudal ha aumentado enormemente por el deshielo de las nieves de Sierra Nevada. 

El sonido del río Genil en primavera

La primavera se refleja en el sonido poderoso de las aguas del río Genil, que llegan límpidas y cristalinas después de haber bajado a lo largo de kilómetros por el Parque Nacional de Sierra Nevada desde su nacimiento. Después del Guadalquivir, es el río más largo de Andalucía, y todavía recorrerá una buena parte de su geografía – la ciudad de Granada y localidades de la Subbética Cordobesa, como Iznájar o Rute, – antes de su desembocadura.

Aquí, en Güejar Sierra, nos dejamos contagiar por su fuerza relajante, mientras lo contemplamos envuelto por el verde intenso de las hojas nuevas de chopos, sauces y mimbres. Es la estampa que nos da la bienvenida al Parque Nacional de Sierra Nevada. El río Genil nos acompañará a lo largo de la ruta por la Vereda de la Estrella. Lo oiremos muy cerca al principio, cuando atravesemos pequeños puentes de madera, para más tarde sentirlo lejano pero siempre paralelo a nuestros pasos.

El Barranco de San Juan. El inicio de la Vereda de la Estrella

Llegamos al inicio del itinerario el Barranco de San Juan, donde confluyen el río Genil y el arroyo de San Juan. Es aquí donde está el límite del Parque Nacional. La senda comienza tras cruzar el río Genil por un puente de madera y asciende a lo largo de 200 metros de fuerte desnivel en los que hacemos un esfuerzo. Menos mal que después la senda se suaviza y es más fácil, por lo que se disfruta mejor.

Discurre por un camino bien marcado con el Barranco de San Juan a la derecha, por lo que hay que estar atentos en zonas más peligrosas. Aunque es un camino amplio y cómodo, ya que se hizo para transportar mineral.

La senda discurre entre vegetación frondosa: castaños, quejigos, encinas, robles, arces, fresnos. La primavera está alcanzando su apogeo y una buena parte de estos árboles caducifolios tienen ya sus hojas. El paseo por la fresca se agradece en este día en el que el sol parece querer adelantar el verano. Justo enfrente se posa en la Loma de Maitena o de los Cuartos, creando un contraste bestial entre esa aridez y esta umbría. Tanto que hasta hay zonas húmedas donde crece el musgo, los helechos y las hiedras. 

 

Esas tonalidades de verde, el amarillo de la genista versicolor, el blanco del durillo dulce y el rosa de la rosa silvestre contribuyen a la belleza primaveral de Sierra Nevada. Quisiéramos alcanzar cotas más altas para descubrir la violeta o la Estrella de las Nieves, bellezas endémicas del parque nacional. 

Carboneros, chovaspiquirrojas, collalbas grises, entre numerosas aves, juguetean y vuelan de los árboles a las rocas y de allí al río. Es época de apareamiento y sus cantos nos acompañan a lo largo de toda la Vereda de la Estrella.

A poco más de media hora del inicio de la ruta, un inmenso árbol extiende sus raíces por el camino. Alzamos la vista al cielo para alcanzar su copa, pero nos cuesta abarcarlo con una sola mirada. Su ancho tronco, longevo, retorcido nos cuenta que hace mucho tiempo que es testigo del caminar de los humanos por Sierra Nevada.

Es “el Abuelo”, un castaño centenario de unos 21 metros de altura, de una especie no autóctona (Castanea Sativa Mill.) que nos abraza con sus largas ramas, recordándonos otros árboles centenarios que conocimos y honramos en Andalucía y en otros lares. La Encina de la Pena, una de las encinas centenarias de Serón (Almería), la encina milenaria de Llanos de San Juan (Rute, Córdoba) o el Tejo milenario de Fresneda de la Sierra (Burgos). Testigos mudos del tiempo, cuya inmensidad nos sobrecoge.

Muy cerca hay otros castaños que parecen también centenarios, compañeros del Abuelo, aunque pasen más desapercibidos.

Cruce de caminos

Continuamos nuestro paseo gustoso entre sol y sombra. En determinado punto confluyen el río Genil y el río Vadillo, y poco después nos encontramos con un cruce de caminos, a un cuarto de hora del castaño centenario: uno baja al río para cruzarlo y sube por un empinado camino por la Cuesta de los Presidiarios a la Loma del Calvario. Su nombre recuerda a la senda por la que se conducía a los presos desde Granada a Almería en el siglo XVII. Aquellos que optan por este camino suelen ir hasta el refugio de la Cucaracha.

El otro camino sigue recto a la derecha: se trata del recorrido lineal, que es más fácil, por tanto, seguimos por aquí.

La belleza de la Alcazaba y el Mulhacén, las cumbres de Sierra Nevada

La sorpresa nos espera a la vuelta del camino, cuando de pronto divisamos las cumbres nevadas de Sierra Nevada y nos quedamos sin palabras: el Pico Alcazaba y el Pico Mulhacén. El primero, con su 3365 metros se encuentra en sexta posición entre los picos más altos de España, aunque es el tercero de Sierra Nevada, después del Pico del Veleta (3398 m.). Visto desde aquí parece más alto que el Pico Mulhacén, aunque sabemos que es un efecto óptico puesto que está más cerca. El Mulhacén es la segunda cumbre de España después del Teide, con sus 3483 metros de altitud.

Caminamos felices con la vista puesta en estas dos bellezas que ya están perdiendo sus nieves a medida que avanza la primavera. Llegamos a la célebre curva del “Viso de los Nortes”, uno  de los mejores miradores de la Vereda de la Estrella.

Curva “Viso de los Nortes”, mirador de la Vereda de la Estrella

Nos paramos en el “Viso de los Nortes”, ya que nos ofrece unas panorámicas magníficas de la Alcazaba y del Mulhacén. Momento de hacer un picnic para comer y disfrutar de estas vistas. Silenciosos, cada uno metido en sus pensamientos, admiramos la majestuosidad de las cumbres de Sierra Nevada. No nos extraña que la Alcazaba tenga ese nombre: del árabe ‘al-qasabah’ significa fortaleza, y su cara norte muestra una inmensa pared que semeja una fortificación. Es de allí de donde proceden las primeras augas del río Genil, conocido como río Real es la primera parte de su recorrido. Se une a las aguas del río Guarnón, que en su confluencia con el paraje de las Minas de la Estrella se convierten en el río Genil.

El Mulhacén parece tímido al lado de la Alcazaba, quizás porque ella se muestra más bella a nuestros ojos. Por su vertiente sur el relieve es suave, por eso por allí ascienden los habitantes de los pueblos de la Alpujarra. Tan fácil les debe parecer que lo llaman simplemente “el Cerro”.

A nosotros nos parece demasiado poco, ya que por su cara norte la percepción es distinta, y estamos seguros que a medida que continuemos la ruta por la Vereda de la Estrella, sentiremos su imponente presencia.

Es una pena que tengamos que interrumpir el itinerario, pero éste sigue para aquellos que quieran conocer el paraje de las Minas y continuar hasta encontrar de nuevo el Barranco de San Juan. Incluso hay muchos montañeros que deciden dormir en alguno de los refugios que hay más arriba, una experiencia extraordinaria, de eso no tenemos duda.

Sobre todo pensando que en Sierra Nevada se pueden ver las puestas de Sol y los amaneceres más bellos de España. Sin olvidar que el parque nacional ofrece numerosos emplanzamientos ideales para la observación de estrellas. Por lo que, quedarse a pernoctar en Sierra Nevada es una buena idea, siempre y cuando se tenga conocimientos del terreno y de montañismo. Si no, lo mejor es ir con un guía.

Paraje de las minas 

La Vereda de la Estrella continúa hasta el complejo minero al que se llega tras cruzar el río Guarnón por un puente. Primero está la Mina de la Probadora, que se explotó hasta finales de los años 50; después las Minas de Doña Verta y de la Justicia. Tras cruzar el Barranco del Lagarto, se encuentran las Minas de la Estrella, abandonadas como las demás, que dejaron de funcionar a mediados del siglo XX.

Si continuamos, empieza la cabecera del río Genil, donde confluyen los ríos Valdecasillas y Valdeinfierno. Para llegar a la Cueva Secreta, un refugio natural bajo un bloque de roca que cayó de las cumbres, hay todavía que caminar mucho.

Nosotros hemos comenzado el camino de retorno mucho antes, disfrutando de la Vereda de la Estrella en sentido contrario, más ligeros ahora, contagiados por la alegría primaveral de Sierra Nevada. Eso sí, volviéndonos para mirar de nuevo a la Alcazaba y el Mulhacén, que nos retienen como si tuvieran imán. Hasta que los perdemos de vista…

Es momento ahora de parar en cualquiera de los muchos restaurantes que hay al final de la Vereda de la Estrella, para reponer fuerzas con el sonido de las aguas del río Genil de fondo. Y con las imágenes recientes grabadas en nuestras retinas.

Información ruta Vereda de la Estrella (Granada)

¿Dónde está la ruta de la Vereda de la Estrella?

Es una popular ruta de Güéjar Sierra.

Longitud de trazado: 20,9 km

Punto de partida: Barranco de San Juan (1175 m.).

Punto de llegada: Barranco de San Juan

Tiempo aproximado: 3-4 horas (ida).

Dificultad: baja. Ligera subida al principio, pero llano en su mayor parte. Algo duro por su longitud.

Peligrosidad: media, ya que se asciende por el barranco del Genil, por lo que conviene prestar atención en todo momento.

¿Cuándo hacer la Vereda de la Estrella?

El otoño y la primavera son las mejores épocas para hacer la Vereda de la Estrella. En otoño, cuando todavía las temperaturas no son muy frías y las hojas de los árboles convierten el paisaje en una fiesta de color, es un placer pasear por la vereda. También en primavera, con el despertar de la naturaleza tras el invierno: la flora que brota y florece, los pájaros que cantan sin cesar y el río Genil que se llena con las aguas del deshielo.

Sin embargo, la Vereda de la Estrella en invierno está igualmente bella, con la nieve cubriendo el paisaje. Aunque hay que recordar que se vuelve más peligrosa. Es necesario llevar buen calzado, estar atento en todo momento y tener en cuenta que los días son cortos. 

*Evitar hacer la Vereda de la Estrella con mal tiempo.

¿Se puede hacer una ruta más corta?

En nuestro caso, decidimos hacer una ruta más corta y dar la vuelta en el “Viso de los Nortes”, el mirador desde donde se ve la Alcazaba y el Mulhacén. La ida y la vuelta son ya un buen paseo. Aunque, por supuesto se puede continuar y hacer los 20,9 kilómetros si se dispone de tiempo.

¿Cómo llegar a la Vereda de la Estrella?

Puesto que está en el municipio de Güejar Sierra, hay que llegar primero a este pueblo desde Granada: 23,2 km, unos 36 minutos por la carretera GR-3200. Y después coger la carretera hacia Maitena-Charcón, bajar la antigua vida del tranvía, hoy estrecha carretera, y a unos 3 kilómetros está el Barranco de San Juan, donde confluyen el río San Juan y el Genil.