Nuestra ruta por Macedonia nos va descubriendo parajes naturales tranquilos y majestuosos, ajenos al turismo estridente. Hemos dejado el lago de Ohrid y vamos hacia el yacimiento de Heraclia Lyncentis, antigua ciudad fundada por Filipo II de Macedonia en el siglo IV a.C. y que luego fue muy relevante durante la ocupación romana.
Rebuscando en el baúl de internet advertimos que hay un lugar peculiar, el museo etnográfico y de autos «Filip» Krklino a las afueras de Bitola. Así que improvisando nos encaminamos hacia allí. Nos recibe Boris Tanevski y aunque nos comunicamos en inglés, nos viene sensacional la ayuda de nuestro guía Dragan para que nos explique al detalle la historia del museo.
Poco a poco hay ido reformando el museo, añadiendo nuevas piezas casi en desahucio por todo Macedonia y territorios de la antigua Yugoslavia, creando un ecosistema etnográfico único. Nunca satisfecho del todo, su sueño de tener un pequeño bed and breakfast donde además ofrece alquiler de bicicletas para sus huéspedes, y catas de productos típicos macedonios, hacen obligatoria la parada si pasamos por los alrededores de Bitola.
Al lado del museo, en la ladera, se encuentra el Monasterio de Santa Ilia, que ofrece una vista de los campos donde se desarrolló la batalla de Bitola en el año 1015, entre el voivoda búlgaro Ivats y el ejército bizantino. En el patio del monasterio, hay un búnker de la segunda guerra mundial con fotos de la vida del pueblo durante el conflicto.
UNA COLECCIÓN DE COCHES ÚNICA
Hemos visitado bastantes museos de coches y motor por todo el mundo, pero este lugar en particular tiene un encanto particular. Aún no siendo gigantesco, y con los coches tan abigarrados que cuesta encontrar el ángulo para la fotografía, el cariño y cuidado con el que se mantienen es digno de elogio.
Lo mismo encontramos un Simca Ariane de 1953, que un Opel Olympia, un Ford Taunus, un Peugeot 404, el extraño en Europa Plymouth Valiant, el ruso Moskvic, el super mini serbio Fiko Zastava que imitaba los utilitarios de FIAT, un Volkswagen Bug, el Citroen, 24 o motos de un arco temporal de seis décadas de las marcas BMW, DKW, NSU, o MAKS, entre las que hay un vistoso sidecar.
Este paraíso del motor suele recibir la visita de amantes del motociclismo, viajeros curiosos como nosotros que disfrutamos deambulando por este laberinto de enseres que parecen arremolinados sin orden. En realidad, es la condensación de tanto tesoro la que pide a gritos un espacio mucho mayor para exponer la curiosa colección. Sin embargo ese aparente desconcierto es parte del encanto del pequeño museo.
MUSEO ETNOGRÁFICO
En el piso de arriba se muestran salas donde se han reproducido las casas típicas de población turca y judía en Macedonia. Durante siglos eslavos, turcos y judíos convivieron en paz y tolerancia religiosa. La caída del imperio otomano y el exilio gradual de los musulmanes hacia Turquía y el antisemitismo durante la segunda guerra mundial resquebrajaron ese hábitat, recuperado por el museo.
Hay dos salas dedicadas a mostrar cómo era una habitación urbana y otra de campo, con sus telares y aperos de labranza. En otro de los espacios podemos admirar los trajes típicos de diferentes regiones de Macedonia, piezas originales hechas a mano. Armas, radios, un piano, un tocadiscos Victrola y otros objetos antiguos completan la colección de piezas del museo, con rarezas que se han rescatado del olvido y probablemente de ….
Una joya es una Remington de 1864 de fabricación austriaca, además de pistolas americanas, sables otomanos o una variedad de instrumentos musicales como un órgano de más de 200 años, un acordeón, una gaita, un tambor tradicional, o una zurla (instrumento de viento).
Después de la visita Boris nos invita a sentarnos y charlar un rato. Su mujer nos aacompaña, y también su hijo que domina el inglés, lo que nos permite comunicarnos con ellos mientras comemos unas uvas recién cortadas de la parra, regadas de un contundente Rakija. Extremadamente amables nos enseñan el alojamiento que han acondicionado con un jardín floreado, piscina y todas las comodidades para pasar unos días conociendo la región.
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Alojamiento en el Apartment in Antique Museum Filip
Cómo llegar
El museo está en el pueblo de Krklino, al norte de Bitola (5km aproximadamente), siguiendo la carretera E-65 que va hacia Prilep. Se toma el desvío hacia Krklino y al entrar en el pueblo torcemos por la calle Galichica primero y luego Кораб hasta llegar a la entrada al museo. La entrada es gratuita pero se agradece la colaboración, participando simbólicamente con lo que llevemos encima.
Mapa del Auto Ethno Museum Filip Krklino
http://muzejkrklino.mk
Teléfono +389 47 286 666 y+389 70 312 146
Krklino village, 7000 Bitola mail: info@muzejkrklino.mk
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