Sobre los tejados de la Iglesia de Santa María en Castro Urdiales

Sentadas en los tejados de Santa María de Castro Urdiales, el Cantábrico ante nosotras

Sentadas sobre los tejados de la Iglesia de Santa María de la Asunción, disfrutamos de un día soleado sobre el Puerto de Castro Urdiales en Cantabria. Nos sentimos afortunadas de poder realizar una visita a tan histórico monumento, acompañadas por Ibón Álvarez, guía de Patrimonio. En esta ocasión también nos acompañan las gaviotas, que nos miran extrañadas mientras ocupamos su territorio.

Gracias a Ibón, hemos podido conocer la historia del edificio que más representa el gótico en toda la zona norte de España, siendo la primera Iglesia que se construyó bajo éste estilo en todo el litoral cantábrico. Sin duda es un privilegio adentrarnos en las entrañas de Santa María, un monumento que después de 800 años de vida nos muestra demasiados signos de vejez en su cuerpo, pero que aún así aguanta estoicamente el azote de los fuertes vientos del norte.

La Iglesia se construyó sobre un promontorio junto a los acantilados del bravo mar cantábrico, un capricho quizá de Alfonso XIII, que allá por el Siglo XIII decidió sufragar su edificación. En Francia se construía bajo la influencia del gótico, y probablemente por ello se dotó de éste estilo a Santa María.

                                                                     Iglesia de Santa María de la Asunción

 Comenzamos la visita por el tejado, y dejamos la zona inferior para después, así que tras una breve explicación de nuestro guía sobre el origen del edificio, nos disponemos a recorrer las arterias de la Iglesia. Subimos por unas escaleras de madera hacía una de las estancias de la Iglesia dónde se encuentra una sala que hacía las veces de Biblioteca, y una vez allí atravesamos una pequeña puerta que nos lleva a unas estrechísimas escaleras de caracol. Está oscuro, pero logramos ver los peldaños gracias a las saeteras que dejan pasar un leve haz de luz y finalmente llegamos al Campanario.

Por fin veo las campanas que he oído tantas y tantas veces a lo largo de mi vida, unas campanas que demuestran la edad del longevo monumento, oxidadas y quietas nos permiten disfrutar de una panorámica de uno de los Puertos marineros más bonitos. Aquí, nuestro guía nos sigue contando detalles sobre aspectos de su lenta restauración, mientras constatamos que Santa María necesita ayuda, necesita que la curen para seguir mostrando su belleza a todos los viajeros que acuden hasta Castro Urdiales.

                                                                                    Campanas de la Iglesia

El día es maravilloso, el sol luce en Enero sobre el cielo castreño y hace que el frío sea menos frío aquí arriba, por ello nos animamos a asomarnos al tejado. Quizá por el sentimiento que me une a esta ciudad se me ponen los pelos como escarpias, soy una privilegiada, no se hacia dónde mirar, todo es tan bello…

Ibón nos sigue dando información sobre la arquitectura e historia de la Iglesia mientras nuestras manos no dejan de disparar con la cámara hacia todos los lados. Abajo, pequeño se ve el Rompeolas, a la derecha vemos el puerto, el Club Náutico, el Monte Cueto, y hacia la izquierda divisamos Ostende.

Tras un buen rato junto a nuestras amigas las gaviotas regresamos al punto de partida para seguir escuchando al guía. Sin perder un minuto más nos dirigimos al Coro, desde allí vemos claramente las tres naves paralelas y su ábside poligonal, pero lo que nos llama notablemente la atención es uno de los males del edificio, los arcos de las naves nos muestran el desplazamiento hacia los lados que ha ido sufriendo lentamente la Iglesia, provocando un efecto curioso que nos recuerda a un menor nivel a la inclinación de la Torre de Pisa.

Buen punto de vista para las gaviotas

Desde aquí también podemos ver el deterioro de la piedra que tiene en jaque a los expertos que buscan la solución menos mala a esta enfermedad. Es extraño ver en una Iglesia gótica los arcos que unen las naves ya que no es muy característico de éste estilo, nos cuenta Ibón, que fue una solución que se utilizó para poder sostener tan magna construcción.

Bajo un moderno órgano que debe sonar imponente, observamos el Triforio, allí al frente nos hipnotiza quizá la parte más bella del interior de la Iglesia. Muy similar al de la Catedral de Burgos, aún conserva las cristaleras originales con un alegre colorido que rompe con el color arenoso del templo. Más tarde podremos ver otras cristaleras en la parte inferior, pero éstas no son originales, fueron restauradas por importantes cristaleros vascos hace unos cien años.

La belleza gótica del interior de Santa María. Arbotante que sujeta los muros

Abusando de la amabilidad de Ibón le pedimos ver el triforio desde más cerca. Y nos lleva a través de un pasillo paralelo a la nave principal hasta lo que en un principio fue diseñado para ser una especie de galería. Allí por una pequeña ventana vemos de cerca los detalles de las columnas, en las que observamos las conchas que las adornan, símbolo de lo que fue el Camino de Santiago del norte. Desde aquí también podemos ver las heridas de Santa María, los resquicios de antiguas reforman que no dieron los resultados deseados y que esperan a ser sanados por las Instituciones.

Seguimos hacia la parte inferior del templo atravesando otras salas dónde se guardan los antiguos hábitos utilizados para las homilías, un viejo armario los custodia bajo sus apolilladas maderas. Bajo la tarima de madera que se utilizó para aislar del frío al templo se encuentran tumbas de aquellos que en su día creyeron que yacer aquí les acercaba al cielo. En la Girola, se conserva aún el suelo original, aquí vemos numeradas las losas que cubren las tumbas de sacerdotes y familias pudientes. También se puede ver el arcosolio (tumba) de un mercader castreño que en su día estuvo cubierta por una lápida de bronce tallado de gran importancia arqueológica, actualmente debido a su gran valor se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid.

La belleza de la talla de Santa María

A la girola se le añadieron en posteriores épocas las tres capillas radiales, cada una de ellas está dedicada a diferentes imágenes religiosas, el Cristo de los Remedios, la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Agonía. El Cristo de los Remedios se representa con una talla de madera barroca con gran valor arquitectónico, ya que fue tallada por el Imaginero Gregorio Fernández.

Atentas, mi compañera María y yo escuchamos la historia del descubrimiento de la Imagen de la Patrona Santa María, una escultura de un bloque de piedra policromada. Allá en 1955 unos niños castreños que jugaban a la pelota cerca de la Iglesia, perdieron su balón entre dos capillas cubierto con maleza, al ir en su búsqueda hallaron tan magna escultura, hoy en día algunos de estos niños colaboran con las labores de la Iglesia.

Detalles de los capiteles

Llevamos más de una hora visitando el edificio religioso, pero apenas nos hemos dado cuenta del paso del tiempo, y ya nos vamos acercando a la salida del templo, pero no sin antes fijarnos en algunos detalles de las columnas. En la base de una de las columnas hay una cara tallada, es algo peculiar ya que no es característico de la época; nos cuenta el guía que probablemente sea una especie de firma del escultor, ¿curioso no?, también observamos los capiteles de la parte central de la nave, éstos representan los pecados capitales, algunos se conservan bastante bien. Sin embargo en la zona de la Girola se representan elementos de lo divino, creando una barrera entre lo terrenal y lo celestial.

Ya en el exterior nos despedimos de Ibón Álvarez agradeciendo este “paseo” por la que pudiera haber sido la Catedral del Mar si un obispo hubiera elegido habitar en ella. Ahora somos nosotras las que vemos las grietas y los huecos en la piel de Santa María, su edad la delata, incluso en sus carnes vemos incrustadas balas de cañón de los barcos franceses que asediaron la ciudad.

Pero ella permanece orgullosa, imponente, sobre la ciudad que ha visto crecer, vigila los pocos barcos que aún salen a pescar en el puerto y reclama a sus fieles con el sonido de las campanas, que a pesar de su longevidad nunca dejarán de sonar.

                                         Fachada norte de la Iglesia de Santa María de la Asunción

HORARIOS DE VISITAS

Actualmente la zona superior de la Iglesia de Santa María de la Asunción no se puede visitar.

Para el resto del templo las visitas serán:

De Lunes a Viernes de 10:00 a 12:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas (sujeto a misas)

Sábados de 10:00 a 12:00 horas.

COMO LLEGAR

5 comentarios de “Sobre los tejados de la Iglesia de Santa María en Castro Urdiales

  1. Pingback: Visita a la villa marinera de Castro Urdiales | Qué ver | Cantabria | Turismo

  2. Muy bien explicado, y con buenas fotos… las suficientes para querer ir a ver la preciosa Iglesia de Santa María en Castro Urdiales.

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