El miércoles 19 de enero, María Calvo e Iñigo Pedrueza, miembros de El Giróscopo Viajero, charlaremos sobre nuestras ideas acerca del turismo y nuestros viajes, en el restaurante Rakaposhi Tapas Bar de San Cristóbal de La Laguna, en Tenerife. Nos complace poder conversar sobre temáticas tan interesantes, tan serias, tan divertidas y tan importantes con todos aquellos que se acerquen hasta allí. Como no todo el mundo puede vivir en las Islas Afortunadas, hemos decidido hacer una pequeña presentación en El Giróscopo Viajero.
Viajar al Himalaya pakistaní en el Rakaposhi Tapas Bar
En pleno casco antiguo de La Laguna, una de las ciudades más bonitas de Tenerife, Patrimonio Mundial de la UNESCO, se encuentra el Rakaposhi, un bar de tapas que propone viajes gastronómicos al Himalaya pakistaní, al corazón del Karakorum. Una cocina suave en la que las protagonistas son las especias, y en la que los sabores están influenciados por muchos otros de culturas que pasaron por esta parada de la Ruta de la Seda: Tibet, China, Grecia,… Y lo mejor es que los dueños del Rakaposhi intentan mezclar la gastronomía Himalaya con la tinerfeña, ¡todo un reto!
Interesante este intento de conquistar a la gente a través del paladar, lo que es una buena forma de animarlos a cruzar fronteras y sentirse de pronto en los lugares de origen de esos sabores. Una auténtica sorpresa que no esperábamos encontrar en la isla canaria.
Además, la historia del Rakaposhi es muy bonita. Una tinerfeña se animó a viajar con sus hijos al norte de Pakistán en el verano de 2011 para conocer un proyecto desarrollado en la aldea de Hushe desde hace 15 años por la Fundación Sarabastall. De este lugar, que se encuentra a los pies del Karakorum, en el Himalayas pakistaní, y de sus gentes se enamoró esta tinerfeña. Y también de su marido, con quien fundó el Rakaposhi Tapas Bar con el fin de conseguir que la gente que lo visite, viaje al Himalaya a través de los sabores del Valle de Hunza, …
Cuentaaventuras en el Rakaposhi Tapas Bar
…Pero también a través de fotografías de esos paisajes maravillosos, de sus gentes y sus costumbres. En el Rakaposhi Tapas Bar hay una exposición permanente de fotografía del Karakorum y de textos que cuentan las aventuras de sus dueños y cómo es la dura vida de sus habitantes. Pretenden rendir un homenaje a los niños de Hushe y a todas las gentes del norte de Pakistán.
En el Rakaposhi Tapas Bar se viaja, sobre todo, a través de los “Cuentaventuras” que tienen lugar prácticamente todas las semanas. Charlas de viajes y aventuras de viajeros que estuvieron en el Himalaya pakistaní, y también de personas que participan en proyectos de cooperación al desarrollo.
Junto a ellos, también otros viajeros y aventureros que estuvieron por muchos otros lugares del mundo para compartir sus aventuras, sus experiencias de viaje para conocer otras culturas, otras gentes. Una invitación a viajar desde este rincón de Tenerife que también es el Himalaya y muchos otros lugares del mundo a la vez.
Los miembros de El Giróscopo Viajero también se dejarán conquistar por los sabores de la gastronomía del norte del Himalaya pakistaní, y desearán viajar al menos una vez en la vida, al Valle del Hushe para fundirse con sus paisajes y sus gentes.
Y pondrán su Giróscopo en marcha para llevar a los asistentes a lugares mágicos que tuvieron la suerte de conocer y que todavía los hacen soñar.
¿Qué es El Giróscopo Viajero?
El Giróscopo Viajero es una red de Guías turísticas y blogs de viajes. Trabajamos desde hace más de 15 años promoviendo de manera un poquito diferente, diferentes destinos de todo el mundo. Además de esa labor, nuestro equipo ha trabajado en el ámbito del marketing y la enseñanza universitaria. Nuestro equipo posee una formación diversa en varias Ciencias Sociales y Economía. Algo que, junto a la experiencia y el contacto con profesionales de las Oficinas de Turismo y las empresas del sector, nos ha permitido aprender mucho sobre el turismo, el marketing y sobre las problemáticas que afectan a ese gran sector económico. Un sector económico que tiene muchas consecuencias en el ámbito social y politico, en la ecología de los destinos turísticos.
Dada la importancia del turismo, siempre hemos pensado que las políticas sectoriales deben estar adaptadas a las necesidades de las personas que viven en esos destinos al tiempo que ofrecen servicios de calidad para los turistas. Y, por qué no, ofreciendo algo más, algo que enriquezca ese encuentro entre locales y foráneos. Ambas cosas sólo pueden obtenerse si el sector es sostenible, algo que significa necesariamente, garantizar la felicidad y la riqueza de las personas que viven en el lugar y garantizar que el medio ambiente no sufrirá del propio turismo. Porque es el entorno natural y monumental, el clima, los océanos y las tierras, las que permiten habitar el planeta y disfrutarlo, como foráneos, como locales. Conjugar necesidades económicas y sociales, intereses locales y turísticos es ardua tarea. En el fondo, el turismo y sus problemas son un resumen de los problemas globales de nuestro mundo interconectado.
Gracias a nuestros viajes y las experiencias vividas en cuatro continentes y más de una cuarentena de países, hemos ido desarrollando ideas, conjeturas, hipótesis, casi siempre copiadas y aprendidas de otros profesionales mucho más validos que nosotros. Estudiando casos tan diferentes como los de Islandia, Finlandia, Irán, Mexico, Brasil, España, Francia, Italia, Croacia, Malta, Portugal, Túnez, Suecia o Rumania, hemos podido comprender porque la reflexión previa a la toma de decisión política en todo lo que concierne al turismo, es tan importante. Hablamos de políticas macro, con grandes inversiones y efectos duraderos. Por ello, se hace necesario repensar el turismo y la economía dando voz y más importancia, a las incitativas micro, al turismo de nicho, al turismo deportivo y verde, a las pequeñas estructuras regentadas de manera local y familiar que deben complementar y contrabalancear a las grandes corporaciones de objetivos, a menudo antieconómicos. El turismo debe cambiar, aumentando la calidad de los servicios; garantizando precios justos para quienes trabajan y quienes disfrutan; permitiendo a los proyectos locales existir, sobrevivir y vivir dignamente. Un turismo diferente, más respetuoso ecológicamente y más sostenible, que cree empleo duradero y digno, permitiendo a trabajadores y turistas disfrutar de la Tierra, un planeta que nos pertenece a todos.
Evidentemente nada de esto es, ni fácil, ni evidente pero, de un debate fructífero pueden surgir ideas para que nuevos proyectos surjan y creen contramodelos que sirvan de ejemplos primero, que sean nuevas tendencias después.
El turismo, como hemos visto, es una cosa muy seria. Y sin embargo, sin embargo la seriedad no evita la risa, el placer y el disfrute. El turismo debe ser una experiencia, un intercambio entre el que viaja y el que recibe. Un momento de empatía donde lo desconocido se hace propio, donde las fronteras caen y la gente se siente verdaderamente humana. Ni idiomas, ni colores, ni religiones, ni sexos, ni continentes nos separan. Poco más que dineros y envidias son las causas de tanto desaguisado. Ignorancia y malicia, problemas propios que nunca dirigimos contra los verdaderos culpables. Pero nunca se ataca a la raíz de la injusticia, siempre nos contentamos con despellejar al eslabón más débil de nuestra propia cadena. La cultura y la mejoría de las condiciones económicas, en todo el planeta, son las únicas soluciones ante tanta xenofobia y tanto nacionalismo populista. Ser uno mismo y ser parte de todo, difícil filosofía para el siglo XXI.
Porque a pesar de la seriedad del discurso necesario para tomar conciencia del problema, de tener que elegir, nosotros siempre nos quedaremos con momentos. Momentos de viajes que se han grabado en nuestras mentes y que ya nada más que la muerte podrá borrar. No hemos visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser, no. Pero hemos sentido el silencio ensordecedor nadando en un lago en Finlandia, rodeados de amigos nuevos; hemos oido el ruido de la selva que despierta de repente, sin aviso cerca del Océano pacifico, allí donde America del norte se convierte en América Central; perdimos la señal de la radio, del móvil y esperamos el fin del mundo junto al faro de Orchilla; escuchamos guerras poéticas bajo un puente persa en Irán, mientras una autoridad sufí nos contemplaba entre sorprendida y risueña; vimos la boca del volcán Snæfellsjökull y esperamos a que Hans, Axel y el profesor Lidenbrock se introdujesen por él, pero no vinieron; más tarde les esperamos salir, ávidos de sus nuevas en el Etna, tampoco aparecieron; conversamos sobre filosofía en Brasil, sobre agricultura en Francia, sobre el odio en Suecia, sobre el amor en casi todos los lugares que hemos pisado; y en la azotea de un hotel de Rumania vimos los neones desde el otro lado del escenario, pero ambos lados son el mismo lado.
De cada experiencia hemos aprendido algo, de cada persona hemos extraído alguna enseñanza, de la buenas, buenas cosas, de las abyectas, malas, pero para combatirlas y superarlas. Sin esperanza, pero sin desesperanza, justo en el medio. Porque no somos héroes, pero no queremos ser villanos. No queremos dar lecciones, queremos aprender, pero también compartir lo poco que hayamos aprendido. De todo ello, de nuestras ideas sobre el turismo, de nuestros viajes, con nuestras fotos y nuestras experiencias, vividas con amigos de todos los países, con seriedad y con humor, hablaremos en el Restaurante Rakoposhi Tapas Bar de La Laguna, en la isla de Tenerife, en nuestras queridas Islas Canarias, en España, en Europa y en Africa, en ese planeta azul llamado Tierra.