Escapada perfecta para ver San Cugat del Vallés

San Cugat del Vallés se encuentra en un punto estratégico en tiempos romanos, en la intersección de la Vía Augusta con la Vía de Egara (Tarrasa) a Barcino (Barcelona). Los testimonios arqueológicos no han resuelto el debate acerca de si el espacio donde se encuentra el monasterio – denominado Castrum Octavianum– pudo ubicarse una fortificación romana que alude al emperador César Augusto -conocido como Octavio-, o simplemente es una referencia a un terrateniente o el gobernador Rufinus Octavianus. Si que se han hallado los restos de una basílica paleocristiana bajo el claustro, cuyos restos se enlazan con la leyenda cristiana de que aquí se produjo el martirio de Cucuphas, Cugat  en catalán.

Monasterio real de Sant Cugar del Vallés
Monasterio de Sant Cugar del Vallés

Poco hace presuponer al viajero que acude a Sant Cugat del Vallés que bajo el bello tapiz de de calles impolutas por donde niños van hablando a la salida del colegio, se esconde el Sant Cugat payés (campesino), que hace apenas cien años era el motor económico de una población con una gran calidad de vida. Las suaves pendientes de la orografía de Sant Cugat, asomadas a la sierra de Collserola teñían hace cien años el paisaje de la población con sus colores estacionales de los viñedos. Cada casa prácticamente tenía su propia bodega donde almacenaba el vino. Fueron tiempos de gran prosperidad para Sant Cugat, una auténtica fiebre del «oro rojo», aprovechando la debacle del vino francés a causa de la plaga de filoxera. Pero extendida como una peste, la filoxera no tardó mucho en llegar a la península ibérica y tras los primeros focos en Girona, Málaga y Oporto, se constata su presencia pro primera vez en Sant Cugat el 25 de agosto de 1887. Nada se pudo hacer para salvar las viñas y la «plaga vinícola» arrasó el medio de subsistencia de la economía local.

Los agricultores volvieron a cultivar cereales y frutales, y una parte de sus ciudadanos se vieron abocados a ir a trabajar en las fábricas de Barcelona. Aún así Sant Cugat no se difuminó y gracias a la llegada del ferrocarril en 1917 recibió a burgueses de la ciudad condal que construyeron sus casas estivales -con las influencias modernistas características de la época- fuera de Barcelona. Las cepas americanas injertadas de nuevo trajeron una segunda ola de bonanza vinícola que con las décadas se fue apagando de nuevo.

Hoy Sant Cugat es una ciudad verde, accesible, con vocación de enarbolar la bandera de la sostenibilidad y la cultura, y en definitiva un polo habitacional para una comunidad cosmopolita con gran presencia de extranjeros. El centro histórico donde además del monasterio destacan edificios modernistas y antiguas casas de pagés elegantes como Can Rabella y Can Bellet, el casal Torreblanca, el centro de arte Maristany, Casa Aymat, o espacios vanguardistas como el casal Mirasol, o el casino Floresta, que hacen de Sant Cugat un núcleo comercial potente y atractivo para familias. Por otro lado las instalaciones deportivas son innovadoras como el CAR Sant Cugat, con la hípica y el golf como actividades destacadas.

Qué ver y hacer

Monasterio de Sant Cugat

El conjunto del monasterio de Sant Cugat es sin duda uno de los referentes del románico peninsular. El recinto amurallado, la iglesia y el claustro dan testimonio con su majestuosidad de la importancia que tuvieron durante gran parte de la Edad Media. La construcción comienza en el siglo IX, y ya en el siglo XI la orden benedictina que lo habitaba había consolidado su poder político, religioso, económico y cultural ora en su intramuros ora en los extensos dominios gestionados por los monjes. La iglesia de tres naves se empezó a levantar con formas románicas en el siglo XII y se finalizó con acento gótico ya en el XIV. El impresionante rosetón de la fachada tiene ocho metros de diámetro, hecho a semejanza del situado en el crucero sur de Notre Dame en París, y calcado al de la Iglesia de Santa María del Pi en Barcelona.

Rosetón de la iglesia del Monasterio de Sant Cugat
Rosetón de la iglesia del Monasterio de Sant Cugat

El aspecto fortificado procede de las obras llevadas a cabo en la baja Edad Media, con una línea de muralla del siglo XIV. Ese perímetro amurallado y las torres dan fe de que el interior del monasterio separaba dos mundos, el monacal, una isla de disciplina religiosa y rigor teológico, y el viciado exterior mundano, pagano y «peligroso» para la candidez del monje.

Los 144 capiteles profusamente decorados con simbología esculpida son una enciclopedia pétrea de la iconografía medieval, y cada uno de ellos nos transmiten alusiones explícitas, más allá de las apariencias superficiales. La mezcla de gótico y románico se percibe a cada paso de los edificios del monasterio, arcos de medio punto preceden a arcos apuntados, formando un tapiz que parece hecho con dos tejidos diferentes. El claustro está  la altura de otra joya sin igual como es el claustro del Duomo de Monreale en Sicilia, cuyas 228 columnas de inspiración árabe con mosaicos policromados nos recuerdan la sintonía artística en dos puntos del Mediterráneo, tan lejos y tan cercanos.

Visita al claustro del Monasterio de Sant Cugat
Visita al claustro del Monasterio de Sant Cugat

La visita al monasterio se puede llevar a cabo con una audioguía y una aplicación, o aún mejor disfrutar de los itinerarios guiados que fluyen siempre por caminos diferentes con la innovadora propuesta del Improclaustro, que convierte en actores a los espectadores, haciéndoles participar de la visita. Nosotros oteamos con atención en busca de los capiteles más enigmáticas del claustro románico, y a cada selección Jorge nuestro  sublime guía ejerce de índice de un libro haciéndonos volar hasta la página donde se describe el capitel que hemos elegido. Arnau Cadell fue el artista, para muchos el primero que que con su firma en una esquinas del claustro, salió del anonimato para convertirse en genio reconocido siglos después.

Firma de Arnau Cadell, maestro cantero de los capiteles del claustro del monasterio de Sant Cugat
Firma de Arnau Cadell, maestro cantero de los capiteles del claustro del monasterio de Sant Cugat

Después, ya en la iglesia, accedemos por la pequeña escalera que nos conduce primero por las entretelas de la estructura del templo, sobre las bóvedas de las capillas laterales, algo poco habitual cuando se visitan los edificios religiosos. La escalera nos conduce luego al espacio donde el campanero pasaba largas horas atento al tiránico compás del repique de campanas. Pero un tramo más nos conduce hacia el precioso mirador de lo alto del campanario, cuyas vistas panorámicas de la ciudad, pero también de Collserola o incluso la figura de la montaña de la Mola dentro del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac; y las crestas de Montserrat nos dejan mudos.

Vistas desde el campanario del monasterio de Sant Cugat
Vistas desde el campanario del monasterio de Sant Cugat

Celler modernista de Cèsar Martinell

Tierra de viñedos, en 1921 se constituyó el Sindicato Vitivinícola y Caja Rural de Sant Medir, a la sazón una cooperativa para unir esfuerzos del sector. Cèsar Martinell proyectó para el sindicato una solución arquitectónica ambiciosa si atendemos al diseño original, con elementos que beben del modernismo y del racionalismo novecentista. Su especialización en arquitectura agraria, y en concreto en las denominadas Catedrales del Vino es hoy un patrimonio que afortunadamente se está realzando. Colaborador de Gaudí en la Sagrada Familia, su capacidad para aunar estética con el sentido y razón espacial en función del uso, lo convierte en uno de los mejores arquitectos en su especialización.

Celler modernista de Sant Cugat del Vallés
Celler modernista de Sant Cugat del Vallés

El celler de Sant Cugat está revestido como otras tantas obras de Martinell con una estructura de ladrillos de obra vista, que juegan creando formas imaginativas y sugerentes en lo estético. Los apuros económicos mientras se ejecutaba la construcción, frenaron la culminación del proyecto original, y solo quedó terminada la nave donde se realiza el tratamiento inicial de la uva, los muelles de descarga, las trituradoras, las prensas y los cubos que recibían el mosto. Ya en la postguerra se continúa la construcción usando materiales más pobres, y con una cubierta de uralita que afeaba el conjunto. Las bodegas cierran en 1987, y en los años noventa del siglo pasado se derriba la zona sin valor arquitectónico, conservando la parte del patio porticado del vertedero y los tres calles de tinas.

Junto al edificio se encuentra el Vilab, centro de interpretación del vino, una apuesta del  Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès por reivindicar el pasado agrícola y la vocación de producción de vino. El edificio sirve de catalizador de eventos y propuestas alrededor del vino, y en el interior del edificio un audiovisual de mapping proyectado sobre una maqueta de la ciudad permite conocer el desarrollo histórico ligado a los viñedos. Del mismo modo el objetivo es que se convierta en espacio de conferencias, catas de vinos, maridajes y o talleres.

Museo de Marilyn – Cal Gerrer

Cuando los pasos nos conducen hacia el monasterio para visitar el maravilloso claustro románico, nuestro ojo siempre perspicaz y atento a las bellezas inadvertidas nos hace fijarnos en un edificio que se abre a la Plaça d’Octavià. La fachada de la La Terrisseria Arpí, fábrica de productos cerámicos es un escaparate que funcionaba para mostrar los productos refinados marca de la casa. Ménsulas, flores de lis y hasta murciélagos engalanan el edificio.

Detalle cerámico de la fachada de Cal Gerrer
Detalle cerámico de la fachada de Cal Gerrer

La foto de Marilyn en la entrada hipnotiza como lo hacía la rubia más famosa de Hollywood en sus películas, y lo sigue haciendo hoy en día con su belleza atemporal. Estamos frente a Casa Museo Cal Gerrer, sede de la fundación Cabanas, dentro del edificio de  Terrisseria Arpí. De hecho Cal Gerrer era el apodo con el que se conocía a la fábrica de los Arpí, una saga de alfareros de Terrassa que desde el siglo XVII hizo obras maestras cerámicas. A mediados del siglo XIX se asientan en Sant Cugat y construyen Cal Gerrer, cesando su actividad en 1945.

Muchos acuden «cegados» por el brillo del icono Marilyn Monroe, y el museo no los defrauda ya que estamos ante un lugar único, centrado en la vida e historia de la actriz. Pero la sorpresa satisfactoria sin duda, es que tanto el edificio, como el esfuerzo de la fundación por conservar, restaurar e hilar un itinerario antropológico por el Sant Cugat del siglo XX. La familia Cabanas-Alibau, que habitó las casas durante varias generaciones se podría definir como una dinastía de artistas que han tocado disciplinas tan variadas como la cerámica, fotografía, la pintura, la escultura y en general el gusto por el arte y la cultura. Tres hermanos, Joan fotógrafo, Francesc pintor y escritor y Miquel poeta y pintor sirven de eje conductor del recorrido por Cal Gerrer y por extensión del Sant Cugat plasmado en pinturas y fotografías. El hijo de Miquel, Frederic Cabanas ha impulsado con su carácter enérgico e inquieto el museo, recuperando la obra de su familia y añadiendo su pasión, devoción o locura por Marilyn Monroe, a la que dedica parte del museo. Su biblioteca se puede jactar de ser la más completa del mundo sobre Norma Jeane, con publicaciones en todos los idiomas, además de objetos originales de sus películas y vida personal. Un trabajo de culto en definitiva, con una atmósfera que parece una advocación religiosa hacia Marilyn.

Museo de Marilyn Monroe en Cal Gerrer
Museo de Marilyn Monroe en Cal Gerrer

Desde la terraza las vistas del Monasterio son sublimes, seguramente las mejores, y sirven de contrapunto para el mirador de la torre del campanario donde hace unas horas estábamos nosotros divisando los cielos de Sant Cugat. En la tienda situada en la entrada al museo hay numerosas opciones a modo de souvenir hechos a mano, lo que sirve para recalcar la vocación artística de la fundación Cabanas.

Museo Textil Grau Garriga en Cal Quiteria

Cal Quiteria es uno de los mejores ejemplos de casas de payés que beben de los tiempos del boom de la producción de vino. La casa de la familia Pahissa, construida en 1879 estaba a medio camino de una masía urbana y de una villa, con espacios amplios, y ciertos «lujos» que los nuevos ricos de Sant Cugat introdujeron. Reformada en 2018, Cal Quiteria se ha reconvertido en la sede del Museo Textil contemporáneo Grau – Garriga.

Museo Textil Grau Garriga en Cal Quiteria
Museo Textil Grau Garriga en Cal Quiteria

Precisamente, el arte textil, despreciado en ocasiones como un arte menor, siempre bajo la sombra de la pintura, la escultura o la arquitectura, cobra importancia en Cal Quiteria con un notable esfuerzo por recuperar la tradición del tapiz que en los años 70 del siglo XX vivió el cenit de reconocimiento internacional. El museo ofrece un viaje hacia lo desconocido, una aproximación a las raíces del vínculo de Sant Cugat con el arte textil, recorriendo las corrientes que se suceden durante el siglo XX, desde el novecentismo, art decó y el avance hacia lo abstracto. Las figuras de Tomás Aymat que estableció en Sant Cugat el primer centro de producción moderno de alfombras anudadas a mano; Miquel Samaranch, industrial que apostó por la continuidad de la fábrica desde 1955; o Grau Garriga, referente del movimiento que con su maestría logrará captar la atención de genios como Miró, Picasso o Tàpies que se acercarán al tapiz para extender sus capacidades artísticas.

Mercantic

Mercantic es ante todo una sorpresa grata para los que llegan sin conocer nada sobre el lugar. Al más puro estilo de un mercado de las pulgas como el de Lisboa o de los flea markets de Londres, unos cien comerciantes forman este ecosistema de gustos vintage donde podemos encontrar auténticos tesoros. El complejo se compone de un área permanente dentro de la nave central, varios patios, comercios en sintonía con el aire retro, y las casetas que hacen de calles de esta mini ciudad. Mercantic se ha consolidado como un centro de referencia para los apasionados de las antigüedades y de lo vintage. Como si un arqueólogo abriera una cápsula del tiempo, el recorrido por el interior de la nave central permite a los adultos viajar en el tiempo para reencontrarse con objetos de la infancia, y a los niños un universo de objetos que ya no forman parte del ecosistema doméstico, y por tanto que funcionan como un imán de curiosidad. Las casetas de madera de la zona exterior levantan su telón los fines de semana con propuestas decorativas que van mutando como la piel de una araña, con una metamorfosis que permite volver y volver a Mercantic una y otra vez sin acabar con el efecto sorpresa.

Mercantic, un lugar extraordinario de Sant Cugat
Mercantic, un lugar extraordinario de Sant Cugat

La antigua fábrica de cerámica fundada en 1956 por Josep Barniol es un brainstorming donde tienen cabida tanto eventos privados puntuales como el tradicional mercadillo de los domingos.  Los domingos se celebra el mercadillo, que cada semana se transforma. El primer domingo de mes se desarrolla el Vintage Fest, el segundo el Arts&Crafts, el tercero rocanters el cuarto uno dedicado al Diseño y el quinto cuyo tema central es el mercado de la tierra. Los sábados por contra nos dejan más espacio para visitar tranquilamente Mercantic, con menos público pero una importante oferta cultural. La música callejera ameniza la visita y hace bailar a todos los que acuden a disfrutar de una escapada especial.

Pero Mercantic no es solo un espacio de exposición, si no que alberga vida en movimiento, con una escuela y talleres de restauración que permiten devolver la vida a objetos que permanecían inertes y olvidados. Este espacio se denomina La Puntual, un espacio donde talentos creativos pueden explayarse, exponiendo sus trabajos para darlos a conocer y promover el arte desde abajo.

La librería El Siglo actúa como lugar mágico donde duermen decenas de miles de libros usados (ya más de 100 mil), buscando «adopción» para una nueva lectura. Se ha convertido así en la librería de libros usados más grande de España, gracias en parte a la recuperación de los fondos de la antigua librería Canuda de Barcelona, que fue un referente del mundo librero. El espacio es tan polivalente que funciona como lugar de conferencias, charlas e incluso taller culinario y catering, pero bien podría ser una localización de películas de cine. De hecho su salón principal bien podría salir de una película clásica de los años 40 o 50 del siglo XX. El Teatret es otro espacio del Siglo, donde se exhiben películas y funciona como microteatro.

El "Teatret" de la La librería El Siglo en Mercantic
El «Teatret» de la La librería El Siglo en Mercantic

Y como la cultura también da hambre, nada mejor que el restaurante Can Gula, una invitación gastronómica excelente para saborear su bien sazonada propuesta. No es la única opción, la Taverna Catalana, el café Belgrado y los Food Trucks fusionan cocinas del mundo para disfrutar de Mercantic y comer de lujo.

Cerveza artesana made in Sant Cugat

Sant Cugat no se ha puesto de perfil con el tsunami de la craftbeer y una de las propuestas de producción es la de Ilda’s, cuya mini fábrica podemos ver dentro del restaurante Xarlot. Su propuesta de cerveza fresca y de proximidad, que puede ser embotellada y lista para llevar a casa en el momento es sin duda un aliciente más para venir a Sant Cugat. El maridaje de cerveza con los platos del restaurante es digno de mención, y el lugar es perfecto para comidas de empresa con el aliciente de ver el escenario del proceso de fabricación en directo mientras se come. Lo único difícil con ellos es elegir qué cerveza elegir, pero no es problema porque podemos hacer una cata de todas ellas para conocer su abanico de cerveza artesana. Tori es el maestro cervecero, afable y siempre dispuesto a que vengamos a conocer su envidiado lugar de trabajo.

Cervezas Ilda'es. Visitamos la cervecería dentro del restaurante Xarlot
Cervezas Ilda’es. Visitamos la cervecería dentro del restaurante Xarlot

Rutas a pié y bicicleta desde Sant Cugat

La joya natural del Parque Natural de Collserola pone el contrapunto a la intensa agenda cultural de Sant Cugat. Después de comer extraordinariamente bien en Xarlot y degustar las cervezas de Ilda’s damos apenas dos pasos y ya estamos caminando en plena naturaleza. Son muchos los itinerarios que nos llevan hasta Can Borrell, la Font de l’Ermita y Torre Negra, las Fonts d’en Ribes y de la Rabassada, el acueducto de Can Vernet (siglo XIV), el camino a los Valles de Can Bell y de Can Gordi, y Font de Sant Vicenç del Bosc, a ruta del Pantano de Can Borrel y la ermita románica de Sant Medir, además de Puig Madrona o la Font Groga. Nosotros hoy contamos con poco tiempo pero al menos alcanzamos el Pi d’en Xandri, un elegante pino piñonero con más de 230 años, y que si pudiera hablar nos diría muchas cosas de la historia de Sant Cugat. Sus raíces se agarran fuertes al terreno pero sus más de tres metros de perímetro del tronco y los 23 metros de altura parecen demasiados para un terreno donde las lluvias erosionan el sustrato arrastrando el «cemento natural» que lo asienta. Por ello varias vigas se encargan de asegurar que este patrimonio natural siga divisando la torre del monasterio por muchos años.

Pi d'en Xandri, naturaleza a un minuto de Sant Cugat
Pi d’en Xandri, naturaleza a un minuto de Sant Cugat

Dónde comer

Hay opciones muy variadas de restauración en Sant Cugat, con cocinas de todo tipo, pero nosotros destacamos por un lado los restaurantes Matilda, Xarlot, y Can Gula (en Mercantic) que hemos podido degustar y cuya calidad nos parece extraordinaria.

Cómo llegar a Sant Cugat

Sant Cugat está a apenas 15 minutos en coche de Barcelona, y si optamos por el transporte público los trenes de Ferrocarrils de la Generalitat FGC (S1, S2, S5 y S55) tienen salidas continuas desde Plaza Catalunya hasta la estación del centro de Sant Cugat, o la de Volpelleres que queda aún más cerca de Mercantic.

Alojamiento y hoteles

Hay diversas opciones de alojamiento en Sant Cugat como el Hotel AC Sant Cugat by Marriott (****), el Hotel QGAT (****), el Hotel Sant Cugat (****), el Hotel Holiday Inn Express Sant Cugat (***), el  Hotel BlueBay City Barcelona Sant Cugat (***), el Hotel H2 Sant Cugat (***) o el Aparthotel del Golf  (***).



Booking.com

Oficina de Turismo de Sant Cugat del Vallès

El punto de información turística se encuentra en la Plaça d’ Octavià, 10, en la antigua casa del abad y puerta de acceso al monasterio. Teléfono: 936 759 952

Información práctica de la visita a Sant Cugat

Horario del monasterio: De martes a sábado de 10:30 a 13:30 y de 16 a 19h. (20h del 1 de junio al 30 de septiembre durante el horario el verano). Y domingos y festivos de 10:30 a 14:30h. Los lunes el monasterio permanece cerrado. Hay varios tipos de visitas guiadas como: «El monasterio más poderoso del Condado de Barcelona», «Impro-claustro en el Monasterio de Sant Cugat» , «Visitas de noche con notas musicales» con actuaciones de música clásica y de cámara; y la «Noche de leyendas en el Monasterio de Sant Cugat». La entrada al claustro es gratis pero hay que reservar para las visitas guiadas que son de pago.

El ayuntamiento de Sant Cugat organiza salidas guiadas al parque de Collserola gratis que permiten conocer el entorno natural.

Horario Cal Gerrer y Museo de Marilyn Monroe: De  Septiembre a Mayo abre de martes a viernes: de 10:30h a 14:00h y de 17:00h a 20:00h, los Sábados: de 10:30h a 14:30h y de 17:00h a 20:00h, y los domingos y festivos: de 10:30h a 14:30h. En los meses de verano, de junio a agosto permanece abierto de martes a viernes: de 10:30h a 14:00h y de 17:00h a 20:00h. Los sábados: de 10:30h a 15:00h y de 17:00h a 20:30h y finalmente los domingos y festivos: de 10:30h a 15:00h. El Museo solo cierra el 25 y 26 de Diciembre, el 1 y 6 de Enero, el Lunes de Pascua,  y el 11 de septiembre., diada y fiesta en Cataluña

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