Año con año se celebra el Festival de la Llum en Barcelona, concretamente en el animado barrio del Poblenou. Y como niños esperamos impacientes ésta fecha en el calendario que trae consigo propuestas tecnológicas deslumbrantes que iluminan las calles del Pueblo Nuevo.
Éste 2020 se han superando tanto que ésta vez nos han bajado hasta la Luna para hacerle compañía con su luminosidad a la emblemática Torre Agbar.
Así como lo leen, detrás del Museu del Disseny, una gigantesca y brillante “luna llena” pendía sobre el agua, mientras que en una de las paredes laterales del museo se sucedían coloridas imágenes, que en conjunto alegraban la vista de los presentes con un maravilloso festival de colores. Cientos de personas de todas las edades se dieron cita para contemplar éste y otros magníficos espectáculos en la retahíla de calles del Pueblo Nuevo.
Como majestuosas auroras boreales, unas cuantas líneas de luz verde cruzaban longitudinalmente el trazado que anunciaba el recorrido y los puntos a visitar en ésta Llum 2020 del barrio del Poblenou.
Además de la luz -que es la auténtica protagonista como su nombre bien lo indica-, el sonido es otro factor clave para la espectacularidad del festival. Como lo constatamos al acercarnos curiosos a las potentes vibraciones emitidas desde la nueva plaza situada en Roc Boronat, casi esquina Diagonal. Donde un enorme prisma rectangular se iluminaba con una serie de imágenes inconexas: jeroglíficos, líneas, formas geométricas, amorfas, se superponían unas a otras creando un extraño catalizador hipnótico, que embelesaba durante toda la duración de su transmisión a los espectadores. Quienes no podíamos dejar de mirar el espectacular monolito digital, como enchufados a la Matrix o recibiendo un mensaje codificado en un místico encuentro del tercer tipo.
Siguiendo la luz, nos adentramos también en la enigmática atmósfera de los Jardins de Miguel, Martí i Pol, donde la espesura se vistió de carmín con múltiples láseres atravesando la arbolada del parque, dando un aire misterioso y envolvente a éste pequeño espacio, pulmón de la ciudad.
Y así, poco a poco, fuimos recorriendo los distintos escenarios de la Llum 2020. Edificios con graffiti digitales, complejos entramados de luz vistiendo fachadas y un largo etcétera en el que estamos seguros que algo habremos omitido en el camino.
Pero sabemos que el año entrante, a la velocidad de la llum tendremos más de éstas divertidas propuestas que incentivan el buen ambiente del barrio y que convierten al Poblenou en un referente de sano esparcimiento en Barcelona.