Myanmar, la antigua Birmania en época de la colonización británica recuperó su nombre original con la llegada de la democracia. Apto para viajeros a su aire, grupos organizados o amantes del sudeste asiático que ya conocen otros destinos cercanos.
Por una razón u otra Myanmar no ha dejado de estar en el foco de actualidad internacional. En el pasado su guerra, y de forma cíclica el conflicto de algunas tribus como los Rohinyá (Rogingya, musulmanes no reconocidos como ciudadanos de Myanmar y marginados), que ha acaparado mucha atención. Si bien es cierto que no se pueden obviar, no afectan directamente al turismo ya que además en los últimos años se han producido facilidades para visitarlo, incluyendo la emisión del visado online para los que llegan en vuelos a sus aeropuertos (no así para los que quieran entrar cruzando la frontera por tierra).
Poco a poco Myanmar se abre al turismo, incluso en zonas que estaban cerradas a los extranjeros, como Loikaw, capital del pequeño Estado de Kayah que ya permite que la conozcamos.
Qué ver en Myanmar
Myanmar es un país fascinante, de moda entre el público español pero aún menos conocido y explotado que algunos de sus vecinos del Sudeste asiático como Vietnam, Camboya o Thailandia.
La naturaleza no se queda atrás como reclamo para los viajeros y lugares como el volcán del Monte Popa, el Monte Victoria en el Parque Nacional de Nat Ma Taung o el lago Inle, quizá el paisaje más conocido de Myanmar.
Yangon guarda aún el recuerdo de la ocupación británica. Los ingleses la renombraron Rangon (Rangún en español), y al igual que en India o Pakistán dejaron una huella cultural que pretendía occidentalizar el territorio. Hoy su arquitectoria colonial está siendo recuperada como un patrimonio valioso que se estaba arruinando.
La ciudad más grande de Myanmar sorprende con su carrusel de templos budistas, en el que se suceden el santuario de Shwedagon, la Pagoda Sule, el templo de Chauk-htat-gyi Buddha o la Pagoda Botataung.
Capital hasta 2005, cuando Naipyidó la sucedió, su nombre es la contracción de las palabras birmanas yan y koun (ciudad sin enemigos).
Mandalay
Mandalay fue la última capital de la dinastía Konboung, cabeza visible del imperio birmano, y que casi de forma concéntrica creció alrededor de su maravilloso palacio protegido por las murallas. Aún está considerado el polo cultural de Myanmar, foco de la religión, y donde el turismo acude para conocer un entorno que bien merece unos días.
Las antiguas capitales de Inwa, Amarapura y Sagaing, el característico puente U Bein, y por supuesto la zona arqueológica de Mingun (Min Kun) que comprende enclaves imprescindibles como las estatuas de los guardianes antropomorfos Chinthes, la la estupa (templo budista) incompleta de Mingun Pahtodawgyi o la gigantesca campana. En esta parte de Myanmar se puede completar el itinerario con la ruta del Tren Colonial de Hsipaw a Pyin U Lwin.
Bagan
Se dice que Bagan albergaba cuatro millones de Pagodas, pero más allá del número, la ciudad junto al río Ayeyawaddy (oIrrawaddy) es una oda al arte y uno de los lugares más célebres de Myanmar.
La inmensidad de la «ciudad templo» hace que a menudo se elija entre las más conocidas: Ananda, Dhammayangyi, Sulamani, Shwezigon o Thatbyinnyu, si bien Bagan bien merece disfrutarla con calma, ya sea en bicicleta, coche de caballos, canoa o incluso desde el cielo en globo.
Espacios naturales de Myanmar – Viajes de naturaleza
Lago Inle
En el centro del país, entre Naipyidó y Mandalay se halla el lago Inle (Estado de Shan), inmortalizado en las postales con sus pescadores dirigiendo el rumbo de sus barcos con el sol poniéndose al atardecer. Sus casas de madera construidas con postes formando palafitos son otro icono del lago Inle.
Alrededor del lago, una ruta circular nos permitirá llevar a cabo excursiones para conocer el pieblo Intha o el monasterio de Nga Hpe Kyaung. Y si tenemos tiempo disfrutar del mercado itinerante.
Para completar la estancia en esta región de Myanmar un buen consejo es incluir la Pagoda de Kakku, compuesta por incontables estupas.
Playas de Myanmar
Con una franja de litoral muy extensa, las poco conocidas playas de Myanmar están cobrando un interés creciente. Destacan las playas de Ngapali con su dorada arena en el estado de Rakhine.
Si todo esto no le convence para viajar a Myanmar debes saber que el mejor patrimonio del país son sus gentes, amables, predispuestas y con una calidez humana que se añora en otros países.
VIAJES A BIRMANIA
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