
Recorremos los paisajes otoñales de Suiza en el tren Luzern-Interlaken Express, uno de los trenes panorámicos que atraviesan la geografía del país que, junto a otros cinco, forman una ruta en tren llamada el Gran Tour en tren de Suiza. El Luzern-Interlaken Express se encuentra entre los preferidos de muchos turistas que viajan al país, muchos de ellos desde muy lejos, y que sólo tienen uno o dos días para conocerlo. La razón es simple: es un trayecto bellísimo que atraviesa nada menos que cinco lagos y paisajes de montaña. Y en tan sólo 1 hora y 50 minutos. Además, une dos de los destinos más emblemáticos del país helvético: la ciudad de Lucerna y el pueblo de Interlaken.

Los vagones son amplios y confortables y lo mejor son los enormes ventanales que necesita todo tren panorámico que se precie. Cuando viajo en tren siempre siento una especie de emoción por estar en movimiento y poder contemplar los paisajes y los pueblos desde mi asiento. Como si estuviera en el cine delante de una gran pantalla en la que pasan imágenes que me cuentan una historia. En el tren ocurre lo mismo, sólo que eres tú el que tiene que imaginarse la historia con todas las instantáneas que van pasando durante el viaje.

En el tren Luzern-Interlaken Express pienso primero en los pasajeros de nuestro vagón, venidos de países lejanos para maravillarse con la Suiza de postal. Turistas chinos y latinoamericanos con sus móviles de última generación que probablemente mañana estén en Islandia para ver las auroras boreales o en Finlandia para visitar a Santa Claus. Otras formas de viajar en las que Europa es como una pequeña región con lugares fantásticos que visitar, y de los que se pueden elegir sólo algunos.
También me pongo en la piel de los demás pasajeros, habitantes de la región de Lucerna que tienen que coger el Luzern-Interlaken Express para ir a trabajar o para hacer una excursión. Y de tanto viajar en él quizás no se den cuenta del privilegio de ver estos paisajes a diario.

De Lucerna a Sarnen
Cuando el tren arranca, queda atrás la ciudad a la que regresaremos al final del día, una de las más visitadas de Suiza. Lucerna que, con su Puente de la Capilla sobre el río Reuss y su Torre del Agua, se ha convertido en uno de los símbolos del país. La imagen que muchos turistas ven en los folletos y publicidades de Suiza. Desde la misma estación de Lucerna, comenzamos a contar lagos y montañas. Primero el Lago de los Cuatro Cantones, el que tienen la suerte de compartir varios habitantes de la Suiza central. Y el más emblemático monte de Lucerna: el Pilatus que, si no se esconde tras la niebla, siempre mira hacia la ciudad.

Pero viajar es también mirar cómo vive la gente. Observo pequeños huertos semi urbanos a las afueras de los pueblos, muchas bicis en aparcamientos específicos que imagino se usan a diario por las numerosas vías cicloturistas. Además de cientos de granjas desperdigadas por los valles que atraviesa el tren, chalets de madera donde viven los granjeros y rebaños de vacas pastando. Esas célebres vacas suizas que nos ceden su leche para hacer las especialidades más representativas de Suiza: los quesos, la crème double, o el chocolate con leche.

Dejamos atrás el lago de Lucerna y el Alpnach, que están en los primeros kilómetros de la línea. Otros trenes tienen parada en el pueblo del mismo nombre, donde está el funicular más inclinado del mundo que sube hasta el Monte Pilatus. Aunque el día todavía está nublado, los lagos atraen las miradas, y parece que los tocamos, de tan cerca que están.

Cuando llegamos a Sarnen, ya el cielo está prácticamente despejado y sólo algunas nubes se enredan en las montañas. Éstas, junto con los árboles otoñales y los prados verdes se reflejan en las aguas del lago Sarnen, que son ahora azules. Un espectáculo que provoca comentarios emocionados en diferentes idiomas.
Hay pasajeros que descienden en Sarnen, quizás para ir a ver el castillo de Landenberg o dar un paseo por la plaza y las calles del pueblo.
Brünig-Hasliberg, ascenso del Luzern-Interlaken Express a 1001 metros

A partir de Sarnen se suceden pequeños pueblos encantadores como Sachseln, Giswil o Kaiserstuhl OW. Podríamos bajarnos en cualquiera para disfrutar de una tarde paseando y disfrutando de la naturaleza. En seguida llegamos a otro de los cinco lagos que veremos hoy: el Lago Lungern, que despierta también una gran admiración y hace que algunos pasajeros corran a las ventanillas. Dudan entre hacer un video y publicarlo en seguida, hacer fotos para el recuerdo o, simplemente, quedarse contemplando esta maravilla.

Parecía que nada mejor iba a ocurrir, pero de repente el tren comienza a subir una cuesta. Algo que no habíamos experimentado nunca, quitando los trenes cremallera. Y es que ascendemos hasta el punto más alto de la ruta: Brünig-Hasliberg, a 1001 metros sobre el nivel del mar. Con la suerte de que vamos en el primer vagón y por una ventanilla podemos ver las maniobras del maquinista, que sube despacio.

Y aquí comienzan algunas de las panorámica más espectaculares del viaje en el Luzern-Interlaken Express, con los Alpes berneses como protagonistas. Mientras algunos deciden quedarse en esta estación, nosotros continuaremos hasta Brienz, aunque la última estación de esta ruta en tren por Suiza es Interlaken.
De Brienz a Interlaken

Brienz se ve desde el tren, un pequeño pueblo entre montañas y un gran lago que tiene el mismo nombre. Parece una postal: aguas color esmeralda, chalets de madera por las laderas y picos nevados. Los colores del otoño le dan otras tonalidades al conjunto. Parece un lugar idílico, lejos de todo, donde el tiempo parece haberse parado. Sólo el tren circula por las vías en un espacio que parece robado a las montañas. Definitivamente, pasaremos la tarde explorándolo.

Aunque, al llegar al pequeño puerto separado de la estación de tren por unos metros, vemos la posibilidad de subir a un barco que se dirige a Interlaken. Como algunos de los turistas que venían con nosotros. Es una gran tentación, ya que seguro que es una bonita travesía por el Lago Brienz hasta Interlaken. Y el día está magnífico para navegar. Es una buena alternativa al tren, aunque desde el Luzern-Interlaken Express, no dudamos que las vistas valen también la pena.

Interlaken es uno de los destinos más visitados del Oberland bernés, por su situación geográfica privilegiada entre dos lagos – como su nombre indica -: el Brienz y el Thun, con vistas panorámicas de las montañas Eiger, Mönch y Jungfrau. Un lugar encantador conocido también por la impresionante cascada Giessbach está formada por una cascada con 14 escalones y más de 500 m de altura, a los pies de la cual se encuentra el histórico Grand Hotel Giesssbach al que se llega en funicular. Pero también por las vistas que hay desde la cumbre de la montaña harder (1322 m.), como el Pilatus de Lucerna. Tiene además un espectacular mirador suspendido: el Zwei-Seen-Steg.
Ya son muchas las razones para quedarse en Interlaken, incluso pasar allí una noche y regresar a Lucerna en el tren Luzern-Interlaken Express.
El idílico pueblo de Brienz

Sin embargo, dejamos que salga el barco y lo contemplamos desde el embarcadero de Brienz, surcando las aguas del lago, con la belleza de Brienz y la idea de pasear a orillas del lago nos parece deliciosa. Una vez perdido de vista el barco que va a Interlaken, las aguas se calman y sacamos fotografías a uno y otro lado. A la izquierda, los chalets de madera de Brienz que miran todos los días a su lago, en frente las montañas con las cumbres nevadas, y a la derecha lago que se pierde entre montes en el horizonte.

Aquí comienza el largo paseo a orillas del lago Brienz hasta la iglesia. Es principios de octubre, pero el frío todavía no se instaló en la región. Al contrario, en Brienz luce el sol, que hace que resalta los azules de sus aguas. Hemos oído que aquí hay un microclima que permite a los habitantes de este pueblo idílico disfrutar de días luminosos junto al lago.
Tanto es así que el ayuntamiento ha puesto un servicio de hamacas para que tanto sus habitantes como los visitantes disfruten de las vistas. Al principio del paseo nos llama la atención ver escenas en las que la gente traslada esas bonitas hamacas azules a rincones ideales. Sentados con los ojos cerrado disfrutando del sol o contemplando toda esta belleza, son la viva imagen del dolce far niente.

Así que, a mitad del paseo, decidimos imitarlos y nos sentamos a mirar este paisaje otoñal de bosques anaranjados que ascienden hasta las montañas nevadas. Y el Lago Brienz en primer plano, con sus aguas tranquilas que se pierden en el horizonte. Y un silencio placentero interrumpido por momentos por unas aves que nadan plácidamente en estas aguas. Tampoco ellas tienen ganas de irse de aquí.

Sin embargo, combinamos este placer contemplativo con un paseo por la calle principal de Brienz: la calle Brunngasse, que ha sido conocida como las bella de Europa. Aunque no dudo que hay calles igualmente bonitas por muchos lugares del continente, esta tiene ciertamente mucho encanto. Con sus chalets y edificios de madera adornados con flores y la montaña verde como tela de fondo.

Después volvemos al paseo del lago para seguir caminando, admirar una curiosa escultura de personas que están gritando o jugar a alguno de los juegos que se instalaron para divertimento del visitante. Más adelante, en una zona alta con vistas, está la iglesia de Brienz y se termina el paseo. Nuestra mirada se pierde en el horizonte, entre acantilados envueltos en la calima del atardecer.

La visita a Brienz se termina en el mismo punto donde comenzó: la estación de tren. Esperamos al Luzern-Interlaken Express con muchos otros turistas que vuelven a Lucerna. Todavía podemos ver alguno de los lagos del trayecto con la luz del crepúsculo, mientras imaginamos cómo será viajar en el Luzern-Interlaken Express en otras estaciones del año.

Informaciones prácticas para viajar en el Luzern-Interlaken Express
Distancia
98 kilómetros
Etapa
Lucerna – Interlaken o viceversa
Duración del viaje

1 hora y 50 minutos
Horario
Luzern – Intelaken Ost : cada hora de 06:00 a 21:06.
Interlaken Ost – Luzern: cada hora de 7:04 a 20:04.

Billetes. El Swiss Travel Pass
El Swiss Travel Pass es un pase muy práctico para viajar por Suiza, ya que tiene viajes ilimitados en tren, autobus y barco. Además del uso ilimitado del transporte público, la entrada gratuita a más de 500 museos y algunas excursiones de montaña. Por otra parte, es un pase ideal para viajar en el tren Luzern-Interlaken Express, ya que también ofrece viajes ilimitados en trenes panorámicos premium del Gran Tour en Tren de Suiza.
Reservar asiento
No es obligatorio reservar asiento. De hacerlo, hay que tener en cuenta que se aplica un cargo.
El Gran Tour en Tren de Suiza

La línea panorámica Luzern-Interlaken Express no es la única que hay en Suiza. De hecho, son cinco las líneas que forman parte del Gran Tour en Tren de Suiza, repartidas por una buena parte del país. Una impresionante ruta que une los recorridos más pintorescos. En total 1280 kilómetros que pasan por algunos de los lugares más bellos d Elos Alpes, 11 grandes lagos, 5 Sitios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y algunas de las ciudades más bonitas de Suiza. Estas son las rutas que, a su vez, se unen con otras conexiones panorámicas.
Zúrich – Lucerna – Interlaken
GoldenPass Express
Montreux-Visp-Zermatt
Glacer Express
Bernina Express
Gotthard Panorama Express
Voralpen Express
St.Gallen-Schaffhausen-Zúrich
Mapa del Gran Tour en Tren de Suiza

Mapa del tren Luzern-Interlaken Express

Panorámicas del invierno, la primavera y el verano en el tren Luzern-Interlaken Express
Cada estación del año convierte el trayecto en el Luzern-Interlaken Express en un viaje diferente.
